ERNESTO CARDENAL (1925)
A raíz del triunfo de la revolución sandinista, desde muchos lugares del mundo brotaron hermosas-hondas-espontáneas voluntades de ayuda hacia el pueblo nicaragüense. Un joven amigo mío, profesor de bachillerato, enrolado en cristianos de base o algo parecido, me dijo que se iba a Nicaragua. Unos días después vino a despedirse. Como era mi época obsesiva de querer entrevistar a escritores, le pasé una entrevista para el poeta y sacerdote Ernesto Cardenal, nombrado por aquellos años (1983) Ministro de Cultura del gobierno sandinista. “Por si tienes la ocasión de verle”, apunté. “Lo intentaré”, fue su respuesta.
Un año y medio más tarde, mi amigo volvió de Nicaragua. Vino a visitarme a la librería donde yo trabajaba. Hablaba maravillas de la aventura vivida. Se sintió útil como nunca hasta entonces lo había sido de cara alos demás. Aquellas tierras y sus gentes dejaron en él una profunda huella. “El mundo entero debería conocer el esfuerzo del pueblo nicaragüense por intentar llegar a ser dueño de su destino”, decía con pleno convencimiento.
Luego se refirió a Ernesto Cardenal. Pudo estar con él. Le entregó en mi nombre las preguntas. El poeta las leyó delante de él. Al acabar dijo no entender nada. No iba a contestarlas, porque carecían de interés alguno para él.
Ese fue mi único contacto indirecto con Ernesto Cardenal.
Mi descubrimiento como poeta venía de lejos. Desde aquel libro suyo de poemas titulado Salmos, de 1964. Obra relacionada con el poeta Patrice de la Tour du Pin (1911-1975), quien en 1938 escribió un libro titulado Salmos (siguiendo el ejemplo de los salmos bíblicos). Aunque las incomunicables experiencias de un alma en busca de Dios no son en Cardenal tan compulsivas como en el francés, sí hay ciertas concomitancias en la mezcla de conceptos metafísicos con las realidades cotidianas, e incluso en la utilización de un lenguaje desprovisto de intelectualismos.
En la década de los sesenta, Ernesto Cardenal publicó tres de sus mejores libros (según mi leer): Oración por Marilyn Monroe y otros poemas (1965), El estrecho dudoso (1966) y Homenaje a los indios americanos (1969). Poemas largos, de construcción prosística, donde se alternan las crónicas coloniales, su crítica hacia la voraz sociedad capitalista y sus mitos espurios, al lado de textos prehispánicos. Poeta exuberante, sensual, muy politizado, empeñado en dar una visión del hombre en relación con el mundo, trazadas sobre la pervivencia marital entre lo esencial y lo trivial, sin tener que avergonzarse de nada, bajo la extraña sugerencia de Baudelaire: “nada más bello como el lugar común”.
Durante su permanencia entre los campesinos del archipiélago de Solentiname, Cardenal vivió ese tiempo con la inocencia del Edén, pensando que el mundo podía convertirse en un delicioso e interminable día de verano (mas no trataba de captar tanto la belleza como la verdad de la vida). De ahí surgió su libro El Evangelio de Solentiname (1975).
Ernesto Cardenal se suma a los excelentes poetas que ha dado Nicaragua en la época contemporánea como Salomón de la Selva, José Coronel Urtecho, Pablo Antonio Cuadra, Joaquín Pasos, Carlos Martínez Rivas, Ernesto Mejías Sánchez, entre otros. Todos ellos son descendientes del poeta de poetas Rubén Darío.
Comprendí que Ernesto Cardenal rehusara perder su precioso tiempo conmigo. No me sentí castigado por ello, como hiciera el poeta con los mercaderes de la 20th Century-Fox, en su carnalísima e implacable Oración por Marilyn Monroe.
[sigueinte personaje Ernst Jünger: 5-5-2014]
Hay 4 Comentarios
Gracias José Luis por recordarnos a Ernesto Cardenal.
Es una pena que Ernesto no contestara a ninguna de tus preguntas. Me imagino a un sacerdote-político-poeta leyendo preguntas del tipo: “¿ Qué razón tienen las nubes para enfadarse y tocar tambores?”, o “ Por qué las cerezas son rojas y no amarillas como los plátanos”
Ernesto ha vivido entre Dios y Marx, unas veces se inclinaba por uno de ellos y las más de las veces por el otro. Algunos lo han calificado como el "más sonoro portavoz de los cristianos por el socialismo"
En su día fue un referente fundamental de aquella revolución sandinista que con los años se fue “corrompiendo”. El mismo dijo : “Muchos de los principales dirigentes sandinistas perdieron la moral al ser derrotados en las urnas. Se corrompieron. Yo renuncié, no al sandinismo, sino al partido”
Su poesía es clara y comprometida como bien lo demuestra el siguiente poema incluido en “Los Salmos” (En los Salmos el poeta levanta nuevamente su voz contra la opresión y la injusticia, canta al Dios omnipotente y justiciero: "Escucha mi protesta / porque no eres tú un Dios amigo de los dictadores")
………………….
BIENAVENTURADO EL HOMBRE que no sigue las consignas del Partido
ni asiste a sus mítines
ni se sienta en la mesa con los gangsters
ni con los Generales en el Consejo de Guerra
Bienaventurado el hombre que no espía a su hermano
ni delata a su compañero de colegio
Bienaventurado el hombre que no lee llos anuncios comerciales
ni escucha sus radios
ni cree en sus slogans.
Será como un árbol plantado junto a una fuente.
……………
Acabo con un pensamiento suyo.
“Yo creo que la verdad es perfecta para las matemáticas, la química, la filosofía, pero no para la vida. En la vida, la ilusión, la imaginación, el deseo, la esperanza cuentan más”
Gracias José Luis
Un saludo
Santi
Publicado por: Santiago Fernández | 02/05/2014 17:52:48
Desde la distancia en todas sus acepciones, la persona de Ernesto Cardenal representa el intento de muchas otras personas, que al despertar a la vida se encuentra de cara con claro conflicto de intereses.
Desde la referencia cristiana, tan clara y contundente en lo tocante al respeto y cuidado por las personas de todas las edades y sexos.
Hombres y mujeres, ancianos y niños.
Se siente el desengaño, de ver como lo más importante es el encaje de bolillos en que se ha convertido la sociedad de consumo y de mercados.
En la se inscriben con todos sus nombres y apellidos todas las instituciones, incluidas las religiosas.
Para tutelar desde la ganancia económica.
Como objetivo principal.
Por eso se comprende el regreso a su interior del Sr. Ernesto Cardenal, y a su libros en los que trata de manifestar ese cambio de dirección que todo el mundo asume, diciendo lo contrario.
De lo que se hace.
Sin ninguna reconcomía moral, ni espiritual.
No se entiende hablar de la pobreza y de los pobres, y buscar justo lo contrario en la riqueza a costa de la gente humilde, desde el butacón cómodo y confortable.
Rechazando la doble moral vista entre los mismos suyos, se inclina ante la visita del Papa, pero da la impresión de que no se reconocen.
Ni en las formas ni en los hechos.
Siendo que su concepción del mundo de las personas son dos formas antagónicas.
Lo que se predica y lo que se hace de verdad.
A Ernesto Cardenal nadie le hará santo, pero seguro que mucha gente si leerá sus libros y compartirá su pensamiento.
Buscando desde la honestidad de ser al menos digno y consecuente con su credo y pensamiento.
Publicado por: Jiménez | 30/04/2014 10:11:31
El mundo convertido en un interminable día de verano, es el sueño de muchos creadores, pero la cruda realidad, les obliga a plasmar sus inquietudes.
Publicado por: Nely García | 30/04/2014 9:15:44
Delicioso descubrimiento de los que han sido olvidados hasta para el arte, José Luis. Y sigue pasando 30 años después. Ha habido en latinoamérica un gran intelectual, lector incansable, aplaudido conferenciante en París y hombre inteligentísimo, que se nos ha vendido siempre como poco más que un mono amaestrado, bruto y zafio. Hugo Chávez, que ha inculcado la lectura en Venezuela hasta quedarse mudo, fundando editoriales y llamando incansable a la formación y la cultura. Como Cardenal, grandes personas que, aun sumergidos en la ingente tarea de rescatar a sus pueblos de siglos de opresión, encontraban tiempo para la literatura y el arte, porque sabían además que el conocimiento nos vuelve poderosos de una forma que no nos puede ser arrebatada.
Publicado por: Zuriñe | 30/04/2014 8:45:22