Pilar Bonet

Sobre el autor

, corresponsal en Rusia y países postsoviéticos desde 2001 y testigo de la "perestroika" durante su primera estancia como corresponsal en Moscú (1984-1997). Fue corresponsal en Alemania (1997-2001). Trabajó para la agencia Efe en Viena (1980-82).

Eskup

La amistad de Amur y Timur: lección de vida y ruleta rusa

Por: | 19 de diciembre de 2015

Además de los bombardeos en Siria, las sanciones a Turquía, la caída del rublo, el alza de los precios o la penuria eléctrica de la península de Crimea, los rusos siguen hoy el desarrollo de una historia del todo ajena a las turbulencias políticas y económicas con las que termina el año 2015. Se trata de la relación de Amur y Timur en un parque natural de la Región Marítima, a 39 kilómetros de la ciudad de Vladivostok, en el océano Pacíficohttp://www.safaripark25.ru/.

Amur es un tigre bello y elástico, un carnívoro auténtico, que en buena lógica hubiera tenido que zamparse ya a Timur, un chivo de larga barba, que penetró los vastos dominios del felino (un terreno equivalente a un campo de fútbol) el pasado noviembre no en calidad de compañero para la convivencia, sino como alimento del animal, que, para no perder facultades, es alimentado dos veces por semana con presas vivas.

Pero he aquí que Timur, a diferencia de otros chivos sacrificados antes al tigre, no se resignó a morir desgarrado de un zarpazo y le plantó cuernos a Amur. El resultado—¡oh milagro!—fue que los dos se hicieron amigos y que empezaron a pasearse juntos y a convivir. Biólogos extranjeros, turistas y corresponsales acuden al parque a contemplar a la extraña pareja, y los especialistas se preocupan por el futuro de la relación de Amur con Ussuri, la joven tigresa que le está destinada para que los dos contribuyan al programa para la preservación de la especie del tigre del Usuri.

El director del parque, Dmitri Mezentzev, ha explicado la compenetración entre el tigre y el chivo, afirmando que el primero estaba muy solo y aprecia la compañía y el segundo no conoce el miedo por haberse criado en un árido paraje acechado por fieras. En la mente de los que siguen esta historia está la cuestión fundamental: ¿Hará gala Amur de su instinto de carnívoro y acabará por zamparse a Timur o desafiará a la biología continuando esta relación síngular?

http://www.youtube.com/c/safaripark25TV

Rusia está en vilo. Entre todas las prosaicas realidades que preocupan a sus ciudadanos, la odisea de Timur es un contrapunto de otro género con el efecto de una novela de aventuras electrizante. Separado por del tigre por las noches, Timur le espera cada mañana a la puerta de la jaula-dormitorio para pasear con él. A veces, marchan en fila india, y a veces el uno al lado de otro.

¿Cuánto puede durar esto? La amistad de los animales ha dado enorme publicidad al parque natural, que ha lanzado una página de web para promocionar a Amur y Timur y vender,- a partir del 21 de diciembre-, camisetas, llaveros, chapas y otros “souvenirs” con la imagen de ambos animales. El parque desea que Timur siga vivo y son muchos los que creen que el chivo se  ha ganado ya el derecho a un espacio propio permanete en el recinto y que convendría separarlo de Amur. Como medida preventiva, los chivos han sido suprimidos en la "ración viva" de Amur, al que se alimenta ahora con conejos. Timur, como corresponde a su condición de herbívoro, come frutas, tubérculos, verduras y cereales.

El interés por el caso de Amur y Timur es generado sobre todo por el constante riesgo al que se expone el chivo, un adicto inconsciente de la ruleta rusa. Su aventura se ha convertido en un motivo para reflexionar y alimenta la filosofía de la acción y el atrevimiento. “Gracias al chivo por esa gran lección, en concreto que no es importante lo fuerte que eres sino lo seguro que estás en ti mismo y no tener miedo”, escribe Svetlana en un comentario en la web. En las redes sociales este mensaje se complementa con otro contrapuesto, a saber que “la  naturaleza del carnívoro acabará imponiéndose”.

Ciudadanos críticos con el sistema político de Rusia, que se sienten frustrados por la falta de cauces para hacer valer sus reivindicaciones, me aseguraban que Timur es un ejemplo alentador para la vida y para la política, porque “a lo mejor, si plantamos cara, el tigre no se atreverá”. O sí. En esta ruleta rusa nadie sabe dónde está la bala, si la hay.

 

Los camioneros rusos no quieren a Platón

Por: | 07 de diciembre de 2015

¿Qué es mejor para defender los propios intereses? ¿Formar una asociación o registrar un sindicato? Esta era la cuestión que se planteaban los camioneros que montaban guardia la noche del domingo en los accesos de Moscú, en el aparcamiento de una de las grandes zonas comerciales, a la altura de la ciudad satélite de Jimki.

Llegados de distintos puntos de la geografía del país, los conductores de camiones de gran tonelaje llevan varios días en este aparcamiento, metidos en sus vehículos decorados con pancartas contra “Platón”, un artefacto de instalación obligatoria destinado a acompañarles por las carreteras de Rusia y a registrar los kilómetros recorridos para cobrarles una nueva tasa (3 rublos  y 73 kopeks por kilómetro a partir de marzo ó 0,05 euros, al cambio de 72 rublos por euro).

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Manifestación de camioneros en Jimki, domingo 06 diciembre, fotos P.Bonet

El diseño de Platón ha sido financiado por Igor Rotenberg, el hijo del multimillonario Arkadi Rotenberg, que fue compañero de judo del presidente Vladímir Putin. El jefe de la empresa estatal “Carreteras de Rusia”, Iván Grigórovich, narró la génesis de ese “orgullo de la técnica nacional” el domingo en el canal de televisión privado "Dozhd" (Lluvia). En 2011 el parlamento votó a favor de un nuevo impuesto de carreteras para el que se convocó un concurso en el cual participaron cuatro empresas internacionales, una de Italia por su cuenta y otras de Francia, Austria y Eslovaquia asociadas en consorcios con compañías rusas. Sin embargo, por razones políticas, a mediados de 2014 (cuando ya se había producido la anexión de Crimea y habían entrado en vigor las primeras sanciones occidentales) el gobierno ruso tomó la decisión de que  los extranjeros no debían tener acceso a datos sobre rutas  transitadas también por vehículos militares y del ministerio de Situaciones de Emergencia, según explicó Grigórovich. El concurso fue cancelado y el gobierno encargó el dispositivo a dedo a una empresa patria. El resultado fue Platón, financiado por Rotemberg.

“Platón es nuestra ruina. Estamos aquí porque no nos han escuchado en nuestras regiones y queremos que nos reciban las autoridades federales”, afirmaba Serguéi, un camionero llegado desde San Petersburgo a bordo de uno de los dos vehículos de su propiedad. “Pago el impuesto de transporte, que son 45.000 rublos al año (625 euros), pago el impuesto de 7 rublos que está incorporado al litro de gasolina y pago el impuesto sobre el beneficio que es un 18%, además de los fondos sociales. Después de todo esto, me quedan 500.000 rublos limpios al año. Platón se lo llevará todo”, afirma. Serguéi está movilizado desde el 14 de noviembre y desde el 29 de noviembre, se encuentra en Moscú.

La protesta de los camioneros parece estar ahora en punto muerto, pero ellos no quieren darse por vencidos. O se marchan o sucede algo nuevo. Las esperanzas de que el presidente Vladímir Putin se acordara de ellos en su discurso sobre el estado de la nación el pasado 3 de diciembre se han disipado. El Kremlin ha hecho saber que considera el tema como un asunto del ministerio de Transportes y el ministro, Maxim Sokolov, no se ha doblegado ante unos representantes en que los camioneros de este aparcamiento aseguran no haber delegado. Además, la policía, que les vigila y mantiene a raya para que no entren en la capital, evita las aglomeraciones de vehículos y ha cortado de raíz algunas “marchas sobre Moscú” desde distintas regiones como Daguestán, en el Cáucaso. “Tenemos que tener cuidado. Difunden informaciones falsas sobre nosotros. Quieren dispersarnos y hacer como si nunca hubiéramos estado aquí”, afirma Serguéi.

Desde este aparcamiento cercano a Jimki, frente a grandes superficies, como "Au Champ" o "Ikea",los camioneros tratan de mantenerse coordinados con otros colegas en otros puntos de los alrededores de Moscú, pero la red es frágil y vulnerable. Los políticos de oposición, como los comunistas, los han visitado, pero ellos se distancian de los partidos. Desconfían. DSC06939 DSC06937

“Un día aquí supone que dejo de ganar 4000 rublos. No tengo ahorros y mi mujer no trabaja”, dice Serguéi, que evita dar rienda suelta a a su desmoralización.Los camioneros temen a los provocadores, “que vienen como si fueran colegas o como periodistas que nos filman pero luego no informan sobre nosotros”, señala mi interlocutor. Para las televisiones estatales las protestas prácticamente no existen.

Los moscovitas han dado muestras de solidaridad humana y les llevan comida agua y también combustible. Los donativos llegan a los números de cuenta y sirven para financiar los móviles. En las redes sociales, la secretaria de Prensa de los camineros, la estudiante de periodismo, Taisia Nikitenko, da cuenta de los gastos. Mientras esperaban a que las autoridades centrales se acordaran de ellos, los camioneros depositaron flores (compradas con los donativos) en un monumento cercano, dedicado a los defensores de Moscú ante los invasores nazis durante la Segunda Guerra Mundial.

“¿Y ahora qué?”. Nadie lo sabe con exactitud. Las respuestas son evasivas. Se entiende que los camioneros buscan líderes en sus filas y se entiende que temen que las autoridades aborten sus intentos de coordinación “En total debe haber 150 camiones y varias personas por camión”, dice Nikitenko. Taisia y Nadia Barínina, una diputada de distrito de Moscú, se disponen a pasar la noche metidas en un turismo. Por suerte para ellas, las temperaturas son mucho más altas de lo habitual para esta época del año

El pasado viernes, en un intento de frenar la protesta, la Duma Estatal (cámara baja del parlamento) votó una ley que reduce las multas que los conductores de camiones de gran tonelaje deberán pagar por no llevar a Platón en sus cabinas, de 450.000 a 5000 rublos por la primera infracción y de un millón de rublos a 10.000 rublos por las siguientes. Para los que protestan no es suficiente. Puede que los camioneros no se salgan con la suya y vuelvan derrotados a sus garajes, pero su frustración ante la ignorancia de la que son objeto alimenta un descontento social que se deja sentir, aunque no se filtre en los canales estatales de la televisión, ni en las encuestas sobre la popularidad del presidente ni tampoco en su discurso sobre el Estado de la Nación.


El Centro Presidencial Boris Yeltsin de Yekaterinburg ha nacido con la voluntad de reflejar la historia de Rusia en el siglo 20, empleando para ello como hilo conductor la biografía del político de los Urales que dirigía el Estado cuando la URSS se desintegró en 1991. Inaugurado el 25 de noviembre, el centro aspira sobre todo a plasmar la década de los noventa,aquella época vertiginosa que comenzó con una renuncia voluntaria de Moscú al imperio, lo que por entonces equivalía a una liberación del lastre colonial.
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Foto Pilar Bonet

Los “febriles noventa” son abordados hoy casi como una década maldita por la narrativa oficial, que primero asoció el nombre de Vladímir Putin con conceptos como “estabilidad” y “seguridad” (en contraste con las conmociones e imprevistos de la época Yeltsin) y posteriormente vinculó al actual lider con la idea del “retorno” del territorio perdido (Crimea).

En los noventa se perdieron los puntos de referencias, hubo enriquecimientos vertiginosos y empobrecimientos despiadados,conflictos fraticidas dentro de la misma élite dirigente (1993) y guerras con los independentistas de la república caucásica de Chechenia (1994-1996 y 1999-2002). Estos episodios están recogidos con toda su dureza en el Centro Presidencial Boris Yeltsin, que es un edificio de tres plantas con una superficie de 80.000 metros cuadrados, inspirado en los centros de los presidentes norteamericanos y regido por una legislación aprobada en 2008. A tenor de ésta, Vladímir Putin y Dmitri Medvédev tendrán derecho también a sus propios centros, Putin en calidad de presidente número 2 y número 4 y Medvédev en calidad de presidene número 3.Ambos políticos asistieron a la inauguración del centro dedicado a su predecesor en Yekaterinburg y lo visitaron acompañando a Naina Yeltsina, la viuda del estadista, quien expresó el deseo de que la institución estuviera abierta a todo el mundo con independencia de su edad e ideología política.

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Foto Pilar Bonet

Para la inauguración se invitó a más de 500 personas, de las cuales más de doscientas volamos desde a los Urales en una excursión de ida y vuelta, que fue también un viaje en el tiempo y por el mundo de las emociones, incluidas ls que despertaban los reencuentros con quienes compartimos aquellos años. Entre los invitados había testigos de la historia viva, como el ex presidente de Ucrania, Leonid Kuchma, o el jefe del parlamento bielorruso, Stanislav Shushkevich, y también los miembros del equipo que rodeó a Yeltsin, quienes tienen todavía muchas cosas que contar.
El manteniiento del centro presidencial Boris Yeltsin corre a cargo del presupuesto del Estado al que ha desembolsado cerca de 5.000 millones de rublos (4.980 millones para ser más exactos, al cambio actual de 70 rublos por un euro), y se financia con una subvención oficial y con contribuciones personales y corporativas, así como con el alquiler de parte de sus dependencias, esto último para pagar un préstamo de 2000 millones de rublos. En su origen, el edificio era un centro comercial inacabado que en 2011 se readaptó a sus nuevos fines gracias al proyecto de Ralph Appelbaum, el diseñador de museos autor de la biblioteca Clinton de Arkansas, el centro Holocausto de Washington y el museo de la Tolerancia en Moscú. En el conjunto de dependencias del centro figura el museo, salas de exposiciones, archivo, librería, mediateca, centro educativo y centro infantil. La concepción de la exposición central es del director de cine Pavel Lunguin, que ha ideado un itinerario de “siete días”, que van desde la “esperanza del cambio” en los años ochenta a “la despedida del Kremlin” en diciembre de 1999.
En el entorno multimedia de la institución hay documentos históricos originales, desde la carta de ruptura de Yeltsin a Gorbachov hasta el acuerdo de Bielorrusia que puso fin a la URSS el 8 de diciembre de 1991. Los videos de época, las voces, los objetos del decorado reproducen entornos y atmósferas. Están aquí el coche Chaika Gaz que Yeltsin utilizó siendo jefe del partido comunista en la región de Sverdlovsk, el Zil que empleó al asumir la dirección del partido en Moscú y también el trolebús (convertido hoy en cine) en el que se subía de incógnito para tomarle el pulso a la ciudadanía.
El centro no esquiva episodios siniestros, como el enfrentamiento de 1993, cuando Yeltsin cañoneó al parlamento que desafiaba su poder (casi 160 muertos) y la guerra de Chechenia, esta última con todo su dramatismo, pero también con todo el respeto y reconocimiento para los independentistas, algo que contrasta con la etiqueta de “terroristas” a “liquidar en los retretes” que vendría después. En la exposición cuelgan las fotos del acuerdo de Jasvyurt entre Chechenia y Rusia, en agosto de 1996 y la “firma del tratado de paz en el Kremlin entre el presidente Yeltsin y el presidente de Chechenia Ichkeria, Aslán Masjádov el 17 de mayo de 1997”.

Entre las reconstrucciones destacan la de una tienda de comestibles de los años ochenta (prácticamente vacía), una salita de estar de la época, con un televisor donde puede verse el ballet El Lago de los Cisnes, que se pasó durante el intento de golpe de Estado del 19 de agosto de 1991 y también el despacho desde donde Yeltsin se despidió de sus compatriotas en la Nochevieja de 1999. Hay prendas personales, como el jersey que el asesinado Boris Nemtsov regaló a Yeltsin, y objetos de gran responsabilidad estatal, como el maletín nuclear que Yeltsin entregó a Putin en calidad de comandante en jefe de las fuerzas armadas, los cheques de privatización y la bolsa de rafia que fue el símbolo de la subsisencia gracias al contrabando de bienes de consumo.
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Foto Pilar Bonet

El museo se complementa con una exposición del arte de los noventa. Los documentos aquí reunidos se cuentan por decenas de miles y las fotos por centenares de miles. “Queremos que los habitantes de nuestro país sepan la verdad sobre los 90” ha dicho Tatiana Yumáshev, la hija de Yeltsin, que ha llevado esta obra a puerto. El tiempo dirá silas fantásticas instalaciones del centro Yeltsin pueden cumplir la tarea que se ha fijado. De momento, ya es mucho preservar los años 90 como elemento de la historia real rusa ahora que esta es reescrita con clichés heroicos e imperiales de los líderes que sucedieron a Yeltsin.

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Juegos de Imperios e inquietudes del Cáucaso

Por: | 24 de noviembre de 2015

Rusia se sumerge cada vez más en el conflicto de Siria y la sensación de inseguridad que se ha apoderado de Occidente tras los atentados de Paris se deja notar también en Moscú. El miedo recorre a los viajeros del metro cuando los trenes se paran unos segundos en los túneles o cuando la multitud se agolpa en las escaleras mecánicas de salida. No importa que los orígenes de estos miedos tengan biografías distintas.

Los dos militares rusos que perecieron el martes en la frontera de Siria con Turquía son la constatación del agujero negro en el que se ha internado Vladímir Putin. En sus televisores, los rusos han sido confrontados por primera vez directamente, "on line" por así decirlo, con el rostro sangriento de la guerra contra el ISIS en Siria. Por la noche, un centenar de personas se concentraron frente a la embajada de Turquía en Moscú para protestar contra el derribo del bombardero. Sus pancartas repetían las palabras del presidente: “ataque a traición”.

Pero Erdogán y Putin son “hermanos gemelos”, que utilizan la política exterior para distraer a sus poblaciones de los problemas internos, afirmaba el político de oposición ruso Alexéi Navalni en su blog. “Ambos utilizan las ambiciones y la retórica imperial para reforzar su poder y su enriquecimiento personal. Ambos odian las redes sociales y los medios de comunicación libres. Ambos declaran que su enemigo principal es Occidente y apelan a los valores tradicionales, siendo tipos totalmente amorales”. “Ambos son mentirosos y se dedican a las relaciones públicas”, afirmaba Navalni que consideraba al piloto muerto como la “víctima de una guerra sin sentido”.”Turquía mostró a Rusia quien es el amo”. Erdogán “habla de la victoria de las armas turcas y el renacimiento del Imperio Otomano”, Putin, sobre “la respuesta asimétrica y del temor de Turquía al resurgimiento del Imperio ruso”. Ambos repiten la palabra “soberanía” y ambos hacen alusiones a una alianza secreta con el Estado islámico, señala el político.

Rusia se ha comportado con Turquía como con Ucrania, afirma el periodista Pavel Kazarin en Facebook. Moscú tanteó “las fronteras de lo permitido” y Ankara demostró “donde cree que se acaban estas fronteras”, que “no siempre coinciden con el Estado turco”, teniendo en cuenta el factor de los turcomanos de Siria, es decir la comunidad turca de Siria que vive en la zona fronteriza con Turquía. Putin se topa con el “mundo turco” el que Erdogán defiende fuera de sus fronteras, creyendo tenerun derecho de protección sobre esta comunidad. Esta actitud recuerda los argumentos que Putin desplegó para defender el “mundo ruso” en la región ucraniana de Donbás, cuando los rusoparlantes locales se enfrentaron a Kiev. De hecho “el mundo ruso” ha chocado con el “mundo turco”, afirma el periodista.

Desde el Cáucaso,la región que tanta materia prima humana suministra al EI, la actuación rusa en Siria es vivida con inquietud por personas responsables, pacíficas y cultas que sienten dolor ante el proceso de degradación de su entorno. Una de estas personas, funcionario en uno de los territorios del Cáucaso, me contaba recientemente que los jóvenes locales seguían marchándose a Siria o a la guerrilla, porque no ven futuro para sí, porque "no hay trabajo ni esperanza de que lo haya, ni tierra que repartir". Se van, me decía, "porque son semianalfabetos y se dejan engañar por cualquiera y además no aprecian su propia vida". El funcionario opinaba que el Estado debería haberse concentrado en planes intensivos de desarrollo económico y realizar grandes inversiones en educación, pero, “no hay dinero”. Efectivamente, el dinero que hay va a los militares, a los cuerpos de seguridad y a la industria bélica que fabrica artefactos para hacerlos explosionar en Siria, mientras la educación y la sanidad son marginadas en los presupuestos estatales.
Así las cosas, Occidente está tan ensimismado en sus propios miedos, que a nadie parecen interesarle sucesos del Cáucaso como la operación policial del pasado fin de semana en la que en una sola jornada fueron exterminados 14 presuntos terroristas en la Nálchik (la capital de Kabardino Balkaria, con una población de 250.000 habitantes). Tampoco parece interesar que en Daguestán los camioneros en huelga amenacen con llevar su protesta a Moscú. La televisión central rusa ignora en gran medida a estos hombres que exhiben pancartas en contra del nuevo impuesto para los camiones de gran tonelaje. La recaudación del nuevo tributo corre a cargo de un concesionario privado, una empresa de la que es copropietario Igor Rotenberg, el multimillonario hijo de Arkadi Rotenberg, compañero de judo del presidente Putin.
Los camioneros están en huelga en toda la Federación rusa, pero en el Cáucaso, donde los porcentajes de paro son muy elevados, el camión es en ocasiones el único medio de sustento familia y, en estos tiempos de crisis, el nuevo impuesto merma los escasos márgenes de ganancia. Oficialmente, Rusia bombardea a sus ciudadanos combatientes en Siria para que no regresen a su tierra de origen, más duchos y experimentados en el manejo de las armas. Las cosas son más complejas: Por una parte, el bombardeo de los combatientes del Isis en Siria puede producir su dispersión a otras zonas, incluida la misma Rusia, del mismo modo que la demolición de un edificio puede provocar la dispersión de sus cucarachas subterráneas a los edificios colindantes. También puede suceder que mientras Putin se concentra en Siria, la situación en el Cáucaso ruso se pudra todavía más y aparezcan nuevos argumentos para echarse al monte sin salir de casa. fin

Rusia exhibe músculo en Siria

Por: | 20 de noviembre de 2015


Las dos cámaras del parlamento ruso se reunieron el viernes 20 de noviembre para apoyar de nuevo la política de Vladímir Putin a favor de una coalición internacional y para recomendar nuevas medidas contra el terrorismo. Era la primera vez que el Consejo de la Federación y la Duma Estatal celebraban una reunión conjunta desde la que convocaron para certificar la anexión de Crimea en 2014.

Los representantes del Legislativo reiteraron los argumentos del Kremlin. Rusia, dijeron, va “a la cabeza” de la lucha contra el terrorismo y no la pondrán de “rodillas”; a los terroristas se les perseguirá en todas partes; el efecto de la coalición liderada por EEUU es “equivalente a cero” y Occidente es “la principal causa” del terrorismo por haber “sembrado el caos y el derramamiento de sangre” al intervenir el Norte de África y Oriente Próximo.

El selectivo discurso de los parlamentarios omitió el obstáculo básico para colaborar con Moscú desde el punto de vista occidental, a saber la desconfianza,generada mayormente por la política del Kremlin en Ucrania. Tras la andanada emocional y declamatoria de los legisladores no sonaron notas autocrítica y seguramente tampoco podían sonar dado que Rusia no se plantea cambiar su política, sino que desea ser aceptada en su nueva caracterización, con sus reafirmados y ampliados intereses en el espacio postsoviético, con Crimea incorporada e incuestionada y con derechos especiales en la región ucraniana de Donbás.

Los políticos rusos invocan el supremo fin de combatir el terrorismo para relegar los temas ucranianos (y no solo estos) a la periferia de la actualidad. En sus argumentaciones, invierten las relaciones de causa-efecto y eluden sus propias responsabilidades. El jefe de la Duma Estatal, Serguéi Narishkin, se refirió a los “nuevos conflictos artificiales” que, en los últimos dos años, habrían restado fuerzas a la lucha contra el terrorismo y producido “decenas de miles de muertos y lisiados en Ucrania” y afirmó que, en las circunstancias actuales, la prolongación de las sanciones contra Rusia resulta “salvaje y estúpido”.

Sobre el telón de fondo de los brutales atentados reivindicados por el ISIS, la actitud rusa en relación a Occidente bien podría calificarse como “política de pelillos a la mar”, puesto que aboga por archivar u olvidar las transgresiones del derecho internacional en nombre de un fin superior. Pero esta política, basada en nuevos dogmas y tabúes, no es inocua. Que se lo pregunten sino a Memorial. Esta ONG, que promueve los derechos humanos y la visión crítica de la historia, ha recibido un dictamen del ministerio de Justicia acusándola de “socavar las bases del régimen constitucional de la Federación Rusa” y de “exhortar al derrocamiento de las autoridades actuales y al cambio de régimen en el país”.

El dictamen, formulado a resultas de una inspección, se basa en unas opiniones públicas de Memorial que datan de agosto de 2014. Según la ONG, en los conflictos armados en el Este de Ucrania participaron directamente militares rusos y “estas actividades de Rusia contra Ucrania están contempladas en la definición de agresión dada en la resolución de la Asamblea General de la ONU del 14 de diciembre de 1974”. El dictamen del ministerio de Justicia puede ser motivo para un proceso penal contra Memorial. De ahí que los directivos de la ONG hayan pedido que les aclaren cómo las opiniones críticas sobre las actividades de los dirigentes “socavan las bases del régimen constitucional”. Se trata de una “lógica jurídica” que “devuelve a Rusia a la época en que la URSS acusaba a los disidentes de socavar el régimen socialista”, afirmaba Arseni Roginski, el presidente de la junta directiva de Memorial, en una carta al ministro de Justicia.

Las cámaras parlamentarias suscribieron el viernes una declaración conjunta en la que, además de apoyar a Putin, pidieron endurecer las responsabilidades penales por el terrorismo y por la complicidad con el mismo, reforzar el control de fronteras y convertir el terrorismo en un delito sin prescripción. La declaración resultó menos radical que las intervenciones de los legisladores, uno de los cuales llegó a pedir la pena de muerte para los terroristas, lo que sería incompatible con la pertenencia de Rusia al Consejo de Europa. El Kremlin, rápidamente, hizo saber que se oponía a la pena capital, que desde 1996 no se aplica en Rusia.

Hace unos meses la televisión rusa se concentraba obsesivamente en loar las “acciones humanitarias” de Moscú a favor de los habitantes de Donbás y en vituperar a la “junta fascista” de Kiev. Ahora, con la misma pasión, los protagonistas de los telediarios son los ataques aéreos de precisión en Siria, las estelas de humo dejadas por los misiles en el cielo del Mediterráneo y los oficiales de uniforme que con voz marcial rinden cuentas a Putin en su calidad de “comandante en jefe”,. El viernes sin ir más lejos, el ministro de Defensa Serguéi Shoigú informó al presidente de la marcha de la “operación castigo” contra el Estado Islámico en Siria. Dijo el ministro que la destrucción de instalaciones de infraestructura petrolera del ISIS ha impedido a sus miembros distribuir 60.000 toneladas de petróleo al día y les ha privado del correspondiente beneficio de 1,5 millones de dólares.

En la operación, tal como era descrita por Shoigú, participan la agrupación aérea rusa en Siria, aumentada a 69 aviones, que ejecutan 143 vuelos diarios y también la agrupación marítima, compuesta por decenas de buques, de los cuales seis navegan en el mar Mediterráneo. Asimismo, participa la flotilla del Caspio, que el 20 de noviembre, según el ministro, lanzó 18 misiles de cruceros sobre siete objetivos en las provincias de Rakka, Idlib y Alepo. También está la aviación estratégica, aviones Tu160, que desde sus bases aéreas en Rusia recorren 9500 kilómetros en misiones de ida y vuelta, sobrevolando el mar de Barents y el estrecho de Gibraltar, durante más de 16 horas de vuelo. Después de ser informado de estos éxitos, el comandante en jefe dijo que el trabajo era insuficiente y que quedaba mucho por hacer para neutralizar a los insurgentes y terroristas y proteger a Rusia.

Las dificultades de Rusia para modernizar y diversificar la economía, la pérdida de poder adquisitivo de los ciudadanos y el deterioro de los servicios se ven eclipsados por la narrativa del poder militar. En la televisión, Siria se ha convertido es el escenario donde cada día ejecutan sus proezas aviones y misiles que son el orgullo de Moscú. En cierto modo, la exhibición de armamento parece el equivalente a escala masiva y global de los alardes de músculo que tanto gusta de practicar el comandante en jefe de forma individual.

Fuego en Moscú

Por: | 09 de noviembre de 2015

En pleno clima de sensibilidad antiterrorista, cuando los rusos temen subirse a los aviones y en el norte del Cáucaso los órganos de seguridad liquidan a presuntos guerrilleros, sin que a estos les de tiempo de decir ni “mú”, el artista Petr Pavlenski con una lata de gasolina en ristre, roció y prendió fuego el lunes por la mañana a la puerta principal de la central del Servicio Federal de Seguridad en la plaza de la Lublianka de Moscú. Antes de que lo detuvieran, a Pavlenski le dio tiempo a hacerse esta foto, objetivo aparente de la acción, titulada "Amenaza" y concebida como una protesta contra los métodos de trabajo de los órganos de seguridad.

Pavlenski

A Pavlenski, que permanece en prisión preventiva, se le acusa de gamberrismo y no parece que vaya a ser acusado de cargos de más envergadura. El artista-accionista se dio a conocer hace un par de años por clavarse los testículos al empedrado de la plaza Roja. El secretario de prensa de Vladímir Putin, Dmitri Peskov, ha dicho que no sabe si el presidente está enterado del conato de incendio. Putin trabajó en el edificio de la Lubianka cuando era él mismo responsable del Servicio Federal de Seguridad de Rusia. La puerta del antiguo KGB, de sólida madera, quedó chamuscada por el montaje de Pavlenski. De momento, la han protegido de la vista del público.
La puerta después

En busca de la Europa perdida

Por: | 05 de noviembre de 2015


La Escuela de Estudios Políticos de Moscú (EEPM) ha comenzado una nueva etapa en Berlín. Fundada en 1992 por la historiadora de arte Lena Nemiróvskaya, y su esposo, el filósofo Yuri Senokósov, la escuela fue una ampliación de la cocina de la pareja, escenario de animados debates entre interlocutores de muy diversas culturas y procedencias.

La fórmula de la EEPM ha sido adoptada por 21 instituciones que integran la Asociación de Escuelas de Estudios Políticos del Consejo de Europa. Hay escuelas en Ucrania, Bielorrusia, Grecia, Serbia, Croacia, Turquía e incluso Marruecos y Túnez, entre otros países, pero las fisuras crecientes en la gran Europa amenazan los vínculos entre ellas. De ahí que “la búsqueda del universalismo perdido” (como oposición a los retornos a las tribus) fuera el lema el seminario celebrado en Berlín el 28 y el 29 de octubre en la sede de la fundación Robert Bosch con la participación de más de 160 personas procedentes de Rusia y de otros países europeos.

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Lena Nemiróvskaia, en el centro con el micrófono, en Berlín (foto Anastasía Karímova)


Desde 1992 la EEPM ha promovido la sociedad civil y el espíritu crítico, y ha sido un foro de diálogo entre políticos e intelectuales extranjeros y rusos. Por los seminarios que se celebraban Rusia y en el extranjero han pasado centenares de jóvenes de los Estados de la ex URSS, muchos de los cuales llegaron a puestos de gran responsabilidad.

Financiada sobre todo por becas occidentales y filántropos como George Soros, la escuela fue obligada a identificarse “agente extranjero” de acuerdo con la nueva legislación para Organizaciones no Gubernamentales aprobada en 2012. La etiqueta “agente extranjero”, que evoca el vocabulario de la época estalinista, es asociada con espionaje o actividades hostiles por el ciudadano de a pie en Rusia. Atendiendo a las recomendaciones disuasivas de los servicios de seguridad, las élites de provincias, que antes acogían con curiosidad e interés a la EEPM, pasaron a temer el contacto con la escuela y con sus expertos internacionales, a menudo reconocidas autoridades académicas, como por ejemplo Robert Skydelsky el biógrafo de Jon Manard Keynes.

Sin empresarios rusos que se atrevan a financiarla y reacia a aceptar la etiqueta de “agente extranjero”, la EEPM clausuró en diciembre de 2014 sus actividades en Rusia, pero mantiene sus seminarios en el extranjero. El desafío con el que se enfrenta hoy es el de constituirse en uno de los pilares de esa necesaria “red de seguridad” cuya misión es asegurar el flujo de contactos e ideas en el interior de la gran Europa, ahora que ésta se ve sacudida por diversas crisis, que en conjunto abocan a una gran crisis global. En la UE, el rechazo a los refugiados crea un conflicto entre los intereses y los valores proclamados por el Consejo de Europa. En Rusia, los dirigentes justifican el autoritarismo y la trasgresión de las reglas con construcciones artificiales y arcaicas. La amenaza en ambas partes es el “otro”, lo que en Rusia significa las ideas que socavan el orden político y, en la UE, los emigrantes que socavan el orden económico y social.

“El encuentro es muy oportuno” porque “el mundo está atravesando una época de gran turbulencia y naciones enteras al igual que individuos están a menudo desorientados e incluso Europa parece estar perdiendo sus puntos de referencia, sus valores”, dijo en Berlín Catherine Lalumière, ex secretaria general del Consejo de Europa y presidenta de la Asociación de Escuelas de Estudios Políticos. Según Lalumière, el concepto de derechos humanos se ve torpedeado por el autoritarismo, el materialismo y el ultra nacionalismo, pese a ser un valor protegido por la ley e incorporado en las instituciones creadas después de la Segunda Guerra Mundial.
En su intervención, el Ministro de Exteriores de Alemania, Frank-Walter Steinmeier, comparó la situación actual con la época en la que fue fundada la EEPM, tras la caída del muro de Berlín y el fin de la Guerra Fría, cuando imperaba el optimismo sobre una Europa unida y libre pese a la guerra de los Balcanes. Quiso el ministro marcar un corte entre un antes y un después. “La “anexión de Crimea fue más que una crisis política, fue una trasgresión de la ley internacional y un precedente”, dijo el jefe de la diplomacia alemana, quien, acto seguido, invitó a ir “más allá del monólogo recriminatorio” para poner las bases “que ayudarán a los políticos a negociar soluciones”.

El politólogo búlgaro Iván Krastev llamó la atención sobre el cambio de perspectiva, desde la época en que la apertura y los contactos se vivían como positivos y el problema era como formalizar la globalización, y la actualidad, cuando el problema es cómo manejar la reacción negativa a la globalización. Los modelos cosmopolitas son percibidos como amenaza y no como oportunidad, señaló. Por su parte, Sonja Licht, de Serbia, dijo que la desigualdad en el mundo es mayor que nunca como resultado de las prácticas neoliberales que marginan los valores como la solidaridad. Las instituciones y los Estados carecen de estrategias sobre temas como los refugiados y el cambio climático, por lo cual la única respuesta es involucrar a los ciudadanos en una idea global de la ciudadanía, afirmó Licht. El problema, reconoció, es como pasar del “ciudadano ilustrado” a la “acción mediante la política”.

A diferencia del Estado soviético, Rusia no se ofrece al mundo como un modelo alternativo, sino que entiende el poder de gran potencia como un poder “para transgredir las normas”, afirmó Mijaíl Fishman, comentarista del canal de televisión ruso Dozhd. El líder ruso Vladímir Putin aspira a formar parte de una “troika de los transgresores de normas” junto con EEUU y China, opinó Bobo Lo, de Chatham House, en Londres. Según Lo, Putin está decidido a promover los intereses rusos por todos los medios y donde quiera que sea necesario. El escritor Alexandr Arjángelski quiso distinguir entre la Rusia política, que recurre al pasado para afirmarse, y la cultura rusa, que es europea y que está viva al margen del Estado, también en otros países de Europa. Mijaíl Minakov, de la Academia Kiev-Mogiliansk de Ucrania, insistió en que sólo la verdad permite luchar contra la propaganda, a lo que el politólogo ruso Andréi Kolésnikov, contestó que únicamente un lector muy preparado puede “encontrar la verdad en el ruido informativo”. Nikolái Petrov, experto en regiones de la Escuela Superior de Economía de Moscú, abogó por la estrategia de las “pequeñas cosas” para construir una carcasa de sociedad civil.

El foro de Berlín fue una apuesta por la apertura y la educación para la ciudadanía. “Ha sido una iniciativa para lanzar un debate sobre el futuro, para repensar donde estamos y no solo lamentar la universalidad perdida”, dijo Licht. Mientras los intelectuales debatían entre ellos en la capital alemana, en el continente continuaba la construcción de nuevos muros y a las barreras físicas se les unían nuevas fragmentaciones, la última el cese de las comunicaciones aéreas entre Ucrania y Rusia, una medida que multiplica la duración de trayecto entre los dos vecinos, pero sobre todo la distancia psicológica entre ellos.

Ni tibetanos, ni tártaros,ni kurdos ni montañeses del norte del Cáucaso ni pueblos de la ex Yugoslavia fueron invitados a la conferencia que pretendía reunir en Moscú a los representantes de movimientos independentistas y de autodeterminación que “demuestran de forma evidente la crisis e ineficacia del modelo occidental de dirección del Estado”.

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De izquierda a derecha David Folch, Enric Folch, intérprete y Alexandr Iónov. (P.Bonet)

El evento se celebró el 20 de septiembre en el hotel President, perteneciente a la Administración del Kremlin, y en un 30% fue financiado por el Estado ruso mediante una beca, obtenida en concurso público, según Alexandr Iónov, presidente del Movimiento Antiglobalista de Rusia, la entidad organizadora. En el establecimiento donde suelen alojarse invitados oficiales del Estado, en torno a una mesa que en múltiples ocasiones ha reunido a su alrededor a los altos dirigentes rusos con sus socios de la Comunidad de Estados Independientes (asociación de Estados postsoviéticos), se dieron cita el domingo los delegados del “reino del Hawai”, del “Estado nacional soberano de Borinken” (Puerto Rico), el movimiento revolucionario “Uhuru”, de Solidaritat Catalana per la Independencia, del Sinn Fein irlandés, del partido Republicano de Irlanda, del Frente Polisario del Sáhara Occidental y hasta una docena de delegaciones extranjeras.

La reunión de Moscú llevaba por título “Diálogo de naciones. Derecho de los pueblos a la autodeterminación y construcción de un mundo multipolar”. Iónov, de 25 años, explicó a esta corresponsal que había destinado a la conferencia los 3 millones de rublos del conjunto de dos subvenciones (algo más de 40.000 euros al cambio actual) obtenidas en 2014 y 2015 procedentes del Fondo de Beneficencia Estatal de Rusia, lo cual sirvió para cubrir menos de una tercera parte de los costes, según dijo. “Un billete desde Hawai a Moscú cuesta un mínimo de 200.000 rublos”, exclamó, a título de ejemplo. El Fondo de Beneficencia Estatal de Rusia fue creado por iniciativa de Vladímir Putin, está “bajo el patronato” del jefe del Estado y funciona “en contacto” con la Administración presidencial e instituciones oficiales y gubernamentales, según consta en su página web. El patriarca de la Iglesia Ortodoxa Rusa, Kiril, está al frente del consejo del patronato de la entidad.

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Solidaridad con Libia en el hotel President de Moscú. (P. Bonet)

Iónov parece orgulloso de sus numerosas relaciones con líderes extranjeros, desde el venezolano Nicolás Maduro a la argentina Cristina Fernández de Kirchner, y dice haber conocido también a los hijos de Gadaffi. En su móvil, lleva una foto donde se le ve en compañía del presidente de Siria, Bashar al Asad, y otra dándose la mano con el expresidente iraní Mahmud Ahmadineyad. Me enseña una imagen del diploma en agradecimiento de sus actividades internacionales firmado por Putin con fecha del 31 de marzo de 2014.

En su nota de prensa, la cita en el hotel President de Moscú se describía por anticipado como “la primera conferencia en el mundo que reunirá a más de dos decenas de activistas políticos de diversos Estados cuyas regiones están por la independencia y la autodeterminación”. La realidad fue más modesta. De los dos partidos catalanes invitados acudió solo uno, Solidaritat Catalana, representado por J. Enric Folch Vila y David Folch. Los representantes de Texas no acudieron (según fuentes del evento por estar muy ocupados preparando el referéndum del año próximo) y no hubo delegación de Euskadi, aunque se cursó una invitación “a la que nadie respondió”, como tampoco respondieron otros partidos catalanes a los que se les había cursado.

El empeño que Rusia pone hoy en apoyar a los independentistas de Occidente, que cuestionan a EE UU y a los europeos, contrasta con su actitud hacia sus propios disidentes. Tras la anexión de Crimea, Rusia ha introducido un nuevo artículo en su código penal que permite castigar con penas de prisión a quien exprese ideas que supuestamente atenten contra la integridad del Estado. En Tatarstán se acaba de dictar la primera sentencia basada en este nuevo artículo y el activista Rafis Kashápov, de la ciudad de Naberezhnii Chelni, ha sido condenado a tres años de prisión por difundir varios artículos en las redes sociales, según el servicio informativo Meduza. Crimea y Ucrania serán libres de los ocupantes, Ayer Hitler y Danzig, hoy Putin y Donetsk eran los títulos de dos de los textos considerados delictivos, junto con un collage que asociaba a Rusia con el padecimiento y las lágrimas, según informó Radio Svoboda. Acusados de aventar el separatismo están hoy otros activistas que organizaron una marcha a favor de federalizar la región de Kubán, en el sur del país.

“En Rusia no hay separatistas” porque “Rusia no tiene un pasado colonial”, afirmaba Iónov para explicar por qué no había independentistas de la Federación Rusa en la cita de Moscú. Ni siquiera “teóricamente” quería Iónov admitir que el separatismo y el independentismo puedan darse en su país. “Teóricamente sólo puedo admitir que los territorios se nos unan, no que se nos separen”, afirmaba. Según él, las manifestaciones secesionistas que hayan podido existir en territorio de Rusia, como en Chechenia, o bien han sido aventadas desde el extranjero o bien son producto de la “traición”.

Iónov tuvo palabras de acogida para todos los extranjeros, a unos les recordó los “tradicionales lazos” y a otros, incluidos los catalanes, los acogió como “nuevos” amigos y con todos ellos propuso formar un grupo de trabajo para coordinarse en el futuro.

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El jefe del Movimiento Antiglobalista de Rusia da la bandera de su país a Lanny Sinkin, representante del "rey de Hawai". (P. Bonet)


Las intervenciones de los invitados fueron variopintas. El profesor Ramón Nenádich, “presidente del Estado Nacional Soberano de Borinke”, en Puerto Rico, pidió la “retirada de todos los representantes militares y administrativos del Gobierno colonial” de EE UU y que éste asuma la deuda de la isla. El representante del "reino de Hawai", Lanny Sinkin (que afirma ser oriundo de Texas) trasmitió los “saludos del rey Edmund K. Silva Jr.” y pidió el restablecimiento de independencia de la que gozaba “el reino” hasta fines del siglo XIX. Omali Yeshitela, de Uhuru, advirtió que su movimiento tenía carácter “revolucionario” y reivindicó el derecho a oponerse al “colonialismo norteamericano” en África. En nombre de Ródina, un partido nacionalista ruso, Fiódor Biriukov “exhortó a los presentes a usar todos los recursos a su alcance para crear una organización de países soberanos y un frente contra Washington”. El ruso Vladímir Rógov manifestó que el mismo concepto de “ruso” quiere decir “representante de cientos de pueblos” y aseguró que Novorossia es “el más joven de nuestros Estados, que nace en el territorio postucraniano”. El politólogo Georgui Fiódorov llamó a la coordinación “mediante las ONG existentes” para crear “un sistema de apoyo a los movimientos de liberación de todo el mundo”.

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Fin del vídeo dedicado a Cataluña. (P.Bonet)

Enric Folch, de Solidaritat Catalana, realizó una exposición histórica en inglés y manifestó que líderes europeos como Angela Merkel o David Cameron tratan de “asustar a la población” asegurando que Cataluña no podrá ser parte de la UE. “Ya veremos. La liberación de Cataluña de España es el tema prioritario y lo otro ya lo decidiremos cuando seamos independientes, porque lo que preocupa a los líderes europeos es quién pagará la gran deuda de España si Cataluña se independiza”. Tras un “Visca Catalunya” y un vídeo de las manifestaciones independentistas y las “esteladas”, los presentes aplaudieron y el anfitrión expresó el deseo de que la “próxima conferencia sea en Barcelona”.

Rusos que volvéis de vuestras vacaciones en la Costa Brava, cuidado antes de dejar entrar a desconocidos en vuestras cocinas.

Comida

Para viajeros de lengua española,traduzco la información que la Fiscalía General de Rusia ha difundido esta mañana en su página de web http://genproc.gov.ru/smi/news/genproc/news-852437/

Título:
En la Fiscalía General de la Federación Rusa se ha organizado una "línea directa" para recibir informaciones sobre casos de importación ilegal y venta de mercancías prohibidas
Texto:
“Con el fin de defender los intereses nacionales de la Federación Rusa por decreto del presidente de la Federación Rusa del 06.08.2014 número 560 se prohibió la importación de mercancías procedentes de EEUU, países de la Unión Europea, Albania, Australia, Islandia, Canadá, Lichtenstein, Noruega y Montenegro. La lista de tales mercancías fue confeccionada por el Gobierno de la Federación Rusa. En ella se incluyeron: embutidos y otros productos cárnicos, pescado y mariscos, frutas, frutos secos, verduras, carne congelada y fresca.

Mientras tanto los suministradores de mala fe traen estas mercancías sin efectuar el control de su calidad y sin observar las normas de transporte y almacenamiento, lo que puede ser peligroso para la salud de los ciudadanos.

Para evitar infracciones masivas contra los derechos de los ciudadanos, la Fiscalia General de la Federación Rusa ha puesto en funcionamiento una "línea directa" para recibir información sobre los hechos de la importación y comercialización ilegal de las mercancías prohibidas.
Teléfonos de la "línea directa":
- 8 (985) 169-75-74;
- 8 (985) 169-75-77.
Horario de trabajo de 9,00 a 18,00.
Fin de la traducción.

En el ojo del huracán, en el espacio donde malviven los civiles atrapados por la guerra de Donbás (las regiones de Donetsk y Lugansk), hay personas que encauzan su energía hacia la ayuda a los demás, sorteando para ello los obstáculos que no está en su mano controlar. Enrique Menéndez, fundador y activista del grupo Ciudadanos Responsables (CR), parece pertenecer a esta categoría. El ex empresario, de 31 años, es nieto de un republicano español, exiliado tras la guerra civil.

Enrique editado

A principios de 2014 la fortuna sonreía a Menéndez, el director de Adfactory, una agencia de publicidad por Internet que acababa de ganar el concurso para una campaña de imagen de un gran banco. Pero las turbulencias generadas por el Maidán de Kiev alteraron el rumbo de los acontecimientos. En la patria chica del derrocado presidente Víctor Yanukóvich los empresarios temían las represalias de los nuevos dirigentes. Los 37 clientes corporativos que Menéndez tenía al iniciarse el año quedaron reducidos a cuatro en julio. Menéndez despidió a sus siete empleados y seis colaboradores y liquidó el negocio. Por entonces la violencia se había apoderado ya de la región, de la que huían los civiles y adonde llegaban los uniformados de uno y otro lado.

En junio, con otras personas que no quisieron abandonar Donetsk, Menéndez fundó CR y comenzó a viajar a Kiev para pedir ayuda a las ONGs, que se mostraron muy reacias al principio, según cuenta en una conversación en Donetsk. Poco a poco, CR se ganó la confianza de las organizaciones humanitarias. En agosto, comenzó a trabajar en Donetsk el fondo humanitario del oligarca Rinat Ajmétov que prestaba sus coches a los voluntarios de CR para que fueran a las zonas donde nadie quería ir”.
UNICEF, Médicos Sin Fronteras, y People in Need se establecieron también en la región, donde CR tiene ahora 23 personas fijas, gestiona varios proyectos internacionales y colabora con la Cruz Roja y la ONU. Menéndez dice haber dejado de repartir patatas entre los necesitados para concentrarse en la recaudación de fondos a través de su cuenta de facebook, que tiene más de 9000 seguidores.

Menéndez es un punto de referencia en Kiev, donde le invitan a debates televisivos y cree haber podido trasmitir su mensaje en una tertulia de la televisión estatal en Moscú. Pero en época de guerra, los matices no son apreciados ni bienvenidos por las partes en conflicto.
“La sociedad ve los acontecimientos en blanco y negro. En Kiev lo contemplan todo a través del prisma de la intervención rusa y no quieren oír nada sobre las causas locales e internas del conflicto, es decir, sobre la guerra civil. En Moscú, por otra parte, no entienden que el Maidán era también la protesta de la ciudadanía contra la corrupción del régimen”. “Rusia ayuda a los separatistas, con dinero, armas, voluntarios y tal vez con unidades del ejército, pero eso no anula la dimensión de guerra civil del conflicto”, dice.

El 5 de marzo de 2014, Menéndez fue uno de los organizadores del mitin a favor de la unidad de Ucrania en Donetsk. La policía, desorientada por las señales que llegaban de Kiev, no garantizó la protección de los 7000 manifestantes que acudieron a la convocatoria. A Menéndez no le gustaba la proliferación de banderas rusas en la ciudad, pero no volvió a exponer a sus conciudadanos al riesgo de salir a la calle con banderas ucranianas. En mayo, “cuando los milicianos ocuparon el aeropuerto y Kiev respondió utilizando la aviación”, entendió que la situación era “muy seria”.

Menéndez se define como un "ucraniano de origen español" y se siente vinculado a España aunque no conoció a su abuelo, Enrique Sandalio Menéndez Blanco, fallecido en 1971. Nacido en 1913 en Madrid, Enrique Sandalio dejó a dos hijas para irse voluntario al frente a luchar por la república. Tras la derrota, huyo a Francia, donde fue apresado por los alemanes en 1942. Al concluir la Segunda Guerra Mundial, Enrique Sandalio, que estaba preso en el sector soviético de Berlín, fue enviado a la URSS. Lo mandaron a un campo de distribución de prisioneros en Crimea, y allí se casó con una rusa del contingente enviado a repoblar la península, de donde en 1944 habían sido deportados los tártaros. Como residencia después de Crimea, Enrique Sandalio eligió Artemovsk, ciudad de la provincia de Donetsk, donde vivían 23 españoles. Cuenta Enrique que “en Donbás había una importante diáspora española y en Donetsk existía incluso un centro español”. El abuelo trabajó como ingeniero de control de calidad en la fábrica metalúrgica de Artemovsk y cultivó su identidad como español. Se relacionaba con los otros compatriotas, copiaba versos y se carteaba con familiares y amigos en España y en Latinoamérica.

Menéndez va y viene entre la ciudad de Donetsk, donde reside, y la zona controlada por Kiev, donde viven sus familiares. Su esposa y su hija (Camila Edelmira, de 8 años) están en Krasnoarmeisk y su madre, en Artemovsk. Como otros civiles, Menéndez soporta las largas horas de cola en los puestos de control entre la zona de la autodenominada República Popular de Donetsk y la zona dominada por Kiev. A su juicio, la situación para la población civil ha empeorado debido a las dificultades para el desplazamiento de personas y transporte de mercancías entre ambos territorios.

CR se declara apolítico y trabaja con todas las partes implicadas en el conflicto. Su actividad se concentra en ayudar a personas que no se pueden ayudar a si mismas y abastecer instituciones como asilos, refugios, orfanatos u hospitales. La lealtad de Menéndez hacia Ucrania está sometida a constantes pruebas. “En Kiev muestran irritación cuando les dices que Ucrania debe responder de los ciudadanos que viven en Donetsk, de las personas que no tomaron las armas y no portaron la bandera rusa, que no llamaron a Putin y que no renunciaron a sus pasaportes”. “A Kiev le cuesta comprender que no hay solución militar, aunque, bajo la influencia de occidente, ha comenzado la búsqueda del diálogo”. Menéndez cree haber detectado los inicios de esta búsqueda en seminarios esporádicos. El empresario considera necesario dar una “amplia autonomía” a Donetsk y reconocer que Ucrania es “un país muy variado que debe respetar las peculiaridades de las regiones”. Entre sus planes está “Back to Donbás”, una página de web para fomentar la comunicación entre los oriundos de la zona que se marcharon y los que han permanecido en ella. Partiendo de la nostalgia compartida por el espacio urbano y europeo existente antes de la guerra, el proyecto aspira a superar las fantasías de uno y otro lado. “Los de Kiev dicen que restablecerán el control de Lugansk y Donetsk como antes y los insurgentes fantasean con la idea de que Rusia los acogerá”. “Ninguna de estas dos visiones es realista”, afirma Enrique. “Hay que buscar un discurso constructivo sobre el futuro, partiendo tal vez de la cooperación económica. El bloqueo al que Ucrania nos tiene sometidos es muy peligroso, porque destruye lo último que nos une”, dice.

El País

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