Lluis Bassets

Un laboratorio radical

Por: | 04 de enero de 2012

La temporada de primarias ya ha empezado y el Partido Republicano sigue sin aclararse. Tiene ante sí a un presidente acogotado por el desempleo, bloqueado por el Congreso republicano y con su imagen empañada por las promesas incumplidas y las decepciones cosechadas. La oportunidad de recuperar la presidencia dejando a Obama como presidente de un solo mandato, como Carter o Bush padre, parece al alcance de la mano. Pero el problema es que no ha aparecido todavía el líder que sea capaz de unir las filas conservadoras para echarle de la Casa Blanca.

Los caucuses de Iowa de ayer, con los que arranca la campaña de las primarias, señalan con nitidez la división y las dudas de los republicanos a la hora de dar con el nombre de quien venza a Obama. Mitt Romney, ex gobernador de Massachusetts y candidato republicano batido por McCain en las primarias de  2008, ha quedado en cabeza con el 25 por ciento de los votos y a solo ocho sufragios de distancia respecto a Rick Santorum, un ex senador ultraconservador sin posibilidad alguna de vencer en una elección presidencial. En tercer lugar, a corta distancia y 21 por ciento, ha quedado Ron Paul, otro candidato testimonial. Y en cambio, el gobernador de Texas Rick Perry y el ex speaker de la Cámara Newt Gingrich, dos políticos de fuste y que albergaban posibilidades cuando se lanzaron a la carrera, han quedado hundidos con 10 y 13 por ciento.

La gracia de los resultados de Iowa es que los tres candidatos que llegaron en cabeza, con muy escaso margen de diferencia, personifican cada uno de ellos una de las tres almas republicanas que pugnan por imponerse. El conservadurismo de Mitt Romney es el de los negocios y el dinero, pragmático por tanto, y componedor, algo que obligadamente deben reprocharle los extremistas de su partido. El conservadurismo de Rick Santorum es sobre todo moral: defiende los valores más tradicionales e incluso reaccionarios y es un militante contra el matrimonio homosexual y la interrupción voluntaria del embarazo. El conservadurismo de Ron Paul, finalmente, es el más equívoco, hasta el punto de que puede entusiasmar a muchos progresistas: es libertario, hiper individualista, enemigo de los impuestos y del gasto público, sin interés alguno en la participación de Estados Unidos en aventuras bélicas exteriores.

Solo hay a partir de ahora dos caminos posible en la carrera republicana. O Mitt Romney se impone, a pesar del escaso entusiasmo que levanta en las filas cada vez más derechizadas del republicanismo, o sigue la alegre y alborotada marcha de los fundamentalistas morales y del estado mínimo hacia el desastre que significaría para ellos una nueva victoria de Obama. Romney está acentuando ahora sus perfiles más conservadores y trata de que sus votantes pasen por alto una trayectoria política muy convencional, que incluye una reforma sanitaria muy similar a la de Obama. Su principal baza, sin embargo, es su capacidad para retar y ganar a Obama más que la pureza conservadora de su mensaje.

Basta un solo dato, reflejado ayer por las encuestas a la salida de las votaciones: seis de cada diez votantes republicanos se consideran a sí mismo cristianos renacidos. Como los salafistas con el Corán, son gente que cree que todo lo que cuenta la Biblia es una verdad histórica. No es extraño que el santurrón de Santorum haya conseguido tal éxito entre estos votantes. La derecha estadounidense está aquejada de un mal propio de los izquierdismos, capaces de renunciar al poder antes que a la radicalidad de sus ideas y valores. Es el camino más seguro para la victoria de los otros.

Hay 7 Comentarios

Cuando un ejército finalmente gana una batalla, los primeros en adjudicarse el mérito, los ascensos -y sus consiguientes incrementos de paga-, las medallas y condecoraciones, un aumento de los ya bastantes privilegios de los que disponen, y sobretodo, los laureles, todo esto se lo adjudican el estado mayor y sus estrategas. La menospreciada y disciplinada a látigo carne de cañón, la tropa -que és la que hace las sucias taréas y pone la carne en el asador- es casi invisible cubierta por el anonimato, pues de tenientes para abajo, rara vez son mencionados, y cuando esto alguna vez se haya hecho, lo és por razones negativas.
En contrapartida, cuando se habla de política o economía, todo sucede al revés, aquí pagan cabos, sargentos y algunas veces algún capitán, poniendo de relieve la ausencia del "estado mayor", cuya invisibilidad debería ser más que sospechosa.
Si queremos saber en dónde se centra el poder y quién realmente lo dirige, hay bastantes pistas a seguir, y entre ellas, las más importantes son: La economía, el poder legislativo, y el poder judicial, el ejecutivo realmente depende de los 2 anteriores.
Ahora bien, ¿Cómo está constituído y por quiénes están formados?
La base de la Economía es la Financiación, y la base de éstas es el dinero, uno que en realidad empieza siendo un bono del tesoro, que es un crédito bancario, y cuando este se venda y se convierta en "deuda", y cobre intereses, entonces se aplasta el botón de marcha del "papel de tapizar verde". ¿Quién lo controla? Para nadie es un secreto la clave es naturalmente el "estado mayor" emisor.
Aquí empiezan las cosas a complicarse y aparecen cortinas de humo, la siembra de señuelos, los datos falsos y contradictorios, y la desinformación tiene su apogéo. El caso es que gracias a una profunda y persistente manipulación, varios bancos privados - Rothchild, Rockefeller, Morgan, Warburg- fusionan, se bautizan con el genial eufemismo de "El Banco Nacional de Reserva Federal" -para dar la impresión de que es estatal, y dirigido por el gobierno-.
Este banco consigue audaz y socapadamente -por intermedio del chantajes, sobornos y amenazas- que se le otorgue el privilegio de producir billetes y monedas, supuestamente bajo el control de una agencia estatal, que nunca funcionó, ni lo hará; su poderosa influencia, y su fondo de soborno con muchos miles de millones, los ha vuelto intocables. Empiezan a comprarse otros bancos por todo el globo y a expander su autoridad, poder y privilegios; la compra de conciencias y estados empieza, y se establece la explotación y el expolio de los recursos de otros países, gracias a la impunidad que otorgan la superioridad de las fuerzas militares.
Con el aumento del inmenso botín adquirido se compran el conocimiento, a los que redactan y aprueban las leyes, y a un verdadero ejército de especialistas que tratán de convencernos que los perros se hatan con longanizas, que llueve café, que trabajando con honestidad se puede adquirir riquezas materiales, y un inmenso catálogo más de mitos, utopías y falacias absurdas -pero si tienes fe, y a aguantas la paliza, "te irás derecho al cielo"-.
Sólo me queda mencionar un poder igual de importante en toda esta ecuación: La autoridad máxima legal, el Tribunal Supremo. Ese comodín que el poder se guarda en la manga, y con el que finalmente enterrará toda disputa sin posibilidad de apelación;¿Os acordáis quién puso a dedo en la presidencia a Bush Jr. cuando éste tuvo menos votos que su contrincante Al Gore?
Pero miremos de cerca quienes lo componen, mejor dicho qué religiones profesan, y con ello descubriremos quiénes están realmente detrás del poder en este aterrante imperio.
Con su pan se lo coman, la historia los pondrá en su sitio. Todos los imperios anteriores tuvieron su apogéo y su cenit; no cabe duda de que también contribuyeron con algo positivo, dejarándonos cierta herencia con las que los imperios posteriores se fueron formando. La única complicación es que ahora disponemos de armas atómicas -y hay mucho fanático suelto- y a éstas, nunca les enseñaron a distinguir entre "buenos o malos", amigos o enemigos. El aire que respiramos tampoco conoce fronteras.
La solución por tanto será, aquella por la que yo siempre abogué y aposté: Un mundo aceptable para todos, sin distinción ni descriminación de ningún tipo, y en donde no habrá dinero ni títulos, y en donde todos tendrán techo, vestidos, alimentos, sanidad, educación y cultura, atención sanitaria, y en que los recursos se investirán en la ciencia y la tecnología para que ésto séa funcione, y sus ventajas serán repartidas equitativamente, para un beneficio común, sin trampas, sin abusos. En realidad hay recursos suficientes para realizarlo, y es la mejor manera de mostrar respeto por todo lo que tiene importancia para el ser humano.
Esto tendrá que ser así, le fastidie o no al poder, y por mucho que se oponga; la verdad es que no hay otra solución, pues las alternativas son aterrantes.
Os reto a que me probéis equivocado.
Gracias por el artículo Sr, Bassets, y por darme la oportunidad de expresar mis pensamientos. Un saludo cordial para tod@s.

Mitt Romney no necesita los votos del "Tea Party" cuando puede recuperar parte de los votos centristas que votaron a Obama. Con eso será suficiente.

Pablo NK, seudoniomo? seguramente, para algunos los Judios son los duenos de Exxon-Mobil, de la Ford, General Motors, Fiat, Merecedes y cuanta empresa, grande o pequena exista, los que mandan en China, Japon, Filipinas, en todos, o en casi todos los paises, son los patrones de Dilma y de Hugo Chaves, los duenos de todo y de un poco mas, .......fantasias, cuantas fantasias,

Pero...¿El periodista se limita a copiar y pegar lo que dicen los medios americanos o qué? Ron Paul, tapado continuadamente por orden expresa de los dueños de periódicos, emisoras y canales de radio, es la verdadera esperanza. Este hombre está a favor de quitarle el poder a la FED, parar la política intervencionista americana en el exterior o volver a las raíces de los Padres Fundadores de Norteamérica. Go Paul!!!

Sea cual sea el derechismo o el conservadurismo del nuevo candidato republicano, aquel que más posibilidades tendrá de ganar las elecciones, será el que obtenga la aprobación del AIPAC, (siglas de American Israel Public Affairs Committee, Comité de Asuntos Públicos Estados Unidos-Israel), por su apoyo hacia Israel y su política, que aunque fue en principio rechazada por Obama, sigue siendo, nos guste o no, la que marca la política de la administración de Washington.
Esta fue la imagen que dio el Congreso al recibir al p. m. israelí, Netenyahu, cuando una semana antes había recibido a su propio presidente, el Sr. Obama, el cual mostró su política en desacuerdo en la cuestión árabe-israelí, y concretamente, con el ampliación de las colonias israelíes en tierras palestinas. Los miembros congresistas no le dieron su aprobación. Mientras que en el encuentro con Netenyahu, al contrario, los congresistas, tanto demócratas como republicanos, se levantaron y aplaudieron más de 26 veces, manifestación poco conocida en ese Congreso y más ante un mandatario extranjero.
Es verdad que muchos republicanos pertenecen al “salafismo cristiano”, de los neoconservadores y cristianos renacidos, como bien lo describe el Sr. Bassets, pero también son ellos lo que emprendieron las últimas guerras que llevaron a la quiebra las arcas estadounidenses y pérdida de su credibilidad que hasta hace poco mantuvo el puesto como el más defensor de los derechos humanos y propulsor de la democracia.
Actualmente, vemos que estas nobles cualidades solo les interesaba defenderlas en su país y en el resto de occidente. Cuando deberían ser aplicadas donde más injusticias se viven, injusticias causadas precisamente por los mismos defensores de la justicia internacional.
Aunque pueda sonar escandaloso, es esta superpotencia mundial la que se pliega a los designios de Israel. La influencia del AIPAC en la política diaria de EEUU es tan poderosa, que el senador demócrata por Carolina del Sur, Ernest Hollines, al dejar su cargo, dijo: “No se puede tener una política con Israel que no sea la marcada por el AIPAC” .
El lobby judío opera sobre los cuatro sectores claves del poder estadounidense: defensa, complejo militar industrial, Wall Street y medios de comunicación, vinculados a los consorcios armamentistas, petroleros, financieros y tecnológicos, a través de infinitas redes y medios comunicantes. Por consiguiente, el candidato con mejor posibilidades de ganar las elecciones es el que más se compromete con ese lobby. Y Dios nos salve de cualquier desmedida locura.


¿Cuál es la baza buena? Pues como en aquel cuento en el que un neofito le preguntaba a su maestro cuál de sus artículos le parecía mejor, éste le contestaba, tras leer una de ellos: el otro. Pues eso, que la mejor oferta republicana es la que está por conocerse, no tanto por esperar que sea mejor como por desconfiar a ciegas de las presentes.

SOLO QUEDARIA AMERICA LATINA A LA izquierda TAMBALEANTE, SI GANA LA DERECHA DE USA. ¿Resistiría?

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es periodista. Director adjunto y columnista de EL PAÍS. Tiene a su cargo la edición de Cataluña.

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