Lluis Bassets

Una democracia que respire

Por: | 16 de octubre de 2011

Hay que mirar con atención lo que está sucediendo en Francia. No tan solo por la corrosión de la presidencia de la República como efecto del carácter impetuoso y ególatra de su actual titular, Nicolas Sarkozy, sino ante todo por una revolución tranquila que ya se ha producido en el interior del Partido Socialista, cuyos efectos pueden modificar el paisaje partidista e incluso algunos elementos definitorios de la V República. Aún cabe que estos efectos vayan más lejos, pues a fin de cuentas el molde político del socialismo francés ha sido adoptado en muchos aspectos por partidos de otros países europeos.

El PS francés era hasta hace pocos días un partido de electos locales, provinciales y nacionales, fuertemente organizado en tendencias y con un cierto maltusianismo en la adhesión de nuevos militantes. ¿Les suena? Según Alain Bergounioux y Gérard Grunberg, dos historiadores del PS, lo más específico del socialismo francés es su dificultad para reconocerse como partido de gobierno. En su ADN originario, dicen, están la revolución y el socialismo. Gobierna como si estuviera a disgusto y parece sentirse aliviado cuando está en la oposición. Esto explica que desde la fundación de la actual República, en 1958, sólo un presidente de los seis que ha habido, François Mitterrand, haya sido del PS.

Esto se acabó. Las primarias socialistas abiertas a todos, le 'peuple de gauche', han terminado con esta historia de un partido agobiado por el peso de su ideología y encerrado en sus viejas estructuras de matriz decimonónica. La decisión es de alto riesgo. No es seguro que al final del camino esté realmente el palacio del Elíseo. Ni la derecha francesa ni Sarkozy van a caer sin combate. A pesar de sus errores, esta República es suya en su origen y en la mayor parte de su gestión, por lo que harán mangas y capirotes para retener la presidencia.

De momento, los socialistas franceses han hecho dos cosas. Con la campaña de primarias y las dos vueltas electorales han ocupado largamente el espacio público y mediático y movilizado a casi tres millones de ciudadanos, para desesperación de Sarkozy. Pero han hecho algo más crucial todavía, como es recuperar el gusto por la política, el sentido de la participación y del debate, el valor de las ideas, justo en una época de desafección y de crisis. No puede descartarse, sin embargo, que el balance final sea doloroso y que se queden sin Elíseo y con el socialismo todavía más maltrecho.

De momento, el socialismo hasta ahora más arcaico de toda Europa ha demostrado que sabe modernizarse y abrirse, arriesgar y exhibir a dos finalistas perfectamente preparados para presidir la República: levemente más centrista, François Hollande, y levemente más izquierdista, Martine Aubry. A esta última pertenece la idea de conseguir “una democracia que respire”. Que cunda el ejemplo. Allí y aquí.

Hay 6 Comentarios

* Sirte, Ciudad Mártir*
¿No siente Ud un poco de Vergüenza al ver una ciudad y su población sitiada y masacrada por los mercenarios de Arabia?
No sería tan malo Gaddaffi cuando por defenderlo mueren en Sirte.
Conferencia de paz en las Provincias Vascongadas, donde hay paz.
¿Para cuando una conferencia de paz en Libia, donde hay guerra?

Parece que la democracia, como la procesión, empieza a ir por dentro, por dentro de los partidos, lo cual puede ser un anticipo de que la de fuera, la de todos, empieza a depurarse. Que quienes viven de la política den ejemplo ayudará a mejorar su imagen entre el pueblo que les confía su destino, que no es poco.

¿Renovación? Desde luego unas primarias abiertas a todos los inscritos en el censo lo es y en España me parece un imposible con los políticos que hay. Pero el PSF no ha querido arriesgarse del todo, eligiendo al candidato moderado, de consenso, sin experiencia gubernamental y con un tono francamente aburrido. Para mí ha primado el que dice a todos lo que quieren oír y no una apuesta más firme como era Aubry. Desde luego que ha animado el panorama y ha mostrado que los franceses quieren participar activamente. Vaya sorpresa, del millón como meta a los más de 2.5 que han votado.. Chapeau, aunque creo que Sarkozy se llevará el gato al agua.

Buena idea de los franceses.Pero en España, que lo criticamos todo por el placer de hacer daño, sería impesable, pondríamos en cuestión: hubo poca participación, solo le apoyo un 54%, no tiene el apoyo ni de su partido,etc,etc... Por lo q empezaría con mal pie, (considerado como debil). Aquí nos gusta más un lider furerte con todo el apoyo del dedo que ostenta el poder, para que nos ilumine y nos conduzca hacia nuestra salvación.En España me parece impensable, porque creo que no distinguimos bién unas elecciones presidenciales, legislativas, autonómicas,municipales, o de la comunidad de vecinos, ¿como vamos a entender unas primarias por el sistema que sea?. Sería reconocer que no tenemos un lider.

El socialismo necesita una renovación mucho más profunda para adaptarse a la nueva sociedad.

Carla

Las llamadas democracias, al igual que las dictaduras, se sostienen en sendos aparatos militares. Los primeros usan caretas y los segundos no las necesitan. Cuando las supuestas democracias usan la fabricación de armamentos como negocio económico, tales como Francia, Estados Unidos, Gran Bretaña, etc, etc., está claro que hablar de socialismo en esos países es lo mismo que hablar de socios-listos. Luego, está claro que entre Sarkozy y F. Holland no hay ninguna diferencia, salvo la verborrea propagandística. Saludos a ambos pinochos del teatro político.

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es periodista. Director adjunto y columnista de EL PAÍS. Tiene a su cargo la edición de Cataluña.

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