Lluis Bassets

Sacrificio ritual

Por: | 06 de septiembre de 2011

Cuanto mayor el dolor, mayor el valor. No es lo que se pierde con el sacrificio lo que importa, si no el efecto de esta pérdida: el dolor. Sin dolor, de nada vale el sacrificio.

Quien creía que la crisis debían pagarla todos por igual ahora estará obligado a hacérsela pagar a los más menesterosos, y encima a defenderlo luego en nombre del bien común, la estabilidad presupuestaria.

Quien consideraba el consenso como método supremo y clave de arco de la democracia ahora se verá obligado a romperlo.

Quien se mostraba dispuesto a gobernar responsablemente y en solitario hasta el último momento se verá forzado ahora a entregar las riendas al adversario antes incluso de que este venza en las elecciones.

Quien quería avanzar en la nueva generación de derechos ciudadanos estará obligado ahora a retroceder mediante el recorte de viejos derechos que se daban falsamente por adquiridos y consolidados.

Quien hacía gala de la renovación de la democracia para hacerla más deliberativa y más participativa, deberá ahora tomar las decisiones sin consulta y por acuerdo casi secretos entre las cúpulas partidarias.

Quien lucía de la España plural deberá prescindir ahora de todos los que expresaban esta pluralidad, en nombre del bien común que es la estabilidad presupuestaria, que exige el súbito acuerdo patriótico entre los dos grandes partidos españoles.

Nada duele más que entregar algo personal e íntimo. Las propias ideas, el poder que todavía se preserva, o incluso la buena imagen que uno tiene de sí mismo. Un sacrificio en el que se entrega el ideario, el gobierno y la posteridad es lo máximo que se le puede pedir a un político. Es lo más próximo al suicidio político.

Pero esto es lo que exige este Baal cruel que ahora rige el curso de la historia. Y a pesar de tanto sacrificio, de tanto dolor, ni siquiera es seguro que baste para aplacar su ira.

Hay 13 Comentarios

No solo es eso, es que son sacrificios estúpidos.

Todos sabemos muy bien de donde se podría recortar, realmente.

Este Baal cruel que ahora rige el curso de la historia es insaciable, Lluís. Y los sacrificios, inútiles.

Pues sí,creo que perderá el PSOE y eso le da ventaja al PP,aunque no han hecho ningún mérito para ésto, es decir, ganan por defecto ,no por afecto.En estos momentos tan sólo espero dos cosas;primero que no gane por mayoría absoluta y segundo que esto sirva para que la izquierda revise muchas de sus actitudes de los últimos años.No obstante esta revisión,limpieza a fondo,nuevos planteamientos ,espero que se haga más extensivo y sea en toda Europa,vivir en medio de una isla,cuestionándose enigmas y esperando algún milagro... eso queda para el maravilloso Forges.
Baal sigue su curso y es malo mirarlo a la cara; ciega,embiste y la orgía se acabó.Saludos a todos.

Por qué los llaman mercaderes si actúan como atracadores. Atracadores de bancos, atracadores de Estados, convertidos estos en botines del peor postor y contando con la complicidad temerosa de los cajeros mayoritarios del Reino.

Ya se veía venir. No en balde lo dijo Margaret, Baronesa Thatcher: "El socialismo funciona de maravillas hasta que se termina el dinero ajeno...", en este caso, el dinero alemán.

¿De verdad creéis que todo se arregla subiendo los impuestos a "los ricos y la banca"? Esa es peor teoría economica que la de Zapatero y los iluminati de la izquierda.

Bueno, es hora de razgar vestiduras y echar cenizas a la cabeza, de llorar por lo que quisimos y no pudimos conseguir. Tal como aquel moro que lloraba en el puente, hasta que su madre le recordó que no se llora por lo que por incompetentes no entendimos que no se podía hacer.

No sé si algún día seremos república en lugar de monarquía, pero seguro, seguro, que seamos lo que seamos, el déficit cero ahí se queda. Cuando no haya borbones, todavía quedará un cero como una catedral delimitando nuestra forma de hacer política. Y por lo demás, me parece que no está bien traducido el artículo de Paul Krugman "La distracción mortal", en concreto este párrafo: "A pesar de que usted nunca se habría enterado escuchando a los fanáticos, el año pasado fue una buena prueba para la teoría de que reducir de manera drástica el gasto público crea puestos de trabajo". Igual es tan fina la ironía que no la detecto.

Tengo la sensación de que Rajoy va a ganar. Nada nuevo. Todos sentimos lo mismo. Pero una cosa es sentir y otra desear, y empiezo a sentir que todos desean, incluidos los de la izquierda, que sea así. Quizá sea para repartir culpas y que la derecha también se empape un poco del desastre. Quizá por eso, pese a Rubalcaba, que lo intenta todo por minorar el varapalo, gobernará Rajoy, más que por méritos propios, por deseo de muchos de que empiece a compartir los deméritos que conlleva gobernar sin mando. Se podrá acusar a la izquierda de desplegar políticas de derecha pero la derecha nunca será acusada de practicar políticas de izquierda, lo que es una garantía para la supervivencia de ésta, porque si además de perder tu identidad, encima te la roba, menuda papeleta. No hay miedo de tal cosa, no hay miedo de que la derecha se humanice en lo social y en lo económico. Por eso es mejor que entre ya y empiece su labor de desbroce del bienestar, que tan natural le es. Quizá la derecha no haga nunca política de izquierdas, pero qué duda cabe que puede convertirse en el gran revulsivo de una izquierda desorientada. ¡Qué machaquen ellos! O de lo contrario contemplaremos a una izquierda convertida en un monstruo que se come a sus queridos hijos, como aquel del cuadro.

Ya hemos llegado al déficit cero o cuasi cero. Pienso que tal reforma es irreversible, pues qué necesidad habrá de reformar la Constitución si algún día el superávit supera todas nuestras previsiones. La izquierda mayoritaria quizá se lo exija pero la derecha dirá, para qué si ahora no hace falta. Las cosas cambian a golpe de necesidad y cuando la necesidad que motivó una reforma desaparece, qué necesidad hay de volver atrás. Así que ahí se queda el déficit constitucional que nos marcan desde Berlín, que casi suena al nuevo Madrid, cuando se echaba la culpa de todo lo que pasaba en provincias: la orden viene de Madrid. Y volviendo a la derecha, por lo demás, gozamos de una derecha que siempre se muestra contraria a la eutanasia pero a la que no importa que su mismo resultado se alcance por falta de medios nacidos del endeudamiento. Me explico. No hay dinero para quirófanos luego no hay lugar para operar mientras no se cuente con el dinero suficiente para comprar. Morir por falta de medios no deja de ser una muerte indigna. Y algo así me parece que es el déficit cero. Déficit cero, bienestar cero. Un uno en la Constitución. Gana el de fuera. Los puntos al revés.

a no perder los estribos

cierto, pinta negro ...

Nos amenazan con que viene el lobo para comerse ellos, la élite política y empresarial, las ovejas del rebaño.

Quién entrega cuanto le sobra y lo que no es suyo, no es generosidad lo que le mueve. De corazón quisiera estar equivocado, no solo por los hechos y los efectos visibles, sino por la carencia en las cuestiones esenciales.

Sí, es casi seguro que después de todo, el sacrificio no sirva para nada. Como suele ocurrir con todos los sacrificios rituales. Ritual, espiritual, los dos se esfuman en el aire cuando van de vacío. Pasados unos años, el maestro o maestros de ceremonias de aquel fiasco se recuperaron, pero el cordero degollado nunca volvió a ser el mismo.

El rumbo trazado quizás no existe o quizás se haya trazado un rumbo diferente.

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es periodista. Director adjunto y columnista de EL PAÍS. Tiene a su cargo la edición de Cataluña.

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