Lluis Bassets

Sobre el autor

es periodista. Director adjunto y columnista de EL PAÍS. Tiene a su cargo la edición de Cataluña.

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Mis libros

Cinc minuts abans de decidir

Cinc minuts abans de decidir

Enmig del vendaval independentista

Un llibre que explica, qüestiona i contextualitza com s’ha esdevingut, setmana a setmana, el canvi radical que els darrers quatre anys ha sotragat Catalunya. Des d’abans de la sentència del Tribunal Constitucional, fins avui, quan l’independentisme és en primer pla del debat polític i social.

L'any de la revolució

L'any de la revolució

Com els àrabs estan enderrocant els seus tirans

Crònica, anàlisi i atlas de les revoltes de la dignitat, que van conmocionar al món àrab durant 2011, amb referències i comentaris a tots els països on els joves van aixecar-se en protesta contra l'autoritarisme i les dictadures. Amb un nou epíleg per l'edició catalana.

El último que apague la luz

El último que apague la luz

Sobre la extinción del periodismo

Una reflexión sobre los últimos años de la industria de la prensa escrita, las dificultades para seguir haciendo periodismo de calidad y la indisoluble relación entre periodismo y democracia.

El año de la Revolución

El año de la Revolución

Cómo los árabes están derrocando a sus tiranos

Balance, atlas político y análisis de las causas de las revueltas de 2011, que han derrocado a cuatro dictadores, encendido enfrentamientos civiles y provocado reformas y convulsiones políticas en la entera geografía árabe.

¿AUN PODEMOS ENTENDERNOS?

¿Aun podemos entendernos?

Conversaciones sobre Cataluña, España y Europa
REIVINDICACION DE LA POLÍTICA

Reivindicación de la política

Veinte años de relaciones internacionales
La oca del señor Bush

La oca del señor Bush

Como la Casa Blanca ha destruido el orden internacional

Más sobre Bilal Hussein

Por: | 30 de noviembre de 2007

El juicio contra Bilal Hussein, el fotógrafo de Associated Press detenido en Bagdad desde hace 19 meses, está a punto de celebrarse en Bagdad, ante la Corte Central Criminal de Irak, establecida por Estados Unidos después de la invasión en 2003. Se trata de un tribunal que algunos juristas han calificado de rústico o rudimentario y otros de directamente inquisitorial. Quienes conocen la realidad iraquí aseguran que nada peor para un sunita como Hussein que comparecer ante un tribunal dominado por jueces chiítas. El ejército norteamericano le acusa de colaborar con los insurgentes y ha elaborado hasta nueve pruebas de tal colaboración. La empresa para la que estuvo trabajando durante dos años, y que difundió con su firma casi un millar de sus fotografías tomadas en Irak, ha contratado al abogado de Nueva York Paul Gardephe, de la firma Patterson Belknap Webb and Tyler, que ha viajado a Bagdad, se ha entrevistado con el detenido y con sus familiares, amigos y compañeros de trabajo y ha producido un informe de 46 páginas suficientemente elocuente sobre la debilidad de las acusaciones y la inocencia del periodista.

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Coalición de amedrentados

Por: | 29 de noviembre de 2007

Así como hubo una coalición de voluntarios, que arropó a Estados Unidos en la guerra de Irak, ahora hay una coalición de amedrentados que acompaña a la primera superpotencia en su intento de poner un poco de orden en Oriente Próximo. La primera comprometía fuerzas militares y voluntades políticas, hasta el punto de que quienes la apoyaron lo han ido pagando puntualmente ante sus electorados (el último, el Aznar australiano que es John Howard). La segunda ha obligado a los coaligados a trasladarse a la Escuela Naval de Annapolis, cerca de Washington, para prestar su apoyo y su rostro de figurantes de lujo a la foto opportunity que Bush ha querido hacerse con Ehud Olmert y Mahmud Abbas. Todos los actores de esta representación han acudido acuciados por el miedo. Cada uno de los tres protagonistas por sus miedos particulares: Bush, a un legado histórico vacío; Olmert, a un Israel asaltado por el dilema entre un país embarrado en un apartheid para los no judíos o un país ahogado por la inundación demográfica árabe; Abbas, a unos territorios palestinos gobernados por Hamás. Todos ellos, con los figurantes, por el miedo a Irán, la potencia regional nacida del error de Irak y que extiende sus tentáculos alrededor de Israel, en Gaza, Líbano, Siria y, por supuesto, el propio Irak chií. Si la coalición de voluntarios puenteaba a Naciones Unidas para atacar a Irak, preguntémonos por cierto a quién puentea la coalición de los amedrentados para una finalidad mucho más noble.

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El saque de honor de Bush

Por: | 28 de noviembre de 2007

Todavía no es un nuevo proceso de paz, siete años después de que muriera violentamente el proceso de Oslo. No estamos tampoco ante unas conversaciones abiertas en las que cada parte presenta sus posiciones y se intenta llegar a un acuerdo. No es ni siquiera una conferencia, a pesar de que sólo el poder inmenso que tiene el presidente de Estados Unidos, sea cuál sea su situación personal, permite reunir a una pléyade de gobernantes y dirigentes de tan alto nivel. Es una ceremonia en la que se escenifica el regreso a la palabra, y esto no es poco. Bajo el auspicio del presidente norteamericano, pero con los testigos más significados que hay ahora mismo en el planeta.

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Enterrar a los muertos

Por: | 27 de noviembre de 2007

Incluso la muerte, que a todos nos iguala, sirve para discriminar. No se cuentan igual los muertos de todos los bandos. También en la matanza en masa y en el genocidio hay clases. Descubro ahora, gracias al International Herald Tribune, diario con edición asiática, que la guerra de Corea, entre 1950 y 1953, fue también escenario de matanzas de civiles en masa, que una Comisión de la Verdad y de la Reconciliación ha calificado de “crímenes contra la humanidad”. "Aunque las atrocidades contra civiles fueron cometidas por los dos bandos -escribe el periodista del IHT, Choe Sang-hun- los que sufrieron los ataques de las fuerzas derechistas aliadas con Estados Unidos fueron forzadas al silencio". El periodista surcoreano cita 1.222 casos probables de matanzas en masa, de los que 215 cuentan con testigos que identifican la participación de fuerzas terretres o aéreas nortamericanas en las ejecuciones. Entre los civiles asesinados había en muchos casos niños y mujeres, y fueron contabiizadas como enemigos liquidados en represalia por el apoyo a las fuerzas comunistas del norte. Indagar en estos hechos, descubrir y excavar las fosas comunes, no es fácil en un país que ha preferido mirar hacia otro lado en relación a los horrores de aquella guerra, tanto en los tiempos en que sufría bajo una dictadura anticomunista como desde que recuperó la demoracia y las libertades.

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La última víctima de la guerra de Irak

Por: | 26 de noviembre de 2007

Precisamente ahora que empieza a mejorar la situación sobre el terreno, nadie quiere acordarse de la guerra de Irak en Estados Unidos. Todos, el presidente y los candidatos de los dos partidos, prefieren hablar de otros temas menos incómodos. Irán y la situación económica, por ejemplo. Irak incomoda a todos: a la administración responsable de este desastre porque ya no tiene remedio, con independencia de la mayor estabilidad y de la disminución de los atentados y ataques en el país árabe; a los candidatos porque saben que al final, sea cual sea su posición, tendrán que pechar con la dificil situación que van a heredar y prefieren sacarlo ya de la campaña electoral. El desgaste que ha producido esta guerra maldita ya es irreversible para Bush y su legado histórico y para el partido republicano, y su evocación sólo puede tener consecuencia perjudiciales para quien lo reivindique en el sentido que sea. La última prueba la ha proporcionado la última víctima, por ahora, de los efectos de la guerra. Es el primer ministro australiano, John Howard, el equivalente de un José María Aznar en las antípodas, que ha perdido de forma rotunda e incluso un punto vergonzosa las elecciones y el puesto de primer ministro, en justo pago a su incondicional apoyo a George Bush en su guerra contra el terrorismo, en su invasión de Irak y en su actitud hostil ante el protocolo de Kioto.

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La agonía presidencial

Por: | 23 de noviembre de 2007

El chiste de Bush hace ya tiempo que se hizo realidad: se han ido todos sus colaboradores y sólo quedan Laura y Barney, el perro. ¡Ah! Y el viejo tío excéntrico, el vicepresidente Dick Cheney, que sigue escondido en la buhardilla tramando nuevas bromas pesadas. Bush ya profetizó hace meses que al final sólo Barney se mantendría fiel. De momento los que le han ido abandonando han empezado a escribir sus recuerdos y a darlos a los editores. El último es Scott McClellan, que fue su jefe de prensa y ha soltado este párrafo envenenado del libro que saldrá en abril: "El dirigente más poderoso del mundo me había pedido que hablara en su nombre y ayudara a restaurar la credibilidad que había perdido por el fiasco de las armas de destrucción masiva en Irak. Así que me planté en la sala de prensa de la Casa Blanca durante dos semanas y exoneré públicamente a dos de los asesores más influyentes: Karl Rove y Scooter Libby. Pero había un problema. No era verdad. Había pasado información falsa sin saberlo. Y cinco de los funcionarios de mayor rango en la Administración estaban implicados: Rove, Libby, el vicepresidente, el jefe de gabinete del presidente y el propio presidente".

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El mito de la huelga general

Por: | 22 de noviembre de 2007

El mariscal tenía el entero dibujo de la batalla en su cabeza. Había que darla y pronto, antes de perder las últimas energías del periodo de gracia. Y darla entera, conseguir que el enemigo metiera todas sus tropas en el combate, para que fuera definitiva. Sería decisivo unificar a un adversario tan heterogéneo, no para regalarle la fuerza que no tiene, al contrario, para darle la ilusión de que tiene mucha más. Una tropa tan variada y cansada, ciertamente numerosa y acostumbrada a estos combates, podía constituir un peligro en una guerra de guerrillas dedicada al desgaste invernal. Una vez instalada la ilusión de que ésta podía ser una batalla definitiva, esos ejércitos en retirada podían meterse en la trampa con alegría y docilidad, alentados por los frescos ímpetus de su ala más radical. Están en retirada y por un momento pueden creer lo contrario. ¡Ahora o nunca!

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Bilal Hussein, testigo molesto

Por: | 21 de noviembre de 2007

¿Por qué llegaba el fotógrafo el primero? Porque era un buen periodista y un buen fotógrafo, y por eso le dieron el premio Pulitzer en 2005 por la cobertura que hizo, con el equipo de Associated Press de la batalla de Faluja. Esas fotos ocuparon las primeras páginas de los periódicos y se cuentan entre los documentos célebres de la guerra de Irak. Lo detuvieron en abril de 2006 y ha permanecido sin cargo alguno hasta ahora, en que le han tirado encima la acusación que se esperaba: que estaba conectado con la insurgencia y llegaba antes de que se produjeran los ataques. Han sacado ahora las pruebas, año y medio después de su detención y dos años después de las fotos. Dicen que tenía propaganda insurgente y un trozo de bomba. Pero éstas son pésimas pruebas: cualquiera tiene trozos de bomba en Irak, restos de la basura mortal que ha caído sobre sus casas y sus familias desde 2003, y cualquiera tiene panfletos de un grupo insurgente u otro. Y si no los tiene se los puede meter en su casa el militar norteamericano que va a detenerlo. La prueba de verdad es la foto. Molestan los testigos incómodos. Fotógrafos valientes y bien informados que conocen el país y saben dónde obtener las fotos que luego darán la vuelta al mundo. Periodistas que lleguen al lugar de los hechos antes de que se produzcan. Molestan las 900 fotos que mandó a su agencia AP mientras pudo circular libremente.

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Convergencia de sistemas

Por: | 20 de noviembre de 2007

En las últimas décadas del comunismo llegó a apuntarse la teoría, o quizás el espejismo, de que los dos sistemas que habían dividido el siglo XX, el capitalismo y el socialismo, iban a converger en forma de un capitalismo socialdemócrata o de un socialismo liberalizado. Eran especulaciones que tenían que ver con la realidad lo que un huevo con una castaña, como pronto se vio. Reagan le dijo la frase famosa a Gorbachev: tire usted este muro. Gorbachev a Honecker: la vida castiga a quien llega tarde. Y luego se esfumó la convergencia de sistemas, que significaba aprovechar los mejor de cada uno, y apareció en el horizonte el dibujo de algo nuevo, menos evanescente, que es en lo que ahora estamos, una convergencia de otro tipo, que para China se ha formulado en forma de chiste macabro: se trata de juntar lo peor del socialismo y lo peor del capitalismo. El régimen chino va en cabeza en la carrera, sobre todo por su esfuerzo genuino, el volumen de su economía y el éxito de su capitalismo. Pero Rusia, Irán, Venezuela, o las monarquías riquísimas de Arabia recorren una senda similar. Nada de reformar el capitalismo: mejor adaptar al libre mercado los despotismos del tipo que sea. Libertad, sí, pero sólo para el dinero, no para las personas.

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La libertad sacrificada

Por: | 19 de noviembre de 2007

Ya nos advirtieron después del 11-S. Había que sacrificar libertad para aumentar la seguridad. Y en buena parte así ha sido: ha disminuido la libertad, sin duda, y sobre todo para algunos. No tengo muy claro que haya servido para mejorar la seguridad. Me temo incluso, a la vista de los resultados, que detrás de la ecuación hay una falacia, y detrás de la falacia una trampa de los enemigos de la libertad de todo signo. A quienes quieren reducir nuestras libertades les conviene esta ecuación de suma cero, de forma que cuanto más aumenta la seguridad menos libertad tenemos, y cuanta más libertad se nos da más miedo se nos mete en el cuerpo por la pérdida de la seguridad que se nos exhibe. Estas ideas vienen apoyadas por ideas extremas y contrarias: así lo ve cierta derecha radical, que sólo encuentra remedios autoritarios a los problemas sociales y políticos, y así lo ve también el terrorismo nihilista, que quiere liquidar nuestras libertades obligándonos a que renunciemos a nuestros valores liberales y que adoptemos su misma moral cínica y violenta. Unos piden poderes excepcionales para combatir el terrorismo y los terroristas realizan atentados para que se instalen poderes excepcionales que igualen a nuestras sociedades con los ideales nefastos que ellos propugnan.

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El País

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