Ladrones de fuego

José Tomas lee a Hegel

Por: | 06 de agosto de 2012

JOSÉ TOMÁS   (1975)

Jose tomas sin bordes

     La espectacular noticia rozaba la tragedia. Se temía por la vida del José Tomás, tras la cogida del 24 de abril de 2010 en la plaza de toros mexicana de Aguascalientes. El toro Navegante, quinto de la tarde, le había partido la femoral. De su ingle izquierda manaban chorros de sangre que iban regando la arena del coso. Llegó a la enfermería de la plaza en estado de shock. La sangre perdida se medía por litros. Los médicos de la enfermería de la plaza batallaron durante más de 40 minutos para estabilizarle. El torero fue intervenido durante tres horas y media, tiempo en el que se transfundieron ocho litros de sangre, donados por decenas de voluntarios (ricos y pobres, mariachis y maletillas, famosos y desconocidos). Después de la intervención quirúrgica, llevaron al diestro a la unidad de cuidados intensivos. Por suerte, pudieron salvarle la vida. 
    Mientras discurría ese tiempo de noticias, retrocedí unos años atrás, hasta el 31 de julio de 1997. Aquel día entrevisté a José Tomás unas horas antes de su actuación en la plaza de toros de Azpeitia (Guipúzcoa). El contenido de la entrevista fue publicado en el periódico en el que colaboraba, justo el mismo día que debutaba el torero en la Semana Grande de Bilbao (22 de agosto de 1997). En la entradilla de la entrevista anuncié un hecho, al tiempo de aventurar un pronóstico: “Hoy debuta en Bilbao José Tomás, el torero llamado a erigirse en el número uno del escalafón. Por dondequiera que va acaba imponiéndose a todos. José Tomás se pone en el sitio que nadie se pone. Es el sitio exacto, no donde el torero se alivia, sino allá donde hay más riesgo. Posee una izquierda prodigiosa. Hace dos días cumplió 22 años. Atentos a su muñeca de azúcar”.
     Las respuestas de José Tomás en aquella lejana entrevista compendiaban la autobiografía de un sueño. [Siendo muy joven salió de su casa por primera vez en su vida. Le mandaron a un lugar de otro continente (México) para torear tres novilladas y consiguió torear 28. Eso le hizo madurar muy rápido. En la capital azteca tomó la alternativa. Su meta siempre fue llegar a ser figura del toreo. No lo hacía público, pero él en su interior se veía con condiciones para ser el número uno. Sabía que poniéndose en el sitio del toro, ahí donde te puede coger, y presentándole bien la muleta y llevándolo toreado, el triunfo llega seguro]. 
    Al preguntarle qué se siente cuando se está toreando de verdad, su respuesta fue sencilla, diáfana, determinante: “Es la sensación más grande. Cuando tú cuajas un toro bien, y la gente está entregada, para mí es la sensación más grande y bonita que tengo en mi vida. No se puede describir. Hay que sentirlo. Te sale todo como lo pensaste. Estás satisfecho de tu obra. Te sientes superior a todos”.
    Con el paso de los años, torear sigue siendo para José Tomás el medio más ahondado de hacerse distinto. Si para otros torear es un oficio, una profesión, para él torear es su daimon (su destino). Desea que le admiren y quieran, como la manera más completa-dulce-recia-tierna de vivir. Para ello se pone en un sitio donde no se pone nadie, al punto de emocionarse él mismo mientras torea. Su emoción roza lo contagioso, para llegar instantánea y fulgurantemente a los tendidos...
    El hombre de quien nos referimos vive en soledad y deja que le hablen en metáforas. Tal vez sueñe, como los erales lorquianos, con verónicas de alhelí. Y hasta crea narcisistamente que en un natural suyo cabe toda la tauromaquia. En cuanto al hecho mismo de jugarse la vida en los ruedos, lo tiene decidido: si tiene que morir, morirá por y para lo bello. Esta clase de artistas luchan más por lo que aman, que por lo que son. Solo la sombra de la muerte no es común a todos.  

    * La imagen corresponde a una tarjeta de felicitación navideña (1997) que me envió el torero. A la izquierda de la foto escribió a mano: "Con mis mejores deseos" (y su firma). El diestro ponía su punto de distinción respecto a sus compañeros de profesión. Quince años después, o sea en el ahora mismo, ese punto de distinción lo ha extremado José Tomás poniéndose o empeñándose leer a Hegel.  Alguien debería decirle que para llegar a Hegel, antes parece más apropiado y pertinente frecuentar otra clase de lecturas, como por ejemplo Ensayos (Montaigne), Aforismos (Lichtenberg), Pensamientos (Joubert), Palabras efímeras (Léautaud), Elogio de la sombra (Tanizaki), Libro del desasosiego (Pessoa), Claros del bosque (María Zambrano), La provincia del hombre (Canetti) y muchas-muchas más.  

                         [siguiente personaje Antonio Chenel Antoñete: 13-8-2012]   

Hay 7 Comentarios

La contradiccion es parte de la evolución del ser humano. Hegel lo sintetiso en tres palabras: ''tesis, antitesis,sintesis'' La evolución fue, es y sera la medida que cambiara el universo en que hoy vivios y el universo universal. Decir que habra un final de la fiesta brava, creo que sí. Nada es para siempre, Eraclito de Efeso lo dijo: ''la única cosa permanente es el cambio.''. Hoy somos seres humanos, mañana seremos seres electrónicos.José Tomás un ser humano digno de su profesión, hombre sereno frente a la muerte, vive intensamente sus emociones, sus entendimientos. Simplemente el tener el deseo, la idea, la emosion intelectual ya nos dice algo diferene de una persona...esa persona no es igual a la mayoria de las personas... José Tomás ha llegado a sentir la verdad en el reto ante un animal,la gloria ante su público o la muerte final del entendimiento de una vida en evolución... José Tomás el artista ante el toro de lidia, José tomás el ser humano buscando la razón de las cosas y de la vida. Solamente aquel que investiga progundamente sus sentimientos e ideas llega a alacanzar el principio de la perfección...José Tomás, hombre, ser humano, artista, de ideas profundas no solo enfrente del toro de lidia sino tambien ante las preguntas profundas de la vida...el ser, la perfección, el por que de las accciones y el por que de las ideas...J.T. hombre, ser humano completo hasta donde ha llegado, tiene que irse para ser evaludado con mas detalle y total verdad...

Estoy con Zuriñe en todo, pero además me ha gustado lo de los Daimones-destinos. Afortunado aquel que triunfa en aquello para lo que ha nacido. En este pais nadie es profeta en su tierra e incluso el más grande tiene que empezar fuera para triunfar. El destino de los más grandes parece ser morirse de hambre, que, afortunadamente, no es lo mismo que recivir los laureles en una plaza de toros, aunque estén teñidos de sangre bermellón. En el siguiente personaje te contaré una bonita historia.

Gracias José Luis por tu escrito, tan apropiado en época estival.
Diré en primer lugar que no soy aficionado a los toros, pero sí al arte. Sin duda en toreo es un arte. Sí, digo ARTE, entendido como una actividad que tiene una finalidad estética y comunicativa, mediante la que se expresan ideas, emociones y una manera de entender el mundo.
He visto pocas veces a José Tomás, creo que dos, y sinceramente he sentido el arte en su manera de torear, de comunicar, de posicionarse ante el toro y es que el toreo es un baile entre el toro y el torero, entre la bestia y la persona.
El toro es un ser mitológico, la cultura hindú da culto al toro Nandi, el cual labró con sus cuernos unos surcos, por los que luego discurrieron los ríos sagrados, el Indo y el Ganges; la cultura griega dedica páginas encendidas al toro de Minos(el minotauro) ; nuestro toro bravo seguramente es el descendiente del famoso uro,…es indudable que el toro bravo es un bello animal: noble, corpulento, con cuernos recios, mirada altiva, con un potente aparato locomotor, desde luego muy superior al de otros bovinos.
Para que tenga sentido el toreo en todo su ser, se han de cumplir varias premisas, una de ellas(a mi entender, fundamental) es que el torero se introduzca en los terrenos del toro, que su cuerpo y el trapo sirva de reclamo para templar sus nervios y bailar juntos de manera armoniosa un baile simétrico, sin trucos ni trampas. José Tomás es uno de los pocos que cumple tal requisito. Anteriormente, según los entendidos, también lo hicieron : Belmomente, El Gallo, Ordoñez, Chanel, Curro, Rafael de Paula, .. y pocos más.
José Luis, desde su profundo amor y conocimiento del mundo de los toros nos habla de un torero con la muñeca de azúcar y con una cabeza repleta de interrogantes, que trata de satisfacer leyendo, nada menos que a Hegel. Ese torero que ha revolucionado el mundo de los toros, con su modo poético de entender los lances, su manera de aguantar el toro, su toreo silencioso, granítico está llamado a ser uno de los grandes mitos de la fiesta.
Dicen los entendidos que la “fiesta del toro se desploma”, no por la crisis(Ortega solía decir: “si quieres ver como está el país asómate a los toros”) sino por que el toro carece de las condiciones mínimas necesarias y además muchos de los toreros son unos “tramposos”(faenas de un mismo corte y con falta de emoción, en las que los llamados “grandes” evitan los toros con trapío).Yo creo que habría que respetar más al toro(como opina el ganadero Victorino Martín) y pensar en la esencia de la lidia, ahondar en la bravura y la emoción.
José Luis no se ha metido en otros pantanales, me refiero a la prohibición de la fiesta de los toros en algunas comunidades, basándose en la defensa de la vida del toro. Quiero, únicamente, dejar una serie de reflexiones: ¿ si despareciese la fiesta de los toros no implicaría esto la desaparición del toro bravo?¿ si la población de toros bravos se diezma no

Pienso, eufemísticamente, que el asunto de las corridas de toros me parece injustificable, inhumano, intolerable, indefendible…, sin embargo, al leer este texto, me invade la necesidad de adentrarme en Hegel y en la muerte. “ El hombre es la muerte que una vida humana vive”, leo, “La muerte, si así queremos llamar a esa irrealidad, es lo más espantoso, y el retener lo muerto lo que requiere una mayor fuerza”, (escalofrío).
“Una vez que muere el ser animal que lo soporta, el ser humano mismo cesa de ser. En otros términos, la muerte como tal debería hacerse conciencia (de sí) en el mismo momento en que aniquila al ser consciente. Es lo que en cierto modo se realiza -lo que al menos está a punto de suceder o acaece de manera fugitiva, inasible por medio de un subterfugio. En el sacrificio el sacrificante se identifica con el animal herido de muerte; así muere -en cierto modo voluntariamente viéndose morir con el arma del sacrificio. ¡Pero esto es una comedia!”.
Comprendo ese embrujo y desafío que al torero le hace sentirse superior. Por el contrario, no me cabe en la cabeza, que haya quien crea vivir la muerte contemplando a un hombre ensangrentado matando a ese toro anonadado que es él mismo.
Pero, en fin, diré a quien escribe con muñeca de seda estas líneas, que admiro su capacidad para centrar el punto de partida de toda reflexión.

José Tomás fue un gran torero de finales del siglo pasado.

Nunca he visto torear a José Tomás, y nunca le veré. Como las estrellas clásicas de Hollywood, sabe guardar la distancia y el misterio necesarios para alimentar la leyenda: nunca se emite ni graba una corrida suya, se mantiene distante de los medios (de comunicación, no del ruedo) y tiene amistades profundas en el mundo de la cultura que no se explican únicamente por la afición a los toros. En un universo de vírgenes, estampitas, olés, analfabetismo, fincas decimonónicas y machismo atávico tiene su ironía que el rey absoluto parezca ser tan diferente. Olé por eso y que de los toros sigan opinando los que tanto saben, como José Luis.

http://nelygarcia.wordpress.com. Reconozco que la vida está compuesta de diversidades y cuando una persona se entrega a lo que ama, tiene su recompensa. No puedo ir más allá en el comentario, pues esa posible emoción y exaltación, que sienten los aficionados; para mí solo es angustia y sufrimiento por el martirio del toro.

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Sobre el autor

Jose Luis Merino

Jose Luis Merino nació en Bilbao. Vive en esa ciudad. Es autor de 14 libros de arte y literatura. Trabaja en la actualidad en cuatro más, asimismo de arte y literatura. Ha tenido muchas edades. Ahora tiene la edad que representan sus palabras.

Sobre el blog

Como lo haría un fotógrafo de palabras, en este blog aparecerán retratos o semblanzas de gentes de la cultura. La mayoría de ellos son ladrones de fuego, en el sentido rimbaudiano del término. También se hablará de arte y poesía (el único ángel vivo sobre la tierra), en tanto se descubre cuánto hay de auténtico y de falso en esos dos universos.

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