Koldo ha venido a mi despacho a protestar: "Sol, tía, si escribes tu vida en un blog y hablas de pareja, de niños, de familia, lo mínimo es que haya algún polvo. Sin polvos, no hay niños ni pareja. Eso lo entiendes, ¿no?"
- Es que el amor no es follar.
Esa frase ha sonado como una voz en off. Primero porque la ha pronunciado X., que tiene una voz preciosa, como de locutor de radio; y segundo porque X. camina últimamente como un alma en pena, un espíritu atormentado que no hace ruido al entrar.
- Qué susto, tronco. Yo que no me estreso por el curro, y el infarto me lo vas a provocar tú, que das miedo.
X. suspira. X. es un enigma, un hombre inquietante y casi peligroso. O lo era. Porque ahora está enamorado y sólo es un espíritu doliente.
- Os digo que el amor no es follar, el amor es ES-TAR. Si no puedes estar con la persona a la que quieres, no hay nada.
Antes de que Koldo salte como un resorte y grite "¡y si no follas tampoco!", le ofrezco a X. un poco de mi chocolate mágico y le hago un gesto para que nos cuente.
(Finales de diciembre y en la agencia estamos pocos y los que estamos, estamos poco. Tenemos tiempo).
X. está enamorado, o enamorándose, no sé bien, de una madre separada.
"Es una mujer guapa y con peso, con entidad. Una tía inteligente y muy independiente. Tiene un niño de seis años, su trabajo, su vida, sus amigos... Y no sé si algún día tendrá tiempo para mí..."
"...Entre semana no la puedo ver, porque trabaja hasta tarde. Yo intento colarme en su casa alguna noche, ir a darle un beso, pero no me deja..."
"...Dice que primero necesita estar con su hijo y luego con ella misma. Los fines de semana pasa igual: que está el niño y, cuando no está, está su vida..."
"...Ya, no me digáis que es mala señal si no me presenta al niño. Que ése no es el problema, que al niño lo conozco. Es un chaval majo. Pero ella dice que tampoco quiere meterle en su vida a hombres que no se vayan a quedar..."
"... Y cuando le digo que yo no quiero irme, ella pone cara de que nadie me ha pedido que me quede..."
"...Sí, claro, están los fines de semana que el niño pasa con su padre. Pero, a la hora de la verdad, tampoco están..."
"...Por un lado, ella los necesita para sus amigos y sus cosas. Por otro, el ex se salta los horarios como le da la gana. Recoge al niño tarde, lo devuelve antes..."
"...El otro día intenté explicárselo: 'tú sabes que esto lo hace para tenerte controlada, para que no puedas tener pareja'..."
"...Y me dice que sí, que por eso y que, sobre todo, porque su ex es así: egoísta..."
"...'Pero es que te jode a ti', le digo, 'que no puedes hacer tu vida. ¿Y si yo te invitara un fin de semana a Roma y dos horas antes él avisara de que no recogía al niño...'..."
"...'Pues no vamos a Roma e intentamos hacer pasta', me dice la tía..."
"...Y cuando le explico que eso yo no lo aguantaría, me dice que vale, que sí, que su ex es tocapelotas, pero que el niño tiene una madre que va a llegar a todos esos rincones donde no llegue el padre, y se pone súper seria..."
A Koldo le está agotando tanto drama y tanta intensidad:
- Pero, tronco, ¿y folláis?
- Sí, dos o tres días, en mi casa, como locos. Pero tengo que pedir cita, y convencerla, y luego dejarla escapar otra vez...
- No sé, tío, si lo miras por el otro lado es la situación ideal: la ves poco y, cuando la ves, es puro sexo.
- Koldo, que yo la quiero, y quiero estar con ella.
- Peor para ti.
Amenazo a Koldo para que se calle e intervengo, porque a mí el amor contado por esa voz tan bonita me emociona:
- ¿Y si le das tiempo? Parece que es justo lo que no tiene.
- Pues porque también es justo lo que yo quiero.