Lluis Bassets

Una carta de Norman

Por: | 02 de junio de 2007

Semana intensa en Madrid, ciudad abierta de pronto a todos los vientos del mundo. Ahí están, junto a la puerta de Alcalá, uno detrás de otro, los primeros ministros de Japón y de Holanda, el presidente de la República francesa y la secretaria de Estado norteamericana, quién da más. Por un momento parece que hemos olvidado a De Juana y a Fabra, a Miquel Sebastián y a Esperanza Aguirre, que los tufos de nuestro patio de vecinos se han volatilizado gracias una súbita bocanada de oxígeno. Esta semana hemos hablado del cambio climático y del escudo antimisiles, de la cooperación política mediterránea y de las reformas institucionales que hay que introducir en la Unión Europea. Pero por poco tiempo. Nosotros a lo nuestro, e incluso las cosas de fuera que pasan dentro debemos leerlas en estricta clave del pequeño mundo de nuestras miserias.

La política exterior nunca ha despertado grandes entusiasmos en España. No se vive tres siglos de espaldas a Europa en balde. Quedan siempre unos reflejos, unas reticencias y desconfianzas. Los tropismos hispánicos no buscan el aire libre, los grandes espacios, y nos conducen a la cocina y a los retretes, donde se respiran los aires enrarecidos. Franco consiguió la perfección en la práctica de esos vicios españoles. No había todavía jurisdicciones internacionales que disuadieran de viajar a ningún déspota, pero el dictador no salía fuera del territorio español (creo que fueron dos y muy cortos, uno para ver a Mussolini y otro a Oliveira Salazar los únicos desplazamientos que hizo). La ineptitud o el desinterés de nuestros políticos de primer nivel por los idiomas es otra buena muestra de esta cerrazón secular.

Se me dirá que todo esto ya es agua pasada. Pues a mí me suena a substrato muy vivo de nuestro presente. Apenas hay cuestión internacional capaz de inhibirnos de los porrazos domésticos. No es una cuestión de proporción, sino de exclusividad. Todavía recuerdo los reproches que tenía que oír Felipe González cuando dedicaba tiempo y energías a nuestros asuntos exteriores y en particular europeos, no tan exteriores por tanto: era escapismo, servía para no hablar del gal, filesa, malesa y time sport. Aznar le llamó pedigüeño cuando obtuvo el mayor paquete de fondos estructurales europeos de la historia, en una buena muestra de lo que puede llegar a ser el españolísimo orgullo. Esta semana Zapatero ha probado algo de este brebaje: ahí le tenemos hablando del ancho mundo para descansar por un momento de la enojosa derrota en Madrid o de la difícil geometría de alianzas en Navarra, y así esconder la cabeza bajo el ala de un resultado que sus regocijados adversarios quieren interpretar como anuncio de su futuro desalojo de la Moncloa.

Entre todos los reproches, brilla por su patetismo el que presentan a Zapatero y Moratinos como alumnos castigados de cara a la pared por la maestra Rice, digna y altiva, cargada de razón y de paciencia. Nunca una administración americana había sufrido una mayor erosión en su imagen internacional. Nunca la autoridad de la Casa Blanca se había visto más contestada y discutida. Nunca había sido más evidente la debilidad de un presidente cuyas ideas básicas en política exterior han quedado destruidas por la realidad demoledora. El intercambio de reproches sin contemplaciones entre Condi y Moratinos el viernes es también una buena muestra de cómo están las cosas: aquí y allí. Tiene derecho Rice a la franqueza. Moratinos creo yo que tiene además la obligación. Y que conste que, a mí personalmente, no me gusta la política española hacia Cuba y estoy más cerca de quienes creen que es demasiado condescendiente con el régimen castrista que lo contrario. Pero las lecturas de cartilla a estas alturas ni sirven ni valen. Preferiría que Estados Unidos fuera igual de exigente con Cuba de lo que lo es y ha sido con China, Arabia Saudí, Egipto, Jordania y Pakistán. O que lo hubiera sido con Rusia durante interminables años de idilio y de ceguera.

Entre toda la agitación periodística de la semana no quiero destacar ni un artículo ni una frase, sino una carta al director, que sale hoy mismo en El País y que no voy a direccionar con un enlace sino a reproducir directamente. Su autor, buen amigo mío, es un ciudadano norteamericano, profesor emérito de sociología de Georgetown (la misma universidad donde Aznar ha hecho de profesor invitado), excelente comentarista político, que sigue con atención la política europea y publica sus artículos en The Nation y en el mismo El País. Tiene 81 años, un dato que hay que tener en cuenta al leer el texto, que lleva a las mil maravillas, y tiene una conversación amena y aguda y un caústico sentido del humor. Le ví en Madrid el jueves y me anunció que mandaría la carta al director al día siguiente. Y dice así: “Al visitar España al mismo tiempo que nuestra distinguida secretaria de Estado, he quedado muy impresionado por su enérgica posición sobre los derechos humanos en Cuba (sin contar Guantánamo, por supuesto). Sin embargo, estoy seguro de que padezco dificultades de memoria, sin duda a causa de la edad. Sí recuerdo a su predecesor Alexander Haig declarar que el intento de golpe de Estado de febrero de 1981 era, simplemente, una cuestión interna española. Pero no puedo recordar el nombre del secretario de Estado norteamericano que visitó al generalísimo Franco, le planteó la cuestión de la libertad política, y que también se reunió con la oposición española al régimen falangista. Quizá algún lector pueda ayudarme”.

Hay 5 Comentarios

Muchos hemos pensado exactamente lo mismo que tú, Lluís, al leer la carta de Norman Birnbaun. Pero qué se ha creído esta señora para leernos a nosotros la cartilla en derechos humanos y apoyo a la democracia. Es increíble! A mi, como a tí, me parece que nos pasamos de blandos con Cuba, pero lo sí que me parecería digno de escándalo es que tuviéramos la misma política hacia Cuba que EEUU. Sólo faltaba! Con el récord que tiene EEUU en la región! Y otra cosa que dijo Rice: "no nos gustó cómo salió España de Irak". Pues a mí tampoco, la verdad, pero mucho menos me gustó cómo entró EEUU, cómo se quedó y creo que tampoco cómo va a salir. En fin, esta Princesa de la Guerra Fría, que parece sacada de un Flash Gordon, señora de Guántanamo, condesa de Abu Ghraib, y Duquesa de las "renditions", nos ha regañado! Y la verdad le ha hecho un enorme favor a Moratinos, que anda con la imagen un poco por lo suelos, porque ha ayudado a que los españoles nos sintamos más identificados con esta política exterior tan deshilachada (Vanguardia dixit) que tenemos. Debería venir más, la verdad.

Sr.Corbalan,soy Santiago,hoy con retraso le he contestado asu justa recriminacion a mi falta de exactitud en cuanto a las ideologias.La contestacion,esta en articulo de ayer,al lado de la suya.Gracias

La política exterior que está desarrollando España respecto a Cuba me parece mal explicada, y con principios poco claros, ya que no deberiamos hacer distinciones entre dictaduras. Anteriores gobiernos españoles han fracasado con su política de condescendencia con el dictador, (incluso Aznar fue de la mano del Rey y del dictador por las calles de La Habana sin chaqueta y sonriente) y a lo mejor, y ya metidos en la agonía del tirano, debieramos probar a endurecer un pelín nuestras blandas posturas.

Sin embargo lo que me sonroja, y me causa estupor, o directamente risa, es que la Secretaria de Estado norteamericana reprenda al gobierno español, y que el gobierno español en un acto de autoflagelación, se deje. No entiendo por que Zapatero quiere una una foto con Condoleeza, aun menos que un país que ha propagado dictaduras, desestabilizado gobiernos democráticos, y armado a fanáticos de todo tipo (que en algunos casos se han vuelto contra ellos mismos), y que además en política internacional han acuñado y aplicado la máxima de, con perdón pero la cita es exacta, "es un hijo de puta, pero es nuestro hijo de puta", se atrevan a aleccionar al resto sobre la ética en las Relaciones Internacionales.

El desinterés, o desconmocimiento de Zp en política internacional es lo único que explica que nos queramos hacer una foto con una Administración en las últimas, desprestigida, y sin margen de maniobra después de su histórico ridículo en Irak.

Depués del impulso ético y del firme cumplimiento de su promesa electoral de dejar esa locura llamada guerra de Irak, que tan fervorosamente apoyo Aznar, querer impulsar nuestra inexixtente política exterior con Condi, creo que es innecesario.

Guantanamo según Condoleezza le dijo a Milá, es una cadena perpetua (sin juicio) a presuntos terroristas?

Estado Unidos,solo considera en Europa como interlocutores,con personalidad propia,a Inglaterra,primero,por su mentalidad anglosajona,a Alemania,deudora de su ayuda en la postguerra y a Francia,por su propia personalidad.A España,la tiene incluida en los ellos llaman "miscelanous",es decir varios y variados.Soy un convencido que cuando la Rice habla con Javier Solana de la Union,tambien discute con el temas propios de España.A Moratinos,creo,le considera como a un asesor,con voz pero sin voto;como antes hizo con Palacios,aunque ahora se su amiga en Washington.Y Busch cuando el quiere,llama al Rey para charlar en plan amiguetes y pedirle su opinion .

Bush ,vista su dispersa personalidad,ayer mismo, ha vuelto a dejar a Merkel en su deseo de lograr algun acuerdo en el G8 sobre el calentamiento,con todo al aire

Por todo ello creo es urgente aprobar la miniconstitucion de Merkel y Sarkozy,para que la Union Europea tenga una sola voz,con todos sus matices,ante los Estados Unidos.

Los comentarios de esta entrada están cerrados.

TrackBack

URL del Trackback para esta entrada:
https://www.typepad.com/services/trackback/6a00d8341bfb1653ef00df351c867e8833

Listed below are links to weblogs that reference Una carta de Norman :

Sobre el autor

es periodista. Director adjunto y columnista de EL PAÍS. Tiene a su cargo la edición de Cataluña.

Eskup

Archivo

diciembre 2016

Lun. Mar. Mie. Jue. Vie. Sáb. Dom.
      1 2 3 4
5 6 7 8 9 10 11
12 13 14 15 16 17 18
19 20 21 22 23 24 25
26 27 28 29 30 31  

Mis libros

Cinc minuts abans de decidir

Cinc minuts abans de decidir

Enmig del vendaval independentista

Un llibre que explica, qüestiona i contextualitza com s’ha esdevingut, setmana a setmana, el canvi radical que els darrers quatre anys ha sotragat Catalunya. Des d’abans de la sentència del Tribunal Constitucional, fins avui, quan l’independentisme és en primer pla del debat polític i social.

L'any de la revolució

L'any de la revolució

Com els àrabs estan enderrocant els seus tirans

Crònica, anàlisi i atlas de les revoltes de la dignitat, que van conmocionar al món àrab durant 2011, amb referències i comentaris a tots els països on els joves van aixecar-se en protesta contra l'autoritarisme i les dictadures. Amb un nou epíleg per l'edició catalana.

El último que apague la luz

El último que apague la luz

Sobre la extinción del periodismo

Una reflexión sobre los últimos años de la industria de la prensa escrita, las dificultades para seguir haciendo periodismo de calidad y la indisoluble relación entre periodismo y democracia.

El año de la Revolución

El año de la Revolución

Cómo los árabes están derrocando a sus tiranos

Balance, atlas político y análisis de las causas de las revueltas de 2011, que han derrocado a cuatro dictadores, encendido enfrentamientos civiles y provocado reformas y convulsiones políticas en la entera geografía árabe.

¿AUN PODEMOS ENTENDERNOS?

¿Aun podemos entendernos?

Conversaciones sobre Cataluña, España y Europa
REIVINDICACION DE LA POLÍTICA

Reivindicación de la política

Veinte años de relaciones internacionales
La oca del señor Bush

La oca del señor Bush

Como la Casa Blanca ha destruido el orden internacional

Nube de tags

El País

EDICIONES EL PAIS, S.L. - Miguel Yuste 40 – 28037 – Madrid [España] | Aviso Legal