Sobre el autor

Antoni Gutiérrez-Rubí

es asesor de comunicación y consultor político. Recientemente acaba de publicar 'La política vigilada. La comunicación política en la era de Wikileaks'.
www.gutierrez-rubi.es.

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Una mirada a la actualidad de la campaña electoral en clave de comunicación política y análisis estratégico.

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Jornada de reflexión cinematográfica

Por: Antoni Gutiérrez-Rubí | 19 nov 2011

Cines

La campaña electoral ha acabado, pero todavía se pueden arañar algunos votos indecisos o dudosos. La jornada de reflexión, 24 horas antes de la cita con las urnas, es una práctica en el proceso electoral que no se lleva a cabo en todos los países. Y, aunque no se puede pedir el voto explícitamente, toda la actividad de los candidatos este día es seguida con mucho interés por los medios de comunicación y por muchos electores que esconden o postergan su decisión de voto hasta el mismo momento en que se encuentran camino del colegio electoral.

El día de reflexión, como muchos otros rituales políticos, tiene su propia agenda. En ella, se contempla la realización de fotografías de los grandes medios de comunicación a los principales candidatos que son reproducidas en la edición del domingo y que se convierten en un simulacro del fin de las hostilidades y en una petición coral a la participación y a la normalidad democráticas.

Los medios, y los equipos de campaña, son conscientes del interés que suscita la actividad de los candidatos y las candidatas en ese día: con quién van a comer, cómo pasaran la tarde… En definitiva, ¿a qué van a dedicar su tiempo llenando la tensa espera? La campaña permanente sigue, a pesar de que haya acabado formalmente, y muchos ciudadanos observan con detalle estos últimos instantes de sobreexposición mediática para interiorizar opiniones e intuiciones. Cualquier gesto o acción reveladora puede dar la información o la pista del dato último para tomar una decisión que se demora hasta el último momento, para evitar dar explicaciones o, sencillamente, por cansancio o pereza electoral.

Una manera de seguir haciendo campaña es mostrar determinadas afinidades culturales y lanzar algunos mensajes políticos -cifrados, con más o menos ocurrencia- a través de la asociación entre el candidato/a y determinados conceptos. Las afinidades lúdicas y culturales o la adquisición de libros (con sus sugerentes títulos, temáticas o autores), por ejemplo, forman parte de estos mensajes simbólicos que tanto gustan a los spin doctors. La música que Obama desveló que escuchaba en su iPod, en la campaña del 2008, es parte de esta estrategia: convertir las preferencias culturales en opciones vitales de fondo ideológico que permitan nuevos alineamientos e identificaciones estéticas con los electores.  

Para ilustrar lo que digo, me he imaginado qué películas podrían ir a ver los principales candidatos, como parte de una opción lúdica y cultural pero con mensaje electoral, justo el día en el que pueden y deben hacer política de manera más sutil y sugerente. La cartelera de esta semana, con los estrenos de ayer viernes, es muy seductora. La preferencia por un título u otro ofrecería, seguro, mucha información…

Mariano Rajoy (PP) podría escoger -quizás-  “Habemus Papam”, propinando un golpe pícaro a diestra y siniestra.

Alfredo Pérez Rubalcaba (PSOE) podría optar -según sus ánimos o el mensaje interno a lanzar- entre la película de estreno “Pánico en la granja” o la premiada “Melancolía” del danés Lars von Trier.

A Josep Antoni Duran i Lleida (CiU) le imagino escogiendo la clásica “El Ilusionista”, de Jacques Tati, o “El cambiazo”, con un título transversal y poliédrico.

Cayo Lara (IU), en un guiño de nueva reivindicación heroica, podría acercarse a la proyección de “El Capitán Trueno”, mientras Josu Erkoreka (PNV-EAJ) quizás entraría a ver la proyección de “Las razones del corazón”.

A Juan López de Uralde (EQUO) le va  “El niño de la bicicleta”. Rosa Díez (UPyD) bien podría reivindicar el film “Los olvidados de los olvidados”, la producción dirigida por Carles Caparrós.

Alfred Bosch (ERC) entraría –quizás sin muchas dudas- a ver “Catalunya, über alles”, un retrato de la Catalunya interior. Tres historias que reflejan una sociedad en conflicto obligada a aceptarse y recrearse o a desaparecer, según alguna de las reseñas cinematográficas que pueden leerse.

Y para las propuestas más contundentes de abstención crítica, voto blanco, nulo o nulo selectivo un título muy adecuado: “Interferencias” que analiza las causas de la crisis global y se estrena esta semana bajo licencia Creative Commons. El rodaje de la cinta coincidió con el inicio de las acampadas del 15M y cuenta cómo se gesta el nuevo activismo político.

Dejo a la imaginación de los lectores y las lectoras, decidir a quién asignarían, o cómo podrían ser utilizados e interpretados los siguientes títulos: “Semilla de maldad”, “De mayor quiero ser soldado”, “Transgression”, “La cosa” o la comedia “Dime con cuántos”, entre otros.

La película de la campaña casi ha acabado. Solo esperamos el desenlace. Y como toda buena película, solo el final puede sorprender a todos los espectadores y a los mismísimos protagonistas. En vuestras manos está. Mañana decidimos.

El País

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