Lluis Bassets

Tres dictaduras y una democracia

Por: | 28 de mayo de 2012

Amnistía Internacional (AI) no tiene buena prensa entre los dictadores. Merecidamente. Los más viejos del lugar recordarán cómo incordiaba al régimen franquista. Tampoco gustaba a los antifranquistas enfeudados a otras dictaduras, las comunistas de Moscú y Pekín. La labor que viene haciendo AI desde su fundación en 1961 para proteger a las poblaciones de los abusos y atentados contra sus derechos es pionera y ejemplar, a pesar de los errores que pueda haber cometido esta organización, como tantas otras dedicadas a la defensa de los derechos humanos.

De las múltiples denuncias que contiene el informe anual sobre el estado de los derechos humanos en el mundo, quiero destacar aquí solo un párrafo sobre 2011, en absoluto el más desgarrador: “Israel mantuvo el bloqueo de Gaza, prolongando así la crisis humanitaria, y continuó con su agresiva política de ampliar los asentamientos establecidos en el territorio palestino de Cisjordania, que ocupaba desde 1967. Las organizaciones políticas palestinas Fatah y Hamás hicieron blanco de sus ataques a sus respectivos simpatizantes; las fuerzas israelíes y los grupos armados palestinos llevaron a cabo ataques en represalia en Gaza”.

Basta juntar en Google tres palabras: Amnesty International, Israel y antisemitismo para dar con las dificultades que se encuentran al informar sobre los abusos en determinadas regiones especialmente complejas. No debe extrañarnos. Las denuncias de AI, incluso las controvertidas o equivocadas, ayudan en los regímenes democráticos y, en cambio, molestan a las dictaduras, como ha ocurrido siempre.

¿Significa esto que Israel no es una democracia? En absoluto. Significa que debemos hilar fino a la hora de calificar lo que hay entre el Jordán y el Mediterráneo, y que puede resumirse en tres dictaduras y una democracia. La democracia es Israel: un Estado de derecho, con división de poderes, democracia representativa, pluralismo político y libertad de expresión. Hay dos dictaduras: la de Hamás en Gaza, donde se aplica la pena de muerte y se atenta contra los derechos humanos, además de atacar a la población israelí fuera de las fronteras, y la más benigna de Fatah en Cisjordania, cuyo jefe, Mahmud Abbas, no ha querido, por cierto, confirmar ni una sola de las condenas a muerte dictadas por sus tribunales. Y una tercera que dejaremos describir a Peter Beinart, joven intelectual sionista estadounidense, en su más que recomendable libro 'La crisis del sionismo': “Nos decimos a nosotros mismos que Israel es una democracia, pero en Cisjordania es una etnocracia, un lugar donde los judíos gozan de la ciudadanía y los palestinos no”.

Puede que la dictadura de los colonos no sea peor que la de Fatah y Hamás, pero es el mayor obstáculo para la paz entre israelíes y palestinos. Y es del todo lógico que AI no tenga buena prensa entre los colonos y los políticos que los representan.

Hay 7 Comentarios

De nuevo se confunden democracia y oclocracia. En cualquier caso: la libertad de expresión en Israel no existe y Hamás, a pesar de sus prácticas contrarias a los DDHH (peor es Israel porque es más fuerte), ha sido elegido por los palestinos de Gaza (que, por cierto, se han extremizado por las represalias y el hacinamiento culpa de Israel). Por cierto, lea la definición de sionismo: creo moral ser antisionista (por supuesto desprecio el antisemitismo).

“El respeto al derecho ajeno es la paz”
Grecia la tierra madre de la democracia. Así aprendimos de la historia. Pero esa democracia fue sólo para la elite griega. Sabemos que más de la mitad de la población eran extranjeros. También sabemos que las mujeres griegas no disfrutaron de los mismos derechos que los hombres. Estuvieron apartadas hasta del derecho a la enseñanza. La mujeres igual que los extranjeros no conocieron esa democracia griega que alabamos continuamente. A pesar de ello sigue siendo una democracia, quizás la primera conocida por el hombre.
En Israel pasa algo muy similar, sí, hay democracia pero también hay una discriminación entre los mismos judíos, si son de origen árabe, si son europeos occidentales, o si lo son orientales… etc. Los árabes de 1948 no son considerados ni ciudadanos de segunda, aunque son portadores de pasaporte israelí. Los palestinos de Cisjordania, la última parte de tierra palestina ocupada en 1967, son más bien perseguidos y atacados por los okupas colonos bajo protección de su ejército, mal llamado de defensa, debería llamarse de ataque porque es lo único que ha hecho, atacar.
¿De verdad esperamos la paz en esta Santa Tierra, o la Tierra Santa? Alguien dijo una vez, “El respeto al derecho ajeno es la paz”. Y esta es una premisa esencial para la paz mundial


UN Saludo

No quiero rescatar a Bankia.Me niego. Quiero la quiebra , quiero declarar la guerra a United Kingdom. Quiero irme de este pais! Quier que vayan a la carcel los Urdangarines, Ratos,Ortegas canos,Pantojas y Campanarios. Noch ein Bier , bitte!

Sí, AI siempre pisa callos, pero ahí sigue...Soy suscriptor de su Informe Anual, y siempre me sorprende el ejercicio de objetividad que hacen hablando de temas espinosos (mal entendido habitualmente).

Qué mal anda el país. El nuestro también es democrático, por ahora, y solo está rodeado de tiburones de las finanzas. La verdad es que en comparación con éstos del Oriente Medio estamos de cine. Claro, que nunca se sabe. Se empieza no pudiendo pagar la deuda, se sigue con no poder pagar el rescate y finalmente se acaba sin crédito, con lo que ello comporta. Y llegados aquí una reflexión sobre el corralito.

"¿O.K. Corralito o K.O. Corralito?"
El Nobel de Economía, Paul Krugman, profetiza el corralito en España. El ministro de Hacienda, Cristóbal Montoro, lo niega a rajatabla. ¿De quién fiarse? ¿O.K. Corralito o K.O. Corralito? ¿Qué final nos espera en esta película coral de final agónico? Quienes dicen saber (!) por dónde tenemos que ir suelen recurrir, para ilustrarnos, al original ejemplo del enfermo doliente, que para unos se recupera con descanso y para otros con ejercicio. Los dos pueden tener razón, pues hay males que requieren rehabilitación y otros que requieren un parón. ¿Cuál es nuestro caso y qué tratamiento necesita? Unos afirman que solo nos recuperaremos de nuestra anemia de empleo con inyecciones masivas de capital por vía intragubernamental. Otros nos prescriben un inmenso reposo del gasto para recuperar nuestro déficit, que no los ingresos. Uno y otro brebajes son válidos para sus facultativos, pero empiezo a pensar si no será el paciente quien mejor podría decirnos con cuál se siente mejor. Es evidente que la austeridad que nos prescribe la 'austeríaca' doctora alemana, tras varios años de experiencia, no solo no alivia gran cosa sino que anquilosa una barbaridad. En cambio, no faltan pruebas documentadas en la literatura económica de que una extraordinaria intervención sí podría obrar el milagro de volvernos a la vida, como no se cansa de recordarnos el médico 'keynesiano', que insiste en transfundir una buena dosis de capital público en los desfondados músculos de las economías nacionales. Que digo yo, viene a decir el reputado economista norteamericano, que no habrá que recurrir necesariamente a una guerra para gastar lo que hace falta gastar en una crisis como la actual. En fin, que unos lo fían todo a la austeridad y otros al estímulo del crecimiento. Y digo yo: por qué no un poco de cada en la proporción que se estime más conveniente para cada estado. ¿Creciausteridad o austericrecimiento? Pues todo dependerá de qué pie cojeemos menos.

Y junto a todas esas cualidades loables, Israel cuenta, además, con un potencial nuclear como un castillo de grande para su defensa. Por lo demás, ¿se puede hacer valer la democracia a tiros? No sé, suena a pedir silencio dando voces. En fin, ¿cuándo se solucionará todo este griterío de Oriente Medio? Todos gritan pero nadie pide silencio para reflexionar.

Es que es fácil hablar de derechos humanos cuando uno piensa solo en una dirección, pero el trabajo de Amnistía, y lo duro para sus voluntarios es poner los DDHH siempre por encima de ideologías.
El pasado domingo se manifestaron en la Cuesta de Moyano por los DDHH en Siria. Dias después una matanza de inocentes por si había dudas.
Y uno piensa.
Que si un día la multitud arrastra vivo a el Assad, A.I. tendrá que recordar de nuevo los DDHH que asisten a cualquier preso y el derecho a juicio pero sin pena de muerte.
¿Es duro? pues por eso A.I. tiene el prestigio.

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es periodista. Director adjunto y columnista de EL PAÍS. Tiene a su cargo la edición de Cataluña.

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