En el último tiempo han presentado conciertos en Chile varios de los músicos más admirados del planeta. Desde Paul McCartney a Justin Bieber. Ringo Starr, Eric Clapton, Faith No More (Mike Patton), Coldplay, Radiohead, Beady Eye, The Killers, Jamesons, Jane’s Adidction, Fatboy Slim, Ben Harper, Belle and Sebastian, Calle 13, Sepultura, y este fin de semana vinieron a “Maquinaria”, un encuentro rocanrolero que congregó a cerca de 60.000 personas por día en el Club Hípico, Chris Cornell, Alice in Chains, etc., etc.
Acaba de terminar el festival Primavera Fauna, donde asistieron varios de los conjuntos más relevantes del pop actual. Pronto le toca a Jean Luc Ponty y Roger Waters. Entre medio, montones de bandas que sus respectivos seguidores consideran lo máximo de lo máximo han llenado teatros o arenas sin acaparar titulares. Las universidades de prestigio están trayendo, como nunca, a estudiosos y teóricos connotados a nivel internacional. Antonio Negri y Julia Kristeva se cruzan sin saber el uno de la presencia del otro. A Puerto de Ideas, congreso cultural que se realiza en Valparaíso, también vino el historiador Carlo Ginzburg, el antropólogo Marc Augé y el artista Alfredo Jaar. El Gran Teatro Chino ya pasa desapercibido.
Se realizan simposios económicos con estrellas de las finanzas y la administración. Norman Foster, Peter Zumthor y el brasileño Marcio Kogan, tres de los arquitectos más relevantes en la actualidad, tienen proyectos por estos lados. Mini cursos de guionistas exitosos como Robert McKee y Guillermo Arriaga colman con escritores emergentes los auditorios donde se presentan. Vino Nick Vujicic, el hombre sin extremidades más famoso del mundo, a conversar con Felipe Camiroaga (después de Don Francisco, el animador más popular de la TV chilena) justo antes de que cayera el avión CASA 212 en que viajaba a la Isla de Juan Fernández -donde literariamente naufragó Robinson Crusoe- y muriera junto a todo el resto de la tripulación.
Gael García está rodando en Chile una película sobre el plebiscito del 88, donde el triunfo del NO terminó con la dictadura de Pinochet. Los documentales audiovisuales estrenados este año en Chile han conseguido ir más allá de la denuncia que los caracterizaba, para convertirse en un género amplio, fresco y atractivo. Dentro y fuera de la Feria del Libro, clausurada el domigo, circulan escritores del otro lado de la cordillera de los Andes con una familiaridad que hasta recién no existía. Hay mendocinos (provincia argentina) que viajan a Santiago para ver a César Aira o Alan Pauls. Basta levantar una piedra para descubrir un panel de discusión sobre el rol de la cultura, los retos de la democracia, el Estado, la crisis de la política, etc. Los debates teóricos han sobrepasado el ámbito del claustro. Hay bares donde acontecen discusiones de expertos sobre el rol de la educación pública, ante audiencias que las escuchan tomando cervezas y fumando mientras tanto.
Hasta hace menos de una década, quejarse de la ausencia de actividad cultural en Chile era un lugar común entre los poetas de todo tipo. La letanía finalizaba con un “¡¿y qué queremos, si vivimos en el culo del mundo?!” , o algún comentario acerca de lo profundo que había sido el daño causado por la dictadura. Hoy nadie podría lamentarse como entonces. La abundancia de acontecimientos es tal, que para el conjunto pasan desapercibidos. Entiendo que incluso comercialmente estos esfuerzos se justifican, porque las funciones, en un altísimo porcentaje, consiguen repletarse. Se ven llenos los restaurantes y pubs. Las noches se han multiplicado.
Pero algo pasa que toda esta efervescencia no consigue filtrar la oficialidad. Los noticieros de la televisión no dan cuenta de esta actividad nutriente. Son de una vulgaridad, provincialismo y bobería vergonzosas. Leer El Mercurio, el principal periódico nacional, es la mejor manera de desinformarse, y, esta vez, no porque mienta –como rezaba una famosa leyenda desplegada en el frontis de la Universidad Católica a fines de los 60, durante la Reforma-, sino porque distrae. El Chile de sus páginas enormes no tiene nada que ver con el de las avenidas del país. Sigue radicado en los salones del poder tradicional, donde nadie se roza con las multitudes que están irrumpiendo.
La Concertación -oposición de centro izquierda- está presa de discusiones absurdas y miserables, y el gobierno, con el apoyo de la totalidad de los grandes medios de comunicación, nos intenta convencer de que vivimos un ambiente de violencia preocupante. Nunca antes anduvo más gente en bicicleta por las veredas y parques, pero se supone que habitamos un mundo amenazado.
Los robos, que han ido en aumento, ya no parecen preocupar tanto a la derecha como en tiempos de campaña, cuando Piñera aseguraba que con ellos al mando del país, “se le acababa la fiesta a la delincuencia”. Del incremento en los delitos han responsabilizado a las manifestaciones sociales (por desviar la atención policiaca) y a la mano blanda de los jueces a la hora de condenar. Suponen que llenando cárceles, disminuyen los malandras. Hay un cuento del brasilero Machado de Asis que narra la historia de un pueblo donde todos acaban presos, menos el único culpable: el carcelero.
Ahora el ministro del interior se halla obsesionado por unas bombas de menor cuantía, en su mayor parte de ruido solamente. La más noticiosa, y convengamos que el asunto es inquietante, no alcanzó a estallar en la decimotercera banca de la Catedral metropolitana. Estaba al interior de una mochila negra que recogió José Vega Arriagada, el custodio de turno. Luego que el 24 de julio de 2004 un loco decapitara ahí mismo al padre Faustino Gazziero apenas terminaba una prédica sobre el apóstol Santiago, los deanes del templo deambulan alertas. La bombaen cuestión consistía en un extintor con reloj, muy parecida a la que sí detonó en dependencias de COPESA, la empresa periodística dueña del diario La Tercera, días más tarde. Se supo también de otras por el estilo, pero ninguna pasó de romper vidrios. Por acá nadie quiere esas bombas, pero están lejos de constituir el gran dilema nacional.
El movimiento estudiantil –especialmente en sus primeros impulsos, porque a medida que la frustración crece, también aumenta su grisura–, lejos de plantearse amenazante, inauguró una fiesta civilizatoria. Ellos, y todo el resto de las marchas que han circulado, pusieron en órbita una pregunta que al cabo del tiempo podría traducirse como “¿qué sociedad queremos?”. Es uno de esos problemas que no se presentan con fuerza a cada rato. Siempre rondan, pero de pronto emergen. El tema brotó en medio de un mundo convulsionado y falto de respuestas robustas. No estamos solos en esta encrucijada. Únicamente para los cobardes o los enconados defensores del statu quo semejante ambiente de cuestionamiento puede significar una tragedia. Sin embargo, si las fuerzas políticas no son capaces de ver el lado virtuoso del proceso, corren el peligro de seguir transformando su savia en hiel.
Este jueves, los estudiantes vuelven a la calle. La oposición que reúne al centro y la izquierda está por presentar un proyecto de solución al conflicto educacional. Hay visos de acercamiento entre los estudiantes y grupos parlamentarios. “Visos”, digo, porque la desconfianza en el sistema político es tal, que estamos muy lejos de verlos abrazados. Camila Vallejo, junto con Giorgio Jackson los principales líderes del movimiento estudiantil, aseguró que aquellos a quienes representaba no sacrificarían la esencia de esta batalla que ya avanza hacia los 7 meses. No se ve fácil la solución. Es, mal que mal, un debate profundamente ideológico. Ideológico en el mejor sentido: ése que pone en controversia las maneras de ver el mundo e imaginar la sociedad. En estas tierras extremeñas, desde hace rato que tal disputa venía siendo postergada. La recuperación de la democracia convivió con el miedo a los desbordes, con el pavor a los desacuerdos, con la búsqueda constante de los consensos. Esa era terminó. Hoy, nadie salvo un puño de iluminados, habla de revoluciones, ni de volver a fundar el mundo desde cero. Pero los énfasis tienen un poder de transformación tan fuerte, como un pequeño giro de timón en un transatlántico que cruza el océano. La pregunta todavía sin respuesta, es cómo hacer para que este momento de vitalidad democrática y expresión de deseos respetables, en lugar de llevárselos el viento, hinchen velas en esta historia.
Hay 10 Comentarios
Por suerte el aborto en este pais es condenado, sea cual sea como este el bebe, es una vida que nadie debe interrumpir, cualquier interrupcion es sencillamente un asesinato.
Publicado por: Marcelo Naso | 21/03/2012 19:34:38
ya po Patricio saca otro columna!!! Están excelentes!
Publicado por: Diego Orrego | 24/11/2011 21:32:55
Como que hemos tenido 2 dictaduras, la de Pinochet y la de la Concertación, y digo la de la Concertación porque en casi 20 años no hubieron movimientos ciudadanos como los que estamos viendo ahora, como que ahora se destapó la olla, era una olla a presión donde se fueron juntando muchos problemas y desigualdades. Creo que está bien lo que está pasando, para tener una sociedad más justa es bueno saber lo que piensa la ciudadanía saber de los problemas que los están aquejando. Ahora en como van a terminar estos movimientos depende de muchos factores. La Concertación usa al movimiento estudiantil para beneficio propio, los dirigentes quieren una solución radical de un día para otro, la ciudadanía quiere soluciones y no violencia, el Gobierno quiere dar algunas soluciones ahora y otras en el tiempo para no perjudicar a otros sectores que también necesitan de soluciones. Como que ahora explotó esa olla a presión que se llenó, llenó y llenó durante muchos años. A nosotros los chilenos nos va a servir como lección lo que está pasando ahora en Europa, no dar y dar sin tener los respaldos necesarios. Estamos en un momento bueno en nuestro país a pesar de todo lo que está pasando en el resto del mundo, tenemos una democracia consolidada a pesar de los esfuerzos que hace la Oposición para que esto no sea así, como dice el Sr Fernández, ha aumentado la vida nocturna, donde uno va los restaurantes y están llenos, muchos espectáculos de topo tipo venidos de todas partes del mundo, cultura, etc. etc. todo mezclado con los movimientos estudiantiles y otros, delincuencia y droga, pobreza y marginalidad, injusticias sociales, etc. etc., pero a pesar de todo eso, puedes andar tranquilo por las calles, puedes ir a comer tranquilo a un restaurant, puedes asistir tranquilo a un espectáculo, Chile es un país que está en un proceso de cambios, cambios con los cuales habrá menos pobreza, menos injusticias sociales y menos diferencia entre unos y otros y espero que de todo este revoltijo de cosas salga finalmente lo que hemos buscado por tanto tiempo, un país más justo, libre y soberano y yo le agregaría otro ingrediente, con un respaldo económico solido y duradero.
Publicado por: Isabel | 18/11/2011 16:33:32
Como que hemos tenido 2 dictaduras, la de Pinochet y la de la Concertación, y digo la de la Concertación porque en casi 20 años no hubieron movimientos ciudadanos como los que estamos viendo ahora, como que ahora se destapó la olla, era una olla a presión donde se fueron juntando muchos problemas y desigualdades. Creo que está bien lo que está pasando, para tener una sociedad más justa es bueno saber lo que piensa la ciudadanía saber de los problemas que los están aquejando. Ahora en como van a terminar estos movimientos depende de muchos factores. La Concertación usa al movimiento estudiantil para beneficio propio, los dirigentes quieren una solución radical de un día para otro, la ciudadanía quiere soluciones y no violencia, el Gobierno quiere dar algunas soluciones ahora y otras en el tiempo para no perjudicar a otros sectores que también necesitan de soluciones. Como que ahora explotó esa olla a presión que se llenó, llenó y llenó durante muchos años. A nosotros los chilenos nos va a servir como lección lo que está pasando ahora en Europa, no dar y dar sin tener los respaldos necesarios. Estamos en un momento bueno en nuestro país a pesar de todo lo que está pasando en el resto del mundo, tenemos una democracia consolidada a pesar de los esfuerzos que hace la Oposición para que esto no sea así, como dice el Sr Fernández, ha aumentado la vida nocturna, donde uno va los restaurantes y están llenos, muchos espectáculos de topo tipo venidos de todas partes del mundo, cultura, etc. etc. todo mezclado con los movimientos estudiantiles y otros, delincuencia y droga, pobreza y marginalidad, injusticias sociales, etc. etc., pero a pesar de todo eso, puedes andar tranquilo por las calles, puedes ir a comer tranquilo a un restaurant, puedes asistir tranquilo a un espectáculo, Chile es un país que está en un proceso de cambios, cambios con los cuales habrá menos pobreza, menos injusticias sociales y menos diferencia entre unos y otros y espero que de todo este revoltijo de cosas salga finalmente lo que hemos buscado por tanto tiempo, un país más justo, libre y soberano y yo le agregaría otro ingrediente, con un respaldo económico solido y duradero.
Publicado por: Isabel | 18/11/2011 16:33:31
ALLENDE ESTÁ PRESENTE CAMARADAS! Y PARA ESTE GOBIERNO DE EMPRESARIOS, TODO DEPENDE DEL PRECIO DEL COBRE.
Publicado por: POROTOREBOLLEDO | 16/11/2011 6:32:19
Gracias Martín, Edgardo y Fran. Veamos cómo sigue el cuento.
Publicado por: Patricio Fernández | 16/11/2011 3:05:51
Excelente nota!!!
"Los cuentos de Fran Barrera"
Publicado por: Fran Barrera | 15/11/2011 23:09:31
Excelente nota!!!
"Los cuentos de Fran Barrera"
Publicado por: Fran Barrera | 15/11/2011 23:09:21
anoche decía a mi hermano que ya no se podía leer la prensa de Chile, porque está no me informaba de lo que ocurre allá. Vivo en europa desde hace mucho. El me propuso varios sitios, entre ellos The Clinic. Bueno, no creo tampoco que The clinic pueda ser una referencia tampoco, pero este Blog dice exactamente lo que conversamos con mi hermano que vive en Pto. Montt y se dedica al desarrollo durable. Yo por mi parte trabajo en terapia basada en la meditación tibetana. Y yo creo que a nuestro país le hacen falta esas dos cosas y sobre todo gente honesta.
Publicado por: edgardo | 15/11/2011 22:22:02
Notable tu articulo, asombro fundamentado luego de darme cuenta que eres uno o El fundador de The Clinic.
No conocía tu blog, tienes un fan mas!
Saludos y que tus palabras continúen fluyendo.
Publicado por: Martin Sandoval | 15/11/2011 21:09:55