La novia de papá

Sobre la autora

Paloma Bravo
Soy madrastra, periodista y autora de “La novia de papá” (Plaza&Janés). Este blog no lo escribo yo, lo escribe Sol Beramendi, la protagonista de mi novela. O sea, que es ficción y, por lo tanto, absolutamente real.

Paloma Bravo

SOBRE EL BLOG

Según la RAE, madrastra es una “cosa que incomoda o daña”. ¡Y una mierda! “Tía buena (buena en todos los sentidos), lista e inmejorable” es lo que debería decir. ¿O no? El caso es que me ofrecieron crear una plataforma de “madrastras sin fronteras”, pero mis bestias me necesitan en casa, así que nos hemos quedado en un blog. Para hablar de vuestras familias y otros animales.

TWITTER

26 mar 2012

Mrs. Twitter

Por: Paloma Bravo

Graduado

(Dustin Hoffman fascinado por la pierna de Anne Bancroft en "El graduado").

Pasan los años y yo, que me creía tan guay, tan moderna, y, sobre todo, tan joven, con licencia para seguir siendo infantil e irresponsable, me encuentro una noche tuiteando con el novio de mi hijastra. Y no me pidáis que lo repita porque "novio" e "hijastra" son palabras que nunca deberían haberse quedado pegadas a mí.

 

- ¡Coño!- me alerta Pablo, siempre solidario- ¿no te pensarás marcar una de Mrs. Robinson con el novio de mi hija?

- No, corazón, que me lo ha pedido ella y como sigas te contesto una burrada sobre virilidad, juventud y tabletas de chocolate...

 

Eva me ha pedido que tuitee con él, porque desde que ha abandonado su yo preadolescente en Tuenti y ha aterrizado en Twitter, encuentra que mola todo tener madrastra siempre y cuando no baje de los 3.000 seguidores.


- Si llegas a 5.000, igual te digo que te quiero; si llegas a 10.000 te dejaré irme a buscar a la puerta de la discoteca; si pasas de 20.000, te invito a mi fiesta de cumpleaños...

- I can't wait. 

- Eres una chula de mierda.

- También.


Mi vida en twitter se ha convertido en una pesadilla, como "El show de Truman" pero abierto a comentarios y sin ningún tipo de clemencia: me siguen las amigas de Eva, me vigilan, me acosan y me puntúan. Y ella, claro, lo retuitea todo: "que dice María que eres una pedante; Laura que eres una burra; y mis amigos que tu foto es una mierda o que tú eres infollable".

Vale.

Pero Eva aún quiere más: quiere, en serio, que tuitee con su novio, que le impresione con mis seguidores y, sobre todo, ya puestos, que les consiga por la vía del mecenas unas entradas para el Atlético de Madrid-Real Sociedad para tenerlo contento y enamorado hasta mayo.

"Lo intento, Eva, pero los mecenas ya no son lo que eran. El otro día para invitar a mis hermanos al Atlético-Athletic tuve que echar mano de mis amigos, que no tienen tanto poder como el mecenas pero me quieren de verdad".


- No me cuentes tu vida, madrastra, y consígueme entradas, que han estrenado "Blancanieves" y estoy a punto de traumatizarme otra vez, como cuando empezaste a salir con papi, salvo que me compense mucho tenerte en casa. Capisci?

- Sí, claro. Y también estás a punto de que te estallen las hormonas y de echar tu primer polvo.

- ¿Ves como eres una burra?

 

La verdad es que el novio de Eva me gusta (tiene sentido del humor y es atlético), así que les intento conseguir las entradas e intento olvidar que tengo una hijastra con novio hasta que...

Hasta Pablo, claro.

Que se quiere apuntar y no es por interés de padre cauto, no. Es por puro gorroneo. Y enreda un poco, y luego mucho, y me dice a mí que Eva quiere que vayamos con ellos, y a Eva que ha sido cosa mía, y al mecenas que son cuatro entradas o ninguna...

Eva nos ha mandado a la mierda a los dos, aunque admite en privado que yo soy una madrastra guay que tiene mal criterio con los hombres. Y ella y su chico van a ir solos al Calderón, el 2 de mayo, que se lo pago yo, y Pablo va a enfadarse conmigo por contar todo esto, y acabaremos divorciados, y yo veré el partido con Koldo y unas cervezas, sin problemas.

Pero esto, el que las hijas de Pablo entren en la más feroz adolescencia sin que su padre la haya abandonado, explica por qué últimamente no puedo hablar en este blog de mi familia, y sí, sólo, de mis alrededores: mis amigos son adolescentes, pero al menos lo saben y lo aceptan porque está en su naturaleza.

 Mi novio no. Él dice que es adulto y que está en la mejor edad para el sexo y yo creo que sí, que en la mejor edad para tocar los cojones.

Debe de ser la violencia estructural, o la genética. Cualquier cosa menos su propia caradura. Y entonces se asoma por encima de este post y me dice: "Cariño, aún tienes tiempo de llevarme al fútbol, anda, hazme feliz...".

Y yo lo haría, pero hacerle feliz me envejece.

@PalomaBravo

 

 

 

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08 mar 2012

¿En tu moral o en la mía?

Por: Paloma Bravo

Gilles_Deleuze_2_H
Foto de Gilles Deleuze.

 

Escribo esto de parte de mi amigo P. (amigo masculino, ojo, nótese).

"¿Qué moral aplicamos a esto? ¿La tuya o la mía? Lo digo porque si vamos a follar, que follamos y bien, o si vamos a hacer el amor, como te gusta decir a ti, lo que no tiene sentido es que me vengas luego con cuentos. Que me quieres pero no puede ser, que no quieres traicionar a nadie, que... ¿Que qué? ¿Te he pedido yo algo? No, ¿verdad? Pues no me sueltes tu culpa".

 

"Diles a las casadas y a los casados, a los emparejados en general, que no se monten pelis de amores imposibles, mala suerte y bad timing. Diles que el divorcio es legal y el sexo también. Diles que el amor es libre o no es. Diles que la renuncia y la omisión son formas de elección...".

"...Diles que es su puto problema si se quieren acostar con alguien más y son correspondidos en el deseo. Diles, por favor, que si es que sí, que lo disfruten, y si es que no, y es que no por culpa, están haciendo el gilipollas, porque la traición ya la tienen instalada en el discurso...".

"...Diles que se lo hagan mirar, que no se puede desear sólo lo que no se tiene. Díselo tú porque se lo tiene que decir alguien. Que entre la gente que no sabe estar sola y la gente que no sabe estarse quieta, los solteros nos vamos rompiendo el corazón y el sexo en cada esquina. Y, hombre, nos gusta, nos gusta querer y nos gusta follar, pero tampoco es eso, que ni somos masocas ni nos aburrimos tanto...".

Todo esto nos lo cuenta P. a Juan, a Xevi y a mí en una cena en Casa Hortensia. Y como tiene toda la razón, y lo cuenta bien, y la merluza está rica, le dejamos terminar y aquí se queda: ya está dicho.

@PalomaBravo

 


 

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05 mar 2012

La pedrada y el cerdo

Por: Paloma Bravo

Cerdo

Lo que no le pase a mi prima Mica no le pasa a nadie. También es cierto que Mica atrae los conflictos, las piedras y los golpes: donde va, siempre hay tormenta.

A Mica se le ocurrió que sí, que podía hacerse la guay y llevarse a un par de niñas rubias a ver a Candela y a Itxi, las hijas de Manolo y Marta, montar a caballo en un sitio lejano, allá por las zonas pijas en las que sólo puedes ser punkie si es con ropa de marca.

Y Mica, que es una valiente llena de miedo, metió a las dos rubias de cuatro y cinco años en un coche prestado, y se fue al Pony Club de La Moraleja con toda la paciencia que le regalamos por Navidad ya un poquito desgastada.

Yo conozco ese ponyclub y he de admitir que es un microclima social: en medio de la opulencia, un sitio sencillo, con gente de todo tipo. Hay una terraza, la cerveza está rica y tienen los ganchitos venenosos que les gustan a las niñas. Y, además, se puede correr, que es lo que suele hacer Mica cuando no está en su elemento: correr con niñas en brazos y pasárselas a Manolo para sorberles toda la risa y la felicidad que llevan dentro.

Hasta que, claro, pasan un par de horas de carcajadas y juegos y Manolo y Marta se van a comer a su casa, muy disciplinados.

Entonces Mica se encuentra con las dos rubias ya cansadas y borrachas de ganchitos, testarudas como burras en ese sitio de caballos, empeñadas en hacerle carantoñas a un cerdo que duerme obstinadamente.

Y Mica no se puede ir todavía porque, en uno de sus líos, hay un tipo que vive cerca y la quiere ver. "Te llevo a los perros y así juegan con las niñas". Las niñas gritan que sí, que quieren perros, cerdos y caballos. "A tu familia y a todos tus animales, Mica", como si ya hubieran leído a Durrell.

O sea, que esperan al admirador de Mica, que lo llamo admirador por llamarle algo y porque él solía denominarse así, antes de ese domingo infausto. Y las niñas con el cerdo, y Mica sin paciencia, y un niño, o un cerdo, que ve a alguien fuera de su elemento, y coge una piedra del tamaño de una pelota de tenis y se la lanza a la cabeza.

"Poum".

Mica cae y ve las estrellas, como si fuera un personaje de tebeo, que lo es, y todo empieza a dar vueltas y a pasar muy rápido: el niño sale corriendo, sus padres también, las rubias se parten de risa y aparece un perfecto cabeza de familia: "Lo he visto todo. No puedes estar bien. ¿Qué hacemos? ¿Los persigo, los denuncio, te llevo...?".

Y Mica sigue en el suelo, "que no, que no, un millón de gracias; ahora viene un amigo".

Tururú.

Su admirador aparece en un cochazo, sin los perros, y deja de admirarla. Normal, no hay nada admirable en una punkie desplazada que se ha rebozado en arena y risas y ahora tiene los ojos llenos de lágrimas mientras intenta seguir vigilando a dos rubias que se quieren pelear y romper -ya definitivamente- con el cerdo.

Y, el tipo, que ya no la admira, se pone a mirar a los lados: "que nadie me vea aquí, con esta tía que me parecía cool y ya no me gusta, que no haya nadie conocido, que...".

 

- Que me voy, Micaela, que tengo una comida.

 

Y Mica, toda valiente, caída como una heroína, llora en silencio y le dice que sí, hala, disfruta, majete, y, como puede, mete a las niñas en el coche, y empieza a conducir sin ver, y las niñas cantan: "Mica, qué te pica, qué te pica, Mica, Mica", y Mica aguanta y se traga las lágrimas y devuelve las niñas y el coche, y, cuando por fin pisa la calle y huele el centro, según me cuenta, grita "¡Hostia puta!", muy alto, altísimo.

Y ya, así, relajada, se pone a sangrar.

Al hospital la llevamos Pablo y yo en misión de emergencia.

Y, claro, no le hacen un escáner, que total para qué, y Mica pierde la visión de un ojo, y no puede comer, y se va desdibujando hasta que... Hasta que el osteópata le coloca la sonrisa y Manolo y yo le prometemos que este domingo volvemos al Pony Club.

No vamos a tirar piedras, no. Sólo vamos a rajar las ruedas a los cerdos. Somos punkies y tenemos navajas de marca. ¿Que no? Pues sí, que también viene Koldo.

"Paz y buen rollo", cerdos.

 

P.D.: este post es para Cris y para Elena, que me hicieron llorar de risa en el lugar donde suelo llorar de rabia y de impotencia.

@PalomaBravo


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01 mar 2012

¿Amor o entropía?

Por: Paloma Bravo

Burbuja

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

Mi amiga Clara se ha enamorado. Con ganas. De verdad. Se ha enamorado de alguien a quien no conoce. Y ya lo quiere. También de verdad.

- Y espera a que lo huela, que lo toque, que...

- Que sí, que sí, que lo más profundo es la piel, que eso me lo sé...

Clara -como siempre me señala Carmen, que ha visto ya de todo- espera demasiado del amor. Pero eso no significa que no lo vaya a obtener; cosas más raras se han visto, Carmen (por ejemplo, y cambiando de tercio, que Mariano Rajoy haya llegado a ser presidente de Gobierno, o su antecesor que... Que nada, me callo, que me regañan mis amigos).

El caso es que el hombre al que quiere Clara es un filósofo y le acaba de mandar un mensaje: "Salgo a buscarte aunque no sé dónde estás. Voy a dejar que decidan el azar y la necesidad. Que decida la entropía".

Y Clara ha entrado en tromba en mi despacho:"¿Qué demonios significa "entropía"?"

- Ni flowers- le he dicho muy tranquila, ajena a la trascendencia de la pregunta.

- Gggrrr...

- Vale, vale, no hiperventiles. Lo miramos.

Y lo hemos buscado en la aplicación del DRAE y nos hemos quedado igual (o peor; bastante más conscientes de nuestras limitaciones):

 

entropía.

(Del gr. ἐντροπία, vuelta, usado en varios sentidos figurados).

1. f. Fís. Magnitud termodinámica que mide la parte no utilizable de la energía contenida en un sistema.

2. f. Fís. Medida del desorden de un sistema. Una masa de una sustancia con sus moléculas regularmente ordenadas, formando un cristal, tiene entropía mucho menor que la misma sustancia en forma de gas con sus moléculas libres y en pleno desorden.

3. f. Inform. Medida de la incertidumbre existente ante un conjunto de mensajes, de los cuales se va a recibir uno solo.

 

Y yo alucino:

- Clara, tía, ¿cómo puedes querer a un tipo que no conoces y al que no entiendes?

Y me ha matado con la mirada, y se ha ido corriendo porque, con google en la mano, ella ya sabe donde trabaja él, y, en la puerta de su oficina, más tarde o más temprano, por necesidad, por azar, por entropía o, probablemente, por pura cabezonería, seguro que se van a acabar tropezando.

Hace bien.

Yo también creo que al destino hay que guiarlo, porque algunas veces se pierde y otras no llega.

 

P.D.: este post es para Chefi, porque sólo ella y Clara son capaces de querer así, con tantas ganas, a sus amigos en particular y a la vida en general. También es para Clara y el filósofo, para que sepan encontrarse y crearse una burbuja.

P.D.2: eso sí, aviso que sólo por Chefi he salido de un retiro al que debo volver por prescripción facultativa. Haré excepciones, claro, que me gusta desobedecerme a mí misma y, de hecho, el lunes también habrá post, que me lo ha pedido Cris y siempre le hago caso. Y, ya de paso, os cuento que este sábado 3 de marzo hablaremos de blogs y literatura en Madrid (más info aquí). Y luego firmaremos libros y gintonics en La Independiente.

@PalomaBravo



 

 

 

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