Cembrero

Sobre el autor

, corresponsal en Bruselas desde 2005 y periodista en EL PAÍS desde 1982 en las redacciones de Barcelona y Madrid. Ha dedicado especial atención a los temas económicos, sociales, energía y a las finanzas de las autonomías.

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La UE, a toque de pito de Merkel (y Sarkozy)

Por: | 26 de octubre de 2011

Las cumbres que hoy celebran los 17 líderes de la zona euro y los 27 de la UE en Bruselas fueron convocadas a trompicones tras el toque de pito de París y Berlín. El pasado 20, Merkel y Sarkozy acordaron, por su cuenta y riesgo, la celebración de un segundo encuentro para el día de hoy, 26, a la vista de que la reunión oficial del 23 no habrían alcanzado un acuerdo. La canciller debía obtener primero la luz verde del Bundestang y resolver sus desavenencias con el presidente francés antes de presentar una propuesta al resto de países. La convocatoria realizada a través de un comunicado germanofrancés cogió por sorpresa al presidente de la Comisión José Manuel Barroso y al presidente del Consejo Europeo, Herman Van Rompuy, a quien al día siguiente no le quedó más remedio que convocar oficialmente la reunión de los líderes del euro para evitar un desastre mayor.

Después para apaciguar al Reino Unido, y a los otros nueve miembros de la UE no pertenecientes al euro, Van Rompuy tuvo que convocar un Consejo Europeo de los 27 para abordar los mismos asuntos. La disposición del Tratado de que las convocatorias de las reuniones ordinarias y extraordinarias del Consejo Europeo corresponden a su presidente ha quedado en papel mojado. La decisión política de las reuniones de hoy fue adoptada a remolque de los intereses de Alemania y Francia.

En esta ocasión el desaire de Merkel y Sarkozy a sus socios ha sido más descarado que el del pasado 18 de octubre de 2010 en Deauville. Aquel día ambos mandatarios suplantaron con un simple papel de un par de hojas los trabajos del Grupo Especial, presidido por Van Rompuy, reunido el mismo día en Luxemburgo para concluir sus debates sobre el refuerzo del Gobierno Económico en el que participaron Trichet, Juncker y los 27 ministros de Economía. Por cierto que la desdichada declaración de Deauville fue el desencadenante de la caída de Irlanda.

Esta forma tan dictatorial de actuar desacredita seriamente a quien pretenda dar lecciones sobre tantos asuntos y a tantos países.

¿Que está pasando? un libro fundamental

Por: | 21 de octubre de 2011

Que-esta-pasando_9788423428557Bernardo de Miguel, ha hecho un trabajo extraordinario para condensar en 131 páginas, muy bien escrito, la sustancia de las distintas crisis solapadas que está sufriendo Europa desde hace tres años. El corresponsal del diario económico Cinco Días ha sabido aunar sus vivencias directas de los acontecimientos con una aguda interpretatión de los mismos que ayuda mucho a su comprensión.

Qué está pasando resulta una guía fundamental amena para el lector, no sólo para comprender la presente crisis sino para entender la futura deriva que puede tomar el proyecto europeo. De Miguel ha seleccionado acertadamente los principales acuerdos, cambios institucionales y a los personajes que están transformando Europa a una ritmo mucho más intenso de lo que a primera vista pudiera parecer. Así, por ejemplo, subraya la mayoría de edad del liderazgo alemán, el creciente papel del Banco Central Europeo o las consecuencias para el club del euro de contar con "un Estado fallido, como es Grecia.

La experiencia de haber seguido durante más de una década los avatares de la Unión Europea, a través de centenares de consejos, cumbres y demás reuniones, ha permitido al autor contextualizar muy bien las principales decisiones, situando tanto sus antecedentes como los efectos más relevantes que han producido. Las pinceladas sobre las trayectorias políticas o las principales decisiones de Merkel, Sarkozy, Trichet, Salgado o Solbes, en una narrativa comprensible ayudan especialmente a valorar mejor el peso de ciertos personajes en la construcción europea.

Además de una inteligente interpretación de los hechos, el trabajo logra describir con notable claridad los abstractos acuerdos comunitarios y descifrar algunos los aspectos técnicos más complejos como el galimatías de los distintos fondos de rescate o los múltiples efectos de la variaciones de la prima de riesgo. Tras bucear en los distintos archivos europeos, Bernardo de Miguel hace aportaciones novedosas como los antecedentes de los actuales fondos de rescate o la detallada génesis de los mismos.  

Poco a poco se van conociendo más detalles del coste de la crisis bancaria en Europa y qué  países son más ineficientes. El vicepresidnete de la Comisión y responsable de Competencia, Joaquín Almunia, dio ayer las últimas cifras que han pasado bastante desapercibidas. La ayuda pública efectiva empleada entre octubre de 2008 y diciembre de 2010, para salvar a 220 bancos ha sido de 1,24 billones de euros, repartidos en 757.000 millones en garantías, 303.000 en inyecciones de capital, 104.000 en compra de activos dañados y 77.000 millones en medidas de liqudez. El 60% de la ayuda total fue aportada por los contribuyentes de Reino Unido, Alemania y Francia. Diez bancos se llevaron más de la mitad del pastel. Los británicos Royal Bank of Scotland y el Lloyds Banking Group consumieron ellos solos en conjunto el 19% del total de las subvenciones. Dos alemanes, el Hypo Real State y el HSH Nordbank, conjuntamente el 13%. Otras 20 entidades, recibieron un cuarto de ayudas y el 25% restante se distribuyó entre 190 bancos. Y esto no ha acabado. Dexia, el cuarto banco que ha recibido más apoyo público precisará otro esfuerzo de los ciudadnos belgas y franceses pronto. Una cifra comparativa. El presupuesto de la UE de este año es de unos 140.000 millones y cada vez que se habla de su raquítica cuantía dicen que no hay dinero para más. Bueno, lo dicen sobre todo Reino Unido y Alemania, que no han dudado en gastárelo en salvar a sus bancos y banqueros. Es difícil entender que cuando se habla de competitividad y eficiencia se habla tanto de salarios y tan poco de bancos. 

El País

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