Daniel Mordzinski es argentino y fotógrafo. Por lo primero vive en París. Por lo segundo, en un avión. Podría decirse que Mordinski es, adaptando el eslogan de este periódico, el fotógrafo global (en español). También podría decirse que Mordzinski es un festival, un festival literario.
Como en el chiste de japoneses: si hoy es lunes y tiene a Mordzinski al lado, está usted en un festival literario. Puede ser, como hoy mismo, la Bienal Vargas Llosa o, como hasta hace unas horas, el Salón del Libro de París, donde nuestro hombre ha presentado un libro dedicado a sus compatriotas argentinos. Puede ser el Festival de la Palabra de Puerto Rico o el Hay de Cartagena de Indias –los retratos que acompañan esta entrada pertenecen al último-, el Hay de Segovia o el Hay de Xalapa. Incluso el Hay de Hay (on-Way). Da la impresión de que a veces Daniel está en un festival y Mordzinski en otro.
Cuando un escritor llega a un encuentro de escritores, Mordinski ya está allí, y antes de que ese escritor sepa deletrear el apellido del fotógrafo, este ya lo ha metido en la bañera o en la cama o lo ha subido a una bicicleta, con ropa o sin ella, con un paraguas tapándole la cara o con una bombilla en la boca. Su autor las llama, con autoironía, fotinskis. Ni que decir tiene que hay autores que no pasarán a la historia de la literatura pero es posible que pasen, vía retratinski, a la de la fotografía.
Ricardo Piglia
Juan Gabriel Vásquez
Virginie Despentes y Beatriz Preciado
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