Pablo está que se sube por las paredes. "¡Qué desastre! ¡Qué desastre! Soy lo peor...".
Durante media hora he imaginado todo tipo de catástrofes laborales y sentimentales, esperando a que fuera capaz de explicarme su desazón.
Deriva de un convenio que va a regir su vida mucho más tiempo que nuestra hipoteca (y que nuestro amor).
Hace diez años, Pablo y su ex detallaron que los años pares es ella quien elige la semana de vacaciones que quiere pasar con las niñas en Navidad (la de Nochebuena o la de Nochevieja, para que nos entendamos), respetando siempre que el día de Reyes Eva y Teresa protagonizan una gymkana semi-olímpica para su recogida de regalos: de 10 a 11 de la mañana en la casa de sus tíos abuelos maternos, de 12 a 1 en la de sus abuelos paternos, de 2 a 5 en la comida de primos (maternos), de 5 a 6 descanso (aquí hemos colado la casa de los abuelastros, o sea, mis padres), de 6 a 8 merienda en casa de los padrinos paternos... Y así hasta que tengan novio y se vayan de viaje el día 6 de enero por no aguantarnos a todos.
Diez años después, cuando Marina ya tiene billetes para Florida del 21 al 29 de diciembre (siento envidia, sí, que ella viaja y yo tengo que planificar hasta para ir al cine), resulta que Pablo se acuerda del aniversario de sus padres.
"Que son las bodas de oro, joder, que a ellos les hace muchísima ilusión y han organizado una fiesta tremenda el 26, con todos los hijos y todos los nietos. Sólo van a faltar mis hijas... "
"...Y ni siquiera le puedo echar la culpa a Marina porque ella avisó en septiembre y no me di cuenta... Si es que soy un desastre..."
"...Mi madre me va a odiar, siempre dice que soy su peor hijo, el único separado. Tiene razón. Tiene toda la razón..."
"...Se me olvidó por completo cuando hicimos el convenio, lo tenía que haber pensado...".
Pablo está dramatizando y, cuando lo hace, entra en bucle.
Es imposible convencerle de que dos seres humanos normalitos, exhaustos tras la negociación más dura de su vida, no pueden prever todas las contingencias de los siguientes 20 años de sus vidas.
Dos horas después, tras una ronda de terapia con todos sus hermanos, se le ha pasado: Miguel, el pequeño, tampoco se acordó y se pira a Somalia con una cooperante de la que se ha enamorado.
Eso sí, él no sufre: "Está buenísima, tío, ¿qué quieres?".
- Ya no eres la oveja negra, Pablo, qué trauma. Gran escándalo del que viene detrás y tú te quedas ya para siempre como un buen chico.
- Eres súper graciosa.
- Lo que quieras, pero se va a notar más la ausencia de tu hermano que la de tus hijas.
- Eso sí. ¿Tú crees que estará tan buena la chica de Miguel?
(Esta es una escena robada al futuro de Pablo y Sol, protagonistas de "La vida de papá").
¿Cómo que el 19? hablan del 26, la fiestorra es el 26.
Publicado por: Paloma | 14/12/2010 20:27:22
Son Pablo y Sol, Paloma. Y un 14 de diciembre es una fecha especial para más de uno...
Publicado por: sounding board | 14/12/2010 14:31:43
¡Es el aniversario de los padres de él!, ¡no de Paloma y Pablo!
Publicado por: Paloma | 14/12/2010 14:28:18
Felicidades!
(el número que hay en la tarta es exagerado, no?)
Publicado por: sounding board | 14/12/2010 11:14:13