Ladrones de fuego

E. Gimenez Caballero, exembajador

Por: | 08 de julio de 2013

ERNESTO GIMÉNEZ CABALLERO   (1899-1988)

  Gimenez Caballero2 -red

     Un 5 de julio de 1981 recibí las respuestas de Ernesto Giménez Caballero. Contestaba a unas preguntas mías. Lo acompañaba con una tarjeta personal, y debajo tres palabras: Embajador de España (que había tachado a bolígrafo). Con ese mismo bolígrafo y en la misma tarjeta daba su opinión sobre dos relatos míos. No le había pedido que los enjuiciara. Se los había enviado como acompañantes mudos del cuestionario. Tal vez el octogenario escritor demostraba así que no había perdido facultades para la crítica literaria. 
     Como parte de su currículo, encontré en un libro de literatura latinoamericana lo que se decía de Ernesto Giménez Caballero: “En su primera época (década de los años veinte), se movió dentro de las corrientes creativas europeas más innovadoras. En su segunda etapa –prolongada hasta su muerte–, se configuró como un exaltado defensor de ideas tradicionales y conservadoras, contribuyendo con ellas a la fundación de la Falange española”. 
    Tras este pequeño preámbulo transcribo una buena parte de las respuestas de Giménez Caballero:
     A mí los políticos siempre me recuerdan a los hombres malos de las películas. ¿Y a usted?
     Los políticos actuales de España no recuerdan: concuerdan.
     ¿Todo sueño es la cualidad esencial del alma? ¿también podía decirse de la almohada?
     Si fueran de la almohada los sueños, la almohada sería inmortal.
     ¿Hasta qué edad puede ser uno un escombro aprovechable?
     ¿Escombros? Habría que consultar a un maestro de obras, no a mí.
     Algunos tipos que conozco son de la internacional socialista, otros prosoviéticos, otos eurocomunistas, otros maoístas... y yo soy de la izquierda dadá...
     Pues si es de la izquierda dadá evite la gagá por cercana.
     Mala cosa eso de buscar lirios en una granada de mano, ¿no cree?
     No peor que pedir las clásicas peras al olmo.
     Dígame algo tan insólito como un perro con varices. 
     ¿Tan insólito como un perro con varices? Sus preguntas.
     ¿Un beso de juguete puede traer al recuerdo una rima de Bécquer?
     Con los besos no se puede jugar. Por eso murió Bécquer tan joven.
     El principio de la libertad consiste en dársela a quien aspira ser libre. ¿Sabría decirnos dónde está el principal error de esta frase?
     ¿El principal error? En la palabra “libertad”.
     Reconozco mi mayor error: la palabra libertad no puede ir sin comillas. Es como decir que lo malo no es estar montado a lomos de un león; ¿lo malo es a la hora de desmontar?
     No. Lo malo es montar sobre el león. Luego, ya todo, es más fácil.
     Al paso que vamos, robar el tiempo a alguien o distraerle unos minutos estará condenado y penado a pasar por la silla eléctrica una de sus piernas. Me parece. ¿Me parece bien?
     Si es usted el que lo roba, como ahora a mí, no será un castigo sino un homenaje.

                                        [siguiente personaje Manolo Gandía: 13-7-2013]

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Divertidísimo y jugetón (¡perfecto para estas fechas!) el ladronzuelo Giménez Caballero. Y asombroso que, a pesar del tiempo transcurrido desde ese lejano 1981, preguntas y respuestas no hayan perdido ni un ápice de su frescura inicial (al margen de la evidente divergencia de pensamiento de entrevistado y entrevistador). Lo cual, tal vez, nos debería hacer pensar que la inmediatez está sobrevalorada y lo que de verdad importa es la calidad y la altura de nuestras reflexiones y nuestros actos. Así lo evidencia el artículo de esta semana. Y eso nos debería ayudar a levantar el vuelo por encima del tiempo.

Ni Borges ni Céline ni Dalí han dejado de ser grandes a pesar de ser bastante más que políticamente incorrectísimos. No sé si Giménez Caballero es uno de los grandes (me temo que no), en cualquier caso mentar a la falange en Euskal Herria es nombrar la soga en casa del ahorcado.

Aplaudo esta entrada.
Por una parte es dificil no caer en el prejuicio, por falta de comunicación. Y por otra, me parece muy actual.
Lo comento teniendo en cuenta el costumbrismo y la opinión respecto a las noticias recientes que evidencian el anquilosamiento de cuestiones graves y fundamentales.
Cuando se trata de crimen, la politización solamente sirve para generar confusión y sectarismo.
Esta tendencia, tan acusada en España, no es original. Pero parece no estar superada. Y quienes más la sufren son las víctimas, que al padecer la invisibilización, resultan doblemente dañadas. No deberíamos consentir que se les agrediese con el olvido tras el robo, la tortura e incluso después de la muerte.
Entiendo que es esto lo que debemos de superar. No los cuentos de las dos Españas o la politización de los crímenes al objeto de atenuarlos. El criminal lo es independientemente de lo que defiende políticamente. Y quien respeta los Derechos Humanos lo es también al márgen de la opción o partido político que haya elegido. Si esa independencia se encuentra sesgada o rota, tenemos el deber de restaurarla con la denuncia que supone la renuncia. Sobre todo ahora que es tan posible.
Quienes alimentan la confusión viven a costa de otros, como parásitos. Conviene reflexionar de vez en cuando, hasta qué punto los alimentamos entre todos.
Y ante las heridas de sus ataques, la higiene es el primer paso para mejorar. Y la luz, el aire y el movimiento.

Aquel que bajo el muérdago escupe no merece besos, ni elogios ni nada que se precie.
No obstante la luz se disuelve en los ojos, en los de todos por igual, y es justo decir que algunas vanguardias nunca fueron de izquierdas, como el futurismo, y además la rosa no elige al que la corta pero si al que pincha.

Personaje curioso este de hoy, estimado Merino. O la historia de cómo llegar a lo más rancio desde la vanguardia. A fin de cuentas, es el viaje una vez más repetido: la juventud en lo moderno, y con la edad ir aferrándose cada vez más a lo tradicional, al conservadurismo y a la derecha. No hay nada original, salvo quizá los orígenes, en esta historia eco de tantas. Nely, hoy discrepo con el mayor de los respetos, la creación es inseparable del creador, y éste no puede desprenderse de lo que lleva en su interior.


http://nelygarcia.wordpress.com Creo que la creación, debería de situarse muy por encima, de ideologías, o criterios.

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Sobre el autor

Jose Luis Merino

Jose Luis Merino nació en Bilbao. Vive en esa ciudad. Es autor de 14 libros de arte y literatura. Trabaja en la actualidad en cuatro más, asimismo de arte y literatura. Ha tenido muchas edades. Ahora tiene la edad que representan sus palabras.

Sobre el blog

Como lo haría un fotógrafo de palabras, en este blog aparecerán retratos o semblanzas de gentes de la cultura. La mayoría de ellos son ladrones de fuego, en el sentido rimbaudiano del término. También se hablará de arte y poesía (el único ángel vivo sobre la tierra), en tanto se descubre cuánto hay de auténtico y de falso en esos dos universos.

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