CARMEN MARTÍN GAITE (1925-2000)
Para Paul Léautaud los caracteres con mayúsculas solo podían encontrarse en las correspondencias. Deben ser ciertas esas palabras del escritor francés, a tenor por las tres cartas que me envió la escritora Carmen Martín Gaite. Por la dilatada extensión de las cartas, muestro una reducida parte de su totalidad.
[Madrid, 13 de abril 1978: Sólo sé, José Luis Merino, que te pongo un nombre que podía pertenecer a otro; escribo a alguien a quien no he oído aun la voz ni he visto su mirada; escribo a unas palabras a máquina, ni siquiera a una caligrafía, pero venían en leves pliegos de colores y volaban hacia mí como una bandada de mariposas surrealistas, y entonces sólo me quedé atontada y feliz debajo de su revoloteo, pero sin creerme del todo que eso me lo dijera alguien a mí... / Gracias por estar tan loco. Cómo me gusta lo loco que estás. No existas nunca. Un beso por las hertzianas, Carmiña].
[Madrid, 26 de abril 1978: En tu carta hay algo de mí y en la mía algo de ti porque nos gusta jugar al mismo juego, a un juego que no tiene más reglas que las que nosotros le vayamos inventando... / A nadie le gusta escribir cartas como no sean precisas. Si son gratuitas piensan que para qué, que qué chaladura, y ése Merino quién coño es; yo no sé, a mí no me importa, no me propone ningún negocio, ni me invita a ningún cóctel... / ni me reprocha ni me recuerda ni me amonesta ni me pide nada, por eso su sobre brilla entre la montaña vana de los otros. Nada más abrir el buzón con la llavecita, por eso cojo el sobre, con incredulidad y certeza al mismo tiempo, segura de que es el suyo, aunque no trae remite y lo llevo cerrado toda la mañana dentro del bolso como un roscón de reyes, porque me escribe para nada. Y luego me levanté de la cama y busqué alguna huella de ti y de mí en tu libro, y las había donde dices: “Sólo creo en la amistad nómada. Sólo existo a través de los otros. Como si la vida me sobrara. Mi vida sólo sirve para cambiarla por palabras”... / Por ahí creo que debemos buscar las afinidades. Mejor dicho, no debemos buscar nada. Sólo se encuentra lo que no se busca... / la gente que cuenta para mí me la he encontrado yo sola porque tenía que ser así, no en un cotarro de sociedad, sino por vericuetos ignotos y sombríos. Y tú también has venido por esos vericuetos, y me hacía falta que vinieras precisamente ahora y así. Me gusta no haberte visto nunca, invoco y respondo a alguien que sólo imagino y conozco yo, que sólo existe para mí. Tengo de ti algo que nadie más tiene, porque te invento. Siempre he inventado a la gente; jamás la he considerado de mi propiedad; he respetado los enigmas indescifrables. A la gente que me obliga a pactar con una imagen sólida y estable, la esquivo. Las amistades nómadas piden fluir y libertad. Estoy alegre. Gracias. Sigue ahí, Carmiña].
[Madrid, 27 de mayo 1978: Tu última carta era como una función de circo y las palabras bailaban haciendo guiños y piruetas. Y yo no tenía ganas de ir al circo, alargaba la mano y te perdías detrás del hojaldre multicolor de tus palabras, renovando los trucos mediante los cuales intentabas enseñarme a volar, a tirarme desde el trapecio... / ha quedado el trapecio balanceándose solo, en lo alto de la sala vacía, y lo miro con desolación y una punta de esperanza. No me atrevo a ensayar. Un beso, desde la silla de pista, Carmiña].
A partir de la muerte de Carmen Martín Gaite, su adorable cabecita dejó de inventar personajes nuevos. Desde ese momento le correspondía aprender a inventar la muerte. Si, como dicen, los muertos viven en nuestros sueños, Carmiña va ahondándose en los míos, penetrante como un puñal de delicia.
* La escritora de Salamanca, Carmen Martín Gaite, es autora de libros de poesía, teatro y, en especial, narrativa, entre los que destacan Entre visillos, Ritmo lento, El cuarto de atrás, Caperucita en Manhattan. El libro de cartas cruzadas entre ella y Juan Benet (1927-1993), titulado Correspondencia, ha sido calificado por la crítica especializada entre los 25 mejores de los publicados en 2011 en todas las lenguas.
[siguiente personaje James Baldwin]
Hay 6 Comentarios
Estos sugerentes fragmentos podrían formar parte de cualquier obra de esa genial escritora cuya trayectoria literaria, afortunadamente, tuvo numerosos y merecidos premios.
Sus evocadoras e intensas palabras dirigidas, a través de un lenguaje lleno de lirismo, a un “imaginario” seductor personaje que logró seducirle en el terreno que ella dominaba, revelan su enorme dominio creativo, así como su necesidad de explorar las emociones y profundidades del alma.
Publicado por: grumete | 25/03/2012 22:10:02
El poder de la comunicación presenta curiosas propiedades. Así, la intensidad de la relación comunicativa de dos sujetos no depende del número de interacciones que se hayan producido entre ellos, ni siquiera de la cantidad de palabras intercambiadas. Depende del valor que cada uno adjudica al diálogo y que no entiende de frecuencias ni longitudes. Las tres cartas entre Carmen Martín Gaite a José Luis Merino así lo demuestran. Mensajes contados, son de una densidad emocional increíble. Gaite y Merino, cómplices desde el primer momento, existen en el imaginario del otro en una vida lúdica que no se acoge a las leyes de la física. “No existas nunca”, le dice Carmen a José Luis Merino ya en la primera carta. “Me gusta no haberte visto nunca, invoco y respondo a alguien que sólo imagino y conozco yo, que sólo existe para mí”, afirma la salmantina en la segunda. La relación virtual que periodista y escritora se construyen es eterna, retando al espacio-tiempo porque nunca estuvo atada a la física convencional. Y es que, los sentimientos y la pasión creativa son atemporales.
Publicado por: Cristina Jurado | 22/03/2012 15:25:35
¡Cuántas veces hemos sentido (o presentido) esa magia de la relación epistolar que tan lúdica, delicada y certeramente define en sus cartas Martín Gaite! Ése es uno de los tesoros de leer a un autor de calidad: pone en palabras aquellos sentimientos que tuvimos o rozamos pero no supimos traducir. Y lo hace, no sólo en una obra grande, sino en cualquier otro vehículo de su pensamiento, más humilde (o no) como una carta; y, como en este caso, una carta dirigida a alguien que ni siquiera conoce. Desprovista del "qué saco a cambio" o del "aparecerá en tal o cual libro", Carmen escribe por el placer de escribir a Merino o a sí misma, porque, tal vez, siempre se escribe para uno mismo.
Del mismo lado, Merino demuestra, de nuevo, que la valentía y la espontaneidad siempre tienen premio: por ejemplo, una de esas "amistades nómadas". Y a través de su artículo nos trae el aroma de aquellas cartas y nos recuerda otras nuestras, escritas en máquina de escribir con sus particulares caracteres y sobre finos papeles multicolores.
Y no podemos dejar de sentir una cierta animadversión hacia la falta de refinamiento de tanta comunicación (¿o incomunicación?) virtual, que arrebató, paradójicamente, el poder de la palabra escrita sobre papel. Este artículo nos cura un poco de la nostalgia de lo no mediocre.
Publicado por: tabaquería | 22/03/2012 15:07:18
Querido amigo José Luis:
No me canso de leer y disfrutar de tus mágicos artículos. Vamos saltando de lunes a jueves sobre una calzada empedrada con poesía, arquitectura, música,…
Zuriñe ha descrito muy bien las sensaciones que he sentido al leer este pequeño texto: sensibilidad, delicadeza, emoción, poesía, complicidad, belleza,…
Sin duda, Carmen era una gran escritora y una gran persona. En una de sus grandes obras: “Entre visillos” desarrolla de manera magistral los grandes temas que marcaron toda una época : opresión, represión sexual, independencia, el amor, las clases sociales, el franquismo, la soledad, la incomunicación, etc Un escrito claro, directo, construido con frases cortas y diálogos penetrantes. Creo que es un libro de obligada lectura para entender una sociedad que ahora nos parece tan lejana.
En la correspondencia que nos muestras, hay reflexiones impactantes : “Sólo creo en la amistad nómada. Sólo existo a través de los otros. Como si la vida me sobrara. Mi vida sólo sirve para cambiarla por palabras”. ¡ qué reflexiones más acertadas! Las personas estamos cambiando nuestra vida por trabajo, ocio, descanso, amor,….Carmen hizo un trueque con su vida para disfrute de muchos: esos cuentos que no quería acabar: “Un cuento contado con verdadera afición, si no mediara la fatiga, no tendría porqué acabar, sería un perenne estado placentero discurriendo hasta la hora de la muerte”, una muerte que anunciaba poéticamente
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Se me ha gastado el día,
atropelladamente
en idas y venidas,
en gestos y recados
que al hacerlos juzgaba.
necesarios.
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En definitiva una Caperucita que no quiso crecer.
Un abrazo y gracias.
Santi
Publicado por: Santiago Fernández | 22/03/2012 11:35:18
http://nelygarcia.wordpress.com. Me ha impresionado la filosofía de esa mujer: en el paso por la vida lo esencial, es coger al vuelo lo que atrae sin posesión, una vez probado el contenido, dejar que siga fluyendo hacia horizontes desconocidos. En mi opinión esa forma de proceder, enriquece el conocimiento y prepara el inevitable desapego de la muerte, al mismo tiempo que las ideas continúan viviendo.
Publicado por: Nely | 22/03/2012 9:30:37
Qué delicia de artículo, Jose Luis. Qué maravilla esa correspondencia con una mujer tan vital, compleja, poética en todo lo que escribía, aunque fuera una carta a un desconocido. Siempre he empezado una obra suya con la emoción de sumergirme en una aventura, respetando y anhelando sus enigmas indescifrables. Se lo merecía todo, y por aquí le echamos mucho de menos.
Publicado por: Zuriñe | 22/03/2012 8:59:22