La novia de papá

Sobre la autora

Paloma Bravo
Soy madrastra, periodista y autora de “La novia de papá” (Plaza&Janés). Este blog no lo escribo yo, lo escribe Sol Beramendi, la protagonista de mi novela. O sea, que es ficción y, por lo tanto, absolutamente real.

Paloma Bravo

SOBRE EL BLOG

Según la RAE, madrastra es una “cosa que incomoda o daña”. ¡Y una mierda! “Tía buena (buena en todos los sentidos), lista e inmejorable” es lo que debería decir. ¿O no? El caso es que me ofrecieron crear una plataforma de “madrastras sin fronteras”, pero mis bestias me necesitan en casa, así que nos hemos quedado en un blog. Para hablar de vuestras familias y otros animales.

TWITTER

18 feb 2011

Mi paciente inglés

Por: Paloma Bravo

El paciente inglés

Sé que creéis que esta imagen es un fotograma de "El paciente inglés".

(Please, recordad que era una de esas pelis basadas en una novela, que los escritores también existimos y Michael Ondaatje es mucho Michael).

A lo que iba: sé que creéis que esta imagen es un fotograma de "El paciente inglés". Error. No es Lászlo Almásy angustiado ante una Katharine Clifton moribunda. No es Ralph Fiennes queriendo a Kristin Scott Thomas.

En esta foto sale Alberto y salgo yo.

Alberto no es inglés, pero sí paciente. Paciente porque tiene paciencia.

Paciente porque es cuidadoso, perseverante, cariñoso. Alberto es cuidador de profesión, amante de corazón y tuitero de vocación. Alberto ha descubierto que se puede cuidar a través de twitter y ha decidido hacerlo conmigo.

Y aquí entro yo, que me llamo Sol y ésa es toda mi luz (tengo algunas más, pero no las llevo encendidas). A Alberto le he caído bien porque cree que sé contar las cosas, porque una vez dije una tontería graciosa, porque le gusta cómo uso la tercera persona.

Pero no digo más de mí porque el que importa es él.

Alberto es, además, algo brujo y me notó triste en un silencio, en algo que no dije. Y decidió curarme. Durante varias semanas, cada día, Alberto ha ido sembrando mi vida de mensajes.

Algunos eran granitos de arena de una isla que me ha regalado para que me refugie y me encuentre. Otros eran miguitas de pan que me han devuelto a mi casa y a mí misma.

Todos eran buenos.

Alberto me ha cuidado, me ha sanado, me ha querido. Alberto no me conoce, claro. No vive en mi ciudad, ni en mi continente, ni en mi isla.

Y antes de que lo pregunte algún zafio, que lo habrá, no sé si Alberto quiere algo a cambio. No me lo ha pedido, no me lo va a pedir. 

Creo que a Alberto le gusta estar y le gusta ser. Y que con eso le basta.

A mí no: yo quiero más.

Quiero más Albertos. Quiero más de Alberto.

 

P.D.: ¿Qué dice mi novio de Alberto? Nada. Mi novio sabe que él no es paciente. Y que tampoco es inglés.

 

 

Compartir

  • Eskup
  • Compartir en Facebook
  • Tuenti
  • Meneame
  • Bitacoras
  • iGoogle
  • My Yahoo
  • My Live

17 feb 2011

"Tú misma"

Por: Paloma Bravo

Pensar

(La foto la he mangado de aquí. No está firmada, y debería).

 

En todas las parejas, en todas las mujeres, en todos los hombres, hay una frase matadora. La killer application, que dirían mis amigos cursis del marketing si supieran hacer metáforas. Esa frase que, como la kryptonita, te desactiva, te hace sentir una mierda y te hunde en la miseria.

Mi amiga Isabel lo tiene clarísimo: "la próxima vez que me diga 'tú misma', me voy directa al abogado".

El marido de Isabel, también es radical: él no discute. Cada vez que discrepan, él se calla hasta que no se calla.

 Entonces le dice "tú misma" y mira para otro lado. Literalmente.

Por ejemplo:

- Nacho, me ha llamado tu madre. Dice que no entiende por qué no tenemos hijos.

- Aha.

- Nacho, no debería llamarme a mí para eso.

- Aha.

- Nacho, que no es mi madre, que no quiero que se meta en mi vida.

- Es mi madre, Isabel, y es mi vida. No quiero discutir.

- Nacho, por favor, que yo tampoco quiero discutir. Me parece bien que se meta en tu vida.

- Pues eso.

- Joder, Nacho, que lo que quiero es que hables con ella y le digas que su hijo eres tú y no yo. Que hable contigo de tus hijos y no conmigo de los míos.

- ¿Por qué?

- ¿Me has estado escuchando?

- Aha. Y no quiero discutir.

- Pues si no quieres discutir, entiéndeme.

- Es que no te entiendo.

- ¿Y cómo te lo explico?

- Tú misma.

Y entonces Isabel resopla y se queda en blanco, sin argumentos, sin palabras, sin recursos, sin alma.

Y Nacho, que en otro tiempo habría abierto el periódico por la página de deportes, conecta ahora su iPad y refresca el mail del trabajo buscando algo urgente que justifique su silencio.

Perdón por el ejemplo largo. Lo que quiero decir es que Isabel me ha pedido un antídoto, algo que ella pueda decir a su marido y que también lo desarme.

No os fijéis en el ejemplo concreto (la suegra de Isabel es una metiche, sí, pero ésa no es la historia). Lo que os pido es que me digáis qué frases os matan a vosotros para ver si conseguimos una que le haga sentir a Nacho un poquito de... No sé. ¿Empatía, interés, curiosidad...? Un poquito de algo.

Él mismo, claro.

 

Compartir

  • Eskup
  • Compartir en Facebook
  • Tuenti
  • Meneame
  • Bitacoras
  • iGoogle
  • My Yahoo
  • My Live

16 feb 2011

El libro de la felicidad

Por: Paloma Bravo

Pues yo no soy mucho de estas cosas, y menos de propagarlas en plan masivo, pero este vídeo me ha gustado y me ahorra un texto, que estoy perezosa.

Lo resumo: "Cree en ti".

 

 

 

Compartir

  • Eskup
  • Compartir en Facebook
  • Tuenti
  • Meneame
  • Bitacoras
  • iGoogle
  • My Yahoo
  • My Live

15 feb 2011

A Dios pongo por testigo

Por: Paloma Bravo

Tara viento

(La foto, claro, es el momento en que Scarlett O'Hara jura que nunca volverá a pasar hambre en "Lo que el viento se llevó").

 

A Dios pongo por testigo que nunca seré una madre babosa y complaciente.

Nunca le contaré a nadie mi parto. Ni aunque pregunte.

Nunca recordaré con precisión el peso de mi bebé. Ni aunque sea múltiplo de tres.

Nunca diré que mi hijo es el más listo. Y lo será.

Nunca dejaré que los niños me quiten la vida, las aficiones, las salidas, los amigos.

 

Estaba preparando este decálogo destroyer de cosas que no iba a hacer cuando fuera madre, quería hacer el típico post provocador, que se me echaran encima varias asociaciones y mis vecinos blogueros de 'De mamas & de papas', pero...

Pero... tengo que confesar que anoche descubrí que ya era madre, que ya era ñoña, que ya soy un caso perdido.

Anoche, y me cuesta decirlo pero lo digo, me salí del cine porque Teresa (mi hijastra de 9 años) necesitaba hablar conmigo.

En mi descargo y para cinéfilos: el móvil estaba en silencio, pero mi ojo de madre postiza vio la luz de una llamada.

Y me encantaría encontrar algún otro atenuante, pero a Teresa no le pasaba nada grave y yo estoy muerta de vergüenza.

Lo siento.

 

P.D.: a los que ayer felicitábais a mi chico, sólo desilusionaros una vez más: el hombre de mi vida, desde siempre y para siempre, es mi padre.


 

 

Compartir

  • Eskup
  • Compartir en Facebook
  • Tuenti
  • Meneame
  • Bitacoras
  • iGoogle
  • My Yahoo
  • My Live

14 feb 2011

14 de febrero

Por: Paloma Bravo

Calendario

 

Si esperáis un post sobre el día de los Enamorados, vais listos: nunca lo he celebrado.

Si esperáis un alegato contra el consumo y la banalización de los sentimientos por culpa de los intereses comerciales, lo siento: me da pereza.

Hoy es 14 de febrero y, para mí, desde siempre, eso sólo tiene un significado: es el cumpleaños del hombre de mi vida.

 

P.D.: para inconformistas y morbosos, os dejo una web con diez sugerencias de regalos anti-Valentín: 10 regalos que dicen "I hate you". Está en inglés, pero el odio se entiende en cualquier idioma. Aquí.

Para pragmáticos, una infografía algo bobalicona de por qué es más barato y más sano ser "single" (se duerme más, se pesa menos y, probablemente, se tiene más sexo).


Compartir

  • Eskup
  • Compartir en Facebook
  • Tuenti
  • Meneame
  • Bitacoras
  • iGoogle
  • My Yahoo
  • My Live

13 feb 2011

Mi familia y otros animales

Por: Paloma Bravo

20070418klpcnaecl_535_Ies_SCO

Hoy estoy en Segovia, con mi familia. Hemos venido a Segovia tantas veces que tengo la sensación de que no nos hemos ido nunca.

Supongo que a los Durrell les pasaba con Corfú. Y aquí enlazo con el título: "Mi familia y otros animales" es una deliciosa obra de Gerald Durrell.

Gerald Durrell tenía 12 años, tres hermanos y una madre viuda cuando se fue a vivir a Corfú. Quería ser naturalista (lo fue, luego, uno de los grandes) y, en plena isla, descubrió que su familia era más interesante que cualquier otro bicho viviente.

 "...al introducir a mi familia en las primeras páginas del libro cometí un grave error. Una vez sobre el papel, procedieron de inmediato a tomar posesión de los restantes capítulos, invitando además a sus amigos. Sólo a través de enormes dificultades, y ejercitando considerable astucia, logré reservar aquí y allí alguna página que poder dedicar exclusivamente a los animales..."

Una madre vitalista y bienhumorada ("Mi madre insiste en que explique que es viuda porque, según su sagaz observación, nunca se sabe lo que puede pensar la gente") y cuatro hermanos entre los 12 y los 23 años, borrachos de adolescencia y de genio (el mayor, Lawrence, escribió luego el maravilloso "Cuarteto de Alejandría"), cada uno con una pasión: Lawrence es el intelectual, Leslie está loco por las armas, Margot por la belleza y Gerald por los bichos.

Y aunque eran ingleses, aunque todo ocurrió en los años cuarenta (del siglo XX), aunque no había móviles ni iPads, todo suena (o a mí me suena) increíblemente familiar: este libro es como mi casa y otras muchas casas que conozco. Nuestras risas, nuestras pullas, nuestras peleas, nuestro amor.

Igual por eso a mí también se me cuela la familia por todos lados. Son muy pesados, son yo.

Para comprarlo, aquí.

 

 

Compartir

  • Eskup
  • Compartir en Facebook
  • Tuenti
  • Meneame
  • Bitacoras
  • iGoogle
  • My Yahoo
  • My Live

12 feb 2011

¿Nido vacío? Las ganas...

Por: Paloma Bravo

Salvetti_nido_radica

Mi madre está llorando de la risa y yo me desespero.

"Es mi sobrina favorita, pero vive en otro planeta".

Habla, creo, de mi prima Itziar.

- Mamá, ¿te explicas y te dejas de reír? ¿Me lo cuentas y nos reímos las dos? ¿Me piro hasta que se te pase?

- Ay, Sol...

Y sigue llorando.

- Es que me ha llamado Itziar. Preocupada. Que si su madre... Que...

Mi madre tiene una risa torrencial que se desata con las meteduras de pata de sus hijos y los libros de Tom Sharpe. Y es contagiosa.

Pero yo soy una cotilla impaciente y, a tirones, le consigo arrancar la historia. Resulta que mis primas (Itziar, Leire y Ainhoa, de nombre y origen navarro, a mucha honra), sobrinas carnales de mi padre, sobrinas elegidas de mi madre, hace ya tiempo que no viven en casa de mis tíos, de sus padres.

Tiempo de verdad, quiero decir. Unos diez años.

Pero ahora, cuando Itziar está embarazada, es cuando le entra la angustia: "que sí, tía, que sí, que mi madre no lo quiere reconocer pero me he informado. Al principio creí que estaba deprimida, pero lo que tiene es el síndrome del nido vacío".

Y hasta le ha enviado varios links de documentación a mi madre, con un par.

Y a mi madre le entra otro ataque.

Mi tía Arantxa es una mujer excepcional. Activa, buena, brillante. Y sí, adora su familia, y no, no ha trabajado ni trabaja fuera de casa, pero nunca ha dejado de tener su vida: su marido, sus amigos, sus planes.

A mi madre le hace gracia todo porque la llamada de Itziar ha tenido un "timing" perfecto: "Justo acababa de colgar a su madre. Resulta que tus tíos han decidido cambiar la cerradura de casa. Están hartos de que sus hijas entren sin avisar y de que les saqueen la nevera, que vayan a su casa a leer el periódico y a tomar coca-cola. Dicen que les van a pillar haciendo cualquier cosa. O que, simplemente, les van a interrumpir en plena vida..."

- O sea, que el nido vacío no está vacío y además es propiedad privada.

- Hombre, claro.

- Tú no estás deprimida, ¿no, mamá?

- No, Sol. Yo estoy feliz de que estéis por ahí, que sois todos muy plastas. Y si no cambio la cerradura es porque pierdo las llaves.

- Mira qué maja...

- ¡Venga, Sol, vete a tu casa!

 

P:D.: Este post está dedicado a Maite y a su madre.


Compartir

  • Eskup
  • Compartir en Facebook
  • Tuenti
  • Meneame
  • Bitacoras
  • iGoogle
  • My Yahoo
  • My Live

11 feb 2011

La perfección

Por: Paloma Bravo

Leonardo_da_vinci

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

(Es una reproducción de 'El hombre de Vitrubio', el famoso canon de Leonardo da Vinci).

 

Menos mal que algunos nos equivocamos para que otros puedan seguir siendo perfectos.

O, quizá, menos mal que algunos son perfectos para que otros nos podamos seguir equivocando.

 

P.D.: para los que no somos perfectos, recomiendo leer "Los imperfeccionistas", una novela de Tom Rachman.



 


 

 


Compartir

  • Eskup
  • Compartir en Facebook
  • Tuenti
  • Meneame
  • Bitacoras
  • iGoogle
  • My Yahoo
  • My Live

10 feb 2011

Sin papeles

Por: Paloma Bravo

Las.Vegas.Wedding.Photographer_full

(La foto es de Trey Tomsik. El precipicio, me temo, es de la pareja retratada).

Tengo un amigo excepcional: científica, empresarial, personal, emocional, política e intelectualmente. Está a punto de celebrar su cuarto aniversario de boda y él lo tenía claro: "Mira, Sol, a los gays de mi generación nos toca casarnos para consolidar un derecho. Luego, los siguientes que hagan lo que quieran".

No es mi caso, claro.

A mí nadie me ha negado el derecho a casarme con un hombre. Y, por lo tanto, no me da la gana de ejercerlo.

Al fin y al cabo -¡sorpresa!- yo ya me casé: en Las Vegas, sin disfraz de Elvis, sin convalidar los papeles. Con un exnovio motero.

(Esto no es un argumento para no casarme, es sólo una confesión impulsada por la nostalgia.)

Lo que quiero decir es que yo no me quiero casar con Pablo. Y no porque no le quiera.

- Sol, no te hagas...

(Pablo vivió en México un par de años y le salen los modismos de repente, a veces pegados a sus raíces machistas; y con esto no quiero decir nada sobre México, sino sobre el machismo impostado de Pablo que asoma cuando cree que puede colar).

- Mira, eres como todas. Todas queréis casaros, te pongas como te pongas. Tú dices que no porque te crees más lista, más progre, más tú. Pero fíjate que tenías tanta prisa que te casaste a los 20.

- Claro que me casé. Y me emborraché, y me tiré en paracaídas, y tomé drogas... Hice un montón de tonterías con cierto control. La prueba es que me casé sin consecuencias y sin romper nada.

- Hombre, Sol, le rompiste el corazón a Álvaro.

Un consejo: nunca dejéis que vuestras parejas conozcan a vuestros exnovios. Pablo y Álvaro (uno de mis ex, justo ese motero con el que me casé) se han hecho colegas por temas de trabajo. Yo no sé si le rompí el corazón, es más, juraría que su único corazón sigue funcionando con gasolina, pero es cierto que desde que lo dejamos no tiene pareja conocida y que, de vez en cuando, me toca irme con él de copas y escuchar sus historietas.

Sigo.

Pablo insiste en que soy como todas. El típico argumento masculino: "Dices que no para que yo te persiga y te convenza. Dices que no para que yo tenga ganas".

- Pues, la verdad, me da una enorme pereza que me persigas. Y más pereza todavía que tengas ganas de casarte. Pero, como lo que de verdad me mata de pereza es discutir, tú sigue con todas esas certezas y, mientras, seguimos sin casarnos.

Y aquí la liamos, porque a los tíos no les gusta nada que discutas como ellos: es decir, dándoles aparentemente la razón, sin discutir y, al mismo tiempo, sin modificar tu actitud ni tus argumentos. 

Así que Pablo se mustia durante unas semanas, con sus días malos y sus noches peores, tristón y silencioso.

"Como una mujer, vaya", me dice mi amigo Koldo cuando se lo cuento: "Cásate con él, Sol, no seas borde".

- Pero si yo no quiero y él tampoco quiere.

Como mi madre ya tiene club de fans en este blog, acudo a ella. Mi madre es una mujer inteligente, discreta y... Cuando quiere, bastante directa. "Sol, por favor, si vais a tener un hijo, os casáis, y si hace falta me echas a mí la culpa, le dices a Pablo que soy una clásica".

- Mamá, tú te has perdido los últimos 20 años. Los hijos de padres sin papeles no son parias ni nada parecido. No les miran mal en los colegios. ¿Te busco unas estadísticas para que te quedes tranquila?

- Que sí, Sol, pero tú te casas. Y lo haces por mí.

Para que veais que mi madre no es perfecta y que yo soy cabezota: no me caso, no, que no es por nada, pero me da pereza.

Mientras tanto, Pablo se ha informado: se lo ha currado para que le asignen en la redacción un reportaje sobre los derechos de "las parejas de hecho" según las distintas Comunidades Autónomas. Me va citando temas de pensiones, hospitales, asignación de vivienda... Y desconecto.

Sigue.

Y le corto: "Pablo, para separarse da igual si eres pareja de hecho, matrimonio o sin papeles. Hay que ir a un abogado o a un mediador y luego a un juez, así que..."

 - Sol...- con tonillo de impaciencia.

- ¿Me quieres decir algo con ese tono?

- ¿Y tú a mí? ¿Me dices ya que te quieres casar? Que puedes ir en vaqueros a la boda y seguir siendo guay, pero te quieres casar, que eres como todas...

- Pablo...

- Sol...

A partir de aquí voy a identificar las líneas de diálogo como en las obras de teatro para que no sea confuso:

Sol:  ¿Cuántos años llevamos viviendo juntos?

Pablo: Demasiados.

Sol: ¿Y tú crees que te quiero, Pablo?

Pablo: Uhmmm... Sol, no seas condescendiente.  Que yo no sé si me quiero casar, pero creo que tú sí quieres.

Sol: Si quisiera, sería contigo.

Pablo: ¿Y quieres?

Sol: Pablo, please, que más casados no podemos estar con la maldita hipoteca a medias...

A partir de aquí, agotamos el diálogo verbal y entramos en el corporal. Y lo inicio yo porque necesito callarle o estallaré de pura frustración.

Esta conversación ocurrió hace meses. Convencí a Pablo de que no querer casarme con él no era no quererlo. No lo convencí de que no todas las mujeres queremos casarnos, lo siento, no tengo tanto poder.

Y os hago otra confesión: si Pablo hubiera querido casarse de verdad, sin dudas, con argumentos sólidos y bien explicados (montar una gran fiesta con nuestra gente, tener 15 días de vacaciones para ir a Bali...), me habría hecho dudar.

Pero si era por reprocharme toda la vida que yo sí quería, por si acaso, por celos, por su madre, por el mundo, por su ex... Pues no.

En realidad, mi postura tampoco es sólida ni razonada: no me quiero casar, simplemente, porque me da mucha pereza (lo sé; es la enésima vez que repito el argumento, pero no tengo otro).

Cada uno que haga lo que quiera.

Y a mi amigo el del principio, a mi amigo Juan, que siga tan maravilloso y que disfrute de su chico y de su casa nueva con los hijos que le van a llegar prontito del otro lado del mundo.

 



Compartir

  • Eskup
  • Compartir en Facebook
  • Tuenti
  • Meneame
  • Bitacoras
  • iGoogle
  • My Yahoo
  • My Live

09 feb 2011

Los diez mandamientos

Por: Paloma Bravo

SEDUCCIÓN-DIEZ-MANDAMIENTOS-DEL-SEDUCTOR-5

(Ilustro el post con un león porque, con la misma melena que las representaciones de Moisés que he encontrado por ahí, es bastante más guapo).

 

"No hagas a los demás lo que no quieres que te hagan a ti". O, por lo menos, inténtalo. Ése, diría, es mi único mandamiento.

Y aquí dejaría el tema.

Pero a algún lector habitual de este blog no le gusto cuando hablo sobre mí, mi vida, mis exnovios. Me exige que os descubra teorías absurdas y nuevas reglas. Supongo que no sabe que yo soy anarquista y sólo creo en reglas propias que me sirven únicamente a mí y son inofensivas para los demás (por ejemplo, acentuar el "sólo" digan lo que digan la Academia y los correctores de EL PAÍS).

Para él, desde la discrepancia, estos 10 mandamientos, las 10 cosas que hay que dejar de hacer para mantener relaciones buenas y sanas. Las he sacado de aquí, otra vez de una web para gringos (mi amigo M. no me deja llamarles yankees, dice que soy una antigua).

Van:

1. Los comentarios hirientes. Sin comentarios.

2. Dar respuestas y soluciones que nadie te ha pedido cuando el otro sólo quiere ser escuchado.

3. La soberbia, el dogmatismo, el creerte por encima.

4. No aceptar las críticas.

5. Ser mandón. Andar mangoneando y diciendo al otro lo que tiene que hacer.

6. Ser distante.

7. Creer que lo sabes todo.

8. Quejarte, quejarte, quejarte.

9. Faltar a los acuerdos.

10. No escuchar.

Con todo mi respeto a ese lector imperativo, a mí me parecen obviedades. Podrían ser diez o podrían ser mil, porque las obviedades son infinitas y pueden llenar millones de páginas de papel y billones de páginas on line.

Puestos a interesarme, me interesan más (interesarme en el sentido literal, de "cautivar la atención y el ánimo", quiero decir, no de aceptarlos ni seguirlos) algunos de los diez mandamientos laicos que propuso hace ya casi tres años Gaspar Llamazares.

(Nota para los que leen esto desde América: Gaspar Llamazares es coordinador de Izquierda Unida, un partido político español cuya declaración de intenciones está presente en su nombre, sea cual sea su realidad. En cuanto a España... es un estado laico que mantiene peculiares acuerdos con la Iglesia católica).

Entre los mandamientos que mencionaba Llamazares, destaco el que más me importa y que hace ya dos legislaturas que nos prometieron: ley de cuidados paliativos y muerte digna.

No tiene mucho que ver con las relaciones de pareja y, sí, todo, con el amor. Aquí lo dejo, abierto a comentarios, opiniones y nuevas reglas.

 

 

Compartir

  • Eskup
  • Compartir en Facebook
  • Tuenti
  • Meneame
  • Bitacoras
  • iGoogle
  • My Yahoo
  • My Live

El País

EDICIONES EL PAIS, S.L. - Miguel Yuste 40 – 28037 – Madrid [España] | Aviso Legal