
(En la foto, James Dean leyendo. 'Reading is sexy').
La semana pasada publiqué un ebook. En números son 1,49€, 3 relatos, 30 páginas. En palabras es más.
A partir de aquí (ojo, disclaimer) este post puede tener efectos promocionales. En estos tiempos de sobreinformación y egosocialismo (el ego ventilado en las redes sociales), no quiero dar la lata, pero sí me gustaría explicar el lanzamiento y la existencia misma de este libro. Gracias por vuestra comprensión.
Por partes:
1. LOS CUENTISTAS.
Los cuentistas, para mí, son los americanos: Cheever, Carver, Moore... Esos escritores que, con una sencillez brillante y demoledora, diseccionan la vida cotidiana y te enseñan el lado más frágil del ser humano.
Lo que yo he aprendido sobre mí misma leyéndolos es casi más de lo que he aprendido viviendo.
Y eso que también aprendo escribiendo. Porque las tres protagonistas de estos relatos se me metieron dentro, se me desnudaron y me pidieron que contara su estrés, su impaciencia y sus problemas con la virtualidad como forma de convivencia. Me pidieron, también, que les resolviera la cuestión del perdón.
2. EL PERDÓN.
Siempre me ha obsesionado la imposibilidad metafísica del perdón: ¿cómo puede haber perdón si no hay olvido? Recordar no es ser rencoroso, es tener memoria. Y claro que no se trata de hacer reproches y vivir con la lista de ofensas y deudas colgada en la nevera, pero también es verdad que el perdón no es una tarifa plana en la que cabe todo si una vez por semana te pones de rodillas y repites la frase mágica. "Perdona".
Por ejemplo... Hay gente que te da una hostia, te pide perdón y quiere que actúes como si no la hubieras recibido. Hay gente que cree que su perdón es un lujo solo digno de los bienaventurados. Hay gente que te perdona cosas de las que tú ni siquiera te arrepientes... El perdón, para algunos, es como el agua bendita: yo la bendigo, yo la reparto, tú te la tomas como un milagro.
No conozco un perdón inocente.
3. LA SOLEDAD.
Hace poco, un tipo al que quiero me hizo asomarme a su melancolía. "¿Qué te pasa?", le pregunté, "si acabas de volver de un viaje romántico con tu chica...".
- Me pasa que no la quiero y que al no quererla me doy cuenta de las ganas que tengo de querer. Me pone más triste ser querido y no querer, que estar solo en mi casa.
Le pasaba todo eso, que venía de un viaje en el que se sentía solo estando acompañado y que no conseguía bajarse del verbo "querer" ni dejar de conjugarlo.
Unas semanas después, otro hombre me dijo que ya no quería a su mujer. "No la quiero, pero ella me necesita". Y yo le pregunté si no era una falta de respeto y un exceso de condescendencia el pensar que ella merecía estar con alguien que no la amaba.
- Sí, puede ser, nunca lo había visto así.
Se quedó pensando y quizá ahora hasta se dé cuenta de que la quiere más de lo que está dispuesto a admitir.
A lo que voy: que estar solo no es fácil. Pero pedimos imposibles, exigimos que una sola persona nos lo dé todo. Marcar el check en la casilla de "pareja" y seguir adelante con nuestras vidas. Y, no soy experta, pero me temo que nuestras vidas pasan de ajustarse a las casillas.
Mi amigo Manu, otro ejemplo, me habla siempre de un día que yo no recuerdo. Pero él insiste: "Que sí, tía, que me convenciste de que es una utopía buscarlo todo en una sola pareja y que podía encontrar el sexo en una, la complicidad en otra, la compañía en una tercera, la madre de mis hijos en una cuarta... Y todas con derivaciones... Me salvaste la vida".
Si él lo dice...
No es fácil estar solo, repito. Y, al mismo tiempo, ¿qué quiere decir solo? ¿Sin pareja? ¿Sin amigos? ¿Sin hermanos? Las tres mujeres de mi relato están solas porque no tienen pareja, pero ni ellas ni yo diríamos que eso las define.
4. LAS MUJERES.
Algunos comentaristas de este blog me acusan de escribir "para" mujeres y "contra" los hombres. Lo negaría si no creyera que están en su derecho de percibirlo como les dé la gana. Escribo desde mí, y soy mujer, con lo que eso implique, que puede ser cualquier cosa o no ser nada. Es evidente que nunca he vivido como un tío, y eso que soy poco femenina en un millón de desconcertantes sentidos.
Por otro lado, soy incapaz de vivir sin hombres: me gustan y los necesito mucho más de lo que yo les gusto a ellos.
Y es que aquí no estoy retratando a los hombres en general, sino a unas mujeres en particular.
5. LOS HOMBRES.
Los hombres que se cruzan en la vida de estas mujeres no son los que mi madre querría como yernos (literalmente), pero eso no dice nada contra los tíos, sino contra el criterio de Julia, de Alejandra y de Martina. Sobre mi criterio prefiero abstenerme, quizá algún día mi madre (que es una suegra perfecta) me arrebate el blog y se explaye; sería divertido y... bastante bochornoso.
Sí puedo decir que conozco y disfruto de hombres que son grandes parejas y personas inmensas. Y los hombres de mi vida (mi padre, mis hermanos, mis amigos) saben lo que pienso, lo que soy y lo que doy. Creo que no tienen queja y, de hecho, a ellos les dedico mi próxima novela que saldrá en primavera (este ebook es para Vivi).
6. EBOOK.
Un ebook es una forma de demostrar que la cultura no tiene precio. ¿Cuánto cuesta la creación del autor y la emoción del lector? ¿Cuánto cuesta el tiempo de los dos? ¿Cuánto cuestan sus almas? ¿1,49€, 2,49€, 7€, un millón? Todo y nada; de hecho, este libro no tiene DRM. Aunque, en el fondo, da igual: ya no se vive de esto, ni de escribir ni de publicar.
Aun así, yo creo que en estos tiempos despiadados tenemos obligación de contarnos, de entendernos, de crear y de resistir. De no dejar que nos impongan textos malos y bien valorados por un algoritmo misterioso, de evitar que nos invada lo que está pasando en las redes mientras ignoramos lo que nos pide nuestra piel y lo que nos exige un mundo que debe ser más justo, más solidario, mejor.
No sé si lo que hago es
literatura, sí sé que por las noches, cuando mi casa duerme, escribo, leo o acaricio a
alguien a quien quiero; por eso sé que la vida y la literatura son infinitamente mejores que una íntima amistad con mil perfiles de Facebook que se esconden detrás de una pantalla.
Este ebook cuesta 1,49€. No es dinero. Es (pretende ser) literatura: un texto que lees y te emociona, que tiene vida y te da más.
Aquí está el link, ya no es mi libro, es el vuestro: "Tres mujeres solas".
Gracias.
@PalomaBravo
