Ladrones de fuego

Retrato de un desconocido

Por: | 04 de febrero de 2013

IÑAKI URIARTE   (1946-    )

    Recorte

    Ese desconocido escritor se llama Iñaki Uriarte. Nació en Nueva York en 1946. Se crió en San Sebastián. Estudió en la Universidad de Deusto, durante los años 70. Vivió varios años en Barcelona y reside en Bilbao desde principio de los 80. Ha publicado dos libros en la editorial Pepitas de Calabaza. Diarios 1999-2003 (2010), Diarios 2004-2007 (2011). Le otorgaron el Premio Euskadi de Ensayo en castellano por el primero de los diarios. Libros escritos con acuciosa sencillez, sobria inteligencia, ironía y humor. Prosa fina, uniforme, transparente. Reivindica el derecho a no trabajar (elogio inequívoco de la pereza). 
    Escritor tardío en publicar, Iñaki Uriarte es un tipo que disfruta mirando al techo, sentado en el sofá, leyendo o sin hacer nada, fuma que te fuma, siempre atento a la advertencia de Paul Valéry: “La sensibilidad es todo, soporta todo, evalúa todo”. Pese a no moverse físicamente, no para de dar pasos dentro de sí mismo. Uriarte ha sido un precursor entre nosotros en tomar la soledad como la mejor universidad. 
    Una gran parte de su existencia se cifra en la lectura. Tiene preferencia por los aforistas y semejanzas, como Gracián, La Rochefoucauld, Pascal, Chamfort, Lichtenberg, Joubert, Nietzsche, Jules Renard, Valéry, Léautaud, Kafka, Karl Kraus, Pessoa, Canetti, entre otros, con Montaigne y Borges por encima de todos.
    Atento observador, cuanto discurre fuera o dentro de su propia vida, lo hace pasar por la escurridera del yo. Si consigue que un escrito le quede bien, verá en él tanta realidad o más como en la relación habida con su propia familia y amigos; no obstante, sus escritos le parezcan en algunos momentos puras tonterías. Quizá sea esa una de las razones por las que se hace querer. Por eso y porque no presume de nada ni aspira a nada. Sea por lo que sea, los lectores lo perciben próximo a ellos. 
    Aún cuando en apariencia pueda parecer una persona dura y displicente, descreída y altitonante, no lo crean. En el fondo, lleva en su interior un tigre de ternura, para decirlo a la manera de su admirado Borges. Tal es así, que escribe para que le quieran (moneda de uso entre los escritores, hasta en los más ásperos y desabridos).
    Es valiente al abordar temas considerados tabú en nuestra sociedad. Sin proponérselo, enseña a vivir. Sabe aplicar lo que ha leído como ayuda a su mundo personal, de tal suerte que ha encontrado la verdadera vida en los libros. Expresa por medio de las palabras todos los movimientos que su peculiar ociosidad le impide realizar. Sabe, o cree saber, que en el arte de juntar palabras hay un objeto que sólo se encuentra en el escrito mismo. Y por saber más, él –moviéndose siempre dentro del no saber–, sabe que a nadie se le obliga escribir. Se escribe porque está en la sangre de cada cual o porque no se vale para otra cosa.
    Con estos Diarios, Iñaki Uriarte se ha convertido de la noche a la mañana en una especie de Sherezade masculino o contador de historias mundanas y literarias. Los lectores tienen ante sí la aventura de dejarse subyugar por ese interminable juego de palabras (temblor y fulgor) que les propone el autor. 
    Termino con un vaticinio: cuando los escritos de la mayoría de los premiosnacionales y plumasmetálicas no sean más que literatura esclerosada (la posteridad les escatimará los favores que los contemporáneos les dispensaron), las páginas de estos Diarios seguirán tan pimpantes e incombustibles como Marie Brizard, esa ancianita azul de las botellas de anís. 

    *En la imagen Iñaki Uriarte (bufanda colorada) y JL Merino delante de una escultura de JR Anda. Nos fotografió, la escultora Mariemi Otaola

                            [siguiente personaje Miguel Ángel Asturias: 11-2-2013]

Hay 9 Comentarios

Los tigres de papel se congelan con el frío, pero no acabarán nunca quemados por la radiación ultravioleta.

Es estimulante comprobar que hay quien es capaz de exprimir lo cotidiano y describirlo de tal modo que otros puedan disfrutar con su lectura. Es eso lo que más me ha llamado la atención de estos dos libros de ensayo: la naturalidad con la que Uriarte explica y razona la trascendencia de lo intrascendente de la vida.
Creo, además, que su gran cualidad como escritor es la sencillez y amenidad en la forma de explicar sus opiniones y vivencias, intercalando oportunamente la sabiduría de grandes escritores.
Así que espero que, como dice su presentador, sus libros sean valorados y reconocidos como se merecen.

Otra vuelta de tuerca, otra invitación al juego de descubrir en el mundo intelectual, por parte de Merino.
Esta vez, encabezado por un sugerente título (que nos recuerda a la delicada película de Max Ophuls, "Carta a uns desconocida"), nos presenta a un ladrón desconocido para el gran público, reclamando su reconocimiento.
Texto potente, que apunta en varias direcciones y nos hace pensar, coincidir, diverger.
La cita de Valéry es hermosísima y cierta.
El elogio de la pereza es justificado y razonado, pero por más que Merino lo envuelve de manera elegante, no puedo estar de acuerdo. De hecho, me vienen a la memoria muchos más casos de artistas en general (escritores, sí, pero también músicos o pintores) que han hecho brotar su genio a raudales, en mitad de las (muchas veces) fastidiosas obligaciones de la vida (económicas o humanas) y que, justamente por ello, su itinerario artístico ha sido fértil y conmovedor. Veo a Pessoa en su oficina lisboeta, elevando el vuelo de su alma hasta límites pocas veces alcanzado en el "Libro del desasosiego", o a Bach, rozando a Dios, mientras componía para las celebraciones de Santo Tomás de Leipzig, sujeto a fechas y demás exigencias ineludibles.
Pero, cierto es, cada uno elige su destino.
Merino nos regala un análisis inteligente de la persona y la escritura de Iñaki Uriarte, en el que asoma el amigo pero, por encima de todo el crítico lúcido. Y lo rubrica con una frase turbadora ("Se escribe porque está en la sangre de cada cual o porque no se sirve para otra cosa") y un vaticinio de posteridad.
Apetece leer a Uriarte, convertido en ladrón de fuego. Y siempre es reconfortante encontrar en el estúpido mundillo tecnológico siquiera los nombres de la amada pléyade de compañeros de viaje (Borges, Pessoa, Montaigne, La Rochefoucauld y más).

Amigo José Luis, no me canso de agradecer tus entregas, siempre inteligentes y bien escritas.
Suele decirse que las grandes obras las escriben hombres infelices, angustiados, temerosos, insatisfechos, personas que están en el precipicio, que se levantan con la cabeza embotada. No es el caso de Iñaki Uriarte, después de releer algunas páginas de sus Diarios hay que decir que él es un hombre feliz, que le interesan las cosas cotidianas, que disfruta de los pequeños placeres:

“Me levanto, entro en el agua, me zambullo, doy justo cincuenta brazadas y, a unos cien metros de la orilla, mirando hacia la isla y el horizonte, encuentro lo que algunos tal vez encuentran con las drogas, el yoga oriental o el canto gregoriano. El grado cero de la existencia. Nunca he conseguido nada semejante en otra playa ni en ninguna piscina. Se ve que hace falta practicar y repetir lo mismo a menudo y en el mismo sitio. Regreso a la orilla entontecido y avanzo con pasos torpes hacia mi sofá, como un astronauta en la luna” Hay que decir que Iñaki no está zambulléndose en una playa paradisíaca sino en la Playa de Benidorm !!
Me ha impresionado su manera tan directa de escribir, con pocos recursos estilísticos consigue una obra que se lee de un tirón. Presume de haber trabajado muy poco en su vida. De haber escrito poco y tardíamente; sin embargo de haber conseguido gran atención con la menor cantidad de esfuerzo posible.
No se interesa por los grandes temas sino por detalles íntimos. No se trata de contarlo todo, dice él, sino aquello que vale la pena contar. Ya decía Voltaire: “El secreto de aburrir es contarlo todo”
La postura de Iñaki es de humildad “Cada día tengo más la sensación de saber menos, de ver a menos gente y entenderla peor, de que todo es más grande, lejano e incomprensible”
Algunos de sus pensamientos:
- “no está claro por qué o para qué escribo estas páginas”
- “haber leído mucho es, en parte, un desastre” Este aspecto le lleva a medir los grados de separación que median entre él y Joyce, Proust, Kafka,…
En algunos casos sus textos son graciosos: “Montaigne, quien inventó el montañismo”
En otros escépticos: “a partir de cierta edad la gente empieza a tener teorías sobre todo”

Gracias José Luis por tu “Ladrones de fuego”
Santi

Se escribe para construir mundos donde no los hay, erigir puentes donde amenazan acantilados, plantar sonrisas donde se viven penurias, estremecer donde faltan los sentimientos o poner voz donde escasea o falla la megafonía. Así lo demuestra con su buen hacer Iñaki Uriarte de la mano de Merino al extraer lo atractivo de la cotidianidad. Porque no hay escritores tardíos sino obras que eligen la madurez del creador para revelarse.

Los libros de Iñaki Uriarte los podéis encontrar en Pepitas de calabaza editorial (www.pepitas.net)... y también se pueden ver en el facebook de la editorial:
-Diarios (1999-2003)
https://www.facebook.com/media/set/?set=a.302900215906.189610.302562605906&type=3
-Diarios (2004-2007)
https://www.facebook.com/photo.php?fbid=442873930906&set=a.302900215906.189610.302562605906&type=3&theater
Os dejo con una entrada de sus diarios:
[…]He estado en la cárcel, he hecho una huelga de hambre, he sufrido un divorcio, he asistido a un moribundo. Una vez fabriqué una bomba. Negocié con drogas. Me dejó una mujer, dejé a otra. Un día se incendió mi casa, me han robado, he padecido una inundación y una sequía, me he estrellado en un coche. Fui amigo de alguien que murió asesinado y fue enterrado por los asesinos en su propio jardín. También conocí a un hombre que mató a otro hombre, y a uno que se ahorcó. Sólo es cuestión de edad. Todo esto me ha sucedido en una vida en general muy tranquila, pacífica, sin grandes sobresaltos.[…]

Para quien Iñaki Uriarte sea un desconocido, debe poner remedio.Sus Diarios hacen que lo cotidiano resulte atractivo, que ver pasar su vida, te haga encontrar afinidades, lugares comunes y algún desencuentro,( los menos) con lo que nos relata, pero que una gran dosis de tolerancia nos permita, a él y a nosotros, vivirla con lucidez e ironía.Bravo Iñaki, gracias José Luis.

http://nelygarcia.wordpress.com. La soledad es un factor importante, para la mayoría de los creadores: el introducirse en su interior, les permite extraer lo mejor de ellos mismos y plasmarlo, con la personalidad de cada uno. Creo que toda obra creada con la honestidad y la percepción del escritor, transmitida con sencillez, es susceptible de conectar con el público, en algún momento.
http://www.facebook.com/nely.garcia.

José Luis me acaba de proporcionar la excusa perfecta para acercarme a un escritor al que todavía no he leído, aunque como bilbaína me han llegado cosas de él aquí y allá, quizá la pereza sea contagiosa ... Desde luego, creo que es necesario reivindicarla en un mundo dominado por la ética del trabajo protestante de germanos, anglosajones y tiranos varios. No me voy a resistir más al tigre de ternura, especialmente al que reflexiona: "Derecha, inclinación por el fuerte. Izquierda, inclinación por el débil".

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Sobre el autor

Jose Luis Merino

Jose Luis Merino nació en Bilbao. Vive en esa ciudad. Es autor de 14 libros de arte y literatura. Trabaja en la actualidad en cuatro más, asimismo de arte y literatura. Ha tenido muchas edades. Ahora tiene la edad que representan sus palabras.

Sobre el blog

Como lo haría un fotógrafo de palabras, en este blog aparecerán retratos o semblanzas de gentes de la cultura. La mayoría de ellos son ladrones de fuego, en el sentido rimbaudiano del término. También se hablará de arte y poesía (el único ángel vivo sobre la tierra), en tanto se descubre cuánto hay de auténtico y de falso en esos dos universos.

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