Lluis Bassets

Bajo el signo de Dios y de la Santa Corona

Por: | 20 de abril de 2011

Esto es Europa. Y es el siglo XXI. Pero la Constitución que ha aprobado el parlamento húngaro parece salida del XIX, e incluso de los turbulentos y nacionalistas años 20 como más cerca. La división y el equilibrio de poderes, el respeto de las minorías, la nación política de ciudadanos iguales han sido sustituidos por un Estado étnico, confesional y monolítico, que extiende su jurisdicción sobre cuatro países vecinos donde hay ciudadanos de ascendencia húngara a los que se reconoce la nacionalidad: Eslovaquia, Rumania, Serbia y Ucrania. Hungría no cumpliría ahora las condiciones políticas para ser admitida en la Unión Europea, los criterios de Copenhague que exigen el respeto a las minorías y al Estado democrático de derecho, y sin embargo Hungría puede exhibir la presidencia de turno de la UE.

Esta Constitución, la primera que se elabora después de la caída del comunismo, ha sido elaborada sin consenso alguno, ni siquiera en la comisión constitucional, y aprobada gracias a que el partido gobernante, Fidesz, del primer ministro Viktor Orban, cuenta con la mayoría abrumadora y cualificada de los dos tercios de escaños parlamentarios. Es la Constitución de Fidesz e incluso con mayor propiedad la Constitución de Orban. Su aprobación constituye un auténtico revés para el europeísmo, en los mismos días en que se están resquebrajando la solidaridad y la cohesión mínimas e imprescindibles para mantener una unión de este tipo en cuestiones como la inmigración, el rescate de las deudas soberanas o la ayuda a los rebeldes libios.

Por mucho menos que un cambio constitucional de envergadura, con repercusiones en los países vecinos, la UE había abierto crisis políticas en épocas anteriores. Esta vez, en cambio, cada uno está ocupado en sus asuntos o en sus peleas con el vecino. El ensimismamiento nacional de los europeos ha llevado incluso a una mayor atención a los populistas antieuropeos y xenófobos que ascienden que a los populistas antieuropeos y xenófobos que ya tienen el poder, incluso todo el poder, como sucede en Budapest.

Se da el caso, además, de que la Constitución húngara haría las delicias en muchos países, sobre todo entre los partidos auténticos que proliferan por doquier. Además de la declaración solemne que vincula el marco jurídico actual a la más tradicional y arcaica de las esencias hungáricas, esta constitución prohíbe el aborto y el matrimonio homosexual, constitucionaliza la limitación del déficit público, limita los poderes de su tribunal constitucional, aparca a los jueces más expertos del país adelantando la edad de jubilación para judicatura a los 62 años y cuenta con una institución para controlar los medios de comunicación.

Los húngaros no podrán votarla en referéndum como quisiera quienes se han opuesto, porque sería una segunda oportunidad para hacer campaña e intentar convencer a sus conciudadanos; pero es muy probable que constituciones similares podrían ser aprobadas con facilidad en consultas populares en muchos otros países. Esta Constitución sin consenso es un pésimo ejemplo del listón democrático que se marca desde Europa, sobre todo de cara a los países que pugnan por liberarse de dictaduras: como si la mera bendición de las urnas fuera la condición suficiente del Estado democrático.

En el momento en que el mundo árabe intenta avanzar en una transición hacia la democracia, el mundo europeo pugna por una transición hacia el pasado, hacia aquella época de Europa en que se apagaron las luces.

Hay 9 Comentarios

¡Jubilar a los jueces más expertos! ¿Pero, no hizo eso mismo el PSOE con los catedráticos, al rebajar la edad de jubilación, a fin de que muchos de los suyos ocupasen sus plazas?

El matrimonio homosexual está prohibido en la mayoría de la UE. ¿Es eso algo malo?

Déficit público limitado: Se hace en muchos países. En Chile el socialista Lagos introdujo la regla del superávit estructural. Y también Aznar lo prohibió, prohibición que derogó ZP. Quizás nos iría mejor con esa prohibición.

Don Lluis: busque otros argumentos para criticar la Constitución húngara, que ha sido aprobada por un Parlamento legítimo. Yo creo que se debería votar en referéndum, pero lo demás es asunto de los húngaros.

Pero ya existe una Carta Europea de Derechos Fundamentales incorporada al Tratado de Lisboa.

Varias cosas, por orden de comentarista:

- sólo son preocupantes los populismos "de derechas"?

- por qué se le llama "ultra-nacionalismo" cuando es nacionalismo sin más? Suena más feo? En qué se distinguirían para hacer condenable al uno y no al otro? Para mí es lo mismo.

- los fineses y húngaros son los únicos "radicales"? En España hemos tenido una ola radical también con el gobierno ideológico, historicista y prescriptor del vetusto PSOE, que se creen "los buenos" cuando sus modelos mentales están caducados, y conservan celosamente una especie de tabú torpe con respecto a las sociedades anglosajonas.

- "eterna lucha entre soberanías" en la UE? Lo relevante del caso no es eso (que está de todas formas datado, no es "eterno", "eterno" es terminología católica) sinó en nombre de qué se hace. Esa gente está zumbada, eso es lo que hay que mencionar en vez de una "eterna lucha de soberanías", que los estaría legitimizando.

- la "integración en la UE" no es algo necesariamente inteligente, democrático o "bueno" para los europeos, que harían mejor en hacerse hombres libres y empresarios útiles, tarea que estoy empezando a comprender que no se realizará en nuestro tiempo de vida.

- Si la UE debe sacar una ley contra las leyes anti-democráticas, la UE debería disolverse.

- para mí no hay diferencia entre el feudal europeo, y el napoleónico europeo, que se enfrentaron en el paranormal siglo XVIII y más allá, etcétera. Son dos tipos de totalitarismo, bastante etílicos por cierto, e incomprensiblemente vigentes.

- "obreros de derechas"? Qué es eso? Ya no existe el "obrero" como genio y figura, no estamos en 1949. Qué me cuentan de los "obreros de derechas"? Eso es una muletilla íbero-hispana. Son viejo-europeos, eso lo explica bastante mejor.

- los "indentured workers" eran simplemente trabajadores manuales pobres, dependientes de su patrón, en las colonias americanas bajo mandato aún británico. No "esclavos blancos". Wikipedia.

- la primera fundación de un Parlamento (aún con sus limitaciones) fue organizada en la Carta Magna de Inglaterra y Escocia (1215). No por Napoleón o los jacobinos, que yo sepa. Esos lo que organizaron fueron carnicerías en masa por toda "Europa".

No sé qué decir.

No sé si vale la pena luchar contra los europeos continentales, españoles o no, a estas alturas.

Son legión.

Son fanáticos.

Son étnicos.

Son como los húngaros. No intenten diferenciarse.

Españoles que hayan conocido la libertad, la sociedad global, y que hayan sacado provecho de ello, pues la verdad somos pocos. Aunque vale la pena por si hay alguien que lee esto y quiere intentarlo.

Ser español, libre de ideologías y racismos y poso católico, respetando la pluralidad que el mundo ofrece, es una ardua tarea.

La época no ayuda.

Economías insostenibles, desigualdades flagrantes, ascensión de las más grandes demografías...

Creo que el debate se situará entre los países ricos (Europa incluída, dónde el racismo innato deparará conflicto), y los emergentes.
Yo sinceramente los prefiero a todos ellos. Tiene algo de justicia histórica.

Pero que se avecina el conflicto, el desarraigo y el totalitarismo, eso en mi opinión ya está ahí.

Por aquella misma época (Revolución francesa) existía el feudalismo en Gran Bretaña, por supuesto los siervos ingleses morían por defender a sus amos y existió hasta principios del siglo XX, leanlo bien sentados: la esclavitud de los blancos, llamados "indentured workers" en el norte de Inglaterra.

Wilde hablaba de los siervos franceses, pero se le entendía todo, y cuando se lo llegó a creer pagó cara su arrogancia.
Hay gente que se debe creer que en 1779 los ingleses votaban, al menos los hombres, verdad?

Qué bien caló Wilde a los obreros de derechas.

Para el pensador, el hecho más trágico de toda la Revolución Francesa no es que María Antonieta muriera por ser una reina, sino que el campesino hambriento de la Vendée
voluntariamente saliera a morir por la horrible causa del feudalismo.

Oscar Wilde.

Es una pena, da un poco de miedo ver como se llevan por delante otra vez ese país. La historia no deja de dar vueltas y repetirse.

La eterna lucha entre soberanías. Pero debiera regir un mínimo. Pacta sunt servanda, ese debiera ser el principio que rigiera la integración en la UE. No vale cumplir al inicio para desbarrar a continuación. No vale condenar la tiranía al firmar y caer en ella una vez firmado. Quizás convenga en la UE una especie de ley de partidos políticos, un tratado que declare la ilegalidad, comunitariamente hablando, no de los Estados miembros, lógicamente, sino de aquellos proyectos políticos claramente antidemocráticos, por soberanos que sean. Una paliza tambien puede ser soberana y no por ello es menos injusta cuando lo es. Agregarse por interés para segregarse, interna e ideológicamente, después.

Leo con preocupación y frustración este post y otros anteriores sobre el avance del populismo de derechas en la Unión Europea. Preocupa que los emblemas ultranacionalistas tengan tirón electoral y mucho más que estén obteniendo resultados en las urnas. Mientras tanto, todas las instituciones de la Unión Europea están teñidas del azul del Partido Popular Europeo.

Preocupante ola de radicalismo que amenaza con arrebatarnos tantos logros conquistados.

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es periodista. Director adjunto y columnista de EL PAÍS. Tiene a su cargo la edición de Cataluña.

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