Antonio Machado, a la altura de las circunstancias

Por: | 22 de febrero de 2014

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Sabe esperar, aguarda que la marea fluya
—así en la costa un barco— sin que al partir te inquiete.
Todo el que aguarda sabe que la victoria es suya;
porque la vida es larga y el arte es un juguete.
Y si la vida es corta
y no llega la mar a tu galera,
aguarda sin partir y siempre espera,
que el arte es largo y, además, no importa.

Antonio Machado. “Consejos”. Campos de Castilla

El 19 de enero de 1939 Antonio Machado escribió una carta al general republicano Vicente Rojo para agradecerle el discurso en el que llamaba a los españoles de los dos bandos a resistir al fascismo. Dos días más tarde, el poeta, de 63 años, abandonaba Barcelona camino del exilio y de la muerte, que le llegó en Collioure el 22 de febrero, hoy hace 75 años. En aquella carta, el autor de Soledades utiliza palabras que pueden leerse como un autorretrato: “La suerte ha querido que en la más alta cumbre del ejército apareciese en su persona una representación integral de nuestra raza. No es poca fortuna para todos”. Dejando en el contexto de la época una retórica racial que hoy chirría un tanto, Rojo representa para Machado a todos los que, contra viento y marea, decidieron cumplir con su deber y con el juramento de respetar la ley, aquella contra la que se levantó el general Franco.

Para su desgracia y para nuestra fortuna, también Antonio Machado representa bien la España quebrada en el 39. “Es más difícil estar a la altura de las circunstancias que au dessus de la mêlée”, escribió en plena guerra en su Juan de Mairena, pese al carácter despeinado de sus anotaciones, uno de los grandes títulos de la filosofía española del siglo XX. Él estuvo a la altura, como hombre y como escritor, y su tumba en Francia es el recordatorio del precio que paga por su decencia la gente decente. Tal vez por eso nunca debería moverse de allí, donde la fundación que lleva su nombre mantiene vivo su recuerdo, donde cada 22 de febrero los exiliados, los supervivientes, los vecinos y los alumnos de la universidad de Perpiñán -animados durante años por el impagable Jacques Issorel- celebran al poeta, leen sus versos y meriendan lo que cada uno se lleva de casa, sin mayor ceremonia, sin los disfraces de la oficialidad.

Hasta aquella tumba peregrinaron en 1959 los escritores de la generación del medio siglo. Jaime Gil de Biedma, Carlos Barral, Blas de otero, José Ángel Valente, José Manuel Caballero Bonald o Ángel González vieron en el autor de Campos de Castilla un referente ético y estético, un poeta civil que supo ser las dos cosas, poeta y cívico.

Simbolista y realista, elegíaco y materialista, descreído y enamorado, bueno en el buen sentido de la palabra bueno, en el sentido machadiano de la palabra bueno,  Antonio Machado estuvo a la altura de las circunstancias. Es posible que España, signifique eso lo que signifique, esté algún día a la altura de Antonio Machado.

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Más lecturas machadianas:

"Libro del verano". Del verano de 1936. Sobre Juan de Mairena, el 15-M, la política económica del Gobierno y los novedosos apedreando a los originales.

"Estos versos salvaron la vida a Machado". Sobre Campos de Castilla, Soria, tópicos, Serrat y Extremoduro.

 

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En la imagen, Paco Ibáñez, cantando en 2009 en el cementerio de Collioure (Francia), junto a la tumba de Antonio Machado. Foto: Agencia France Press

Hay 12 Comentarios

Hola, amigos. No estoy de acuerdo con el FANTASMA DEL DESPECHO, (perdón, del DESPACHO). Machado, ¿amargado y pobretón? Salvo la natural amargura de la pérdida de su esposa Leonor, que además llegó a superar, no me parece Machado un amargado. Ni siquiera por la derrota de la República con la que soñó. Su visión de España, en su momento, sí tenía un dejo de amargura, pero cuando uno lee y ve lo que era en realidad, le agradece a Machado que dentro de su visión realista le añadiera la música incomparable de sus palabras, que siempre mejoran bastante esa horrenda realidad, confirmada por el llamado alzamiento nacional de Franco y remachada con 40 años de ignominiosa dictadura. Y lo de pobretón, yo lo dejaría en pobre, que parece que siempre ha sintonizado con la condición de poeta. En cuanto a que fuera un gran hombre, pues sí, es muy subjetiva esa consideración. Para mí lo fue, pero no por capricho, sino por haber sido fiel a una causa, aunque fuese perdida y no haber tratado de buscar privilegios para él o su familia, mereciéndolo tal vez más que otros, al haber trabajado por la causa republicana. Bien podía haberse exiliado con buenos auxilios de Azaña o de Negrín, y no lo hizo. Para mí, pues, fue un hombre cabal además de un inmenso poeta.

Saludos a Francisco Tostón de la Calle por su hermoso soneto en memoria del gran poeta Antonio Machado.
Y también saludo a Isabel Linares por la referencia poética "...Caminante no hay camino, se hace camino al andar..." un poema que nunca he olvidado.

Creo que Machado es dos cosas: un maestrillo amargado y pobretón que fue fiel al odio a los privilegiados, más que a la República, y quizá el mejor poeta del castellano, con la posible excepción de Quevedo. Quizá un escritor vale lo que vale su obra; y en ese sentido, pocos rayarán a la altura del autor de "Campos de Castilla". No creo que Machado fuera un gran hombre, y creo que se pasmaría bastante de que los republicanos hicieran bandera de su cadáver. Fue un escritor extraordinario, y ya está. Claro está que ésta es mi opinión; la del vecino, será la que el vecino tenga; o quiera tener, que a veces no es lo mismo.

Caminante no hay camino,se hace camino al andar

Bendita España de Ortegas y Machados.....

Le cubre el polvo de un pais vecino. Gracias Antonio, gracias Joan Manuel

Don Antonio es lo que todo poeta debe ser -- un constructor de mundos espirituales e intelectuales, y por eso es por lo que lo recordamos, aparte de la belleza de muchos de sus versos. Todavía nos guía. ¡Quién no recuerda, para aplicarlo al momento, lo que escribió a la muerte de Giner de los Ríos!
Hacedme
Un duelo de labores y esperanzas...
Allí el maestro un día
soñaba un nuevo florecer de España.

Como nosotros hoy.
Gracias, Don Antonio.

Hola, amigos. Hace unos años visité la tumba de don Antonio, con mucha emoción y con mucha devoción. Como maestro, como admirador, como republicano y como discípulo de don Antonio, envío mi homenaje a alguien que siempre nos conmueve por su autenticidad, su honestidad y su palabra honda, certera y bella. Sin duda, uno de los grandes valores de España. Permítanme que les transcriba un soneto que le dediqué hace unos años.
A DON ANTONIO MACHADO
Al mar fuiste a morir, buen peregrino,
como río cegado, tras la guerra,
como barco encallado, pero en tierra,
cargado con la cruz de tu destino.
Tierra francesa, ligada a tu sino
por amor de su lengua y cuanto encierra
de patria hospitalaria, cuando yerra
la propia, echándote al camino.
Collioure y el mar, bastión y lejanía
para soñar de nuevo en el pasado,
ante el salto final al infinito.
Los sueños de la infancia en la bahía
retornan a brizar tu anhelo anclado,
acunando tu muerte, en suave rito.
Francisco Tostón de la Calle

Golpe a golpe,
verso a verso.

Una estrofa de Campos de Soria

no soy tan fan de Machado pero creo que Las ultimas lamentaciones de Abel Martin y La muerte de Abel Martin , son de lo mejor nunca escrito en nuestra lengua, solo por eso Machado merece la gloria
y porque fue consecuente, y valiente

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Sobre el blog

Como dios y el diablo viven en los detalles, en la letra pequeña de los contratos están los matices. Este blog habla de literatura desde esa perspectiva. A pie de página. Sin gritar demasiado.

Sobre el autor

Javier Rodríguez Marcos

estudió filología, trabaja como periodista y es miope. Pero sigue leyendo. Forma parte del área de cultura del diario EL PAÍS y ha publicado media docena de libros, alguno incluso de poesía. De tener una teoría, podría resumirse en este viejo tuit de don Quijote: "Más vale un diente que un diamante".

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