¿Qué leen los Gabilondo?

Por: | 24 de febrero de 2012

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Ángel Gabilondo acaba de publicar el ensayo Darse a la lectura (RBA). Con ese motivo -y días antes de viajar a presentar el libro en Barcelona ayer- se reunió con su hermano Iñaki para hablar del acto de leer y, por supuesto, de libros: de los que habían marcado su vida y de los que están leyendo ahora. La sección de Cultura de EL PAÍS publica hoy la parte más extensa de aquella conversación. Aquí se reproduce la que quedó fuera por motivos de espacio, la que trata de autores y títulos concretos.

P. Hablando de la intimidad que un lector puede llegar a desarrollar con un autor, en Darse a la lectura se cita a Gadamer, que decía que Platón había sido uno de sus mejores amigos aunque no hubieran coincidido en el tiempo. ¿Cuáles han sido sus mejores amigos en ese sentido? ¿Cuál fue el primero?

GabilguillermoimagesCAM1E66KIñaki Gabilondo. El mío, Guillermo Brown. Como yo era hermano mayor de muchos, tenía hipertrofiado el sentido de la responsabilidad. No me podía permitir ser travieso y soñaba con serlo.

Ángel Gabilondo. A mí siempre me gustaron los libros que vinculaban el decir, el GabilDiogenesimagesCAEAZCIT hacer y el vivir. Si hago listas me salen muchos grecolatinos: Séneca, Marco Aurelio… Alguno dirá: qué cosa más extravagante, pero leyendo las Vidas de los filósofos, de Diógenes, entendía que tenía que haber una relación entre lo que uno dice y lo que uno hace, y que hacer es una forma de decir, que el verdadero ser de uno es obrar. Yo no sé leer muy bien novelas. No digo que no sean maravillosas, pero hay algo que me impide seguir la narración, se me olvida qué personaje es quién. Me gustan más la poesía, el ensayo, el cuento. Aunque siempre me ha gustado mucho Moby Dick.


I.G.
Yo ahora leo más poesía o ensayo, pero me han divertido mucho los libros que presentan la vida como se vive, con su desorden, como Jacques el fatalista, de Diderot, o Tristram Shandy, porque la mayoría de las novelas le dan a la vida un orden que no tiene. También me impactaron mucho los libros que me ayudaron a entender la realidad de la vida no real, aquella que no se puede ver o tocar, las ensoñaciones. En eso Juan Rulfo fue decisivo.

 

GabiEsclavitudimagesCAM4EKF9P. En Darse a la lectura hay un capítulo entero dedicado a la mesilla de Diosimages noche, ¿qué libro tienen en las suyas?

I. G. Uno que ha publicado La Catarata, La esclavitud en las Españas, de José Antonio Piqueras. Cuenta la historia de la esclavitud en la que participó España. Tiene mucho morbo periodístico porque menciona a familias bucaneras que se beneficiaron del tráfico de esclavos y ahora son grandes de España, marqueses actuales que son descendientes de traficantes de negros. También leo mucho a Chesterton. Y, últimamente, a Christopher Hitchens. De Hitchens leí hace tiempo Dios no es bueno, lo presté, ¡me lo devolvieron! y lo he vuelto a leer hace poco. También me gustó su recopilación de artículos y crónicas Amor, pobreza y guerra.

GabilPavicimagesCASZP3KAÁ. G. Yo ahora me estoy reciclando y tengo que ver si los griegos siguen siendo los griegos después de lo que le ha pasado a Grecia. Aparte de eso, estoy leyendo a Mirolad Pavic, Paisaje pintado con té. Está lleno de historias clásicas. De él han dicho que es el Borges serbio. Me gusta porque no acaba de hacer un relato cerrado, y me gusta que un libro me permita intervenir como lector componiéndolo yo.

 

 

Hay 7 Comentarios

Darse a la lectura de Gabilondo: tópicos y más tópicos. No aporta ninguna prueba. No son más que opiniones sin fundamento. Cuando se entere Víctor Moreno, lo despelleja (o deshoja), y con razón. ¡Vaya churro!

Olivo, Chesterton no sólo se convirtió al Catolicismo, sino que se hizo defensor de la ortodoxia. En la Inglaterra de los años veinte, podía haber sido ateo, agnóstico, deísta, o miembro de cualquier iglesia protestante sin ningún problema; sin embargo, eligió ser católico y polemizar contra los defensores del materialismo y contra los herederos de la Ilustración, es decir, contra la modernidad. No entiendo, pues, la comparación que haces. Además, ser católico consiste en estar bautizado y en la adhesión al símbolo de la fe (el Credo), y eso no ha cambiado desde Nicea. Si me dijeras que es mucho más duro ser cristiano en Pakistán (rezo por Asia Bibi) que en España, estaría de acuerdo.

César, ser católico en el Reino Unido en la época de Chesterton no tiene nada que ver con serlo en España en la actualidad.

Como tiene poco que ver ser del PP del País Vasco en 1990 con ser del PP en Castilla en 2012. Saludos.

Amplitud de miras. Me alegra que I.G sea un asiduo lector de uno de los escritores más profundamente católicos del siglo XX (y el que más ha polemizado a favor del catolicismo).

Fausto,
soy fácil de engañar, pero si te sirvo como testigo, creo "sinceramente" que los Gabilondo han leído los libros que citan aquí. Aunque no le pregunté a I.G. por el papel de Rushdie o el gen egoísta en el ensayo de Hitchens, creo que no "fingía". ¿Cómo lo notas tú? Por lo demás, esperemos que un catedrático universitario de filosofía haya leído a Diógenes.
Una curiosidad: ¿tú compras los libros que lees?, ¿lees los libros que compras? Muy interesante tu blog sobre la lectura infravalorada. No me cabe la menor duda de que han escuchado las canciones que cuelgas y leído a Kawabata.

A mi me hubiera gustado saber más si estas dos personas compran los libros que leen, leen los libros que compran, o si solo leen los libros que les regalan. También me parece necesario comprobar si son sinceros cuando afirman que leen algo o si sólo fingen que lo leen, pero no le preguntas eso a tu hermano en público si quieres llevarte bien con él. En general toda la conversación me parece un ejercicio de

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Sobre el blog

Como dios y el diablo viven en los detalles, en la letra pequeña de los contratos están los matices. Este blog habla de literatura desde esa perspectiva. A pie de página. Sin gritar demasiado.

Sobre el autor

Javier Rodríguez Marcos

estudió filología, trabaja como periodista y es miope. Pero sigue leyendo. Forma parte del área de cultura del diario EL PAÍS y ha publicado media docena de libros, alguno incluso de poesía. De tener una teoría, podría resumirse en este viejo tuit de don Quijote: "Más vale un diente que un diamante".

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