("Con ocho basta". Y con tres, y con dos... Toda familia es suficiente y a la vez es demasiada).
El año pasado, cuando todavía era feliz y mi jefe no leía con lupa mis entradas (era otro jefe, era otra vida), yo escribía en este blog todos los días y, encima, escribía mejor. Por eso, ahora que muchos estáis de vacaciones y otros invadidos por el espíritu que todo lo perdona, voy a recuperar una entrada de aquella Navidad. Reciclando, que es gerundio; y ya lo siento, pero es que no estoy en mi sitio y mi jefe me sigue vigilando, me busca y un día me acabará encontrando.
El caso es que así fue mi Nochebuena del año pasado, y la de éste ha sido parecida, y las que me quedan también lo serán, y que sean muchas y no falte nadie más. Porque la Navidad y la familia son conceptos inseparables e irreconciliables, pero aquí estamos: empachados, mimosos y melancólicos.
- ¿Qué hacéis esta noche?
Mi madre es extremadamente respetuosa y no se ha atrevido a preguntar si cenamos en su casa hasta esta misma mañana, a las 9, eso sí, como un reloj.
Mi madre es una santa.
Y yo... soy una descastada y no me acordaba de la Nochebuena. De verdad.
- Lo pregunto y te llamo, mamá.
(...)
- Pablo, ¿en tu casa qué celebran? ¿La cena de Nochebuena o la comida de Navidad?
Una pregunta así de fácil y le he dejado sin palabras: mi novio es fácil de impresionar y, además, le cuesta mucho pensar por las mañanas.
Debemos ser la única pareja del mundo que nunca ha hablado sobre la Navidad. O quizá es que en esta parte de las vacaciones no tenemos a las niñas y nadie nos ha obligado todavía a tragar con el arbolito y el espíritu navideño.
El caso es que en casa de Pablo da igual, porque son ocho hermanos, todos con pareja (menos Miguel, ya se sabe, huido en misión de conquista), todos con dos o más hijos. Quiero decir que en casa de Pablo siempre son demasiados.
Son, además, mucho más formales de lo que creen. Sólo Pablo está separado. Sólo Miguel está soltero (aunque de él no se espera cordura).
En mi casa somos más alternativos. Casi radicales. Como buenos laicos, sólo nos interesa el estar juntos, pero sabemos que la familia es un deporte de riesgo.
Por ejemplo, suele venir mi tía, que ya lleva tres maridos y de cada uno conserva un perro (todos vivos: hombres y animales). Los tiene aún a todos locos por ella y no es raro que mezcle amores y ex (en casa de mi madre, claro, que hace ya dos maridos que vive sola y los tiene a ellos en sus propios pisos).
También está mi primo, el músico, que vive en Pamplona y suele tener bolos en Madrid: más de una vez ha traído a su banda.
Y mis primas, siempre arregladas para irse de fiesta en cuanto se zampan la tarta de manzana de mi abuela.
Pero lo más duro es siempre en la familia cercana.
Mi hermana está casada con un exnovio mío (no es raro, ya he avisado que hay muchos). Lo malo es que éste fue uno de esos errores imperdonables, es un cretino. Yo lo sé, él lo sabe y es mi hermana la única que lo ignora.
Cuando nos toca cena, nos miramos amenazantes y no nos dirigimos la palabra. Un año me pasé toda la cena silbando la música de "El bueno, el feo y el malo". Él es el feo, yo soy la mala. Me gusta ser mala con él.
Con mis hermanos, con los chicos quiero decir, no hay grandes dramas. Porque no los vemos. Se pasan las reuniones refugiados en el cuarto de los niños.
"Estamos controlando", dicen, pero se pican al Risk y al Monopoly exactamente igual que hace 30 años, sólo que ahora los juegos son de sus hijos y los niños les observan fascinados.
¿Y sus mujeres, mis cuñadas? Una ya no viene nunca. No sabemos por qué. La otra ha aprendido a jugar al Risk.
¿Y los niños, entonces?
Los niños hacen mucho ruido.
"¡Cuánto tardan en crecer...!", se lamenta siempre mi padre.
Y tiene razón, porque cuando consiguió superar a sus propios hijos, llegaron sobrinos y sobrinastros, y empalmaron con los nietos que van a unirse a los nietastros.
Mi padre aún no conoce a Eva y a Teresa. Quiero decir que no las conoce en acción. Ésa es una sorpresa que le tenemos reservada para la Nochevieja.
En cualquier caso, esta noche cenamos en casa de Pablo, que uno está más tranquilo, y mañana ahogaremos nuestra resaca y nuestra melancolía en casa de mis padres.
No hemos discutido como otras parejas. No ha habido chantajes ni presiones: en realidad, los dos preferiríamos pasar la Navidad en la Patagonia.
(Nota exclusiva para mi familia: esto es ficción. Quiero decir que sois tal y como os describo, pero no es verdad que no quiera estar con vosotros. Jamás me iría a la Patagonia en Navidad, y menos si, como ayer, puedo sentarme al lado de mi prima Bea para que alguien -no digo quién, pero ya te vale- nos explique sus desventuras con una bolsa de marihuana...).
Muy interesante y divertido post, creí que se trataba de una comedia de los 70's américana.
Publicado por: Abogados especialistas en Familia | 16/01/2014 13:42:04
me rio con tus aventuras y las certifico donde el cretino ( hace un año ufff) solo durar contigo cinco minutos, eso puede ser un limite o una proeza, de tus ex me gusta el lema de ser una mujer de mundo y la mejor " voy de borde para parecer lista", la familia no se escoge, la compañia de Bea( o la de turno), puede ser fugaz o lisonjera, ya quedan recuerdos donde las ex no entraban y los solteros salian antes de comer la tarta y que decir que los momentos de risk o de monopoli los haciamos todos en la cocina al calor de la estufa y con las delicias de la abuela, feliz año SOL.
Publicado por: ludens | 27/12/2011 18:07:53
no hay nada mas cutre que repetir una entrada vieja
puaj!
Publicado por: luis | 26/12/2011 20:33:58
No debe estar nada mal pasar navidades en patagonia: ni frío ni calor.
Me alegra que sigas gerundeando (o era reciclando?) para goce de las que no andamos mucho por aquí.
Hace 8 años que no tengo navidades (si hubier sabido que esa era una de las consecuencias de cambiar de pais, lo habría hecho antes) y feliz de la vida: no discusión, no kilos de mas (los que están es lo que ya tenía el 23, ni un gramo más)
Vamos a ver que hago en noche vieja: siendo también fin de semana, probablemente me acueste estae año y despierte en el 2012
Felices fiestas venideras en familia y amantes
Agurín
Publicado por: Una ET en Euskadi | 26/12/2011 14:50:17
La familia, ay, la familia...
¡Un click sobre mi nick para darles un alegrón!
Publicado por: Cacadelavaca | 26/12/2011 13:11:17
He disfrutado de tu post, con su halo profundamente auténtico y reflexivo disimulado tras un estilo sincero, natural y espontáneo (dentro de la ficción a la que suele superar la realidad).
Y una genial introducción.
¡Saludos y felices fiestas!
Publicado por: María | 26/12/2011 11:23:32