Ladrones de fuego

H. Frankenthaler y la República Española

Por: | 05 de enero de 2012

HELEN FRANKENTHALER   (1928-2011)

 frankenthale 20

     Murió hace nueve días la pintora estadounidense Helen Frankenthaler, a la edad de 83 años. La conocí a primeros de junio de 1998, cuando presentó en el Museo Guggenheim de Bilbao  quince óleos de gran formato, pintados entre 1956 y 1959.
     Enmarcada en lo que se llamó segunda generación del expresionismo abstracto, la pintora neoyorquina es deudora de los dos adalides de la primera generación, Jackson Pollock y Willem de Kooning. Participó como ellos en la pintura de acción, pero sin llegar a traspasar los límites que, según ella, le llevarían al caos. Mientras Pollock y de Kooning, movidos por sensaciones de lo inmediato inconsciente, labran astros de desespero que los llevara al máximo acto creativo, Frankenthaler elabora en torno a ese límite no traspasado. En su caso, allí donde acaba la energía compulsiva, empieza el control de la obra, su fabricación consciente.
     Además de la gestualidad, pathos esencial de la pintura de acción, Helen Frankenthaler introdujo el uso de la trementina como agente técnico de singular valor. Sobre lienzos sin imprimación, la trementina, por su carácter fluidificador y disolvente de la pintura al óleo, reacciona químicamente en expansión. Es decir, lo que se expande va creando nuevas formas. Las manchas se autogestionan. Crean lo que podíamos definir como la mancha y su cerco, o lo que es lo mismo, la masa y su halo. Y así, por medio de ese material exudado, la artista yuxtapone trazos sueltos repartidos por el lienzo. El resultado final se traduce en abstracción lírica. 
     Existe una comparación última con sus dos antecesores. Si para ellos la mirada del espectador debería estar animada por una suerte de arrebato impetuoso, para contemplar la obra de Helen Frankenthaler la mirada del espectador precisa un acercamiento interiorizado al lirismo propuesto por la autora. 
 
    Una hora antes de la rueda de prensa concedida por la artista estadounidense en el Guggenheim, tuve un encuentro personal con ella. Le llevé un libro mío, donde estampé una dedicatoria a su nombre y para aquel con quien estuvo casada cerca de tres lustros, el pintor Robert Motherwell, muerto siete años antes. Conseguí que le tradujeran el contenido de la dedicatoria. En primer lugar, valoraba el exquisito lirismo de sus piezas, para después centrarme en Mortherwell y en su encomiable generosidad al consagrar treinta años de su vida a pintar la serie conocida como Elegías a la República Española, todas ellas de grandes dimenensiones. Helen Frankenthaler llevó a su rostro una abierta-franca-dulce sonrisa, agradeciéndome la cariñosa dedicatoria con un gentilísimo abrazo.  
     Por si alguien no lo sabe, lo cuento ahora. Robert Mortherwell tenía 22 años cuando escuchó la conferencia del escritor francés André Malraux, sobre la guerra civil española, la cual le impactó y sobrecogió. A esto se añade la lectura en aquellos momentos del poema Llanto por Ignacio Sáchez Mejías, de Federico García Lorca. Vino después  la aparición del Guernica –ese desgarrado réquiem por las inocentes víctimas del fascismo–, óleo de Picasso, artista al que Motherwell admiraba. 
    Las tres circunstancias referidas fueron determinantes para que Motherwelll se dedicara en cuerpo y alma a la creación de las Elegías a la República Española. Unas palabras suyas explican parte de su ideario: “Las imágenes de las elegías están vinculadas al sentimiento del poema, ‘Llanto por Ignacio Sánchez Mejías’. Es un equivalente visual. La fuerza del poema de Lorca y su resonancia poseen una dimensión superior a la muerte de un torero, pero tal vez no superior a la muerte de España”.
     Este es mi homenaje hacia el autor de las fomidables elegías, y el mejor de los recuerdos para la  excelente artista Helen Frankenthaler.

    [En la imagen, la pintora lleva el libro en la mano. Le acompañan, Julia  Brown -comisaria de la muestra-, Thomas Krens y Juan Ignacio Vidarte, directores de los museos Guggenheim de Nueva York y Bilbao, respectivamente]

                                                                  [el siguiente personaje Marcel Marceau]

 

 

Hay 10 Comentarios

Gracias por enseñarnos también poesía visual. Me acuerdo que el la exposición inaugural del Guggenheim estaba uno de los cuadeos de Motherwell que se asimilaba a un alambre de espino visto desde muy cerca. El cuadro era enorme y era la simplificación a modo de mensaje visual, de metáfora en blanco y negro, de la ausencia de libertad.

Pero es que nadie se da cuenta? quién rinde un "humilde homenaje" hablando de sí mismo? Quién felicita a una mujer autónoma, enorme y valiosa en si misma hablando del trabajo de su esposo?
Me parece que es una falta de respeto en toda regla.

Para rendir homenaje debemos despojarnos de nuestros egos, ne nuestro afán de protagonismo y de nuestras absurdas referencias personales patrióticas.

Un oco de respeto y un brindis por el expresionismo abstracto

Qué gran ventaja es poder ver a través de internet las obras de esta gran artista ahora desaparecida, así como parte de las “Elegías a la República Española”, pintadas por su marido en homenaje al drama que sufrieron los españoles.
Y qué privilegio poder leer con esta inmediatez una descripción tan gráfica y perfecta como ésta. Podría parecer que estamos en el museo Guggenheim, contemplando maravillados e inmersos en sus colores y tonalidades, los cuadros de Helen Frankenthaler.. Es una amena visita guiada que nos abre las puertas del expresionismo abstracto y sus sensaciones.
Y es una pena que alguien pretenda olvidar lo importante que ha sido para aquellos que sufrieron en cuerpo y alma el dolor de una guerra, la comprensión mostrada por parte de intelectuales de todo el mundo que supieron mostrar su solidaridad a través de su arte. Eso honra al artista y su obra.
El saber mostrar agradecimiento con esta clase de compromisos personales asumidos por algunos artistas, es un valor añadido a este inmejorable recorrido por la poesía del color.

Me gustaría a mí también dejar un enlace a mi post in memoriam Helen Frankenthaler:

http://innerselves.wordpress.com/2012/01/08/in-memoriam-helen-frankenthaler-1928-2011/

La pintura fluida de Elen Frankenthaler siempre me ha emocionado. Dejo un enlace de mi blog con un post dedicado a ella. Con tu permiso enlazo éste en el mío.
https://nievescorcoles.wordpress.com/2011/12/28/la-abstraccion-lirica-de-helen-frankenthaler/

Querido José Luis,

Me entero de la triste muerte de Helen Frankenthaler a través de tu blog. En 2011 nos han dejado otra figura clave del Expresionismo Abstracto como lo fue Cy Twombly. Pero lo que me agrada leer en tu breve "in memoriam" es que hablas de la aportación fundamental de Frankenthaler a la pintura: el uso de la trementina como disolvente sobre la tela cruda. Hace un tiempo, estudiando la relación de Miró con los pintores neoyorquinos, llegué hasta Frankenthaler, pues fue ella la que adaptó el lenguaje "color field" del primer Miró al soporte del lienzo sin preparar. Es muy interesante la relación entre ambos. En cualquier caso con Frankenthaler nos abandona la última figura del Expresionismo Abstracto. Por cierto, hace no demasiado conocí la pintura del suizo Andre Thomkins a través de un vídeo maravilloso en el que pintaba con una técnica curiosísima, que me recordó de inmediato a Frankenthaler. Un abrazo

Siglo XX color sepia, republicanismos, afrancesamiento arrogante y misitifcoide, estetización ilustrada de la estupidez de un pueblo, por propios y extraños, ¿hay algo más impertinente y repugnante de lo que hablar? Hagamos que el siglo XX acabe de una vez. Ustedes sus rapsodas harían bién en retirarse para empezar.

Recuerdo que me gustó la exposición de Helen Frankenthaler en el Guggenheim . Siempre me han maravillado esos pintores que en su intuición dominan las leyes físicas y químicas que rigen la luz, los colores, los pigmentos… Así, en ese rito mágico de introspección en las formas y el color que supone la contemplación de una pintura, el auténtico artista, como un mago, nos logra ensimismar, nos hace dudar , nos emociona.
Estas líneas nos transmiten mucho más que el conocimiento técnico de la pintura de una gran artista del expresionismo abstracto. La sensibilidad de su autor nos dirige hacia la esencia de su creación artística, sin olvidar su agradecimiento hacia Robert Mortherwell por su solidaridad con los perdedores de la guerra civil española.

Querido Jose Luis:
La verdad es que no conozco ningún cuadro de la pintora que tan magníficamnete retratas. Se nota tu vena de poeta y el conocimiento, que posees, de las técnicas pictóricas. Me ha impresionado la descripción que haces de los efectos de la trementina:
"...Es decir, lo que se expande va creando nuevas formas. Las manchas se autogestionan. Crean lo que podíamos definir como la mancha y su cerco, o lo que es lo mismo, la masa y su halo"
Sin duda, en este sentido, su pintura dentro de un orden, es puro azar.
Por otra parte, nos muestras su lirismo y compromiso en su posicionamiento a la enorme "tragedia española".
Gracias Jose Luis, por abrirnos ventanas a distintas sensibilidades. Con afecto.
Santi

http://nelygarcia.wordpress.com. Como he dicho muchas veces, un artista nunca muere del todo. Su vida se dilata en el tiempo a través de su obra. No he visto originales de esta autora, pero en las fotos percibo un expresionismo, lleno de bondad, misticismo y lirismo misterioso. Mi sentido pésame a los familiares.

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Sobre el autor

Jose Luis Merino

Jose Luis Merino nació en Bilbao. Vive en esa ciudad. Es autor de 14 libros de arte y literatura. Trabaja en la actualidad en cuatro más, asimismo de arte y literatura. Ha tenido muchas edades. Ahora tiene la edad que representan sus palabras.

Sobre el blog

Como lo haría un fotógrafo de palabras, en este blog aparecerán retratos o semblanzas de gentes de la cultura. La mayoría de ellos son ladrones de fuego, en el sentido rimbaudiano del término. También se hablará de arte y poesía (el único ángel vivo sobre la tierra), en tanto se descubre cuánto hay de auténtico y de falso en esos dos universos.

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