Patricio Fernández

Sobre el autor

. Escritor y periodista. Director y fundador de la revista The Clinic y theclinic.cl. Además, se le puede escuchar todas las mañanas en radiozero.cl.

TWITTER

Patricio Fernández

Archivo

abril 2013

Lun. Mar. Mie. Jue. Vie. Sáb. Dom.
1 2 3 4 5 6 7
8 9 10 11 12 13 14
15 16 17 18 19 20 21
22 23 24 25 26 27 28
29 30          

Vean el Famoso Documental Pinochetista

Por: | 12 de junio de 2012

    En fin, el domingo pasado, los pinochetistas se reunieron a ver el premiado documental PINOCHET en el Teatro Caupolicán. Como narro en la entrada anterior a este blog, se trató de un homenaje al dictador y de un primer esfuerzo por aglutinar a sus seguidores huachos. Desde entonces, ex colaboradores suyos y partidarios de su régimen, como el actual vocero de gobierno Andrés Chadwick y el ex vocero de Pinochet, Alberto Cardemil, famoso por haber ocultado hasta altas horas de la noche, ese 4 de octubre de 1988, los resultados del plebiscito en que fue derrotado, han hecho público su arrepentimiento por haber sostenido un gobierno que transgredió tan brutalmente los derechos humanos.Algunos les creen, mientras otros ven ahí lágrimas de cocodrilo. Pero  esa es otra historia.

    Al evento llegaron en torno a las 1200 personas. Mucho menos de lo que se esperaba. Según sus organizadores, llegaron a vender 5000 entradas, pero la gente tuvo miedo de asistir. En las afueras del teatro, fueron en torno a los 2000 quienes se apersonaron para funar a los presentes. No alcanzó a librarse una batalla entre piquetes. Algunos, como el ex ministro de Pinochet, Alfonso Marquez de la Plata, recibieron empujones y escupos. Carabineros, sin embargo, se encargó de evitar los enfrentamientos.

    La jornada terminó con 64 detenidos (hoy todos libres), 22 civiles y 20 carabineros con heridas leves. Decenas de automóviles que estaban a la venta en una automotora de la zona terminaron con los parabrisas rotos y sus carrocerías abolladas, por la brutalidad del lumpen que se sumó a las protestas de la izquierda.

    En fin, para quienes tengan curiosidad, acá pueden encontrar como primicia el tan mentado documental. Lo que no muestra, es precisamente aquello que los contra manifestantes fueron a encararle a esas viudas y viudos de la dictadura de Augusto Pinochet.

VEANLO.

http://www.theclinic.cl/2012/06/12/exclusivo-el-polemico-documental-pinochet/

 

 

El Regreso de los Pinochetistas

Por: | 09 de junio de 2012

 

 

         Este domingo a las 11 a.m., en el Teatro Caupolicán, donde apretadas caben 7000 personas, será proyectado el documental PINOCHET, ganador, según relatan los organizadores del evento, del premio Hispania de Oro en un festival de cine de Miami, enteramente desconocido. El teniente en retiro Juan González, presidente de la Corporación 11 de Septiembre, viajó a recibir el galvano. Asumió esta responsabilidad, ha declarado, con orgullo y emoción. Nada más lejos de su estampa y sus modales que un milico autoritario. Don Juan González es un viejo amable, de ochenta y tantos años y cuerpo tembloroso, al que cuando habla de su general, se le llenan los ojos de lágrimas. Descarta absolutamente que durante la dictadura se hayan atropellado los derechos humanos. Su hermana Francisca, sin embargo, fue torturada y violada por los servicio de seguridad.

  

    Al escucharla contar la otra historia de los González, cuesta descifrar la mente de don Juan. Durante las últimas semanas, lo hemos visto dando entrevistas a quien quiera escuchar sus sentidas remembranzas de la dictadura, su crítica radical a todos los políticos, su defensa de los valores patrios, de orden y moralidad. El último y más “puro” reducto del alma pinochetista. Pero ahora resulta que su familia era de izquierda, amigos del ex presidente Salvador Allende, y que varios de sus miembros acabaron presos y desaparecidos. Su padre  aseguraba que le habían lavado el cerebro.  No podía explicarse de otra manera –según Kika, la hermana torturada- la actitud de su hijo. El asunto es que don Juan González hará las veces de anfitrión en este acto, donde, además del documental, será expuesta una pintura realizada sobre la sábana de un prisionero cubano.  Ellos le llaman “sudario”.

     A las finales, se trata de una concentración de pinochetistas. Un homenaje al dictador con miras a rescatar su herencia, a reconstituir filas y marcar algo de territorio, luego de tanta humillación y sometimiento. Parte del comité organizador está preso en la cárcel de Punta Peuco por haber comandado atropellos brutales; uno de ellos, el mayor Alvaro Corbalán, autor de varios de los crímenes más emblemático de ese período oscuro, meses atrás dio a conocer su última composición musical: Canción Por el Reencuentro.

 

     Los Pinochetistas están convencidos de que si el Partido Comunista saca un 5% en las votaciones, ellos no tendrían por qué obtener menos de un 10%. No sería raro que tuvieran razón. Para el plebiscito que terminó con la dictadura, un 44% de chilenos le brindó su apoyo al Capitán General. Sus representantes auténticos hoy se sienten traicionados por los políticos de derecha, salvo contadas excepciones. “A muchos de ellos los conocemos de cuando iban a cobrar los sueldos y poco menos que le lustraban los zapatos a mi general Pinochet. Dicen que no sabían nada de las torturas y ahora lo aceptan, porque escuchan a la izquierda”, reclama el teniente en retiro. Por eso barajan la posibilidad de llevar un candidato propio a las próximas elecciones presidenciales. Barajan el nombre del coronel Cristián Labbé, actual alcalde de la comuna de Providencia y, al igual que el cantante Corbalán, ex miembro de la CNI, la policía secreta del Capitán General.

  

    El acto de homenaje en el Caupolicán, tiene invitados extranjeros. Convidaron a Marine Le Pen, la ex candidata presidencial del Frente Nacional de Francia, y a Margaret Thatcher, quién se habría excusado por razones de salud. Lord David Montgomery, en cambio, estaría confirmado, y también el alcalde de Miami, Tomás Regalao. De España, podrían asistir el presidente del partido Fuerza Nueva, Miguel Méndez Pinar, y el director de la Fundación Francisco Franco, Jaime Alonso. “Están considerados dos congresistas estadounidenses y muchos cubanos anticastristas”, añaden.  De las figuras públicas chilenas que antaño rodearon a Augusto Pinochet, el domingo veremos cuáles aparecen. El gobierno de Sebastián Piñera ya expresó su desagrado con la actividad, a pesar de que buena parte de sus colaboradores más cercanos incluso viajaron a Londres para visitar al ex dictador, cuando fue detenido por orden del juez Garzón.

  

    Este sábado 9, a las 10 a.m., en el penal de Punta Peuco, los visitantes ilustres han sido convocados a una ceremonia ecuménica, en la que también habrá representantes de la iglesia católica, para compartir unos rezos con los ex agentes de los servicios de seguridad ahí detenidos, y a quienes los miembros de la Corporación 11 de Septiembre (fecha del Golpe de Estado), siguen considerando sus héroes.

     El evento ha provocado múltiples debates. Organizaciones de derechos humanos y militantes de partidos de izquierda interpusieron recursos en los tribunales solicitando que no se lo autorice. Lo consideran un ejercicio de agresión hacia las víctimas. La justicia, sin embargo, acaba de fallar rechazando sus recursos y autorizando el acto. Un fallo justo y necesario, aunque nada de agradable. ¿Por qué prohibirles reunirse? Desde ya, a mí me parece mejor tenerlos a la vista y saber quiénes son, dónde están y qué piensan de veras, en lugar de mantenerlos infiltrados, como una enfermedad que se ignora, en las distintas instancias del cuerpo social. Sería del todo ingenuo pretender que no existen, y de una hipocresía venenosa -tan chilena como los volcanes del sur, que de pronto estallan-, acallarlos si quieren hablar, o taparnos los oídos cuando griten. Pinochet, hay que reconocerlo, fue un tirano popular. 

         Pero hay razones más importantes aún para defender que se encuentren. Mientras duró su gobierno, hubo partidos políticos proscritos. Había un artículo de la Constitución de 1980 que prohibía cualquier apología marxista. Los malos del mundo se llamaban Marxistas-leninistas. El derecho de reunión estuvo suspendido por años. Pero el juego de la democracia no funciona con esas reglas. De hecho, si las mayorías eligieran suspenderla, no habría sino que acatar democráticamente la estupidez reinante. Otra cosa, por cierto, es cualquier invitación explícita al crimen y la violencia.

         No se sabe cuánta gente llegará el domingo en la mañana, a la misma hora en que todas las iglesias tienen misa, al ya viejo Teatro Caupolicán, escenario de espectáculos memorables y de famosas peleas de box. Hasta ayer, contabilizaban cerca de 2000 entradas vendidas. Es de suponer que a partir de cierto momento, comenzarán a regalarlas. Puedo adelantar el tipo de público que asistirá. Los pinochetistas adinerados no irán por ningún motivo. No se mezclan con estos miembros de la “familia militar”, como la llaman sus parientes, ni con esas mujeres con exceso de maquillaje, garabateras y exaltadas, que esperaron la muerte del general en las puertas del hospital hasta reventar en llantos histéricos, y que tantas veces lo salieron a defender con pancartas, puñetes y alaridos, cuando los izquierdistas del mundo intentaron ofenderlo. Hay un tipo de mujeres que se volvían locas por Pinocho. Se fascinaban con sus ojitos claros y esa cosa de macho cabrío que suele emanar de los dictadores. Alguna vez las hubo entre la alta burguesía, pero las que se han mantenido descaradamente fieles pertenecen más bien a la clase media y media baja. Habrá oficiales en retiro que llegarán con sus chaquetas de tweed, y es de imaginar que también más de alguno de sus descendientes, herederos de la furia anti comunista. Hoy cuesta encontrarlos en la calle, pero basta salir a dar una vuelta por la web para topárselos a cada rato. Casi nunca postéan con sus nombres verdaderos. Escondidos en chapas poco ingeniosas, le dan rienda suelta a la barbarie. ¿Por qué será? ¿Acaso se saben culpables?

  

         Distintos grupos, de la otra punta del arco, convocaron a una funa en las puertas del teatro. No dejarán pasar la ocasión de manifestarle su desprecio a quienes, en muchos casos, fueron cómplices de sus propios verdugos, o de aquellos que mataron a sus padres. Irán representantes de las organizaciones de derechos humanos,  militantes de izquierda, estudiantes revolucionarios y, como suele suceder en estas manifestaciones, grupos del lumpen, que más allá de cualquier convicción, están poseídos por la violencia. No es arriesgado apostar que se avecina una batalla campal. Los mantendré al tanto.

  Articles-59566_archivo

 Más informaciones acá:

 

 

 

 

El País

EDICIONES EL PAIS, S.L. - Miguel Yuste 40 – 28037 – Madrid [España] | Aviso Legal