Llevo varios días intentando publicar una anécdota laboral (de Laura y Zoe, por cierto, no mía); pero mi amigo M. no me deja. "Que el que queda mal no es de mi empresa, que no es mi jefe ni nada parecido, que fue hace meses, que no lee mi blog...". Voy agotando argumentos y me voy exasperando, pero...
Pero M. es una roca y no se inmuta: "¿Y qué? La suspicacia es libre y vas sumando potenciales cabreados cada día que vas al trabajo, Sol, asúmelo, que eres muy tuya...".
No le voy a pedir explicaciones sobre lo de "muy tuya", no le voy a dar ese gusto. Sólo le voy a hacer caso en lo del post porque, al fin y al cabo, hace meses que delegué en él mi prudencia y quizá tenga razón en que jugar con fuego no es un deporte de riesgo, sino una estupidez que no puedo permitirme.
Os quedáis sin anécdota, y seguramente no os perdéis nada. Para M., que odia el calor, esta foto de un sol inclemente. Es mi protesta contra su inflexibilidad. Como un haiku metafórico que tampoco es un haiku, porque ayer Sakurahime nos corrigió a Pablo y a mí en los comentarios al blog, y nunca está de más aprender:
Un poema de tres versos de cinco, siete y cinco sílabas no es necesariamente un haiku. Dejando aparte que "sílaba" no significa exactamente lo mismo en español que en japonés (en japonés, por ejemplo, la 'ene' al final de una palabra se cuenta como una sílaba), para que el poema sea un haiku se requiere además que haga alusión a una de las estaciones del año, entre las que se incluye el Año Nuevo. Para ello el poema debe contener una palabra, llamada 'kigo', que evoca la estación del año mediante un fenómeno natural (la nieve, las luciérnagas) o una actividad humana propia de la estación. Por ejemplo, la palabra 'luna' (tsuki), sitúa al poema en otoño; la palabra 'luciérnaga' (hotaru) lo sitúa en verano. También es imprescindible una "palabra separadora" o 'kireji' que, si se coloca al final de la primera o de la segunda línea, divide el poema en dos partes desiguales, pero de peso equivalente, y tiene como función crear una pausa en espera del resto del poema que dará a éste su significado final. Por ejemplo: kishamichi ni / hikuku kari tobu / tsukiyo kana. En este haiku de Masaoka Shiki la presencia de la palabra tsuki alude al otoño y el kireji es la palabra tobu. En traducción aproximada sería: casi rozando las vías del tren / vuelan los gansos salvajes / noche de luna.
Pues eso, que como me ponga a hablar del curro, la lío; y que los haikus no son tan fáciles como cree el listillo de mi novio. Vamos, todo el mundo corrigiéndome y sólo estamos a lunes...
P.D.: las chicharras del título son mi 'kigo', por el verano, claro, y por mi amigo M., que si le llamo mosca cojonera se ofende, pero si le hablo de chicharras y cigarras se conforma.