Sobre el autor

Jose Luis Merino

Jose Luis Merino nació en Bilbao. Vive en esa ciudad. Es autor de 14 libros de arte y literatura. Trabaja en la actualidad en cuatro más, asimismo de arte y literatura. Ha tenido muchas edades. Ahora tiene la edad que representan sus palabras.

Sobre el blog

Como lo haría un fotógrafo de palabras, en este blog aparecerán retratos o semblanzas de gentes de la cultura. La mayoría de ellos son ladrones de fuego, en el sentido rimbaudiano del término. También se hablará de arte y poesía (el único ángel vivo sobre la tierra), en tanto se descubre cuánto hay de auténtico y de falso en esos dos universos.

Ladrones de fuego

INTEMPO COLOSAL

Por: | 30 de julio de 2012

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     No presento en esta edición de Ladrones de fuego personaje alguno. Hago una excepción para dar noticia de un coloso de hormigón armado, de nombre Intempo. Se trata del edificio residencial más alto de Europa. Situado en Benidorm, en la playa de Poniente, y construido por el Grupo Arcentales, su finalización culminará en octubre del año en curso. Está compuesto por dos esbeltas torres filiformes, en cuyo remate alto va insertado-ubicado un cono invertido, de 40 metros de altura por otros 40 metros de diámetro. La altura total del edificio se cifra en 200 metros, superando en 14 metros al Gran Hotel Bali, el que era hasta ahora el campeón de los rascacielos de Benidorm, pese a lo cual sigue siendo el hotel de mayor altitud del continente europeo.
     La visión de Intempo es impresionante. Los rascacielos próximos a él parecen minúsculos rebaños de albañilería a su lado. Solo la presencia del Gran Hotel Bali –ubicado relativamente cerca– admite una cierta comparación. No obstante, una sutil diferencia los distingue. Mientras el complejo hotelero presenta la fachada de cara al nacimiento del sol (llámenlo amanecer), el edificio residencial presenta la suya mirando hacia la puesta de sol (esa hora de desuncir los bueyes, como la describiera metafóricamente Homero). 
     En el capítulo económico, los precios de los pisos van desde los más baratos, de 358.000 euros, de una sola habitación, hasta los tres millones de euros, los más caros. La mayoría son los de bajo costo (es un decir). Una pequeña parte corresponde a los de precio más alto.
     El promotor de ese espectacular edificio y su mareante-apabullante baile de precios –obscenísimo en estos tiempos de penuria para muchos españoles– es un vizcaíno, nacido en Arcentales y residente en Benidorm desde hace muchos años en un edificio creado por él, de nombre Negurigane, de 145 metros de altitud, considerado, durante una década, como el edificio residencial más alto de Europa. [Dicho en un aparte, no hará falta significar la relación empática de José Ignacio de la Serna hacia su tierra de origen, ejemplificado por esos nombres, Arcentales y Negurigane, tan familiares para quienes vivimos en tierras vizcaínas].
     Vuelvo a Intempo. Fui a visitar los pisos piloto. Comprobé cómo estaban decorados. Predominaba una asepsia fría. La luz del sol levantino impregna los ámbitos con luminosidad cegadora. Los cuadros, de filustres trazos –repartidos por habitaciones y salones–, los firmaba un artista de Bilbao, Alberto Labad, quien lleva muchos años domiciliado en tierras alicantinas. 
     Mas dentro del espectacular conjunto, una idea adicional parece querer devaluar el proyecto. Se trataría de impostar un adorno marino decorativo, consistente en la colocación de unas gaviotas artificiales –presumiblemente de madera pintada–, a través de unos tirantes metálicos, fijados-tensados entre los lados interiores de las dos torres. Semejante disparate haría llorar a un ojo de cristal.

     Cualquiera puede darse cuenta que en ese esplendente edificio no tienen cabida gaviotas artificiales de ningún tipo.  Sería contranatural. En esos estupendos diálogos de formas geométricas formuladas en Intempo solo pueden estar presentes las gaviotas de verdad, si así lo quisieran las propias gaviotas. Verlas gaviotar de gozo en derredor de ese preciosísimo espacio es lo que cuenta. Háganselo saber, por favor, al arquitecto del edificio, Roberto Pérez Guerras. 
    Finalizo con el sabio-suave-sugerente apunte de Santayana: “hasta el aire es arquitectura”.

                                    [siguiente personaje José Tomás: 6-8-2012]

    * A modo de despedida del croniqueo taurino y similares, presentaré durante el mes de agosto cuatro personajes notables del mundo de los toros. Ellos son  los toreros José Tomás (único vivo de los cuatro) y Antonio Chenel, Antoñete, más los críticos Joaquín Vidal y Alfonso Navalón. Atrás quedan treinta años de actividad táurica y un libro publicado, Las palabras del toro. 

 

Europa Galante (Fabio Biondi)

Por: | 23 de julio de 2012

FABIO BIONDI   (1961)

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     El violinista y director del grupo Europa Galante, Fabio Biondi (Palermo, 1961), fue un niño prodigio –debutó a los 12 años tocando un concierto de Vivaldi–, y es en la actualidad un especialista en música barroca. Le entrevisté la víspera de un concierto en la Sociedad Filarmónica de Bilbao, con obras de Domenico Scarlatti en conmemoración del 250º de la muerte del compositor italiano.
     ¿Domenico Scarlatti revela cuánta magia puede extraerse de unos pocos acordes simples y básicos?
     Posee las enseñanzas de su padre Alessandro, que era un compositor muy profundo, más profundo que en general toda la escuela italiana. Mas aclaro que no tiene la simplicidad en el sentido negativo que existe en muchos italianos de su época. 

     ¿Puede colegirse que el hijo era, en esencia, un miniaturista?
     Más respecto a la música para clave que en la música vocal. En ésta tenía un tipo de lenguaje que es muy distinto a lo que conocemos de Scarlatti para música de clave.
     ¿Él es el primero de los compositores barrocos en convertir las oberturas en obras de gran importancia artística, fuera de lo puramente funcional?
     El primero en este sentido es su padre Alessandro. El hijo por evocación del padre sigue ese proceso.
     ¿Hay algo más que una pura coincidencia que Bach, Haendel y Scarlatti nacieran en el mismo año, 1685?
     Es curioso y simpático, porque son compositores que han tenido gran amistad entre ellos. Cada uno conocía la música de los otros. Se querían mucho. Es una coincidencia, pero una coincidencia maravillosa. 
     ¿Cómo recibe una sociedad materialista, acelerada y descreída, una música, como la barroca, plena de equilibrio, delicadeza y espiritual elegancia, tal la de Scarlatti?
     La música barroca posee una sensibilidad en el fondo de su estructura que le permite adquirir un sentido del equilibrio, que la sociedad de hoy nos quita cotidianamente. Me parece que es una reivindicación potente para conseguir un equilibrio que la sociedad actual nos roba.
     ¿El que oye buena música siente que su soledad se puebla de repente?
     En la música el concepto de soledad es muy importante para tomar inspiraciones.
     ¿La música afecta a lo más íntimo de nosotros?
     Sin duda. Todo lo que tenemos en el alma y en nuestra sensibilidad, sale natural por incitación del hecho musical.
     ¿Las voces que introduce Scarlatti en sus obras las acomoda a los sonidos de las cuerdas y los metales o, tal vez, es al revés?
     Es bastante convencional la actitud que tiene hacia la voz. Escribe como lo hacían todos los compositores. No tiene relación alguna entre su sensibilidad de clavecinista y la voz. No cae en el error, como hacía Vivaldi, de escribir para la voz como si fuera para el clave. Vivaldi escribía para la voz como si ésta fuera un violín.
     ¿Monteverdi es el primer compositor que eleva la voz humana a categoría de excelencia?
     Con la pregunta se descubre que nosotros tenemos en nuestra sensibilidad moderna la necesidad de elegir uno que empieza, es decir, que sea el primero. Debo contestar que en el caso de Monteverdi no es el primero, pero sí es uno de los mejores.

    * Poco son para Angela Merkel, presuntamente, Alessandro y Domenico Scarlatti, ni siquiera los Monteverdi, Palestrina, Pergolesi, Jommelli, Corelli, Vivaldi, Cimarosa y tantos otros juntos, ensimismada como está, al parecer, con la obnubilante monumentalidad de Richard Wagner.

    *Foto: Santos Cirilo

            [siguiente personaje: un coloso de hormigón armado: INTEMPO]

Lola de España

Por: | 16 de julio de 2012

LOLA FLORES   (1923-1995)

Lola

     Cuando fui a entrevistar a Lola Flores ella era una institución en el mundo del espectáculo. Pero no todo fue fácil en su vida. Para llegar “arriba” tuvo que fatigar mucho. Sus inicios artísticos le vinieron de la mano de uno de los más grandes cantaores de flamenco de todos los tiempos, Manolo Caracol (Manuel Ortega Juárez –1910-1973–, hijo del cantaor del mismo sobrenombre; tataranieto de El Planeta, por parte de madre, y biznieto de Curro Dulce, por parte de padre).
    En 1943, siendo muy joven Lola Flores, Caracol la eligió como pareja para dar forma a la estampa escenificada, convertida por él en una gran creación artística. La estampa ponía de relieve la amplia gama del cante jondo que atesoraba Caracol, en tanto Lola Flores bailaba subordinadamente a su compás. Un año después de la creación como pareja llevaron a escena el espectáculo Zambra. A partir de ese momento fueron surgiendo estampas antológicas del repertorio, tales como La niña del fuego, La salvaora, Manuela, Compañera y soberana, Morita mora, Romance de Juan Teba, entre otras bullentes obras. 
    El productor de cine César González contrató a la pareja para varias películas, de las que la mejor fue, sin duda alguna, La niña de la venta (1948). Dos años más tarde, llegó la ruptura de la pareja.
    A partir de ese momento, Lola Flores fue construyendo su propio camino artístico. Pasó de ser un “adorno” de Caracol a convertirse en una estrella de la copla. Montó espectáculos donde ella se erigía como principal intérprete. Cantaba y bailaba, esforzándose al máximo. Grabó discos e intervino en películas como suma protagonista. Su popularidad fue creciendo con el paso de los años. Fue conocida como Lola de España y a veces por La Faraona. Tras la muerte de Caracol, y para no olvidarse de sus orígenes, Lola Flores no tuvo reparo alguno en reconocer: “Manolo Caracol me hizo bailaora, aunque él no era bailaor. Me decía cómo tenía que mover los brazos. Cómo y cuándo había que taconear o en qué tercio cogería mi pelo”.
    Sentada frente a mí en el salón de un hotel bilbaíno, Lola Flores contestaba, con su saliva al borde de los labios, a preguntas mías en torno a los toros. Estábamos en plena Semana Grande bilbaína. [Lamento no poder ofrecer más del espontáneo torrente de palabras de esta madre coraje del espectáculo, por falta de espacio].  Su espontáneo decir era contundentemente expresivo como las manos de un sordomudo:
    Me han gustado los Gitanillos de Triana, Pepe Luis Vázquez, Curro Romero y, sobre todo, mi compadre Antonio Ordóñez... 
    Si hubiese sido hombre, habría sido torero. Mi alma y mi espíritu están ahí, para jugar al arte...
    Cuando un hombre está toreando muy bien a un toro hay algo sexual en ello. Hay mucha sexualidad allí, muchísima, muchísima. Lo que pasa es que todas las mujeres que van a los toros no sienten lo mismo. Unas van por ir, otras por lucir un vestido nuevo. Cuando el torero le presenta al toro la muleta y le mete así la barriga al animal, eso es algo de muy macho, de un tío. Una mujer que sea femenina ve algo en ello que contiene mucha sexualidad...
    Cuando murió Paquirri, me quité de ir a los toros. Me dio tanta pena, que ya no quise ir más a los toros...
    Tras despedirnos, ella se dirigió hacia un grupo de informadores de prensa, radio y televisión que la esperaban expectantes. Me pareció que iba con la intención torera dispuesta a pasarse por la barriga a todos y cada uno de ellos.

                                       [siguiente personaje: Fabio Biondi: 23-7-2012]

Lo que no vio Ernest Hemingway

Por: | 09 de julio de 2012

ERNEST HEMINGWAY   (1899-1961)

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     Allí se encontraba el famoso escritor Ernest Hemingway en la plaza de toros de Bayona (Francia), durante la feria de agosto de 1959. En esa corrida intervenían los toreros Luis Miguel Dominguín, Jaime Ostos y Luis Segura. El americano estaba en una barrera, con varios acompañantes, y yo en callejón (tan próximo a él como para escuchar sus palabras).
    Según me enteré más tarde, la revista estadounidense Life le había pedido a Hemingway un artículo de diez mil palabras para que contara el efecto que le produjo regresar a España después de muchos años de ausencia. El escritor envió un manuscrito con ciento veinte mil palabras. Año y meses después de su muerte, ese manuscrito acabó por salir en forma de libro –previa reducción de setenta mil palabras–, bajo el título El verano peligroso. El libro trata de la rivalidad entre Luis Miguel Dominguín y Antonio Ordóñez durante la temporada de 1959.
    En la cuadrilla de Luis Segura iba el banderillero Paco Morán, Chico de Vista Alegre. Éramos amigos de cuando jugábamos a ser torerillos, junto a otros chicos, sobre la arena roja de Vista Alegre. Entré en la plaza de Bayona en el automóvil de los toreros. De ahí la oportunidad de estar en el callejón y ver de cerca al estadounidense. 
    En otro lugar del coso bayonés se hallaba la actriz norteamericana Lauren Bacall. Miraba atentamente con prismáticos los movimientos del diestro Luis Miguel Dominguín. El torero madrileño se había ganado la atracción de las damas a raíz de su relación sentimental con la bellísima estrella de cine Ava Gardner. Por aquellas fechas de la feria de agosto en Bayona, Lauren Bacall ya había enviudado de Humphrey Bogart, muerto dos años antes. La fascinante viuda se “comía” virtualmente al torero con la mirada (el ojo ve más de lo que el corazón conoce). 
    La historia alrededor de la pasión de aquellos prismáticos tuvo una deriva sangrienta. Ocurrió seis días después en la feria de Bilbao (21 de agosto). Alternaban Dominguín y Ordóñez, junto a Jaime Ostos. El hombrón de Illinois y la estrella de cine estuvieron presentes en la corrida de Vista Alegre. Yo los vi. Durante la lidia, tras tropezar con un caballo de la pica en el tercio de varas, Dominguín fue corneado gravemente. Era inconcebible que un profesional como él –calificado como un torero dominador de todas las suertes–, fuera cogido de aquella manera tan absurda. Al parecer, aquella tarde su cabeza estuvo más pendiente de los sortilegios de la Paramount que de los peligros del toro.
    Sin embargo, el escritor americano perdió una ocasión envidiable de relacionar lo erótico con lo tanático. Ni siquiera lo mencionó en su libro (poseo la edición en español de 1985). Se limitó a dar como triunfador a su idolatrado torero, Antonio Ordóñez. Curiosamente, esa idolatría le llevó a recordar en el libro una cogida del torero de Ronda acaecida unos años antes. Describía arrobado la unción con la que limpiaba la herida de asta de toro inferida en el glúteo y cómo le hacía periódicamente las curas, por orden del doctor Tamames, sintiéndose por ello un ser privilegiado, sin importarle dónde estaba la herida o, tal vez, porque se hallaba en lugar tan íntimo, justo por eso él era un tipo privilegiado. 
    Aunque el escritor conservó intacto su vigoroso dominio del arte de la narración, le falló a última hora el sentido de la observación, tan arraigado a su carrera literaria. Esa falla observadora que denoto aquí fue juzgada en sus buenos tiempos por el propio Hemingway, como una implacable premonición: “Si un escritor deja de observar, está liquidado”. 
    En el crujidero de los dos años siguientes a aquel verano, el escritor decidió dispararse en la boca los dos cañones de una carabina Richardson.

* En la imagen Ernest Hemingway con Antonio Ordóñez

                                            [siguiente personaje Lola Flores: 16-7-2012] 

Rosa Chacel y las barras de carmín

Por: | 02 de julio de 2012

ROSA CHACEL   (1898-1994)

 

 

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     Poco antes de acabar la Guerra Civil, se le encarga al pintor Timoteo Pérez Rubio el envío fuera de España de las obras del Museo del Prado. Pérez Rubio estaba casado con la escritora vallisoletana Rosa Chacel. Bajo el estigma de perdedores, el matrimonio partió hacia el exilio con el hijo de ambos. Recorren varios países, Francia-Grecia-Brasil-Argentina. Muere Timoteo Pérez Rubio en 1977. La carrera literaria de Rosa Chacel abona 8 novelas, 5 libros de cuentos, 3 de poesía, 7 de ensayos y varios libros de biografías-autobiografías y diarios. Muestro mi entrevista con Rosa Chacel:

      ¿Escribimos para que nos quieran?
     Sí, evidentemente, para eso: tanto que, por poner en ello un empeño desmedido, conseguimos a veces que nos odien.
     Si lo exacto es lo bello, entonces, ¿qué es lo feo? ¿Lo feo es lo real?
     Lo bello es lo exacto de lo real... Lo real –la realidad– contiene lo bello en su exactitud y lo feo en su inexacta e indiscutible existencia.
     Una mujer escribió varios libros, y fue feliz. Otra mujer leyó muchos libros, y también fue feliz. Otra mujer vivió sin siquiera leer libro alguno y obviamente sin escribirlos, y, cosa rara para las almas exquisitas, fue muy feliz. Una cuarta mujer admiró a las tres mujeres descrita, sin conseguir llegar a ser feliz. ¿Cómo se explica la infelicidad de esa cuarta mujer?
    Es completamente imposible explicar la infelicidad de esa mujer ni de ninguna otra... La infelicidad o la felicidad no suelen tener relación estrecha con lo que se lee o deja de leer... Y, si por azar la tiene, pues ya está claro... por eso fue.
    ¿No podemos ahondar en la tristeza, porque estamos condenados a seguir viviendo? ¿Podría decirse lo contrario?
    Sí, se puede decir lo uno y lo otro, porque ni en la tristeza ni en la alegría se puede ahondar todo lo que se quisiera... En cuanto a lo de la condena, yo la acepto con toda mi alma o, si se quiere, con toda mi voluntad que –a pesar de todo lo imaginable– no me falta para seguir viviendo.
    ¿Dónde encontrar a estas horas el alma del mundo?
    El alma del mundo está a estas horas donde siempre estuvo. Quiero decir que el alma del mundo es lo mismo que siempre fue, pero no está lo mismo... Por esto, preguntar dónde está no tiene objeto porque su lugar no ha cambiado... Ahora, cómo está y por qué está así... Yo aconsejaría a los jóvenes interrogadores que no planteen jamás cuestiones semejantes, porque si el interrogado tiene la debilidad de responder con dos docenas de palabras, divulgará un comprimido de conceptos banales, que se deberían incluir entre las drogas peligrosas.
    ¿Poesía es el sueño de una creencia?
    Bueno, más o menos... También podríamos decir que es la evaporación o la exhalación de su esencia.
    ¿La barra de carmín es una fábrica de besos que la mujer se da a sí misma?
    No, absolutamente, no... Si la pregunta fuese: “¿La barra de carmín es el marchamo o reclamo de su fábrica de besos?”, se podría decir que sí, eso es, pero esto sería una afirmación trivial y, sobre todo, obvia... Esta pregunta, que parece una delicada indiscreción, es, por el contrario, el planteamiento de un tema profundísimo. Porque decir “no, no es eso”, resuelve el problema, pero si añadiésemos “es esto otro”, necesitaríamos quince o veinte folios para decir someramente lo que es. De modo que la pregunta, sumamente importante, queda sin una respuesta adecuada. Un artículo que ocupase media plana de un periódico valdría la pena de escribirlo, pero no habría ningún periódico que prestase tanto espacio a un tema que pasa por trivial.

*En la imagen: estatua de Rosa Chacel, sentada en un banco de la Plaza de Poniente de Valadolid (ciudad donde nació)

 

                                        [siguiente personaje Ernest Hemingway: 9-7-2012]]

El País

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