Sobre la autora

Paloma Bravo
Soy madrastra, periodista y autora de “La novia de papá” (Plaza&Janés). Este blog no lo escribo yo, lo escribe Sol Beramendi, la protagonista de mi novela. O sea, que es ficción y, por lo tanto, absolutamente real.

Paloma Bravo

SOBRE EL BLOG

Según la RAE, madrastra es una “cosa que incomoda o daña”. ¡Y una mierda! “Tía buena (buena en todos los sentidos), lista e inmejorable” es lo que debería decir. ¿O no? El caso es que me ofrecieron crear una plataforma de “madrastras sin fronteras”, pero mis bestias me necesitan en casa, así que nos hemos quedado en un blog. Para hablar de vuestras familias y otros animales.

TWITTER

28 feb 2011

Hay ropa tendida

Por: Paloma Bravo

Ropa-tendida

 

Este domingo nos tocó comer en casa de Pablo y yo me sentí como si entrara en otro mundo. En realidad, iba a decir que me sentí como si entrara en "Volver", pero no quiero que se ofenda: puestos a ser de pueblo, los Beramendi lo somos más. 

"Hay ropa tendida", dice mi suegra. Y yo, muy guay o muy poco viajada, según se mire, he tardado unos años de convivencia con esta familia postiza para entender que se refiere a que los niños andan cerca y no puede hablar con libertad. Para entonces yo ya había tenido varios ataques de risa de adolescente en clase, imaginándome a Carmen Maura sacudiendo sábanas con su bata de fantasma de andar por casa.

Vale. Lo siento. Siento la digresión de pija urbanita.

Mi suegra quería contarnos algo: el hijo de una amiga suya, que es -casualidadades de la vida- hijo de un amigo de mi padre, deja a la novia embarazada, como en las historias de principios del siglo pasado, y se va a América para desentenderse desde lejos.

Y yo que sigo con la risa tonta porque pienso que a esa panda de hijos, nueras y yernos casi cuarentones, mi suegra nos está contando una parábola sobre los preservativos. Pero no. Mi suegra nos quiere contar otra cosa.

Su amiga, la madre del emigrante, ha decidido quedarse ella con el niño. "No lo quieren ninguno de los dos y yo sí. Pues ya está".

A mi suegra le parece valiente y admirable, casi se diría que querría estar en el lugar de esa abuela coraje. Y ahí se arma el lío.

Mi novio, mis cuñados y no sé si algún vecino. Todos tienen una opinión. Y yo no, yo sigo atorada, pensando en las frases hechas. "Se ha armado la de San Quintín", me digo, y me doy cuenta de que no tengo ni idea de lo que eso significa: google desde el móvil (aquí la respuesta).

Y así... Me pasa mucho. Que estoy con la familia política y se me va la cabeza hacia dentro, hacia mi profundo vacío interior. Me pasa mucho también, que estoy con la mía y también se me va, pero de otra manera.

Además que a mí todo lo que se haga libremente me parece bien: uno huye sin molestar a nadie, la otra pare porque es lo que quiere, y la abuela se deja porque es lo que le apetece (no me digáis que es mejor tener hijos buscados, que en eso también estoy de acuerdo; hablamos de las soluciones de emergencia y de que sean lo menos malas posibles).

Además, no molestéis que yo sigo en mi bucle... ¿"ropa tendida"? Tener pareja es tener varios mundos nuevos, el de su familia, sus amigos, sus colegas... Cada uno con su idioma, sus claves, su pasado. Yo en casa de Pablo veo fantasmas almodovarianos, y él en la mía ve Woodstock, paz, amor y una ingenuidad a prueba de bombas (me lo ha dicho y no, mamá, no lo ha dicho precisamente con admiración).

Claro que eso era antes de que yo preguntara por este chaval, el hijo de la amiga de mi suegra, el hijo del amigo de mi padre.

"¡Uf...!", dice mi madre, "¡ése es un panchamplas!"

- ¿Un qué?

- Un panchamplas, Sol, un marmolillo, un cachazudo, un sinsangre...

Y hasta aquí mis sueños de que en mi casa era capaz de comprender la jerga. Mi madre no dice ropa tendida porque no se calla nada haya quien haya delante, pero sus adjetivos bien merecen un diccionario propio.

 

P.D.: este post, obviamente, está dedicado a mi madre y a mi suegra, porque ellas lo valen y hablan como les  da la gana.

Compartir

  • Eskup
  • Compartir en Facebook
  • Tuenti
  • Meneame
  • Bitacoras
  • iGoogle
  • My Yahoo
  • My Live

27 feb 2011

Orgasmos

Por: Paloma Bravo

Normal_fuegos-artificiales-natura

 

Hoy no tengo ganas de escribir ni tampoco de discutir.

Me limito a copiar una explicación sobre el orgasmo femenino que ni comparto ni dejo de compartir (siento no mojarme, tampoco tengo ganas y no lo digo con doble sentido). Es de "El cerebro femenino", un libro de Louann Brizendine que a algunos os gusta poco o nada:

"...la puesta en marcha sexual de la mujer empieza con una desconexión del cerebro..."

(...)

"...El hecho de que una mujer requiera este paso neurológico extra puede explicar por qué tarda un tiempo promedio de tres a diez veces más largo que el hombre corriente en alcanzar el orgasmo..."

(...)

"...El mal aliento, el exceso de babeo, un movimiento torpe de la rodilla, la mano o la boca, cualquier pequeño detalle puede reanudar la acción de la amígdala femenina, cortar el interés sexual y el orgasmo apenas iniciado..."

Aquí lo dejo. Que tengáis un domingo lleno de orgasmos. Y, si no, de sol, de amor y de paz.

 

P.D.: adjunto la definición de "orgasmo" de la RAE: 1. Culminación del placer sexual. 2. Exaltación de la vitalidad de un órgano. Mola la segunda.

 

Compartir

  • Eskup
  • Compartir en Facebook
  • Tuenti
  • Meneame
  • Bitacoras
  • iGoogle
  • My Yahoo
  • My Live

26 feb 2011

"¡Fue ella!"

Por: Paloma Bravo

Cara tapada

A ver, la historia es que Ana tiene un marido complicado, el típico marido que a todos los demás nos da una pereza infinita y que ella aguanta con dignidad y cierta afición masoquista por la melancolía.

Ana trabaja conmigo y compartimos un cliente.

Es un hombre atractivo, un tipo con discurso de líder, absolutamente magnético. Lo que Ana no sabe es que ese tipo es uno de mis mejores amigos y que, por una vez y sin que sirva de prededente, no es uno de mis exnovios.

Se llama Martín (en realidad no, pero pensad en nombres con la misma grafía en varios idiomas y seguro que acertáis) y tiene la costumbre de no confesarme sus conquistas hasta que ya ha ocurrido una tragedia.

Ana, claro, dio mil vueltas, pero me lo acabó contando porque necesitaba desahogarse y sabía que yo no le iba a hacer reproches.

Os ahorro el diálogo y los rodeos: Ana vio una salida en Martín, se confió, se dejó cortejar, se entregó, se relajó y... Martín pasó de ella igual que pasa de todo.

El diálogo que sí os cuento es con él:

- Tío, que conoces a su marido. ¿Tú te imaginas cómo es su vida?

- Una mierda. Pero la ha elegido ella.

- Y tú has elegido crearle ilusiones.

- No te pases, Sol, que las ilusiones también se las monta ella, que ya es mayorcita.

- Y tú la dejas.

- También la dejo en paz. He intentado volver a verla, y ahora me dice que no y yo no insisto.

- Normal.

- Oye, oye, que la víctima soy yo, que fue ella la que se enrolló conmigo.

- ¿Te obligó?

- Pues obligarme, lo que se dice obligarme... no. Pero fue ella.

¿El final? Pasados unos meses, Ana parece distinta, Ana parece feliz. Creo que ha descubierto que hay vida fuera de su matrimonio. Lo cual no quiere decir que se vaya a separar. O sí. Yo qué sé.

¿Moraleja? Ninguna.

Una historia como hay mil. Una historia distinta a millones de historias. Pero le prometí a Martín que si repetía la frase "Fue ella" una vez más, lo contaría en el blog.

Es un pequeño acto de justicia privada, lo siento. Martín, que me estarás leyendo... Este post te lo dedico con todo el amor que te tengo, pero... córtate con las mujeres de mi entorno, please.

 

 

Compartir

  • Eskup
  • Compartir en Facebook
  • Tuenti
  • Meneame
  • Bitacoras
  • iGoogle
  • My Yahoo
  • My Live

25 feb 2011

Spartacus

Por: Paloma Bravo

Spartacus-with-jean-simmons-kirk-douglas-and-tony-curtis

(Kirk Douglas era Espartaco en la peli de Stanley Kubrick. Aquí con Jean Simmons y Tony Curtis. Mucho genio para una pie de foto tan breve).

 

No voy a entrar en por qué la peli es un mito gay. Tampoco quiero provocar a algún comentarista con ganas de pontificar (despectivamente, claro) de "mariliendres" y otros tópicos. Aunque, me da igual: que lo haga si le da la gana.

Yo lo que quiero contar es lo que aprendí ayer: "Gays do it better".

Activos, inquietos, curiosos, disfrutones y... organizados. Hablo de mis amigos Juan y Xevi, con los que cené ayer, y habló de lo que me enseñaron.

- Sol, sólo necesitamos dos cosas: Spartacus y Gaydar.

- ???????????

- ¡Sol...! ¿Dónde vives?

 

Pues por si acaso no soy la única ignorante, os lo cuento.

"Spartacus" es una guía internacional que ha cumplido ya 40 años. Una herramienta básica para viajar seguro, para conocer gente, para no perderte nada que te interesa.

- Hace mil años, antes de internet, yo viajé a Cuba y se sabía en qué banco y en qué plaza de La Habana podías entenderte. ¡Hasta te decían la mejor hora...!


Y yo que soy muy burra le pregunto a Juan: "¿Pero para conocer ligues pagando?".

- No, hombre, Sol. Para conocer gente. Que ser gay ha sido muy difícil. De hecho Spartacus también te explica los riesgos: en qué hoteles te puedes meter AYOR (at your own risk) porque igual te tratan a patadas, en qué países aún es ilegal la homosexualidad, en qué zonas de una ciudad medio tolerante puedes coger de la mano a tu chico sin problemas...

(...)

- Acuérdate cuando fui a Uganda. A mí me han salvado la vida.

Y como Juan es mayor y a veces se pone intenso, interviene Xevi que me tiene que dar otra lección: "A mí no me la han salvado; me la han alegrado, pero no Spartacus, sino Gaydar. Gay-Dar, ¿lo pillas? Del radar para detectar gays...".

Gaydar es una especie de match.com pero a lo bestia. Te registras y te pone en contacto con gente a la que le apetece conocer gente.

Xevi, por ejemplo, acababa de volver de un país centroamericano. Vacaciones solo. Sí, solo...


- ¡Estuve solo un día!

- ¿Pero no ibas una semana?

- Sol, estás medio espesa desde que tienes novio. ¡Que estuve solo, de sin compañía, un día...!

Porque Xevi, adorable, cabezota y previsor, había estado desde unos días antes chateando con gente del país. Gente que compartía aficiones, estilos de vida, objetivos y... Ganas. De hecho, Xevi ha vuelto enamorado del país y de uno de sus locales.

Se llama... Se llama como Xevi quiera llamarle en sus momentos de intimidad.

A lo que voy es que yo, que he viajado sola (y espero seguir haciéndolo, diga Pablo lo que diga) habría agradecido alguna vez ciertas pistas. Un paso más allá del Lonely Planet.

También es verdad que si contrato a Xevi y a Juan y les hago un buen briefing, me puedo llevar de viaje un dossier completo y unos cuantos teléfonos.

Molan mis amigos.

 

P.D.: lo siento por quien haya entrado pensando que hablábamos de Spartacus: Blood and Sand. No he visto la serie, no sé nada de ella.

P.D.2: este post está dedicado a Xevi y a Juan, pero también a la madre de mi rubia favorita, que no tiene radar pero pone más y mejor voluntad que nadie.

Gracias también a Maite, que me avisó de un fallo en un hipervínculo.

 

 

 

Compartir

  • Eskup
  • Compartir en Facebook
  • Tuenti
  • Meneame
  • Bitacoras
  • iGoogle
  • My Yahoo
  • My Live

24 feb 2011

No nos quedará nada

Por: Paloma Bravo

Casablanca_movie_image_ingrid_bergman__3_

(La imagen es de Ingrid Bergman, con las lágrimas de Ilsa Lund en Casablanca)

 

El otro día escribí un post que despertó algunas lágrimas (no sé si tantas como las que hubo al escribirlo) y que me quedó minimalista.

Una pareja desigual, un hombre casado, una mujer libre (o al revés, o dos hombres, o dos mujeres).

Llamada, mensaje, mensaje, mensaje, llamada. Había algún polvo, había llantos, había dolor.

Faltaban, sin embargo, algunos elementos inevitables.

Faltaba el quedar a escondidas en sitios lejanos y poco transcurridos, casi imaginarios; tocarse sin manos; besarse con los ojos muy abiertos, atentos, alertas.

Faltaban esos diálogos telefónicos intempestivos, frustrantes, crueles.

- Me he escapado un minuto. ¿Estás bien?

- No.

- Te quiero.

- ¿Y qué?

Y nada, ha tenido que colgar.

Faltaban los mil y un intentos de cortar, de dejarlo. Las mil y una defensas. Siempre imperativas: "¡Espera!", "¡Dame tiempo!", "¡No puedes hacernos esto!".

Faltaban tantas cosas que cuando por fin se acaba y alguién, él, ella, tú, algún amigo, pronuncia en tono romántico "Siempre nos quedará París" puedes estar segura (o seguro) de que no, de que es mentira.

Lo que siempre nos quedarán son todas estas cosas, todas aquellas lágrimas.

Lo que siempre nos quedará es nada.

Que la toque otra vez Sam, que nos ponga un gintonic, que se vayan todos (o todas) a la mierda, que nos dejen solos.

Que los amores imposibles no son amores, sino dolores.

Que los amores de verdad son posibles y son buenos.

 

 

Compartir

  • Eskup
  • Compartir en Facebook
  • Tuenti
  • Meneame
  • Bitacoras
  • iGoogle
  • My Yahoo
  • My Live

23 feb 2011

Mentiras estadísticas

Por: Paloma Bravo

Elbosque.mentiras.stamp
(La imagen es de aquí, y a mí me ha dejado inquieta).

 

De hecho, me gusta más la imagen que lo que voy a contar porque, de nuevo y por petición de algún inconsciente que se ha hecho adicto a ellas, es otra estadística absurda.

Se llama "Mentiras que contamos a quienes queremos" y va de eso, de hacer un ránking de mentiras habituales entre parejas, padres e hijos.

Francamente, es tan obvia que ni la traduzco ni la comento. Eso sí, espero que los amantes de estas cosas me liberéis ya de vuestros deseos...

Esadística

 

Compartir

  • Eskup
  • Compartir en Facebook
  • Tuenti
  • Meneame
  • Bitacoras
  • iGoogle
  • My Yahoo
  • My Live

22 feb 2011

La pelu

Por: Paloma Bravo

Portman

Ayer me corté el pelo (ésta de arriba no soy yo, claro, ya me gustaría; es Natalie Portman, rapada como nunca, inmejorable como siempre).

Aviso que ésta no es una entrada frivolona y de chica Cosmo como pueda parecer, pero tampoco tan profunda como algunos esperan de mí.

Sigo.

Yo me corté el pelo porque lo llevo corto: corto para que sea cómodo, con flequillo para esconderme.

Es una opción de vida.

Lo que pasa es que cada vez que me lo corto, me acuerdo de mi madre.

Cuando yo tenía cuatro años, esa madre que a todos os parece tan cool dejó de llevarme a la peluquería. Llevaba a mis hermanos y a mí me dejaba en casa.

Es verdad que le di motivos. No sé muy bien si me daban miedo las tijeras, el peluquero o su combinación, pero un día, a los seis años, salí corriendo del local con bata y todo, y sólo consiguió llevarme de vuelta un municipal.

- Parece que su hija no quiere cortarse el pelo, señora.

- Ya. Ahora me hago cargo.

- No estamos para esto, señora.

-  No, agente, están ustedes para recoger gatitos, eso ya lo sé yo...

 

Mi madre tiene dos problemas desde siempre: uno con la autoridad y otro con los gatos. Le cayó un multazo por irónica y, desde entonces y hasta los quince, siempre me cortó el pelo mi padre. Al estilo orfanato: el baño cubierto con papel de periódico y yo llorando lágrimas como pelotas, sentada en un taburete.

(Si algún día conocéis a mis hermanos, dirán que me lo he inventado. No es cierto. Ocurrió, ocurría. Cada tres meses).

El caso es que luego, cosas de la edad y las hormonas, volví a la peluquería de mi madre y a veces con grandes planes. "Ten cuidado", me aconsejaba mi madre, "que cuando uno anda en crisis siempre tiene la tentación de cambiarse el pelo radicalmente para cambiar de vida un poquito".

Ya. Been there, done that. Varias veces. Como Natalie, pero sin esa excusa de "son exigencias del guión".

"...Y lo peor no es eso...", sigue mi madre. "...Te creerás original, pero todas las mujeres, alguna vez en su vida, se cortan el pelo muy corto y se lo tiñen de rojo...".

Mi madre es una progre de las de verdad, de las del 68, y eso me lo dijo hace mucho tiempo. Además, ella es rubia natural.

Por eso no me atrevo a confesarle lo que leí el otro día: España es el país de Europa en el que más tinte rubio se compra. Las pelirrojas de izquierdas se quedaron en Carmen Alborch y ahora que tenemos más ministras que nunca (bueno, había alguna más antes del último cambio de gobierno), las tenemos también más rubias (Chacón, Garmendia, Salgado, Leire los días impares...) que en la época de Isabel Tocino.

¿Significa algo políticamente que las mujeres de izquierdas prefieran el rubio al pelirrojo? ¿Es un abandono de ideales? ¿Es un cambio generacional?

Ni idea.

A mí me importan dos cosas.

La primera, personal, que mi novio sí que es un tópico y aún no se ha enterado de que me he rapado (y no es porque no se fije en mí, en serio, ya nos conocemos, pero se suele dormir agarrado a mi pelo y no quiero tenerla esta noche).

La segunda, sociológica. ¿Por qué rubias? ¿Alguien lo sabe?

 

P.D.: escribo esto cuando a Natalie Portman aún no le han dado el Oscar por "Cisne negro" (para mí, lo ganó todo enamorando a Timothy Hutton en "Beautiful Girls").

P.D.2. para lectores de América: siento citar sólo políticas españolas. Me falta información de otros países y sus vicios para la "reinvención física", pero creo que esa inquietud por la reconstrucción es casi global.

 

 

 

Compartir

  • Eskup
  • Compartir en Facebook
  • Tuenti
  • Meneame
  • Bitacoras
  • iGoogle
  • My Yahoo
  • My Live

21 feb 2011

Marketing de pareja

Por: Paloma Bravo

Marketingp

 

Me dedico profesionalmente al marketing, la publicidad y la comunicación desde hace demasiados años y, aún así, hay palabras que no digo y cosas que no hago. No digo "accionable", ni practico los verbos "agendar", "calendarizar" e "implementar" (hay alternativas en el DRAE y lo prometo: son mejores), no hago DAFO's, no consigo diferenciar bien el objetivo de la estrategia y no hago power point (bueno, sí lo hago, pero, como Bartleby, preferiría no hacerlo).

Y así me va.

El otro día me encontré con David Suriol, coautor del libro que ilustra esta entrada. David y yo nos cruzamos hace años y siempre habíamos discrepado de una forma sana, o sea, sin acritud y cayéndonos bien. Pero ahora nuestras vidas se han hecho divergentes: yo soy un absoluto desastre y él, experto en marketing, es el hombre perfecto (por cierto, también cocina).

¿Por qué?

"La pareja es lo más importante que hay en mi vida. Lo que hago es aplicarle las técnicas que he aprendido, y, por supuesto, planes de fidelización".

- Pues yo no.

- Sol, mírate.

- ¿Qué?

- ¿Cuántas veces te has separado?

- Todas.

- Pues...

- Pues no voy a implementar un plan de fidelización para mi pareja. Me niego.

En fin... David no quiere que hable de marketing, sino de reparto de tareas del hogar, de las diferentes formas de conciliar y de cómo conseguir la "armonía" en casa, sin hacer yoga ni huir a las Bahamas.

David quiere que cuente que existe una encuesta (www.ochoyogures.com) y una fórmula con la que podemos triunfar todos. Aquí está parte de su filosofía:

La filosofía de Ocho Yogures va en contra de lo establecido, de lo que piensan casi todos los hombres y que casi todas las mujeres desean. Es una filosofía de vida que rompe con la tradición de siglos y siglos. Un way of life, que busca el equilibrio y que ensalza a la mujer hasta ponerla en situación de verdadera igualdad frente al hombre. Porque aunque hablemos de igualdad, es mentira, no la hay. Existe en muy pocas ocasiones. No hace falta recurrir a los grandes mensajes que proclama la igualdad, sus ministerios, las secciones feministas o las altas ejecutivas y las escuelas de negocio. Para observar esa desigualdad lo único que hay que hacer es mirar con detalle la vida cotidiana de millones de parejas, personas que buscan el equilibrio pero que juegan al sogatira. Un juego que consiste en estirar y estirar hasta desequilibrar al otro. Una lucha de poder, de fuerza, de resistencia... vamos, todo lo contrario a la búsqueda del equilibrio. La igualdad, por la que tanto se lucha desde las empresas y los organismos públicos, no se acaba de concretar cuando es, en un 95% de los casos, la mujer la que asume la doble tarea de atender el trabajo y la casa. Es verdad que esos planes están cargados de buenas intenciones y que todos los que trabajan por ella lo hacen de buena voluntad. Pero, ¿es esto igualdad?. Rotundamente no. La filosofía de Ocho yogures quiere diseccionar al hombre “no conciliador” para presentarlo como un hombre sensible con su relación de pareja, con inquietudes profesionales pero también con inquietudes personales. Un hombre que entiende el éxito siempre que está ligado con la estabilidad. Un hombre que sabe negociar. Un hombre que antes de imponer, sabe ceder, que al fin y al cabo eso es negociar. El hombre de 8 Yogures no es el que intercambia los roles masculinos por los femenino sino el que negocia con la mujer de igual a igual.

Aquí le pongo el altavoz no sin antes advertir algo que David ya sabe: mi escepticismo radical.

- Igual es una buena excusa, Sol. Igual no pruebas esto porque no quieres triunfar en tu vida personal.

- Igual.

- Sol, el caos tiene más glamour, pero es menos armónico.

- Obvio.

- Igual eres obvia tú, Sol.

- Igual.

Nuestras discusiones son cansinas; os dejo con la encuesta y aclaro una vez más que David y yo nos respetamos y nos queremos, aunque no nos entendemos.

 

 

Compartir

  • Eskup
  • Compartir en Facebook
  • Tuenti
  • Meneame
  • Bitacoras
  • iGoogle
  • My Yahoo
  • My Live

20 feb 2011

Domestícame

Por: Paloma Bravo

El gato, el animal menos dócil, convertido en mujer FOTO Efe

(La foto, que se la debía a Moni, y es de aquí).


—¿Quién eres? —dijo el principito—. Eres muy lindo...
—Soy un zorro —dijo el zorro.
—Ven a jugar conmigo —le propuso el principito—. ¡Estoy tan triste!...
—No puedo jugar contigo —dijo el zorro—. No estoy domesticado.
—¡Ah! Perdón —dijo el principito. Pero después de reflexionar agregó
—¿Qué significa domesticar?
—No eres de aquí - dijo el zorro al principito -. ¿Qué buscas?
—Busco amigos - dijo el principito - ¿Qué significa "domesticar"?
Es una cosa demasiada olvidada – dijo el zorro- Significa “crear lazos”.
- ¿Crear lazos?
—Sí - dijo el zorro-. Para mí no eres todavía más que un muchachito semejante a cien mil muchachitos...

...Y no te necesito. Y tú tampoco me necesitas. No soy para ti más que un zorro semejante a cien mil zorros. Pero, si me domesticas, tendremos necesidad el uno del otro. Serás para mí único en el mundo. Seré para ti único en el mundo...

 

Quien no haya leído El Principito y todo lo que escribió Antoine de Saint-Exupéry, que lo intente, porque nunca sobra la ternura. Yo sólo escribo esto para constatar que sí, que me han domesticado, pero no se lo digáis al autor de esa heroicidad. No me lee y prefiero que no lo sepa. Tengo una imagen salvaje e ingobernable que mantener delante de él.

 

P.D.: ayer estuve leyendo "La bicicleta estática" de Sergi Pàmies y descubrí que no le gusta "El Principito". Por cómo escribe Sergi, reconozco que podría domesticarme cómo, cuándo y dónde quiera, e incluso hacerme cambiar de opinión sobre Saint-Exupéry, así soy de consecuente.

 


Compartir

  • Eskup
  • Compartir en Facebook
  • Tuenti
  • Meneame
  • Bitacoras
  • iGoogle
  • My Yahoo
  • My Live

19 feb 2011

La invención del amor

Por: Paloma Bravo

Mujer_embarazada

(Esta foto no es de Rebeca, pero este texto sí me lo escribe ella y yo sólo le he puesto el título).

 

Cené con un tipo que no me gustó nada.

La semana que viene voy a tener un hijo suyo.

Yo tampoco le gusto a él.

El amor tiene estas cosas.

 

 

Compartir

  • Eskup
  • Compartir en Facebook
  • Tuenti
  • Meneame
  • Bitacoras
  • iGoogle
  • My Yahoo
  • My Live

El País

EDICIONES EL PAIS, S.L. - Miguel Yuste 40 – 28037 – Madrid [España] | Aviso Legal