Muchas de las últimas marchas estudiantiles han terminado en batallas campales entre carabineros y un grupo, poco numeroso pero al parecer creciente, a estas alturas conocido por todos como “los encapuchados”. En su núcleo duro, no forman parte de la marchas propiamente tal. Si en éstas van más de cien mil, con el rostro cubierto no aparecen más de quinientos. Los zafados tienen otras reivindicaciones, de carácter anarquista (por usar un término fácil), tanto en su nivel teórico como emocional. Arrancan semáforos, destruyen automóviles, entran como jaurías en los lobbies de los edificios para arrancar cámaras de seguridad y destruir ventanales. Algunos roban. No son precisamente jóvenes proletarios, aunque los hay. Los estudiantes les llaman monos, y a sus grupos de choque, “capuchas”. No creen en el diálogo, ni nada que se le parezca. En el caso de los ideologizados, casi no encuentran puntos de encuentro con los motores de la sociedad existente. La detestan y adivinan que los detesta. Se declaran fuera del sistema. Están furiosos, aparte, lejos de cualquier responsabilidad. No faltan tampoco los que simplemente gustan del juego peligroso.
Llegaron al estrellato un día cuatro de agosto. Fue un jueves en que el movimiento estudiantil llamó a una marcha por la Alameda en contra del lucro y el Ministro del Interior, Hinzpeter, salió negándole la autorización y amenazando con las penas del infierno al que transgrediera la ley. Mejor publicidad imposible. Por esos tiempos las movilizaciones decaían, pero para un movimiento que tiene la demanda por más democracia como bandera, semejante gesto de autoritarismo sólo podía insuflarle fuerzas. Carabineros actuó drásticamente ese día. Se vivieron en Santiago escenas violentas. La muerte rondaba el ambiente aquella tarde. No la muerte generalizada, sino la posibilidad de que en ése escenario aconteciera la desgracia. A eso de las 20hrs comenzaron a sonar cacerolas en los distintos barrios de la ciudad. Se trató de una orquesta sorprendente. La reacción al despotismo del gobierno fue con un recurso del pasado: en contra de Pinochet, durante las primeras protestas se salió a golpear ollas. Siendo situaciones incomparables, a un lote harto significativo de chilenos esa jornada le refrescó la memoria.
Veinte días más tarde, la madrugada del 26 de agosto, en un paro absurdo convocado por sindicatos que poca complicidad tenían con los estudiantes en cuestión, pero que aspiraban a capitalizarlo, murió Manuel Gutiérrez Reinoso, de 14 años. Había salido con Gerson, su hermano enfermo en silla de ruedas, a ver las protestas de la esquina. A mirar o a suscribir, qué más da, cuando la bala de la subametralladora UZI del cabo Millacura, -según su testimonio, disparada al aire- le dio en el pecho. En un primer momento, Carabineros negó el hecho, pero dos días después reconocieron cómo habían sucedido las cosas, y Miguel Millacura confesó. Cayó parte del alto mando. A las pocas semanas, por otro escándalo que no viene al acaso, terminó de derrumbarse la cúpula de la institución.
Ese cuatro de agosto “los encapuchados” tuvieron su día de gloria. La policía los había ungido como el alma de la fiesta. Antes hubo marchas en las que carabineros actuó de común acuerdo con los convocantes, y prácticamente no existeron desórdenes. Han sido múltiples las ocasiones en que la misma gente que desfila enfrenta duramente a los amigos de la violencia. Como “los encapuchados” son en su mayoría muy jóvenes –varios menores de quince-, profesoras que adhieren a los desfiles reformistas se les han parado en frente para llamarles la atención enfurecidas. Ellos participan, al parecer, de un mundo desesperanzado, para el que no hay promesa que valga ni territorio que los acoja tanto como el enfrentamiento. Ahí sí pertenecen. Son los choros de la tribu. Para ellos toda creencia es ingenuidad, y cualquier concesión es obra de traidores. Por decir lo menos, una curiosa paradoja. Creen tanto en su descreimiento, como un fanático musulmán cree en Alá.
(ESTOS TRATARON DE TREPAR EL PALACIO DE GOBIERNO)
Obviamente, no es todo tan hilado por esos descampados. En la turba, como en las avalanchas, cabe muchísimo. En el camino se suman infinidad de ingredientes. La provocación policiaca, los discursos intolerantes, el lumpen que acude, la ausencia de oportunidades. La marginación no es poca en el Chile actual. Vaya uno a saber si así como los que marchan por más educación pública representan a otros multitudes que no marchan, no sucede lo mismo con los que embisten. El negocio de la droga dura ya no es chacota por estos barrios. Marihuana es cada vez más difícil encontrar, pero pasta base y cocaína hay para quien la requiera. Los flaites (algo así como los jóvenes bacanes de la población) tienen pistolas y cuchillos bravos. Esto, que en muchas partes de América Latina es cuento viejo, por acá no lleva tantos años. No es, tampoco, una plaga, pero hay. Digo, por seguir agregándole aliños al guiso: últimamente, en las protestas, “los encapuchados” enfrentan cada vez más de cerca a la policía. Patean los lanza aguas (guanacos) y los lanza gases (zorrillos). Se pasean entre la nube de lacrimógenas como si les fueran inmunes. Mientras la masa huye buscando refugio, ellos van a su encuentro. Ha crecido el tamaño de los peñascos que utilizan, de modo que para dar en el blanco han estrechado la distancia de tiro. Temo que, producto de las pésimas políticas implementadas, se le esté perdiendo el respeto a la fuerza pública. Los gobiernos de la Concertación, de maneras incluso discutibles, consiguieron acercar a civiles y uniformados. Mal que mal, habíamos sido bandos enemigos. El día que ganó en NO a Pinochet en el plebiscito del año 1988, hubo quienes abrazaron carabineros en las calles, como gesto de reconciliación. Pero ésa es otra historia.
Ahora pienso en “los encapuchados”. Se han esgrimido mil tesis a lo largo de la historia acerca del origen de la violencia. Son múltiples las teorías y estudios que rondan, sólo por acá, para entender las motivaciones sociales, políticas y sicológicas de quienes la ejercen. Hay quienes se horrorizan de verla en las calles, sin que nunca les llamara la atención cuando la encarnó el Estado, de manera incomparablemente más fría y cruel, fusilando, torturando y arrojando cuerpos al mar. Los abusos del Estado tienen una gravedad de otra categoría. Cuando los custodios de la sensatez, pierden la razón, impera la ley de la selva.
Semanas atrás, el alcalde Labbé, un ex coronel de ejército y miembro de la DINA, el primer órgano de represión con que contó la dictadura y que carga a su haber un montón de crímenes, alcalde electo de una comuna supuestamente culta (para confundir más las cosas)… pues bien, ése alcalde, en nombre del orden, mandó desalojar violentamente a los alumnos adolescentes en toma de los liceos de su jurisdicción.
De pronto no queda claro si el “orden” es más o menos violento que el “caos”. Como dice Zizek, en un caso la violencia encuentra una explicación “sociosimbólica”, mientras la otra nos espanta por su institucionalidad. Por acá se dijo, luego de los exabruptos del alcalde, que él se había “desencapuchado”. Al mismo tiempo que unos se cubren el rostro, ocultando su identidad y motivos, y arrancan y arrojan pastelones, otros mucho más poderosos se enorgullecen de su barbarie, cansados de disimularla y como opción política. No estamos en el terreno de la santidad. Temita éste el de la violencia.
Hay 14 Comentarios
Mientras haya un Presidente Sebastián Piñera para quien la EDUCACION ES UN BIEN DE USO, difícil será que pueda existir diálogo positivo entre los estudiantes y el gobierno. Un país incapaz de garantizar a su Pueblo el derecho a una Educación gratuita en todos sus niveles, no merece ser considerado entre las naciones soberanas.
Publicado por: Beatriz Basenji | 13/10/2011 4:04:53
Mientras haya periodistas como este y periodismo de verdades parciales como las de este diario, las historias nunca serán creibles.
Publicado por: Luis C. | 11/10/2011 3:39:40
Francamente leer comentarios donde niegan que el alcalde Labbè utilizara la violencia en los desalojos que ordenò hacer a carabineros cuando es algo que todo el paìs viò en directo por la TV o que intenten dejar al columnista como mentiroso solo es una muestra mas de que en nuestro paìs los proclìves a este gobierno mienten y denostan sin detenerse a pensar en el bien comùn de nuestro hermoso y hoy triste paìs. Y claro si el presidente escapaz de mentìr hasta en la ONU.....
Publicado por: Lisa | 10/10/2011 22:18:14
Si cambiamos las descalificaciones por argumentos, nos entenderemos mejor y complementaremos las ideas.
Rafael: para estos efectos, en muchos casos, son ellos los autodenominados "anarquistas". Yo también siento mucha simpatía por esa tendencia histórica, pero aquí calza en tanto nombre que se dan ellos y en su acepción de caos o desorden, que también tiene.
El tema de los encapuchados y violentistas es complejo. Difícil resolverlo en un blog, pero para ése que me acusa de amateur o algo así, solo le puedo decir que llevo un buen tiempo andándole cerca al fenómeno. Lamento no haberlo convencido.
Publicado por: Patricio Fernández | 10/10/2011 20:53:36
es inconsecuente errisorio,estar a favor de estos vandalos y hablar de derechos humanos.Trantan de responsabilizar a carabineros de Chile de que estos grupos existan,Cuando la verdad de estos extremistas es que a primera hora de la mañana ponen barricadas en las calles,lanzan piedras a los automovilistas y lo peor es que se ocultan en las mismas Universidades o Colegios quemando incluso inmobiliario de estos mismos,ya sean parte de estas instituciones educacionales o que las amparen.muchos llegan a robar sus propios materiales de trabajo.Pero cuando una parte de la sociedad quiere ser ciega,lo va a ser.El señor Labbe tiene a su cargo una de las comunas mas cultas del gran Santiago,nadie puede ponerlo en duda,no por nada ha sido elegido por amplia mayoria como alcalde por varios periodos.El pobre chico que murio,lo hicieron pasar por martir, a quien se le ocurre a las 4 de la mañana ir aver una protesta,mas que protesta era una lluvia de piedras y barricadas?,alguien en su sano juicio no lo hace si no es para participar en ella.asi que ese cuento en todo Chile nadie se lo come.
Publicado por: Andres | 10/10/2011 19:21:04
Poco rigor, periodista aficionado. No abe lo que acontece. Usa los terminos sin ningún conocimiento. Livianamente. Escribir un blog es algo que tiene que ser llevado en serio. Me entretuve un poco leyendo estas cosas. Pero como información, o para formarse una opinión sobre Chile: no vale nada. Pero así es ele mundo libre. Y este señor aunque desinformado se da el trabajo de escribir. Lo que al menso merece estas palabras.
Publicado por: Deigo Estevan Reinoso | 10/10/2011 19:16:05
Estimado señor:
Soy un periodista,español, titulado por la Columbia university y la UB, afincado en Chile, además soy ácrata o anarquista, como usted prefiera.
Le ruego sea más riguroso y no use tan ligeramente el término anarquista, y menos aún vinculado a semejantes energúmenos que hacen de la violencia su bandera.
Le ruego sino lo ha hecho se documente obre el anarquismo , y lea las obras de, entre otros, Joan García Oliver.
Se dará cuenta que el anarquismo posee una base doctrinaria bastante amplia , y se basa en la educación y el respeto, y no en la violencia gratuita. Le ruego no desprestigie nuestra ideología porque no se le haya ocurrido un mejor sinónimo, para sucesivas ocasiones recurra a la RAE o utilice el término vándalos o delincuentes, que es lo que estos individuos son, y no contribuya,más, a la criminalización del anarquismo.
Publicado por: Rafael Gil | 10/10/2011 17:09:53
Estimado señor:
Soy un periodista,español, titulado por la Columbia university y la UB, afincado en Chile, además soy ácrata o anarquista, como usted prefiera.
Le ruego sea más riguroso y no use tan ligeramente el término anarquista, y menos aún vinculado a semejantes energúmenos que hacen de la violencia su bandera.
Le ruego sino lo ha hecho se documente obre el anarquismo , y lea las obras de, entre otros, Joan García Oliver.
Se dará cuenta que el anarquismo posee una base doctrinaria bastante amplia , y se basa en la educación y el respeto, y no en la violencia gratuita. Le ruego no desprestigie nuestra ideología porque no se le haya ocurrido un mejor sinónimo, para sucesivas ocasiones recurra a la RAE o utilice el término vándalos o delincuentes, que es lo que estos individuos son, y no contribuya,más, a la criminalización del anarquismo.
Publicado por: Rafael Gil | 10/10/2011 17:09:52
Estimado señor:
Soy un periodista,español, titulado por la Columbia university y la UB, afincado en Chile, además soy ácrata o anarquista, como usted prefiera.
Le ruego sea más riguroso y no use tan ligeramente el término anarquista, y menos aún vinculado a semejantes energúmenos que hacen de la violencia su bandera.
Le ruego sino lo ha hecho se documente obre el anarquismo , y lea las obras de, entre otros, Joan García Oliver.
Se dará cuenta que el anarquismo posee una base doctrinaria bastante amplia , y se basa en la educación y el respeto, y no en la violencia gratuita. Le ruego no desprestigie nuestra ideología porque no se le haya ocurrido un mejor sinónimo, para sucesivas ocasiones recurra a la RAE o utilice el término vándalos o delincuentes, que es lo que estos individuos son, y no contribuya,más, a la criminalización del anarquismo.
Publicado por: Rafael Gil | 10/10/2011 17:09:48
Si bien se puede compartir el post de don Patricio hay que hacer un par de salvedades importantes.
En lo que se refiere a la edad de los encapuchados no es correcto decir que son sólo menores de edad. La mayoría puede ser, pero en medio hay adultos y la televisión chilena los ha mostrado en acción.
Respecto del alacalde Labbé desgraciadamente se falta a la verdad al decir que los desalojó violentamente.
Primero el alcalde ha sido elegido con más del 60% de los votos en una comuna donde la gente está bien informada, por tanto no puede ser despreciable ni las razones que tuvieron para elegirlo, ni las que han tenido para mantenerlo como alcalde por varios períodos aumentando siempre su votación.
Los colegios de la comuna del ex-coronel Labbé son de los mejores colegios públicos de Chile y la matrícula esta compuesta por más del 85% de alumnos de otras comunas de Santiago y de familias pobres que se educan gratuitamente en los colegios de la comuna de Providencia.
El primer desalojo fue consensuado y pacífico, luego que recursos puestos en tribunales por el alcalde no dieran los resultados. Sin embargo, el día de la vuelta a clases, debido a lo que algunos consideraron una provocación (la presencia de carabineros en el acceso de los colegios), algunos alumnos decidieron nuevamente tomarse los colegios desatándose una batalla campal. Dejo en claro que no me gusta el uso de la fuerza ni de estudiantes y menos de la policía uniformada.
La toma de un colegio es un acto de fuerza, al que además se le agrega vandalismo y robos, muchos de los colegios tomados por los alumnos han sido quemados, sus salas de clase destruidas y sus computadores robados.
Nada justifica que un colegio sea destruído y menos los colegios de la comuna de Labbé que eran de los mejores colegios públicos de Chile.
Publicado por: alex zamorano | 10/10/2011 15:54:36
Si bien se puede compartir el post de don Patricio hay que hacer un par de salvedades importantes.
En lo que se refiere a la edad de los encapuchados no es correcto decir que son sólo menores de edad. La mayoría puede ser, pero en medio hay adultos y la televisión chilena los ha mostrado en acción.
Respecto del alacalde Labbé desgraciadamente se falta a la verdad al decir que los desalojó violentamente.
Primero el alcalde ha sido elegido con más del 60% de los votos en una comuna donde la gente está bien informada, por tanto no puede ser despreciable ni las razones que tuvieron para elegirlo, ni las que han tenido para mantenerlo como alcalde por varios períodos aumentando siempre su votación.
Los colegios de la comuna del ex-coronel Labbé son de los mejores colegios públicos de Chile y la matrícula esta compuesta por más del 85% de alumnos de otras comunas de Santiago y de familias pobres que se educan gratuitamente en los colegios de la comuna de Providencia.
El primer desalojo fue consensuado y pacífico, luego que recursos puestos en tribunales por el alcalde no dieran los resultados. Sin embargo, el día de la vuelta a clases, debido a lo que algunos consideraron una provocación (la presencia de carabineros en el acceso de los colegios), algunos alumnos decidieron nuevamente tomarse los colegios desatándose una batalla campal. Dejo en claro que no me gusta el uso de la fuerza ni de estudiantes y menos de la policía uniformada.
La toma de un colegio es un acto de fuerza, al que además se le agrega vandalismo y robos, muchos de los colegios tomados por los alumnos han sido quemados, sus salas de clase destruidas y sus computadores robados.
Nada justifica que un colegio sea destruído y menos los colegios de la comuna de Labbé que eran de los mejores colegios públicos de Chile.
Publicado por: alex zamorano | 10/10/2011 15:54:32
Si bien se puede compartir el post de don Patricio hay que hacer un par de salvedades importantes.
En lo que se refiere a la edad de los encapuchados no es correcto decir que son sólo menores de edad. La mayoría puede ser, pero en medio hay adultos y la televisión chilena los ha mostrado en acción.
Respecto del alacalde Labbé desgraciadamente se falta a la verdad al decir que los desalojó violentamente.
Primero el alcalde ha sido elegido con más del 60% de los votos en una comuna donde la gente está bien informada, por tanto no puede ser despreciable ni las razones que tuvieron para elegirlo, ni las que han tenido para mantenerlo como alcalde por varios períodos aumentando siempre su votación.
Los colegios de la comuna del ex-coronel Labbé son de los mejores colegios públicos de Chile y la matrícula esta compuesta por más del 85% de alumnos de otras comunas de Santiago y de familias pobres que se educan gratuitamente en los colegios de la comuna de Providencia.
El primer desalojo fue consensuado y pacífico, luego que recursos puestos en tribunales por el alcalde no dieran los resultados. Sin embargo, el día de la vuelta a clases, debido a lo que algunos consideraron una provocación (la presencia de carabineros en el acceso de los colegios), algunos alumnos decidieron nuevamente tomarse los colegios desatándose una batalla campal. Dejo en claro que no me gusta el uso de la fuerza ni de estudiantes y menos de la policía uniformada.
La toma de un colegio es un acto de fuerza, al que además se le agrega vandalismo y robos, muchos de los colegios tomados por los alumnos han sido quemados, sus salas de clase destruidas y sus computadores robados.
Nada justifica que un colegio sea destruído y menos los colegios de la comuna de Labbé que eran de los mejores colegios públicos de Chile.
Publicado por: alex zamorano | 10/10/2011 15:54:31
Por todo el orbe se siente la colosal fuerza cultural de Latinoamérica, la enorme potencia social de los pueblos latinoamericanos. Latinoamérica está llamada a ser un gran tsunami sociocultural, que está ya asumiendo su papel de preponderancia en el orden mundial.
Publicado por: Ll. Bassets | 10/10/2011 10:03:59
Me parece muy acertado el tratamiento que haces de los encapuchados. Yo también creo entenderlos aunque no comparta sus metodos. Pero tampoco entiendo los de las fuerzas represoras que tienen enfrente, que normalmente contribuyen mas al desorden público de lo que dicen pretenden evitar.
Y si leemos la noticia de su reciente intervención contra indignados en los juzgados de Barcelona, la cosa ya es de risa por no llorar.
Publicado por: carlos | 10/10/2011 9:44:27