VIA y su mini-yo

Está claro que VIA Technologies va en serio en su afán de romper el duopolio de los microprocesadores, como bien demostró de la mano del profeta Isaias y su familia CM-7 . Y lo vuelve a demostrar plantando cara a Intel y a su ahijado, el ASUS Eee, haciéndole un feo donde más le duele: en los nuevos portátiles chiquitillos, esos ordenadores energéticamente eficientes que se pueden llevar (y conectar) a todos sitios, los must de la temporada que todo el mundo puede tener casi por la patilla (ja).

Sin embargo, si el ASUS se presentaba en solemne ceremonia religiosa, el novedoso VIA OpenBook llega al mercado fardando de su “Premio Oro 2008 al diseño y la innovación” que le han concedido en la feria Computex Taipei, que aunque suena lejos, es la segunda “Computer Expo” del mundo (después del CeBiT) y que se está celebrando esta semana.  

Y parece que ha gustado a propios y extraños.

El mercado de los miniportátiles es el segmento de más rápido crecimiento en la industria de los PCs móviles y el VIA OpenBook viene dispuesto a comerse un buen bocado. Tanto que montando un chip VIA C7^®-M ULV promete “conectividad de banda ancha sin rival, reproducción superior de vídeo-audio y gráficos impresionantes”.

Y todo en un formato “concha” con apenas 1kg. de peso y con una pantalla de 8,9" que soporta resoluciones de hasta 1024 x 600. Una pantalla que junto con los 8 canales de sonido de alta definición lo convierten en una plataforma miniportátil con prestaciones multimedia muy apetecibles.

Aunque lo mejor es su apuesta por la personalización. Desde su página web se puede bajar los archivos CAD de los paneles los paneles externos del VIA OpenBook. Igual alguien es mañoso y capaz de fabricarse su propia carcasa de ordenador; aunque tener los planos del diseño con licencia para compartir (Creative Commons) abre muchas posibilidades a que otros los customicen por ti.

Pero mejor les dejo con Richard Brown, Vicepresidente de Marketing de VIA Technologies Inc., que, haciendo parada y fonda en distintos lugares, nos explica sus bondades a ritmo de guitarra. ¡Que bien de pelo, Richard!

 

Sentenciamos: Por tener, tiene una pinta muy buena. Esperamos poder meterle el diente para ver cómo ronronea.