Ladrones de fuego

Umberto Eco sabe y no sabe

Por: | 28 de octubre de 2013

UMBERTO ECO   (1932)

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        Mi comunicación con el profesor Umberto Eco coincidió con la fulgurante aparición de su novela El nombre de la rosa. Mi interés por entrevistarlo venía de mucho antes; fue a partir de la publicación de su libro ensayístico Obra abierta (editado en 1962, y traducido al español tres años más tarde). En esos ensayos Eco aplicaba diversos estilos de investigación, desde el análisis del lenguaje a la teoría de la información, donde pretendía identificar una serie de comportamientos observables en muy distintas zonas del arte contemporáneo: pintura, música, narrativa, poesía, cine y en ciertas manifestaciones de televisión.    
        Junto a las preguntas enviadas, incluí el recorte fotocopiado de un periódico de tirada nacional –en el que yo colaboraba–, donde daban cuenta de su exitosa novela; al lado, iba un artículo mío sobre un narrador latinoamericano (concretamente, el mexicano Juan Rulfo). La coincidencia me pareció una buena manera de presentarme.    
     Al parecer acerté, puesto que unas semanas más tarde recibí una carta de Umberto Eco. En la carta manifestaba cómo su secretaria estaba dirigiendo en esos días una circular a “decenas y decenas de periodistas”, advirtiéndoles la imposibilidad de que el profesor Umberto Eco concediera entrevistas. Para dar más crédito, adjuntaba la circular, donde se recordaba que la novela se había traducido o estaba en vías de hacerlo a una veintena de idiomas.   
     Al pasarme copia de la circular, Eco quería hacer patente que a mí me escribía una carta personal, lo que era un modo de distinguirme entre las “decenas y decenas de periodistas”. Terminaba su carta con un cordiali saluti y una aclaración: Tengo da parte le Sue demande e può darsi che tra qualche mese riesca a trovare qualche momento libero, ma devo onestamente dirLe che ho tenuto da parte altre liste di domande e non so proprio se riuscirò a rispondere a tutte.        
    
 Carta y circular al margen, me resultaba difícil comprender cómo alguien que ha elegido encaminar sus pasos por la senda del pensamiento ensayístico, se dedicara a escribir novelas comerciales, o sea, la pretensión de ofrecer la máxima legibilidad para así conseguir ser quien más libros venda. Por otro lado, aseguran los centinelas del canon que quienes saben mucho de literatura raras veces sus escritos de creación alcanzan la excelencia.  
    Las palabras del propio Eco, en entrevista concedida a Vicente Verdú, El País Semanal, 25-4-2010, son harto significativas: “...dejé de ser sólo un profesor y empecé a ser un novelista, a ganar más dinero, y mi vida cambió.” / "...mis ensayos vendían 10.000 copias, y las novelas, 1.000.000". Así fue cómo entró de golpe en la escurridera del éxito literario bajo la oriflama de los best-seller. 
    
El ensayista italiano será el primero en no querer que califiquen su obra de ese modo. Sabe que la mayoría de los best-sellers están hechos para gente que mueve los labios cuando lee. Y sabrá, asimismo, que quienes escriben best-sellers no escriben para la gente que cree que escribir es un arte, sino que lo hacen para aquellos que quieren comprender sin prestar especial atención en lo leído.
   Viva inmerso en el mismísimo tuétano de los best-sellers o fuera de ellos, los días de gloria han alcanzado de lleno al profesor Eco. Ha pasado de ser un apocalíptico a trasformarse en un integrado, para decirlo en una terminología que él mismo utilizó para dar vida a uno de sus libros de ensayo, Apocalípticos e integrados, de 1965.
   Se comprende así la renuncia a participar en entrevistas ajenas a su espectacular exitismo. Queda el testimonio de su carta, escrita en el idioma de los admirados Pavese, Quasimodo, Montale, Ungaretti, Gadda, Bufalino y otros...

                               [siguiente personaje Bárbara Jacobs: 4-11-2013]

 

Hay 14 Comentarios

Pidiendo disculpas por la tardanza, veo que este artículo ha conseguido su función, despertar la discusión literaria en el sentido más anglosajón el término, avivar la polémica en la que todos los lectores nos sumergimos alguna vez. En esta ocasión, estoy del lado de los "contrarios". Creo que nadie nace leyendo ensayo filosófico, que es un proceso en el tiempo y la lectura, que cada uno hace a una edad o momento de su vida. Y los "best-sellers" son el camino que muchos encuentran para comenzar ese proceso que les llevará a cumbres más elevadas, por eso pienso que son tan importantes, en tantos ejercen esa función de enganchar a un "vicio" que ya no podrán dejar nunca: la lectura.

Me ha gustado muchísimo. El ejercicio de la Didáctica, tan bien planteado hasta en su brevedad. Define maravillosamente qué busca un lector de best-sellers y qué es la Literatura. Pero no había leído nunca esta expresión tan reveladora ("gente que mueve los labios cuando lee").
Umberto Eco se describe a si mismo. Es evidente y está escrito: ".....dejé de ser sólo un profesor y empecé a ser un novelista, a ganar más dinero, y mi vida cambió.” / "...mis ensayos vendían 10.000 copias..."
No entendí el éxito, salvo por su talante precursor, de aquel famoso ensayo "Apocalípticos e Integrados". Me quedé esperando la masiva respuesta que exigía. Pero no llegó. En las facultades se aplaudió yo creo que para animar la asignatura de Semiótica.
El nombre de la rosa me gustó, pero pienso que su éxito fue consecuencia de cierto desplazamiento entonces temático que en ese momento, como suele ser, interesaba a ciertas organizaciones que comenzaban a introducirse en las instituciones.
Ambos, ensayo y libro, los situé posteriormente dentro de la política del fraude. Por su capacidad de reclamo.
Genial el último párrafo, en el que encuentro la palabra exitismo. Gracias. Me ha encantado.

Ramón, "El misterio de las catedrales" es de Fulcanelli.

Al principio de la columna hay un dejo de reproche hacia Umberto Eco por haberle negado una entrevista al Sr. Merino, luego insinúa una crítica que intenta ser sutil "...La mayoría de los best-sellers están hechos para gente que mueve los labios cuando lee." Para finalizar con una muestra abierta de la más ordinaria envidia al señalar que Eco "renuncia a participar en entrevistas ajenas a su espectacular exitismo."
Ya lo saben autores exitosos, si no le dan una entrevista al Sr. Merino cuando él lo requiera, no pasarán de ser unos mercanchifles que escriben para palurdos y faltos de entendimiento.

Creo que nos hemos olvidado de que “Ladrones de fuego” es un blog de opinión en el que Merino cuenta, desde sus años de experiencias y vivencias, aquellos encuentros -personales o epistolares- que han dejado una impresión en su memoria. Le agradezco que los comparta con nosotros, los lectores, y no juzgo su visión sobre los personajes. Este no es un blog que juzga, pienso humildemente yo, sino que expone hechos desde la perspectiva de un periodista que observa y pregunta, y anota, y revela sus impresiones, y no se acobarda en hacerlas públicas, por malmiradas que parezcan. Eco es un hombre de letras muy popular por sus ficciones y muy reconocido por sus aportaciones académicas en el ámbito de la lingüística, semiótica, filosofía de la cultura o teoría de la información. De lo que no cabe duda es de que es una “star” del sistema, cuya fama le dificulta ser una persona accesible. Así entiendo yo el texto de Merino y la actitud de Eco y así lo disfruto.

Hay literatura buena y literatura mala independientemente de si es best seller o de si pasa desapercibida. El dilema debería centrarse en si “El nombre de la rosa” es una buena novela o una novela mediocre; en si Umberto Eco es un buen escritor o no tanto, teniendo en cuenta que su transcendencia e influencia está fuera de toda duda, más allá de si son mejores sus ensayos o sus novelas.
“El Quijote” ha tenido y tiene una transcendencia universal de las más importantes de la historia de la literatura pero seguro que no son muchos los que han leído ésta obra de principio a fin. En cambio “Love story” (prototipo de best seller), fue leída inusitadamente por cientos de millones de personas y tuvo una grandísima transcendencia pero, claro, limitadísima en el tiempo. Aunque la gente todavía la recuerde, si bien para ponerla de ejemplo de literatura basura que es peor para el novelista que haber caído en el absoluto olvido (aunque, económicamente, nunca se haya arrepentido de haberla escrito).
Las tres novelas indicadas han sido llevadas al cine (y en el caso de “El Quijote” innumerables veces) lo que denota su influencia en las masas. Pero son tres tipos de influencias no homologables.
“La Biblia”, otro gran best seller y del que siempre se ha dicho que es el libro más leído de la historia, es seguro que ha tenido y tiene influencia. Al igual que “El Corán”. ¡Que dos grandes best sellers han resultado ser!. Todavía padecemos por el choque entre los dos y cuya consecuencia de haber sido escritos es que toda la humanidad vive pendiente de sus sanguinarios encuentros bélicos y de sus diferencias culturales y sociales. ¡Estos sí que son dos best sellers que estremecen al mundo, con influencia universal en el espacio y en el tiempo!. Dos antítesis del hombre en movimiento, del hombre científico y del hombre libre.

En una entrevista reciente el escritor italiano expresaba que “El libro es una criatura frágil. Sufre el paso del tiempo, el acoso de los roedores y las manos torpes, así que el bibliotecario protege los libros no sólo contra el género humano sino también contra la naturaleza, dedicando su vida a esta guerra contra las fuerzas del olvido”
Es una reflexión que condensa en cierta manera uno de los muchos argumentos que atraviesan su archifamosa novela “El nombre de la rosa”. En una primera lectura, esa novela parece una novela policíaca; sin embargo hay un trasfondo más sutil que pertenece a los sustratos de personas muy formadas intelectualmente, libro preñado de abundantísimas citas que entretejen su entramado textual basadas en diversas claves culturales tanto de tipo filosófico, histórico, político,… Es un libro para disfrutar de la lectura. Yo creo que simplemente por ese libro Umberto Eco tiene que estar entre los más grandes escritores del siglo XX.
A Umberto le gusta decir que “Los libros siempre hablan de otros libros y cada historia cuenta una historia que ya se ha contado”
Gracias amigo José Luis por acercarnos cada lunes a personajes tan interesantes
Un saludo
Santi

Por error escribí El Misterio de las Catedrales como una obra de Eco, (es de Focucalt) el título a que me refería era El Cementerio de Praga.

La obra de Umberto Eco titulada "En Nombre de la Rosa" es genial. No se puede decir lo mismo acerca de "El Misterio de las Catedrales· que es todo lo contrario, ésta es y me quedo corto, una simple basofia literaria.

Potente artículo, en el que José Luis Merino camina por entre las veredas amenas de la crónica periodística y el arte de la memoria, a la sombra de la fina ironía, la crítica veraz y la pasión por la lectura. Enhorabuena y gracias por la ventana abierta a este ilustre ladrón.
Por lo demás, en cuanto a la demasiado repetida confrontación de los bestsellers frente a la "otra" literatura, sólo propongo la opinión inteligente y veraz de un grande sin paliativos, Samuel Johnson (1709-1784):
"Las obras de imaginación sobresalen por su fascinación y deleite, por su capacidad de atraer y conservar la atención. Es un libro bueno en vano aquel que el lector abandona. Sólo es maestro aquel que mantiene la mente en complaciente cautiverio; cuyas páginas se leen atentamente y con fruición y que se vuelven a leer con la esperanza de un renovado placer; y cuya conclusión se anticipa con la tristeza con la que el viajero mira hacia el día de la partida."
Si se piensa que los bestellers (por muy bien construídos que estén; y, sin duda, aquellos escritos por alguien inteligente y brillante como Umberto Eco, seguro que son de lo mejor del género) podrían suscribirse en la noble categoría que describe Johnson, aquí va otra cita del mismo autor que, con demoledora contundencia y claridad, fija definitivamente el baremo que distingue lo verdaderamente bueno de lo no tanto (maniqueísmos aparte):
"Las combinaciones irregulares de la invención caprichosa pueden deleitarnos un rato por la novedad que la hartura común de la vida nos obliga a buscar; pero los placeres del asombro imprevisto se agotan pronto y la mente sólo puede hallar reposo en la estabilidad de la verdad."
Cierto es que el lector tiene siempre la libertad de elegir y así, con profunda humildad, me permito elegir sólo a los mejores, a la luz de una frase reveladora de otro grande, Ralph Waldo Emerson (1803-1882): "Leo para la gloria".

Precisamente por ser un ensayista ha logrado esa obra que realmente nos atrapa desde el comienzo que es " El nombre de la rosa". Hay mucha investigación en toda esa narración que, cada día parece estar mas en el centro de la Historia, porque no somos pocos los que veneramos a Guillermo de Ockham y pensamos como el , que fue capaz de cantarle las 40 a Juan XXII y, enterado que iba a ser condenado huyó de los recintos papales, pero la historia dice que el Papa lo libró de culpa y cargo. O sea, debió Juan XXII haberse condenado a si mismo.

Una de las grandes novelas de todos los tiempos, es para esta simple mortal " El Nombre de la Rosa".
Desearía con fervor que se repitiera la saga.
Ustedes los intelectuales se pierden, al analizar que es lo que en verdad funciona. Sabemos hoy que los buenos contadores de historias son imprescindibles. Para comprendernos más, ser más empáticos, y claro pasarla bien.

Esperaba un artículo algo menos "intelectual" y mas actual o novedoso pues Eco sigue escribiendo y su último libro que debe estar ya en las librería es .Historia de las tierras y los lugares legendarios, seguro nos deleitará aunque no a esos intelectuales que no deben mover los labios cuando leen, por cierto, nunca lo he hecho y debe ser algo no tan usual ¿o no? Saludos a los lectores que no aspiran al olimpo de la escritura y si al goce de la misma,

http://nelygarcia.wordpress.com. Mucho se ha comentado la diferencia entre best – sellers y literatura; pienso que la disimilitud existe, pero el creador debe de plasmar aquello que siente y sí como es el caso de Eco, tiene la capacidad de expresarse para la gente corriente y personas intelectuales, es libre de escoger lo que crea más conveniente.

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Sobre el autor

Jose Luis Merino

Jose Luis Merino nació en Bilbao. Vive en esa ciudad. Es autor de 14 libros de arte y literatura. Trabaja en la actualidad en cuatro más, asimismo de arte y literatura. Ha tenido muchas edades. Ahora tiene la edad que representan sus palabras.

Sobre el blog

Como lo haría un fotógrafo de palabras, en este blog aparecerán retratos o semblanzas de gentes de la cultura. La mayoría de ellos son ladrones de fuego, en el sentido rimbaudiano del término. También se hablará de arte y poesía (el único ángel vivo sobre la tierra), en tanto se descubre cuánto hay de auténtico y de falso en esos dos universos.

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