El gran libro sobre la Gioconda

Por: | 08 de febrero de 2012

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Que en 1503 Leonardo empezó a pintar la Mona Lisa en una madera de chopo de 73 x 53 centímetros. Que monna es una abreviación de madonna. Que se le cayó una ene por influencia inglesa.

Que Lisa Gherardini nació el 15 de junio de 1479 y se casó con Francesco del Giocondo cuando ella tenía 16 años y él, 19 más. Que había tenido tres hijos cuando la pintó Leonardo. Que uno de ellos había muerto ya.

Que en 1750 se exhibieron en París los 110 mejores objetos de la Colección Real y la Gioconda no estaba entre ellos.

Que el retrato ingresó en las colecciones del Louvre en 1797, cuando el museo llevaba cuatro años abierto.

Que Napoleón se lo llevó una temporada para colgarla en su dormitorio.

Que hasta 1800 la obra más famosa de Leonardo era La última cena porque era la más reproducida en grabados.

Que la fama de la Gioconda es un invento romántico. Estaba en el lugar oportuno en el momento oportuno: París, la capital del siglo XIX. Un tiempo burgués que se miraba en el espejo de otro tiempo burgués: el Renacimiento. Que Théophile Gautier convirtió a Lisa en prototipo de mujer misteriosa.

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Que el 21 de agosto de 1911 Vicenzo Perugia, antiguo empleado del Louvre, robó el cuadro. Que el ladrón hubiera preferido un mantegna pero era demasiado grande.

Que la gente hizo cola para ver el hueco en la pared y la obra fue reproducida, como ninguna otra antes, en las portadas de los periódicos (alguno usó el color por primera vez para la ocasión). Que Kafka estaba en París y visitó el Louvre. Que Picasso y Apollinaire fueron acusados del robo (Fernando Colomo está rodando una película sobre el caso. La banda de Picasso se titula). Que ese robo fue decisivo para que la Gioconda se convirtiera definitivamente en el cuadro más famoso del mundo. Que la tabla fue recuperada en Florencia cuando Perugia intentaba venderla a un anticuario.

Que en 2000 una encuesta realizada en Italia la eligió como la “pintura más conocida del mundo” muy por delante de Los girasoles de Van Gogh; La primavera de Botticelli y El grito de Munch.

Que los visitantes del Louvre pasan una media de un minuto delante del cuadro. Que en ese museo hay cinco leonardos más.

Que en 1963 Jackie Kennedy terció para que, contra el parecer de los expertos del Louvre, Francia prestara la tabla a EEUU. Que fue exhibida en Nueva York y Washington durante dos meses. Que lo vieron 1.600.000 personas. Que tocaban a cuatro segundos por cabeza.

Que llevaron el cuadro a Japón en 1974. Que ese fue su último viaje.

Que ahora se expone en un vitrina especial protegida por dos vidrios antibala trilaminados y separados entre sí por 25 centímetros.

Que André Malraux dijo que los museos no se limitan a exponer obras maestras sino que las crean.

Que hay una copia en el Museo del Prado.

SassoonTodas esas cosas –y lo más importante, sus respectivos porqués- las cuenta Donald Sassoon (a la izquierda) en Mona Lisa. Historia de la pintura más famosa del mundo (Crítica, 2007. Traducción de Antonio-Prometeo Moya). Nacido en El Cairo, formado en medio mundo, discípulo de Eric Hobsbawm y profesor en Londres, el propio Sassoon -que el mes pasado estuvo en la Fundación Mapfre de Madrid- hizo una versión muy ilustrada de su libro: Leonardo y la Mona Lisa. La historia del mayor enigma del arte (Electa, 2007). Tiene el texto estrictamente necesario (traducido por Ignacio Gómez Calvo), cientos de fotos y todas las giocondas posibles: de Duchamp, Warhol o Dalí.

Los libros sobe la Gioconda son todo un género. Vasari biografíó al artista (y “maestro de aguas”) de Vinci; Freud y Paul Valéry escribieron ensayos sobre su figura; Charles Nicholl culminó una de sus biografías más completas y Martin Kemp, algunos de los estudios más amenos sobre su obra. Además, Roberto Zapperi relanzó hace tres años la teoría de que Mona Lisa no era Lisa Gherardini, la mujer de Giocondo, sino Pacifica Brandani, amante de Giuliano de Medici. Todos están disponibles en español porque hasta con los traductores ha tenido suerte la enigmática tabla. Si el novelista Antonio-Prometeo Moya tradujo a Sasoon, el crítico Rafael Conte (con Encarna Castejón) se ocupó de Valéry y el historiador argentino José Emilio Burucúa (con Nicolás Kwiatkowski), de Zapperi.

NOTA FINAL EN PRIMERA PERSONA. En 2007, con el libro de Sassoon en el boslillo, viajé a Florencia, a Vinci y –a pie desde Greve in Chianti- a la villa que fue de los Gherardini porque se habla de ella en uno de los ensayos de Kemp. Ahora es una bodega con habitaciones y Kenneth Branagh rodó allí Mucho ruido y pocas nueces. En la recepción cuelga una foto del rodaje, pero a la gente que trabaja en la finca la película les impresiona tan poco como su ilustre pasado leonardesco. Les preocupan sus uvas.  Al volver escribí un reportaje que empezó titulándose Leonardo da Vinci: siga la flecha y terminó llamándose Leonardo y su curiosidad infinita. En él se recordaba que el tinto de reserva de Villa Vignamaggio  se llama Mona Lisa.

Hay 11 Comentarios

¿qué pintura es lo que es por estar en dónde está?
¿dónde está la dama del armiño?

Hijo de una sirvienta, anarquista, presidiario, empleado de una tienda, marinero y finalmente aristócrata, Valfierno parece un caso grave de disociación. Finalmente, como ocurre en las intrigas policiales, los hechos que aparecen en la superficie encubren un desenlace sorpresivo: el robo de la obra de Leonardo no es el fin sino el medio de implementar el verdadero plan. Aunque esa circunstancia sea desconocida para la mayoría de los lectores, Caparrós no insiste demasiado al respecto. En vez del suceso, lo decisivo parece ser aquello que pone de manifiesto, la aventura de alguien que “para hacer de una vida una obra de arte” debió recurrir a la falsificación.


http://www.pagina12.com.ar/diario/suplementos/libros/10-1387-2005-01-07.html

La Mona Lisa es como una novela interminable. Martín Caparrós escribió la suya. Se llama "Valfierno".

La novela se basa en un hecho real ocurrido en 1911: cuenta el robo del Museo del Louvre de París de La Gioconda, la obra más afamada de Leonardo Da Vinci, y el protagonista es un marginal argentino que se hacía llamar Conde de Valfierno.


http://www.pagina12.com.ar/diario/cultura/7-43701-2004-11-17.html

Puestos a corregir, simplemente por respeto, citen con corrección el nombre de Eric Hobsbawm

Excelente artículo, como todos los suyos, Javier. Siempre se aprende en cada uno de ellos, y la prosa es excelente.

Nada, hombre.

http://nelygarcia.wordpress.com. Queda patente que además de calidad toda obra de arte, requiere momento adecuado, episodios llamativos, línea preferida de la época y interés por parte de personajes importantes. Con todo ese coctel, la fama y el mito se dilatan.

Corregido, Manfredo. Gracias.

En El País no necesitáis un corrector? Con todo el respeto, pero cada vez las erratas son más frecuentes.
No lo entiendo, eran menos frecuentes en los tiempos del papel impreso.

Botticelli, no " Boticelli".
Y hoy ya va uno.

menos mal que Leonardo no nacio en Inglaterra: http://acartoonaday.blogspot.com/2011/02/english-monalisa.html

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Sobre el blog

Como dios y el diablo viven en los detalles, en la letra pequeña de los contratos están los matices. Este blog habla de literatura desde esa perspectiva. A pie de página. Sin gritar demasiado.

Sobre el autor

Javier Rodríguez Marcos

estudió filología, trabaja como periodista y es miope. Pero sigue leyendo. Forma parte del área de cultura del diario EL PAÍS y ha publicado media docena de libros, alguno incluso de poesía. De tener una teoría, podría resumirse en este viejo tuit de don Quijote: "Más vale un diente que un diamante".

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