Jordi Pujol escoge bien las palabras. Con intención y dominio de los matices. El finiquito, como es sabido, tiene un doble contenido. Liquida una relación y otorga un pequeño premio. Así es como Pujol considera la propuesta de pacto que le hizo el presidente del Gobierno, José María Aznar, en el año 2000 tras ganar las elecciones generales por mayoría absoluta: "Quería culminar su período de gobierno de ocho años con un finiquito de la cuestión catalana, representada por un entendimiento entre CiU y el PP".