ALFREDO BRYCE ECHENIQUE (1939)
La fama del peruano Alfredo Bryce Echenique le viene especialmente por sus novelas, Un mundo para Julius y La vida exagerada de Martín Romaña, traducidas a 15 idiomas. En 1993 se publicó Permiso para vivir, una especie de antimemorias. [Su primera intención fue titularlo Confieso que he bebido, pero temió que la ortodoxia militante lo tomara como una ofensa-burla al Confieso que he vivido de Pablo Neruda]. En ese documento autobiográfico Bryce Echenique se muestra como un tierno, satírico, dulce y humorístico hombre de letras. El libro se presentó en Bilbao en la librería donde yo trabajaba. Por las páginas piruetean carcajadas como mariposas alegres entre dos ríos (según los estructuralistas, las mariposas son los pequeños anuncios sin palabras del Paraíso). Me gustó tanto el libro como para llegar a vender un elevado número de ejemplares. Valía la pena recomendarlo, en la seguridad de que los lectores lo iban a pasar estupendamente.
A partir de la presentación de su libro nos cruzamos media docena de cartas. Transcribo dos de ellas y la posdata de una tercera. De la primera solo se muestran un par de trazos. La segunda va entera (si la recortara perdería sentido). La posdata la escribió en la parte de atrás del sobre (hacía referencia a una crónica taurina mía sobre la actuación del torero José María Manzanares).
[Madrid, 4 junio 1993: Muchas gracias por todo lo que sucedió en Bilbao, pues sé muy bien que “ese todo” se debió fundamentalmente a tu generoso interés y a tu entusiasmo... / Oye, ni qué decir que Pilar y yo te agradecemos mucho por trasladarnos a la infancia de la humanidad con ese estupendo relato tuyo El hombrecillo y el pájaro].
[Madrid, 19 septiembre 1993: Regreso de unas excelentes vacaciones conyugales (quiero decir con Pilar y no como dirían otros: “sin mi mujer”, o sea que léaseme bien) y encuentro tu carta y mientras la leo me llama Jordi Herralde y me cuenta que está por salir la quinta edición y que el libro sigue de bestseller en las listas de ABC, El Mundo, Diario de Navarra...
Entonces lo interrumpo y le digo que yo sé más que él y tú tienes más que ver tan bien que yo y que él con lo de esas listas pues has vendido...
Entonces él me interrumpe y me dice que en Perú deberían hacerte un monumento...
Entonces yo le interrumpo y le digo que si en Perú te hicieran un monumento por primera vez mi país se adelantaría a la Argentina, México, Francia, Inglaterra, Portugal...
Entonces él me interrumpe y dice “no te entiendo, Alfredo”.
Entonces yo le aclaro y le digo que antes que a mí les hiciste el bien leyendo y vendiendo a Gombrowicz, Pessoa, Vallejo, Monterroso, Huidobro, Canetti, etc.
Jordi, muy serio, confirma: “Sí, ese Merino es cojonudo”.
Mil gracias y hasta pronto, querido amigo, Alfredo (te abraza)].
[Madrid, 9 septiembre 1994: PS. Despachada ésta y recibo la otra, la de la reseña. Totalmente de acuerdo en lo de Manzanares que, además, es mi amigo. No sabes cuánto discutí todo esto en el veraneo mallorquín. Y ahora vienes tú y me das toda la razón por escrito y ya sabes que eso impresiona. O sea que para el próximo encuentro (fin de semana en Madrid) con esos amigos, agitaré tu nota como autorizada y magistral lección. Y a callar, señores!!!].
[siguiente personaje Rosa Chacel]