Letra Pequeña

Sobre el blog

Como dios y el diablo viven en los detalles, en la letra pequeña de los contratos están los matices. Este blog habla de literatura desde esa perspectiva. A pie de página. Sin gritar demasiado.

Sobre el autor

Javier Rodríguez Marcos

estudió filología, trabaja como periodista y es miope. Pero sigue leyendo. Forma parte del área de cultura del diario EL PAÍS y ha publicado media docena de libros, alguno incluso de poesía. De tener una teoría, podría resumirse en este viejo tuit de don Quijote: "Más vale un diente que un diamante".

Eskup

Mordzinski es un festival

Por: | 24 de marzo de 2014

Daniel Mordzinski es argentino y fotógrafo. Por lo primero vive en París. Por lo segundo, en un avión. Podría decirse que Mordinski es, adaptando el eslogan de este periódico, el fotógrafo global (en español). También podría decirse que Mordzinski es un festival, un festival literario.

DaniellibroComo en el chiste de japoneses: si hoy es lunes y tiene a Mordzinski al lado, está usted en un festival literario. Puede ser, como hoy mismo, la Bienal Vargas Llosa o, como hasta hace unas horas, el Salón del Libro de París, donde nuestro hombre ha presentado un libro dedicado a sus compatriotas argentinos. Puede ser el Festival de la Palabra de Puerto Rico o el Hay de Cartagena de Indias –los retratos que acompañan esta entrada pertenecen al último-, el Hay de Segovia o el Hay de Xalapa. Incluso el Hay de Hay (on-Way). Da la impresión de que a veces Daniel está en un festival y Mordzinski en otro.

Cuando un escritor llega a un encuentro de escritores, Mordinski ya está allí, y antes de que ese escritor sepa deletrear el apellido del fotógrafo, este ya lo ha metido en la bañera o en la cama o lo ha subido a una bicicleta, con ropa o sin ella, con un paraguas tapándole la cara o con una bombilla en la boca. Su autor las llama, con autoironía, fotinskis. Ni que decir tiene que hay autores que no pasarán a la historia de la literatura pero es posible que pasen, vía retratinski, a la de la fotografía.

 

 

 

Danielpiglia

Ricardo Piglia

Danieljuangabriel

Juan Gabriel Vásquez

Danielpreciado

Virginie Despentes y Beatriz Preciado

Seguir leyendo »

Día internacional de los poetas muertos

Por: | 21 de marzo de 2014

MutisPeticionImagen
Hoy es el día internacional de la poesía y no sé si eso es una buena o una mala noticia. Lo que sé es que en lo que va de curso ha muerto un montón de poetas antológicos en lengua castellana: Álvaro Mutis, Juan Gelman, José Emilio Pacheco, Juan Luis y Leopoldo María Panero, Fernando Ortiz, Félix Grande, Ana María Moix...

MutisLibroEsta tarde la Casa de América de Madrid rendirá homenaje a los tres primeros y si me disculpan la primera persona les diré que para mí pensar en Mutis es también un poco pensar en Ana María Moix. ¿Por qué? Porque ella dirigió muy a finales de los años 90 del, dicen, siglo pasado, una inolvidable colección de libros de poesía en formato CD, para entendernos, baratos, estupendos. Nunca se lo agradeceremos lo suficiente. Allí, entre Neruda, Lorca, Atxaga, Gamoneda o Bellesi estaba Álvaro Mutis, en una selección preparada por Enrique Turpin. En esa antología estaba la “Balada imprecatoria contra los listos” que puede leerse al final de esta nota. Si me permiten la primera persona, les diré que Ana María Moix y yo teníamos una amiga en común (yo la sigo teniendo) y que cuando esa amiga pasó por un momento nefasto en el trabajo, Ana Moix le envió ese poema fotocopiado, dentro de un sobre. Así se mandaban antes los poemas. Ahora se mandan por correo electrónico o se cuelgan en la entrada de un blog. El efecto es el mismo. Para que luego digan que la poesía es inútil.

NOTA. Esta misma jornada, otros años: 2013. Día infernal de la poesía. 2012. Malas noticias para la poesía

 

BALADA IMPRECATORIA CONTRA LOS LISTOS

Ahí pasan los listos.
Siempre de prisa, alertas, husmeando
la más leve oportunidad de poner a prueba
sus talentos, sus mañas,
su destreza al parecer sin límites.
Vienen, van, se reúnen, discuten, parten.
Sonrientes regresan con renovadas fuerzas.
Piensan que han logrado convencer,
tornan a sonreír, nos ponen las manos
sobre los hombros, nos protegen, nos halagan,
despliegan diligentes su abanico de promesas
y de nuevo se esfuman como vinieron,
con su aura de inocencia satisfecha
que los denuncia a leguas.
Jamás aceptarán que a nadie persuadieron.
Porque cruzan por la vida
sin haber visto nada,
sin dudas ni perplejidades.
Su misma certeza los aniquila.
Pero, a su vez, también sus víctimas
suelen olvidarlos, confundirlos en la memoria
con otros listos, sus hermanos,
tan semejantes, tan de prisa siempre,
tratando de ocultar a todas luces
el exiguo torbellino que los alienta
a guisa de corazón.
Todo cuidado, toda prudencia,
de nada valen con ellos,
ni vienen a cuento.
Su efímera empresa, al final,
ningún daño logra hacernos.
Los listos, os lo aseguro, son inofensivos.
Es más, cuando me pregunto
adónde irán los listos cuando mueren,
me viene la sospecha de si el limbo
no fue creado también para acogerlos,
sosegarlos y permitirles rumiar,
por una eternidad prescrita desde lo alto,
la fútil madeja de su inocua cuquería.
Ignoremos a los listos y dejémoslos
transitar al margen de nuestros asuntos
y de nuestra natural compasión
a mejores fines destinada.
De los listos no habla el Sermón de la Montaña.
Esta advertencia del Señor debería bastarnos.

Álvaro Mutis

................

En la imagen, reunión en la Residencia de Estudiantes de Madrid de los poetas Álvaro Mutis (Colombia), Emilio Adolfo Westphalen (Perú) , Francisco Matos Paoli (Puerto Rico), Olga Orozco (Argentina) y Gonzalo Rojas (Chile). Foto de 1991 de Gorka Lejarcegi

Panero en el acorde último de las flautas

Por: | 15 de marzo de 2014

PaneroMagánPeticionImagenCA20V1O0

Porque todos llevamos dentro un niño muerto, llorando,
que espera también esta mañana, esta tarde como siempre
festejar con los Otros, los invisibles, los lejanos
algún día por fin su cumpleaños.

Leopoldo María Panero, “Pavane pour un enfant défunt”. Narciso en el acorde último de las flautas.

Después de pasar –y de hacer pasar- por todos los infiernos posibles, es difícil que Leopoldo María Panero, fallecido hace ya una semana, se instale en el limbo de los escritores, ese lugar al que van a parar muchos autores jaleados de vivos pero ignorados de muertos. Aunque parezca lo contrario, en su caso la poesía tenía más fieles que el poeta y eso garantiza su pervivencia.

PaneroNarcisobig_28236_2_9788494066689El editor Antonio Huerga cuenta que colgó una nota en Facebook el día que murió porque en el tanatorio de Las Palmas solo había tres personas. Poco cabe añadir sobre esa soledad. Huerga cuenta también que en Las Palmas y México ya hay programados homenajes y que “las cosas se mueven” en Madrid. Entretanto, las cenizas del poeta esperan su destino final. Como albacea del autor de Locos, el editor tiene en mente promover una fundación que “mantenga vivo su legado” y ponga orden en la enorme cantidad de obra que ha dejado dispersa. (Hace unos días, de hecho, apareció en Canarias una caja llena de manuscritos. Nada extraño en alguien que firmó varios libros en colaboración con otros poetas). Es cierto que Fundación Leopoldo María Panero suena más bien surrealista -por no hablar del hipotético patronato de la hipotética Fundación LMP-, pero tal vez sea una forma de separar definitivamente la leyenda y la obra.

Huerga dice asimismo que adelantará a la primavera el libro inédito Rosa enferma. Entretanto, está listo para distribuirse la reedición de Last River Together mientras se prepara El último hombre. Los dos forman parte de la serie en la que Huerga y Fierro se ha propuesto editar la obra de Panero título a título (Visor tiene en su catálogo la poesía reunida). El último en ver la luz fue, hace unos meses, Narciso en el acorde último de las flautas. Ese libro es importante porque era el favorito de su autor y uno de los más celebrados de su obra. Se publicó en 1979, toma su título la adaptación de un verso de Trakl –“Narciso de flautas en acordes finales”- y contiene uno de los poemas antológicos de Leopoldo María Panero. Porque todos llevamos dentro un niño muerto, dice.

Seguir leyendo »

Antonio Gamoneda transfigurado por Juan Carlos Mestre

Por: | 05 de marzo de 2014

MestreDibujo 1

“Es la hora de un crepúsculo en día no señalado. La visión de las techumbres enrojecidas es inseparable del color tardío de la ciudad soñada. Mi vida se resuelve en la vida de la ciudad. Una herencia deslumbrada se entreteje con mis recuerdos; hay un poder comunal cuyos límites son bordes y fisuras de mis propios límites.

Crece la ciudad sobre los pastos invernales. Hacia los terraplenes del Torío, crece sobre las huellas del pastor. Los agrimensores alzan monedas cuyas leyendas fueron borradas por el óxido, tégulas abandonadas por las legiones de Galba, campanillas azules como las  venas  bajo  una  piel  amada.

Desde las carbonerías, la pobreza asciende a los edificios aptos para la proclamación del suicidio y los arroyos retroceden como las víboras ante el incendio. Es la pasión de las inmobiliarias. Como un monte, la melancolía crece en los pastos invernales”.(Antonio Gamoneda)

EL LUNES PASADO Juan Carlos Mestre, poeta y artista, leyó en Madrid este poema de Antonio Gamoneda. Lo hizo durante la presentación en el Centro de Arte Moderno de Madrid de Lapidario incompleto, un libro con 31 poemas de Gamoneda y 10 dibujos de Mestre publicado por el propio Centro en edición de 100 ejemplares.

Una versión de ese poema puede leerse en la tercera parte de Lápidas, publicado por la editorial Trieste en 1987. Fiel a su afán de reescritura, Gamoneda no ha dejado de volver a la mínima ocasión sobre sus textos. No es extraño que terminara por decir a Claudio Pérez Míguez, lo contó él mismo el lunes, que dejase de mandarle pruebas para cerrar por fin el nuevo Lapidario. De lo contrario todavía estaría reescribiéndolo.

Seguir leyendo »

El País

EDICIONES EL PAIS, S.L. - Miguel Yuste 40 – 28037 – Madrid [España] | Aviso Legal