Sobre el autor

Jose Luis Merino

Jose Luis Merino nació en Bilbao. Vive en esa ciudad. Es autor de 14 libros de arte y literatura. Trabaja en la actualidad en cuatro más, asimismo de arte y literatura. Ha tenido muchas edades. Ahora tiene la edad que representan sus palabras.

Sobre el blog

Como lo haría un fotógrafo de palabras, en este blog aparecerán retratos o semblanzas de gentes de la cultura. La mayoría de ellos son ladrones de fuego, en el sentido rimbaudiano del término. También se hablará de arte y poesía (el único ángel vivo sobre la tierra), en tanto se descubre cuánto hay de auténtico y de falso en esos dos universos.

Ladrones de fuego

Eduardo Arroyo tenía que pensarlo

Por: | 30 de junio de 2014

EDUARDO ARROYO   (1937)

 

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            El pintor Eduardo Arroyo nació en Madrid en 1937. En 1958 se trasladó a vivir a París. Personaje polifacético, ha ejercido de periodista (es Licenciado en Periodismo) y de escenógrafo. Ha publicado varios libros, entre ellos una historia novelada de boxeo, en torno al púgil panameño Al Brown, que lleva por título “Panamá” Al Brown. Por su actitud crítica frente a la época anterior a la democracia, y el hecho mismo de residir en París, se convirtió en un desconocido para sus compatriotas. Se dio a conocer internacionalmente a partir de una gran exposición suya en el Centro Pompidou de la capital francesa (1982).
    En abril de 1997 le envié a su estudio madrileño una entrevista por escrito. Junto a las respuestas, venía una carta (Madrid 18/4/1997) donde reconocía en un pasaje, digno del ostinato rigore de Leonardo, “las preguntas son más vivas que las respuestas”.

     ¿El artista artistea para individualizarse y salir así de la masa, esto es, de la barbarie?
    
Para atenuar su propia barbarie.
    ¿Acertaba Mallarmé cuando decía que los fragmentos son los testimonios nupciales de la idea?
    
 Sin ellos no hay boda.
     ¿A veces pintar viene a ser como el tocar, que todo puede convertirse en sexo a poco que se toque?
    
 No me he divertido nunca pintando.
    ¿Quién habla de victorias? Sobreponerse, eso es todo. ¿O no?
    
 Sí. Sobreponerse a las victorias.
     Es absurdo que la mayor ambición de los artistas que rondan los 25 años de edad sea entrar en los museos. ¿No es más propio de esa edad que sus pesquisas consistan en hacer desaparecer del globo todos los museos del mundo?
    
 Sobre todo los museos tal como están concebidos hoy.
     ¿Pintar es iniciar una obra sobre una idea básica –un punto de apoyo–, y a partir de ahí todo va creciendo en su derredor, que es como decir en su crecedor?
    
 Sí, es exactamente eso, pero a veces lo que va creciendo es la desolación.
    ¿Hacer arte consiste en explorar dominios que no se comprenden, que se nos escapan?
    
 Debería ser así.
    ¿Sería capaz de definir la vida, entre otras cosas, tal como la definía Cioran: “esa chulería de la materia”?
    
 Francamente, nunca he sabido definir la vida.
    ¿El arte es eso que se hará mundo, y no lo que ya lo es?
    
Eso sería ideal, pero no es así.
    Muchos tienen el delirio de grandeza de creerse locos egregios, y son solo chiflados...
    
Es mejor estar chiflado.
    ¿Querer sintetizar la realidad es una manera de acercarla al sueño, al arte, a la poesía?
    
Tendría que pensarlo.

                                  [siguiente personaje Corín Tellado: 7-7-2014]

Todo Brasil en Jorge Amado

Por: | 23 de junio de 2014

JORGE AMADO   (1912-2003)

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            Pese a no tener ningún fundamento en qué basarme, veo a Jorge Amado como un espíritu gemelo al de Joan Brossa. De todos los escritores que he entrevistado en mi vida, en ellos dos se dan las respuestas más afines, en especial por el tono empleado. Quizá se deba a que los dos nacieron en la década anterior a los años veinte del pasado siglo. Una misma generación posee en común afinidades o añudamientos múltiples, no importa que en este caso el brasileño cultivara la narrativa y el español la poesía.
     La escritura de Jorge Amado se perfila como una visión crítica de la sociedad de su tiempo y de las duras condiciones de vida de los trabajadores, salpicado de elementos poéticos y fantásticos. Sus obras más conocidas se titulan El país del carnaval (1931), Cacao (1933), Jubiabá (1935) y Capitanes de arena (1937), conformantes de la serie Las novelas de Bahía. Después de esa compulsiva fiebre expresiva literaria, dio a la imprenta escalonadamente Las tierras del Sin Fin (1943), Gabriela, clavo y canela (1958), Doña Flor y sus dos maridos (1966), entre otras.
     El 6 de diciembre de 1989 recibí una carta de Jorge Amado, con unas respuestas suyas a un manojo de preguntas que le envié. Convenientemente traducida, decía en su misiva: “Querido amigo, recibo su carta del 25 de noviembre y hago una excepción al reposo absoluto que me condenan los médicos en este momento, para responder, aunque brevemente, a las preguntas de la entrevista, preguntas provocadoras y poéticas...”.
     “Utilice las respuestas que ahí van si las encuentra válidas o curiosas...”.
     “Con un abrazo y los votos de un Año Nuevo de paz y alegría. Cordialmente...”.
     Efectivamente, todas sus respuestas las encontré válidas y no pocas de ellas bastante curiosas. Estas son algunas:
     ¿La mejor línea escrita es aquella que sólo merece ser leída por una rosa y su noche?
    
 Por una rosa y su noche, por una luna llena y su cuadrilla de gatas en celo.
     ¿No importa tanto mentir, cuando esa mentira es nuestra verdad absoluta?
    
No veo mal en mentir. La mentira mantiene incólume el concepto de la verdad, absoluta o relativa.
     ¿Cada uno se encarga de hacer a su modo lo mejor para sí mismo?
    
 Es lo peor para los demás: así es la condición humana.
       ¿El arte no está en la parte opuesta a las ideas generales, puesto que solamente describe lo que es individual, porque sólo desea lo único?
    
 El arte es un sortilegio; cada individuo imagina su milagro, único y exclusivo. En cuanto a las ideas generales, ¡ay, Dios del cielo!
    ¿Además de ser el estilo una variación del idioma, también es una modulación y una tensión de todo lenguaje hacia el exterior?
    
Cuando el estilo existe es todo eso y mucho más. ¿Mas no será el estilo una invención de la crítica literaria?
     ¿Conoció a aquel cenizo que se cayó de espaldas y se partió la nariz?
    
Y al levantarse comprobó que había perdido las nalgas y los meniscos.

    N.- Jorge Amado murió el 6 de agosto de 2001, en Salvador de Bahía

[siguiente personaje Eduardo Arroyo: 30-6-2014]

 

     

Vuelos dadaístas de Yoko Ono

Por: | 16 de junio de 2014

Yoko Ono (1933)

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            No cambio una sola de mis palabras sobre la muestra de Yoko Ono en el Museo Guggenheim de Bilbao. Sin embargo, tras conocer un libro suyo, titulado Pomelo, valoro sus pensamientos dadaístas en vuelo. Selecciono una mínima parte de ese viaje por el interior de su imaginación. Lo presento en letra cursiva, y le doy una lúdica respuesta con mis propios vuelos, entresacados de algunos libros míos. Quedan todos invitados a pensar y jugar:  
    Corta un cuadro en trozos y deja que se los lleve el viento.
    El arte es la aventura de vivir lo que ignoramos.
    Cuenta las nubes, ponles un nombre.
    
Por eso me gustan los pájaros, el mar y el aire, porque son de todos y de nadie.
    Lanza una piedra al cielo tan alta que no vuelva.
    
Solo las palabras rebeldes serán capaces de edificarnos.
    Escucha los latidos de un corazón.
    
Los pasteles del alma son el alimento más nutritivo de los seres vivos.
    Mira el sol hasta que se ponga cuadrado.
    
Una bombilla es un sol que no creció. 
    
Junta tus sombras hasta hacerlas una.
    
Nací un día sin arco iris; el color lo fui tomando mientras me hacía hombre.
    Envía algo que no puedas contar.
   
 Las palabras son máscaras que propagamos, sin descubrir el enigma.
    Apaga la luz. Quédate de pie detrás de una persona durante cuatro horas.
    
Tocar un cuerpo en la oscuridad y aferrarse a él con todo el amor del mundo.
    
Escucha girar la tierra.
    
Tal vez la patria no pase de ser una pata de palo con un ejército de termitas dentro.
    
Dibuja un plano para perderte.
    
No hay otra opción: la soledad o la vulgaridad.
    El espejo se transforma en cuchilla cuando se rompe. El palo se transforma en flauta cuando se le toma cariño.
    
Debemos hacer de las equivocaciones decálogos perfectos.
    Busca una mano en la nieve.
    
Las mamás valientes en invierno solo pasan frío en una mano.
    Enciende una cerilla y obsérvala hasta que se apague. 
    
Un hombre fatuo es más tonto que dos idiotas.
    Envía los sonidos de la nieve a una persona querida. Cuenta todos los días las estrellas. 
    
Las estrellas son como los ojos enormes de aquellos a quienes amamos.
    Haz música solo con armónicos.
    
A la lluvia le gustan las matemáticas, no así a la mayoría de los niños.
    Envía el sonido de cien soles saliendo al mismo tiempo.
    
Pasan de mil los aplausos que caben en un pañuelo.
    Grita. 1. Contra el viento. 2. Contra la pared. 3. Contra el cielo.
    
Las flores enfermas no quieren ir al colegio, porque ahora los judíos son los palestinos.

    * Foto Erika Barahona Ede   © FMGB Guggenheim Bilbao, 2014

                          [siguiente personaje Jorge Amado: 23-6-2014]

 

Henry Moore en la calle

Por: | 09 de junio de 2014

Henry Moore (1898-1986)

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  Son siete las obras en bronce del escultor británico Henry Moore instaladas en el parque de Doña Casilda Iturrizar (Bilbao). La muestra ha sido organizada por la Obra Social “la Caixa”, en colaboración con The Henry Moore Foundation, con la aquiescencia del Ayuntamiento bilbaíno...
     En la primera toma de contacto con las obras exhibidas, al espectador le llega una emanación de energía y vitalismo. Esa doble condición fue el motor creativo de su autor, Henry Moore, a lo largo de su vida, quien tuvo  como modelos en sus inicios a Picasso, Epstein, además del legado de antiguas civilizaciones (sumeria, mexicana, africana). Mención especial merece Constantin Brancusi, el mayor guía de la escultura contemporánea. De él aprendió a quitar toda la hojarasca-musgo-maleza de todo lo realizado hasta entonces en escultura, para ir tras la esencialidad de lo expresivo, “y a una toma de concienciación de la forma” (el entrecomillado corresponde a la voz del propio Henry Moore).
     Dos obras, tituladas Mujer e hijo reclinados y Figura reclinada, son harto  representativas de la marca Henry Moore. Viven en ellas diversos matices relacionados con la anatomía del cuerpo humano. En la segunda, uno de los brazos permanece firme y estático, en tanto el otro parece suspendido en el aire. En la primera, una de las piernas aparece más asentada, frente a la inestabilidad de la otra pierna. En una y otra esculturas sobresale el sabio recital de formas redondas, en armónica sintonía con los huecos-vacíos impostados para la culminación del todo. Y siempre bajo una sólida base cifrada en el dibujo, esa primera letra del alfabeto plástico.  La obra Figura reclinada en dos piezas, está ejecutada con trazos secos, al descuido (de formas paquidérmicas), carente de los registros de las piezas anteriores, otorgando preferencia a lo matérico.   
     En la pieza de título Formas conectadas reclinadas, enseña una suerte de levitación de la figura dentro del interior de la cueva-útero. Asentada o apoyada la superficie externa en tres puntos, el interior de esa figura se asienta o apoya también en tres puntos.
     Las dos piezas más aparatosas por su gran escala, Óvalo con puntos y Pieza de bloqueo, han sido gestadas a partir de bocetos minúsculos. Parecen provenir de una especie de “encontrismo”. Algo que el propio Moore ha reivindicado como fuente de creación; de ahí su mirada constante hacia el encuentro de guijarros, huesos, conchas, etc., recogidos en playas y acantilados. Se trata de una belleza no consciente, es decir, no hecha por el hombre sino por el discurrir del tiempo en la Naturaleza. 
     Mas ese “encontrismo” nunca será eficaz si le falta la latencia necesaria en todo creador. Y la latencia del escultor inglés es máxima. Un permanente estado latente en todo auténtico creador es clave para su vivir artístico o literario o musical y afines. La latencia es su vida. No hay creación posible sin latencia. Un ejemplo se evidencia en la escultura titulada Gran figura de pie (Filo de cuchillo). Por lo que parece, ante la imagen de la famosa Niké de Samotracia, la latencia permanente del escultor le impulsó a realizar su propia interpretación.
    Antes de hablar del montaje de la muestra, quiero significar un par de comentarios. En relación con el tamaño de las piezas grandes aludidas, Óvalo con puntos y Pieza de bloqueo, quiero advertir que en no pocas ocasiones el gigantismo por el gigantismo, en arte tiene un valor muy pequeño. El otro comentario alude al cambio de título en una pieza semejante fechada años antes. La de ahora, datada en 1976,  la llaman Gran figura de pie (Filo de cuchillo), en tanto la de 1961, se titula Figura de pie (Filo de cuchillo). Lo del filo del cuchillo no ha variado. 
    Ahora hablemos del montaje o colocación. Una idea estupenda, loable, digna de elogio, no se puede dejar en manos incompetentes su montaje. Han colocado en medio de los paseos tres de las esculturas de mayor volumen. Colocación torpe, autoritaria, impositiva. El arte no es una imposición, sino una proposición. El arte sugiere-propone, no impone. Dos piezas quedan un tanto orilladas. La del filo de cuchillo, la han situado al lado de un edificio, a dos metros y medio, cuando es la obra más necesitada de amplitud visual y “respiración” espacialista. Si llegan a encargarle el montaje a la señora de la limpieza de la Fundación Henry Moore, lo hubiera hecho mejor. 

    * La escultora Mariemi Otaola fotografió a JLMerino, ante la escultura Madre e hijo reclinados (la única obra colocada con acierto)

                      [siguiente personaje Yoko Ono de nuevo 16-6-2014]

 

García-Prada: músico y matemático

Por: | 02 de junio de 2014

ÓSCAR  GARCÍA-PRADA (1960)

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     Antes de presentar las respuestas a mis preguntas hechas al contratenor Óscar García-Prada, se inserta su perfil biográfico. Este es: nacido en Burgos, realizó estudios de música en el Conservatorio de Música de Valladolid. A la vez completa las  Licenciaturas de Física y Matemáticas en las Universidades de Valladolid y Barcelona. Se traslada en 1986 a EEUU, a la Universidad de Rice en Houston. Allí comienza estudios de canto y obtiene un Master en Matemáticas. Con posterioridad realiza estudios en la Universidad de Oxford, donde se doctora en  Matemáticas en 1991. Tras estancias en Paris y en Berkeley, regresa  a España en 1995. Formado inicialmente como tenor, empezó a cantar  en el registro de contratenor a mediados de los 90.  Memora a  los profesores  David Mason, Nicholas Clapton, Eduardo Ríos y Evelyn Tubb. Es integrante del grupo inglés Musicke in the Ayre creado por el  laudista  Din Ghani en 2011, con el  que ha dado recitales en España, Francia e Inglaterra. En  paralelo con su actividad musical, desarrolla una actividad profesional como  Profesor de Investigación  del CSIC, en el Instituto de Ciencias Matemáticas de Madrid.
                                                                        ***
      Y estas son sus respuestas: para mí, cantar es un  camino privilegiado para poder expresar mis emociones, establecer un canal con mi corazón, con mi alma y con la de los demás, y conectar con algo superior. Es una meditación profunda y una fuente de gozo. La música proporciona  una experiencia vital y artística que nos pone en contacto con lo más profundo del ser humano. Cierto es el decir de Schubert, que no hay música alegre, pero no es menos cierto que la música permite también dar expresión a la alegría más profunda, al éxtasis, además de a la tristeza y al dolor más grandes.
    Seguramente sea la música el arte donde es más fuerte el contraste entre la estructura formal –el lenguaje musical se expresa con reglas matemáticas bien precisas– y la magia creativa. La música nos conecta con la tierra y el cielo, con lo mundano y lo divino.
    El laúd tiene un lugar especial en mis interpretaciones por ser el repertorio de canciones de Dowland, Mudarra, y otros, al que he dedicado más tiempo. En las piezas más cercanas al Barroco, prefiero la tiorba, o combinaciones de tiorba, guitarra barroca y viola da gamba. 
     La combinación de la voz de contratenor con otra voz de registro alto, como la de soprano, mezzo u otro contratenor, puede resultar especialmente  emocionante.  
    El primer contratenor que escuché de manera consciente en una grabación por primera vez se llama  Alfred Deller. Fue una experiencia fascinante. Luego descubrí que a Deller se debe el resurgimiento del registro de contratenor en los tiempos modernos. Debe mencionarse también a los James Bowman, Paul Esswood, Michael Chance, David Daniels, Andreas Scholl, o más recientemente a Philippe Jaroussky, Iestyn Davies; y en España, a Carlos Mena. 
    Es fundamental desarrollar la técnica del falsetto, en el que las cuerdas vocales operan de un modo distinto, y hay que combinar en muchas ocasiones el falsetto con la voz de pecho o voz natural, sobre todo en las notas más bajas. 
    Conviene dar la importancia debida al texto para comunicar las distintas emociones al público. Cantar bien implica actuar bien. La respiración nos conecta a la vida. El aire, al pasar por las cuerdas vocales, permite manifestar la vibración de nuestra alma.
    Leibniz definía la música como un ejercicio inconsciente en la matemática. Con esto señala que el uso de las matemáticas por la mayor parte de los músicos es, en gran medida, inconsciente. En la música hay mucha matemática, y en la matemática hay mucha música. Ambas son arte y ciencia. Como advertía Bertrand Russell: “el matemático, como el músico, es creador libre de un mundo de belleza ordenada”.

    * En la fotografía: Óscar García-Prada (contratenor) y Din Ghani (laudista) en concierto


[siguiente personaje Henry Moore: 9-6-2014] 
 

El País

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