Sobre el autor

Jose Luis Merino

Jose Luis Merino nació en Bilbao. Vive en esa ciudad. Es autor de 14 libros de arte y literatura. Trabaja en la actualidad en cuatro más, asimismo de arte y literatura. Ha tenido muchas edades. Ahora tiene la edad que representan sus palabras.

Sobre el blog

Como lo haría un fotógrafo de palabras, en este blog aparecerán retratos o semblanzas de gentes de la cultura. La mayoría de ellos son ladrones de fuego, en el sentido rimbaudiano del término. También se hablará de arte y poesía (el único ángel vivo sobre la tierra), en tanto se descubre cuánto hay de auténtico y de falso en esos dos universos.

Ladrones de fuego

Teatro... Nô

Por: | 30 de diciembre de 2013

JULIÁN HERRERO (1949)

    Julián practicando el Nô-1

     Doctor por la Universidad del País Vasco y licenciado en dirección escénica por la ESAD de Murcia, Julián Herrero ha dirigido treinta espectáculos teatrales. Mas su pasión estética y vital se centran en el teatro oriental; razón por la que ha estudiado y habitado en Bali y en Japón. También ha participado en tres ediciones de la International School of Theatre Anthropology. Para este espacio ha consentido ofrecernos un resumen de las 488 páginas de su tesis doctoral, presentada en enero de 2013, bajo el título La composición escénica en el teatro Nô. [Sería deseable, en este caso, comprobar que los fragmentos puedan llegar a ser los testimonios nupciales de la idea].  
    
  Si hay una forma artística que cumpla la función de hacernos ver más allá y de ampliar nuestros límites habituales de consciencia, esa es el teatro Nô, y lo realiza de forma tangible, real e inmediata a la vez que evanescente e irrepetible. Hace más de seiscientos años que Zeami Motokiyo (1363-1443) consolidó el Nô y creó toda una poética de este arte, mediante la escritura de dieciséis tratados, donde asentó sus bases estéticas y técnicas. El Nô es un arte escénico en el que se combinan el texto, la actuación, la danza, el recitado, el canto y la música instrumental, de una manera tan interrelacionada que ninguno de ellos prevalece sobre los demás, y el conjunto produce una profunda experiencia estética.
     El Nô ha sido descrito como el arte de crear ma, que literalmente significa "entre", el intervalo que nos permite discernir entre dos fenómenos. Y es que el Nô se basa en la sugerencia más que en la muestra, como las pinturas a la tinta, sumi-e, donde lo interesante está en la proporción equilibrada entre lo visible y lo oculto. Por eso, en el Nô también se cumple el lema de Mies van der Rohe de "menos es más". El ma o intervalo implica también un tránsito, un viaje, y la mayor parte del repertorio del Nô consiste en historias que suceden entre este mundo y el de los espíritus. Básicamente, las obras del Nô consisten en la llegada de un espíritu atormentado (el shite) bajo la apariencia de una persona real, quien se encuentra con un sacerdote (el waki) en un lugar concreto como pueden ser un templo o un camino. Forzado por las plegarias del waki, el shite revelará su auténtica naturaleza y volverá al más allá, liberado de sus sufrimientos. Finalmente, el waki se retirará dudando de si lo que ha vivido es real o ha sido un sueño.

                                                         INTERMEZZO

     Las palabras y los movimientos rezuman una poesía altamente estilizada según un concepto técnico y compositivo, el jo-ha-kyû. Este concepto rige todo en el Nô, desde el propio espacio escénico, hasta los movimientos del actor. Cada acción del Nô, sea física o musical, se denomina kata, como en las artes marciales. Las katas están integradas en una coreografía específica para cada obra, y el actor las aprende desde su niñez, imitando a su maestro. Existen pocas katas que guarden analogía con la realidad, y la mayoría tienden a indicar una acción; así la kata llamada suri-ashi indica "andando" y se traduce en la peculiar forma de deslizar los pies que utilizan todos los actores del Nô; la kata llamada ogi somuke indica "mirando afuera", pero puede ser que el personaje mira a la luna o a una montaña. Además pueden condensar o extender el espacio y el tiempo como en el llamado michiyuki, "canción del viaje"; un largo viaje simbolizado mediante una breve trayectoria del actor en el escenario. Las katas sirven para intensificar la emoción sentida a través de la poesía. La misma kata usada en diferentes contextos puede comunicar ideas, imágenes y emociones completamente diferentes, dependiendo de la interrelación entre el actor, las palabras y la música. 
    
Es notoria la fuerte presencia escénica del actor del Nô, aún en los momentos de inmovilidad, y aunque su cuerpo esté cubierto por la máscara y el gran kimono que le llega hasta los pies.
   
La imagen de un actor en escena es como una sucesión de estatuas en movimiento. Mediante el Nô, Zeami exploró un arte que fuera un medio de unir los corazones de los artistas y del público, dándoles paz y promoviendo una larga vida.

    * En la borrosa imagen, Julián Herrero con una máscara del teatro Nô, durante una sesión de ensayo en un escenario londinense

                            [siguiente personaje Isabelle Faust: 6-1-2014]

 

Samuel Beckett en el vertedero

Por: | 23 de diciembre de 2013

SAMUEL BECKETT (1906-1989)

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    Durante mi estancia en Londres en el verano de 1980, unos amigos británicos me indicaron la posibilidad de entrevistar a dos hombres de la escena, como eran el autor teatral Samuel Beckett y el mimo francés Marcel Marceau. Se sabía que andaban por aquellos días en la ciudad de la niebla. Tuve suerte a medias. Encontré al mimo francés, y lo entrevisté, pero me fue imposible dar con el escritor irlandés. Solo queda como testimonio el intento de buscarlo. En caso de haberlo encontrado, mi actitud preguntadora no hubiera diferido de la de Beckett en su conversación con Georges Duthuit, publicada más tarde, sobre dos pintores abstractos (Pierre Tal Coat y Bran van Velde) y un surrealista (André Masson). Las preguntas de Beckett son arrugadas y secas como las hojas de otoño en Versailles (toda pregunta nace con vocación de alejarse de los convencionalismos).
      A falta del deseado encuentro con el minimalista y nihilista escritor, hablaré sobre él, o lo intentaré, empezando por significar su desarraigo por todo y por todos. Vivía dentro de un atrabiliario y extraño mundo de ficción...
    ...trató de ignorar lo cercano y lo visible. Para él, la absurdidad de la nada era más real que la Nada misma. Por eso caminaba como ave nocturna hacia un lugar llamado –¿cómo se llamaba?–, cuya mayor identificación se cernía en los contenedores de basura, sean de ciudades como Dublín, Londres o París. En esos vertederos se escuchaban parlamentos residuales de comida inacabada, cascos de botellas de vómitos horizontales, hilachas filiformes de verduras, muñecas sin brazos tatuados, pan mordisqueado, entre otras minucias. Esos detritus esperan a Godot, cuando las luces de neón llevan varias horas despiertas. Y excepcionalmente Godot llega todos los días, conduciendo el camión de la basura, a través del oscuro sucesivo, pese al pronóstico dudoso del propio Beckett...
    ...la trilogía novelística, Molloy, Malone muere y El Innombrable, procede de la gestación de unas palabras confesionales suyas: “Todo empezó cuando tomé conciencia de mi propia estupidez”. De esa manera, el irlandés escribe de acuerdo con lo que sentía. Nada del exterior le interesaba, salvo lo que pudiera hociquear en el hondón de su inteligente estupidez...
    ...este autor, a quien concedieron el Premio Nobel de Literatura en 1969, veía en su imaginación a medio mundo saliendo llorando de sus casas, de los cafés, de las escenas de teatro, de la vida misma...
    ...las palabras no existen para él, fuera de las convenciones. Las palabras son clavos herrumbrosos donde se cuelgan las ideas. Lo ha dicho este deconstructivista o simplemente destructor del lenguaje: “La expresión de que no hay nada que expresar, nada con qué expresarlo, nada desde donde expresarlo, no poder expresarlo, no querer expresarlo, junto con la obligación de expresarlo” (salen llorando las palabras)..
     Respecto a su poesía, la mayor parte de sus poemas son como voces entre paréntesis de acotaciones de teatro. El lector espera más de esa poesía. El lector lee con atención, pero nada le sorprende y emociona. El lector puso los ojos en ella y no se enteró de nada, e incluso se llevará alguna sorpresa cuando en más de un verso faltan palabras: U a jo n qu a rr st a yr s el u a o     . Es posible que las ratas del vertedero se hayan comido varias letras y hasta alguna palabra entera. Porque los personajes suyos, Vladimir, Pozzo o Estargón, pueden ser cualquier cosa, menos ladrones. Ellos apenas hablan (sin parar), pero no roban.
     Aquí termina el relato de lo que pudo haber sido y no fue (debería salir llorando)...

                            [siguiente personaje Julián Herrero: 30-12-2013]

Al amor de Venezia

Por: | 16 de diciembre de 2013

TERESA MERINO GUEREÑU

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      Está a punto de publicarse un libro de poemas de Teresa Merino Guereñu. Lleva por título El corazón del centinela (Editorial El Gallo de Oro). Teresa escribe poesía desde los once años. Y es en este momento cuando viene a la memoria la madre de Rudyard Kipling: “Hijo mío, en poesía no hay madres que valgan”. Comprendo. Debo limitarme a hacer preguntas a  la poeta. Vamos allá:   
    ¿Al poema le sobra lo que conocemos y le falta lo que desconocemos?
    
El poema media entre lo que conocemos y lo que desconocemos; lo conocido, la experiencia sensible, abre la puerta a lo desconocido, y nos permite admirar, con devoción, el tesoro que allá despliega las alas y resplandece. Pero eso sólo ocurre en contadas y afortunadas ocasiones. El mundo entero se nos ofrece como posibles llaves, y hay que estar siempre atento.
    ¿Es exagerado llamar al poeta mago de la inseguridad?
    
Como el albatros de Baudelaire, puede que, a primera vista, el poeta aparezca ante el mundo (y ante sí mismo) inseguro, incluso estéril, pero en el momento en el que abre esa puerta de la que hablábamos en la pregunta anterior, aunque no haya de cruzarla nunca, sólo con permanecer en el umbral y asomarse, se sentirá invencible, audaz y victorioso. Independientemente de cómo continúe viéndole el mundo.
    ¿Qué diferencias encuentras entre poesía y prosa, y cuáles entre poesía y música?
    
Tensando un poco los paralelismos, se podría decir que tal vez haya más parecido entre poesía y música que entre poesía y prosa. El vínculo entre las dos últimas es evidente: la palabra. Pero entre las dos primeras existen dos sutiles coincidencias: el ritmo y lo esencial. La música persigue la esencia mediante el ritmo y la abstracción. La poesía, en cambio, toma el ritmo para embellecerse, pero se acerca a la esencia mediante la inteligencia (la mente aguda y el corazón inflamado, indisolublemente unidos), que toma la forma de la palabra. Por eso llega mucho más lejos.
    ¿Detrás de las metáforas hay algo más que una sustitución ornamental de la realidad?
    
Detrás de las malas metáforas, sólo hay esa mera sustitución. Pero detrás de las buenas, de las insustituibles, sin las cuales el poema no sería el mismo, se encuentran las armas y el poder del poeta grande.
    ¿Qué quería significar la poeta Alejandra Pizarnik al asegurar que todo lo que se puede decir es mentira?
    
Tal vez que todo lo que se expresa mediante la palabra pertenece a la ensoñación, sin ligadura con la realidad. Pero creo, más bien, que la poesía es el único arte que consigue rozar, aunque nunca abarcar ni dominar, esa verdad inalcanzable que el hombre busca, debatiéndose, durante toda su vida, o durante toda una civilización. Y sólo muy pocos poetas, elegidos, tienen el privilegio de intuirla mejor y apuntar hacia ella, en ráfagas de lucidez. Y esas ráfagas son aún más fugaces e inaprehensibles para el lector. Así, la fugacidad se va multiplicando, hasta llegar a la aseveración de Alejandra Pizarnik. Tal aseveración sería, por tanto, el resultado de un proceso, y no una verdad instantánea.
    ¿Los poemas están de camino, rumbo hacia algo?
    
Los poemas son siempre el final de una etapa en el viaje que supone la búsqueda consustancial al hombre. Lo que ocurre es que, aunque se vislumbre, nunca se consigue dar sentido completo al logro alcanzado. El tesoro es la búsqueda en sí misma. Hay que conformarse con eso, debido a nuestra incompletud.
    ¿Te pones en diferente disposición cuando escribes en francés a cuando escribes en español?
    
Totalmente. Para mí, el francés es más sensitivo y hedonista. El castellano me resulta más austero y, paradójicamente, he de usar una palabra francesa, “perçant”.
    ¿Hay buenas palabras y malas palabras? ¿Algunas palabras son más poéticas que otras?
    Personalmente, no creo en la belleza construida con palabras menos bellas. La belleza necesita de palabras bellas como raíz. De ellas irán floreciendo (con fortuna) la inteligencia, la sensibilidad, el llegar un poco más allá.

    * Por razones de espacio, la entrevista ha sido reducida.

    ** En la imagen, la autora con su hija Venezia, destinataria del libro: "A mi hija Venezia, que redimió mi corazón cuando casi estaba perdido y lo inundó de luz pura y calor hondo, consiguiendo que el Universo entero reverbere, sereno, a su imagen" (firmó la fotografía la escultora Mariemi Otaola).

                                 [siguiente personaje Samuel Beckett: 23-12-2013]

 

 

Sobre "Rayuela"...más una carta

Por: | 09 de diciembre de 2013

JULIO CORTÁZAR (1914-1984)

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    Mucho se ha escrito sobre los 50 años de vida de la novela de Julio Cortázar, Rayuela, publicada en 1963 . Se añaden aquí nuevos comentarios, formulados, totum revolutum, desde ambos lados del Atlántico:
     *No pocos lectores vieron en Rayuela una clave política incontrovertible. Por un lado el exilio y por otro lado el desarraigo. Es un viaje sentimental a través de la lucidez y el desorden. También puede tomarse como la declaración de independencia de la literatura latinoamericana.
    *Gentes que en el año de la publicación de Rayuela tenían veinte años, se identificaban con el texto; ahora, con 70 años, algunos son sus mayores detractores. Se comprende. Antes la mayoría de ellos eran pobres y desconocidos, y ahora algunos de ellos han mejorado de posición e incluso han adquirido cierta fama en la parcela de la cultura.
     *No pocas mujeres, lectoras de Rayuela, se identificaban con la Maga, les hubiera gustado ser la Maga misma.
    *A algunos jóvenes aspirantes a escritores lo que escribían los consagrados en España nos apestaba y repateaba. Rayuela fue para nosotros como un viento fresco en el tecleo de las máquinas de escribir.
    *Se le reprocha a Rayuela su servilismo ante los últimos estertores de la capital francesa, resistiéndose a dejar de ser el centro cultural del mundo.
    *Obra fragmentaria, indefinida, tanteadora, experimentalista, novela urbana por excelencia, en su mayor parte deslumbradora y, en alguna medida, decepcionante.
     *Julio Cortázar, excelente cuentista, publicó una pésima novela al estilo tradicional, Los premios, por lo que probó escribir una contranovela, y la llamó Rayuela. Le salió una vuelta al mundo de la literatura en 155 capítulos o fragmentos.
     *Ya sé que hay quienes nunca perdonaron el éxito fulgurante de Rayuela. Sólo diré que no quiero volver a leer la novela por temor a que me decepcione. Lo cual podía traducirse como un lastimoso modo de ocultar el miedo a envejecer. C’est la vie!
    *En determinados aspectos, Rayuela se inspira en las máquinas “célibes” de Marcel Duchamp y Raymond Roussell.

     El uno de junio de 1970 escribí un texto sobre la pintora Marta Cárdenas, con motivo de su exposición en la bilbaína galería Grises. En el texto introduje un pasaje de Rayuela. Nueve días después recibí la siguiente carta del escritor argentino, afincado en Francia: 

    Saignon, 10 de junio de 1970

    Querido José Luis:
    Gracias por todos los envíos, y ahora en especial por éste que me trae su carta, la de Marta gran cronopia, y la sorpresa de una “morelliana” dentro de un texto suyo.
    Qué lástima que Bilbao ande tan lejos de este pueblito mío, porque nada me hubiera gustado más que darme un salto para ver los cuadros de Marta, ponerle alguno cabeza abajo o boca arriba, y charlar con usted, con ella, y con todos los cronopios que indudablemente pululan en la galería y sus alrededores. No puede ser, pero que estas líneas (escritas heroicamente con una máquina eléctrica que se me dispara por todos lados y de cuando en cuando suelta una chispa verde por el lado de la “j”) les lleven todo mi afecto y mis mejores deseos.
Muchos abrazos colectivos e individuales,
    Julio    (a mano en letra sepia)
    Julio Cortázar    (a máquina)

            [siguiente personaje Teresa Merino Guereñu: 16-12-2013]

 

Terenci Moix: Edipo rey dormido

Por: | 02 de diciembre de 2013

TERENCI MOIX   (1942-2003)

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     Por más que lo intenté unas cuantas veces, Terenci Moix nunca llegó a contestar por escrito a mis preguntas en torno al hecho literario y cercanías. Pero como las aguas del tiempo tienen sus exósmosis de ida y vuelta, un día surgió la ocasión de entrevistarle en un mano a mano personal. Fue a raíz de la presentación en Bilbao de su libro Mujercísimas. Reconozco que jugué con ventaja. Mientras yo iba armado estéticamente hasta los dientes –utilizando las mismas preguntas de mis envíos anteriores–, el escritor catalán improvisaba en tanto hablaba.

     ¿Cómo calificarías la belleza?    
    
 Nuestra apreciación de la belleza existe a partir del momento que nosotros decimos que esto es bello, feo, cursi u horrible.
     ¿Amada derrota, odiosa victoria? 
    
 Jamás debiera existir un vencedor, porque jamás debiera existir una contienda. Pero, al mismo tiempo, sin contienda tampoco se explicaría la historia del arte. Creo que el arte es una contienda continua, porque la victoria nunca existe en arte; siempre hay una proyección...; perdón, un antojo posterior, un deseo posterior.
      ¿Por qué el público corriente y moliente no quiere comprender que se le quiere mostrar algo diferente de lo que busca?
    
   A veces no pensamos que al público no se le puede exigir que tenga la altura de los dioses. La gran obra de arte se anticipa a su tiempo.
     ¿De nostalgias infinitas ascienden hechos finitos?
    
 Yo siempre he tenido nostalgia infinita por cosas que no he vivido. Por ejemplo, períodos históricos que no he vivido me producen una inmensa nostalgia; son espacios finitos de la realidad que a mí no me han llegado y por los cuales siento una especial nostalgia. Siento nostalgia del Imperio Romano. Veo unas ruinas y pienso en aquello que fue; siento una nostalgia extraña por una cosa que ya está terminada.
     ¿En todo arte malo, indefectiblemente se dan cita las más buenas intenciones?
    
 Siempre. Y además yo creo, incluso, que el arte malo nace de buenas intenciones, y el gran arte nace de intenciones a menudo abyectas. Imagínate la poesía de Rimbaud, que nos deslumbra y nos seduce, no nace de las buenas intenciones que podía tener un escritor familiar, en su casa rodeado de niños...
     ¿El amor es un dios que sueña en los espejos?
    
 Esta pregunta es casi de Jean Cocteau. Acuérdate del juego de espejos de Cocteau. El amor es juego de espejos, y no es ni siquiera un dios. Es un sueño de espejos donde proyectamos nuestra imagen. Por mucho que esperemos más de lo que somos, tenemos que asumir lo que el espejo nos devuelve. Si el amor fuera un dios, sus acciones serían imperdonables.
     ¿Solo se es fecundo al precio de ser rico en antítesis?
    
  La fecundidad es un don, del mismo modo que puede ser un don la paciencia. La fecundidad sólo se explica en sí misma; es un fenómeno muy extraño. Yo diría que la fecundidad es un acto histérico. Yo soy muy fecundo, y digo que la fecundidad es una enfermedad.
       

     Diez años después de nuestro encuentro, dieron la noticia de la muerte de Terenci Moix. Según dijeron quienes lo vieron muerto, sombra peregrina, parecía un enfelizado niño dormido. Su imagen rendía culto a la ráfaga fulgurante vertida en Edipo rey: “No proclamemos dichoso a ningún hombre antes de su muerte”. 

    * En la imagen, Terenci Moix en Egipto

            [siguiente personaje Julio Cortázar, sobre Rayuela: 9-12-2013]

El País

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