Hay preguntas que son más necesarias que nunca. Todos sabemos que hemos vivido por encima de nuestras posibilidades y que estamos en la hora de la gran tijera que todo lo recorta. Son momentos delicados, en los que la poda se lo lleva por delante todo, sin distinguir entre las ramas realmente superfluas y las que son necesarias para que el árbol vuelva a florecer y a dar frutos. Quien maneja la tijera debe intentar evitar esto último y preguntarse antes de cada tajo sobre las consecuencias que tendrá esta rama caída, algo que requiere frialdad de juicio y también autoridad para una decisión tan extrema. Hay, sin embargo, una pregunta previa respecto a los recortes que los podadores normalmente no pueden ni quieren plantearse y versa sobre la autoridad y el criterio para realizar el recorte. Por que como se está viendo, a la entera clase política española, con excepciones que se cuentan con una mano, a derecha e izquierda, los de arriba y los de abajo, los españolistas y los antiespañolistas, le faltan ambas cosas.