Martí i Pol, por ejemplo

Por: | 11 de septiembre de 2013

 

ELIONOR

Elionor tenía
catorce años y tres horas
cuando se puso a trabajar.
Estas cosas quedan
grabadas para siempre en la sangre.
Aún llevaba trenzas
y decía: "sí, señor" y "buenas tardes".
La gente la quería,
a Elionor, tan tierna,
y ella cantaba mientras
hacía correr la escoba.
Sin embargo, los años en la fábrica
se diluían en la opaca
grisura de las ventanas,
y al poco tiempo Elionor no habría
sabido decir de dónde le venían
las ganas de llorar
ni aquella irreprimible
sensación de soledad.
Las mujeres decían que lo que le pasaba
era que se hacía mayor y que esos males
se curaban casándose y teniendo hijos.
Elionor, de acuerdo con la muy sabia
predicción de las mujeres,
creció, se casó y tuvo hijos.
El mayor, que era una chica,
hacía apenas tres horas
que había cumplido los catorce años
cuando se puso a trabajar.
Aún llevaba trenzas
y decía: "sí, señor", y "buenas tardes".

Este año se cumplen 10 de la muerte de Miquel Martí i Pol, el autor de este poema, cuyo original dice:

L'ELIONOR

L'Elionor tenia / catorze anys i tres hores / quan va posar-se a treballar. / Aquestes coses queden / enregistrades a la sang per sempre. / Duia trenes encara / i deia: "sí, senyor" i "bones tardes". / La gent se l'estimava, / l’Elionor, tan tendra, / i ella cantava mentre / feia córrer l'escombra. / Els anys, però, a dins la fàbrica / es dilueixen en l'opaca / grisor de les finestres, / i al cap de poc l'Elionor no hauria  / pas sabut dir d'on li venien / les ganes de plorar / ni aquella irreprimible / sensació de  solitud. / Les dones deien que el que li passava / era que es feia gran i que aquells mals / es curaven casant-se i tenint criatures. / L'Elionor, d'acord amb la molt sàvia / predicció de les dones, / va créixer, es va casar i va tenir fills. / El gran, que era una noia, / feia tot just tres hores / que havia complert els catorze anys / quan va posar-se a treballar. / Encara duia trenes / i deia: "sí, senyor", i "bones tardes".

 “L’Elionor” forma parte del libro La fàbrica, de 1972. Martí i Pol sabía de qué hablaba porque él mismo fue obrero de la industria textil en Roda de Ter (Barcelona), el pueblo en el que había nacido en 1929. Tenía 14 años cuando empezó a trabajar allí.

Martí i Pol murió en noviembre de hace 10 años. Poco después de publicar el libro que contiene este poema le diagnosticaron una esclerosis múltiple. El dato sale en todas sus biografías, las mismas que dicen que era uno de los poetas más populares de Cataluña. (En el resto de España no lo es tanto y para mitigar esa injusticia la editorial Nórdica publicó hace unos meses una antología traducida por Adolfo García Ortega e ilustrada por Pep Monserrat).

Hoy es la Diada -¿quedaba alguien que no lo supiera?-, una de las más movidas de los últimos años. El tema daría para alguna disquisición de altura si no fuera porque esa palabra, Cataluña, para un lector mesetario de poesía está llena de maravillosos hallazgos de vuelo gallináceo: el de Martí i Pol, por ejemplo. Martí i Pol descubierto no en una antología sino en un disco de Kiko Veneno de 1977, Martí i Pol cantado por su amigo Lluís Llach, Marti i Pol por fin en un libro, en dos libros... Martí i Pol escribiendo sobre una muchacha de 14 años que entra a trabajar en una fábrica. Una de esas fábricas que son iguales en todas partes. Será por eso que Marx (no Groucho, Karl) decía que los obreros no tienen patria. Puede que el dueño de la fábrica no piense lo mismo. Puede incluso que Martí  i Pol no pensara lo mismo. Es lo que tiene la poesía.

 

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Así es. Y eso hace más culpables a quienes, con esos intermediarios y la invitación que suponen, conocen mal o no conocen la espléndida literatura de esa lengua. Y acaso ni siquiera saben que leer mínimamente bien a Ausiàs March es no sólo gozar de su admirabilísima poesía (y ya sería motivo más que bastante), sino poder leer mejor, por ejemplo, a Garcilaso; y por ahí, y dado lo que él tuvo de "padre y maestro mágico" para todo el Siglo de Oro, a tantos de nuestros mayores poetas clásicos. Ay.

Arto, Frank,
Hay muchos traductores del catalán al castellano a los que estar agradecidos: Justo Navarro, J. A. Goytisolo, Carlos Pujol, José María Valverde, Carlos Marzal, Jordi Virallonga, Andrés Sánchez Robayna, José Corredor Matheos, José María Micó, Juan Bonilla, Celina Alegre, Javier Cercas...

Quienes son unos fenómenos traduciendo poesía catalana son los hermanos Amador.

No, no somos los mejores.

No estoy seguro de comprender muy bien lo que dice "arto". Si lo que pretende señalar es que la labor en ese sentido, en el de las traducciones, hecha en Cataluña es impagable, no sólo estoy de acuerdo, sino que más debería decir aún. Qué admirable gente como Manent, por ejemplo, qué maravilloso traductor. O Pujol, o Valverde, o tantos. Digo lo mismo de la labor editorial: aún hoy, y no es exactamente como hace unos años, el gran centro editorial de España es Cataluña. Ahora bien, si el suyo es un planteamiento del tipo "somos los mejores", y pretende sugerir que no se hace buen trabajo en otros sitios, se equivoca radicalmente. Ha habido y hay, por fortuna, grandísimos traductores en el resto de España. Y qué decir de Hispanoamérica; para qué recordar el Whitman de Borges, o el Shakespeare de Mujica Láinez (su traducción de los Sonetos es de largo la mejor), o las prodigiosas de Poe, Yourcenar o Defoe de Cortázar..., y aún no he salido de Argentina. ¿Y Paz? ¿Y tantos más? El mundo, ni que sea sólo el mundo de habla española, es por fortuna muy grande.

El disco de 1977 en el que aparece el poema de Martí i Pol no era un disco en solitario de Kiko Veneno, sino del grupo Veneno, formado por el cantante y los hermanos Raimundo y Rafael Amador.
En cuanto a otros vuelos gallináceos: el contacto con toda la literatura universal que hemos tenido en castellano gracias a la traducciones hechas por catalanes y por catalanas -y publicadas por editoriales catalanas. Quizás mucha gente no sepa que ha leído a Clara Janés, por ejemplo, aunque sea cierto que muy poca conoce su poesía. Puede que menos que la de Martí i Pol.

Yo lo conocí por Kiko Veneno. Muy bien traído aquí por Javier Rodríguez, por cierto. Luego pasé cinco veranos en la provincia de Lérida recogiendo fruta y me asombró muchísimo que allí todo el mundo le conocía. Los primeros culpables de nuestra ignorancia somos nosotros, pero no lo somos del todo. Ni Cataluña ha querido o sabido darle a conocer ni en el resto de España se ha hecho lo mínimo tampoco. Qué se yo. Una entrada en Informe Semanal a su muerte, por ejemplo, o la mitad de lo que se hizo a la muerte de José Hierro, que tampoco es que fuese para tirar cohetes. En cuanto a que los obreros no tienen patria... que se lo pregunten a los independentistas de la diada de hoy. Lo que no tiene patria es el capital, y menos aún hoy en día. Me ha encantado la entrada.

De nada; sólo pretendía hacer constar que, aunque menos conocido de lo que debiera, MMP no era, y ya desde hace años, enteramente desconocido para los lectores de lengua castellana. Ojalá se le conociera más, eso sí. Gracias a ti por contribuir a hacerlo posible.

Frank, si lo da a entender ha sido una torpeza. Lumen y DVD ediciones también tuvieron sus libros de Martí i Pol. Ya no son fáciles de encontrar. El de Nórdica es solo el más reciente. Gracias por el apunte de Ajimez.

El artículo parecería dar a entender que antes de esa meritoria antología de Nórdica no hubo nada o casi nada en castellano. Tengo a la vista la antología bilingüe "Lo dejo todo", publicada por Ajimez Libros en Noviembre de 2001, aún en vida del autor (fallecido en 2003). Tuve ocasión de verle personalmente, en la presentación de dicha antología, ya gravemente enfermo, aunque no falto de ánimo.

¡Que maravilla de poeta y persona! Al mismo tiempo, el derecho de que sea conocido en castellano es otro gran premio,gracias a todos que lo han hecho posible.

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Sobre el blog

Como dios y el diablo viven en los detalles, en la letra pequeña de los contratos están los matices. Este blog habla de literatura desde esa perspectiva. A pie de página. Sin gritar demasiado.

Sobre el autor

Javier Rodríguez Marcos

estudió filología, trabaja como periodista y es miope. Pero sigue leyendo. Forma parte del área de cultura del diario EL PAÍS y ha publicado media docena de libros, alguno incluso de poesía. De tener una teoría, podría resumirse en este viejo tuit de don Quijote: "Más vale un diente que un diamante".

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