Ladrones de fuego

El Guardián de las Moscas (y III)

Por: | 29 de julio de 2013

Manolo Gandía (1955-1990) (III)

 Dibujos 5 y 6

      Tercera y última entrega  del breve relato ilustrado con esplendente fantasía por el pintor Manolo Gandía (1955-1990). Por defecto reproductivo, la línea circular envolvente de la última ilustración aparece de color rojo, cuando el original es de color dorado. A un lado la fraticida pugna de los colores, y antes de dar por terminada la historia del Guardián de las Moscas, pienso en el artiista  desaparecido en la voz de Robert Browning: "Cuando nos sentinos seguros ocurre algo, una puesta de sol, la muerte de un amigo, el final de un coro de Eurípides, y otra vez estamos perdidos".  

                                                                 ***

     De tanto mirarla, consiguieron que la mujer lograra despertarse. En sus ojos corría un brote de miradas. Cuando las palabras pudieron juntarse razonablemente en su boca contó lo que le había sucedido. Lo dijo con palabras colocadas en fila, como si hubiera ido al bosque a recogerlas y se viera en la necesidad de ponerlas en una pila:
    -Cuando creí pensar que mi marido no estaba en casa salí de la habitación...
    -Entonces vi a un desconocido en la estancia...
    -Me acerqué al espejo...
    -En el espejo apareció una mujer que portaba el Aro de la Felicidad...
    -La mujer me insinuó con la mirada que me ciñera el Aro en la cabeza...
    -Sus ojos contenían una dulzura muy grande...
    -Me marché de allí asustada...
    -Más tarde volví al espejo sin apenas darme cuenta...
    -Y como atolondrada traté de buscar la Felicidad del Aro...
    -Pero la Felicidad no estaba en el Aro...
    -Luego volví a la habitación...
    -Recuerdo que lloré hasta el sueño...
    -Vuestra llegada me despertó.


    Una vez que la historia concluyó, al no haber más palabras en la pila, los tres celebraron al mismo tiempo el encuentro de los dos amigos y la vuelta a la realidad de la mujer de Toppopo. 
    En el decurso de la velada, la mujer tocó el laúd y sus labios memraron poemas de autores tan antiguos como la espuma de los mares. La estancia se pobló de aromas tenues y latencias en expansión que evocaban imágenes de gaviotas con voz de amante.

    Atardecía cuando Toppopo y su mujer despidieron al Guardián, y éste se alejó montado en el caballo del color del viento. Cabalgaba despacio. Recreaba en su memoria los hechos acontecidos en casa de Toppopo. En el instante que su mente rozó el recuerdo de la mujer del espejo, una de las alforjas se abrió de golpe, y de allí salió la mujer del espejo con la cuerda de la ahorcada en la mano. La mujer voló por los aires como si naciera en aquel único momento. Su tamaño semejaba doce veces el de Buda.
    El Guardián se restregó los ojos como si nunca hubieran estado en su sitio. Cuando la mujer desapareció por los huecos de la atardecida, el Guardián estalló en grotescas carcajadas de infinito asombro...
    Más tarde llovió. La lluvia convirtió en grisalla apocada el paisaje de la Región Redonda; pero el Guardián ya no estaba en el cuidado de esa lluvia, sino en el pensamiento del Príncipe Raal...

                            [siguiente personaje Alfonso Sastre: 2-9-2013]

 

Hay 5 Comentarios


Ensoñación en varias dimensiones, juego de espejismos, humo, el poder, la belleza, ilusionismo literario, impermanencia, moscas, opio, alucinación; encrucijadas que al fin son paseos poéticos. JLM saca las palabras de excursión a ver a dónde le llevan y al final esa pompa de jabón que se ha ido hinchando por el camino estalla como estalla la pesadilla al despertar. Estalla y desaparece. Tal la vida que desaparece sin interrupción ante nuestros ojos, tal la muerte que es la desaparición perpetua. Como perpetuas son las negras moscas que acompañan nuestra existencia.
Bello cuento y bellos dibujos.

Me encantó esta ultima parte del cuento. La eterna busqueda de la felicidad, los espejismos frente a los que nos encontramos. El instante o la eternidad que puede durar un momento. Bellísimo. Muy original el tema del cuento, la trama y este final. Toda la historia transcurre en género fantástico, y algunos toques de realismo mágico. Magistral relato

Me encanta cómo está escrito, más aun cuando recuerdo las ilustraciones. Un cuento nace de otro cuento, porque conserva y expande su magia


http://nelygarcia.wordpress.com Los dibujos plasman un ambiente soñado.
Esta historia me recuerda lo efímera y ambigua, que es la realidad: en el cuento cabían muchas posibilidades, como en la vida de cualquier ser. El guardián hecho pensamiento único, indica la posible consciencia del todo.

El escritor no puede, como el pintor, (como cualquier artista) evitar que su alma se escape en regueros infinitos por entre las líneas de su obra. Y ésta nos habla de la exquisitez y delicadeza de la de José Luis, en simbiosis perfecta con la de Manolo Gandía. Estamos en el blog como las moscas recolectadas, pero recolectadas por la grandeza y atrapadas por voluntad propia, contemplando el prodigio.

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Sobre el autor

Jose Luis Merino

Jose Luis Merino nació en Bilbao. Vive en esa ciudad. Es autor de 14 libros de arte y literatura. Trabaja en la actualidad en cuatro más, asimismo de arte y literatura. Ha tenido muchas edades. Ahora tiene la edad que representan sus palabras.

Sobre el blog

Como lo haría un fotógrafo de palabras, en este blog aparecerán retratos o semblanzas de gentes de la cultura. La mayoría de ellos son ladrones de fuego, en el sentido rimbaudiano del término. También se hablará de arte y poesía (el único ángel vivo sobre la tierra), en tanto se descubre cuánto hay de auténtico y de falso en esos dos universos.

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