Huele a libro (digital)

Por: | 07 de junio de 2012

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Crónica de sociedad. ¿Se podría pasar la feria de Madrid rodeado de libros y de actos librescos pero sin pisar el Retiro? Se podría. Como pasa en las de ganado, las ferias del libro también generan sus márgenes festivos. No hay noria y hace tiempo que las churrerías fueron desterradas del Paseo de Coches, pero la buena cara del mal tiempo nunca falta cuando cierran las casetas. Mientras están abiertas el tema de conversación es: 1) los libros, faltaría más; 2) el calor; 3) y el “poco movimiento”. 3.1) Pero hay mucha gente ¿no? “Sí, pero, ¿cuántos llevan bolsa?” (la bolsa, por si hay que aclararlo, es la que lleva impreso el cartel de “la cita”, una especie de certificado portátil de que ha “hecho gasto”).

En directo desde Florida (Park). Tal vez sea la propuesta que falta –junto a un partido de fútbol entre solteros y casados o, mejor, entre escritores y críticos / editores y agentes / analógicos y digitales- para la futura feria: hacer allí las fiestas de las editoriales. Alfaguara (sello de PRISA, editor de este diario) lo hace desde hace dos años con su premio y es un éxito. En los Jardines de Cecilio Rodríguez se juntan escritores y pavos reales. Son fáciles de distinguir. También lo hizo Random House Mondadori en su día. Fue en el inefable –pero inefable-inefable- Florida Park y Ken Follett tocó el bajo. No sabemos si el hecho de que no se haya repetido allí tiene que ver con eso.

Los herejes (RHM contra DRM). La propia RHMondadori presentó en la librería Tipos Infames el portal de blogs El Sindicato (donde, por ejemplo, Andreu Jaume lleva tiempo reflexionando con agudeza sobre el futuro de la crítica) y RHMFlash, un sello exclusivamente digital de textos breves (léase, cuentos): 10.000 palabras por 1,49 euros. Claudio López-Lamadrid, responsable de la división literaria del grupo, explicó que le hubiera gustado que los textos hubieran salido sin DRM (sistema anticopia: eufemismo del inglés digital rights manegement, sistema de gestión de derechos) pero que los agentes de los escritores no estaban por la labor. Por su parte, David Trías, director literario de Plaza y Janés, confesó que ya no podría seguir diciendo que Plaza no publica cuentos. Avisados están. Si la unidad de medida musical ha pasado a ser la canción y no el disco –aunque no siempre- la unidad de medida de la ficción breve vuelve a ser el relato y no el libro. Al menos en el universo digital. ¿Quedará claro por fin que Los girasoles ciegos no es una novela? Y todo la misma semana que la propia RHM publicó en un solo tomo todos los cuentos de García Márquez. Sin novedades, con tapa dura. Casi un e-book.

Los creyentes (Superpapel contra Los Invasores). Ya habrán oído eso de que los libros huelen. Algunos más que otros. Uno de los que más que otros es Un oficio de locos (Ivorypress), que recoge las impagables conversaciones que Juan Cruz mantuvo con la plana mayor de la edición mundial (algunas se publicaron en este periódico). Parte de esa plana estuvo en la presentación del libro, un acto en el que Riccardo Cavallero -gran jefe de Mondadori Italia/España/América Latina- hizo de puente entre, para entendernos, los digitales y los analógicos.

Como le dijo con gracia Beatriz de Moura: “estoy absolutamente de acuerdo contigo… en parte, como siempre”, lo que ella misma tradujo como que había vendido parte de Tusquets a Planeta para estar a la altura del reto electrónico. “En esta nueva era de lo digital, el editor ya no venderá libros, sino que los prestará, como ocurre con las televisiones de pago…”, dice Cavallero en un volumen que es también puro tacto (tiene algo de códice). El coloquio fuera un canto de larga vida al libro y un lamento por el estado de apocalipsis periodístico que despierta su futuro de celulosa. Por eso Jorge Herralde recordó: “Parece que antes que los editores se acaban los periodistas ¿no?”. Pobre Juan Cruz, ha sido las dos cosas. Bueno, también es escritor: por ahí se libra.

¡Llamen a Seguridad: hay un poeta en la terraza! Bueno, más de uno. Fue en la terraza de La Casa Encendida y durante la presentación del premio de poesía joven de Radio Nacional de España. Si esto se hunde, el orden podría ser, nada más que para organizarnos: periodistas, editores y poetas (eso sí, las mujeres y los niños primero). La culpa de la masiva presencia de unos y otros (niños incluidos) en La Casa Encendida no tenía que ver con Bankia (dueña de la casa) sino con los temores de que los nuevos jefes de RTVE se lleven por delante el premio de poesía joven, la poesía joven y la poesía. Sería una pena porque la radio pública suele tratar muy bien la literatura. El libro ganador fue Mantener la cadena del frío, lo publica Pre-Textos y lo firman Ben Clark y Andrés Catalán. Si no se mantiene la cadena, por lo menos que no apaguen la radio.

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Fotografía: imagen tomada en la feria del libro de Madrid 2012 por Álvaro García.

 

 

Hay 1 Comentarios

Alfaguara (sello de PRISA, editor de este diario)? Gracias, los libros de alfaguara no se venden para kindle en Latinoamérica pero sí en USA. Gracias

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Sobre el blog

Como dios y el diablo viven en los detalles, en la letra pequeña de los contratos están los matices. Este blog habla de literatura desde esa perspectiva. A pie de página. Sin gritar demasiado.

Sobre el autor

Javier Rodríguez Marcos

estudió filología, trabaja como periodista y es miope. Pero sigue leyendo. Forma parte del área de cultura del diario EL PAÍS y ha publicado media docena de libros, alguno incluso de poesía. De tener una teoría, podría resumirse en este viejo tuit de don Quijote: "Más vale un diente que un diamante".

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