18 enero, 2008 - 10:07
Un anillo para saludarlos a todos
Ya sabemos cómo acaban las tarjetas de visita: desperdigadas por la mesa, ocultas en bolsillos de chaquetas o troceadas para boquillas. Pero lo cierto es que si el hardware no es el más conveniente, el contenido –el contacto- sigue siendo necesario para que la rueda de los negocios no se detenga. Si a esa necesidad añadimos la carencia del sentido del ridículo más esencial tenemos la solución perfecta: la tarjeta de negocios en forma de anillo, con la que podemos intercambiar nuestra información personal con un apretón de manos.
Cada anillo está sincronizado con una tarjeta de visita digital, que muestra la información de las personas con las que hemos chocado nuestras manos. Cuando dos usuarios del anillo se dan la mano sus respectivas informaciones se transfieren a los anillos recíprocos, siendo posible recuperarlas posteriormente en las tarjetas inteligentes.
Sentenciamos: Si hemos
sido capaces de parecer enajenados hablando solos con el pinganillo puede que
el terreno esté fértil para el anillo
Comentarios