Lluis Bassets

Continente salvaje

Por: | 20 de octubre de 2012

Si a alguien le queda alguna duda sobre los merecimientos de la Unión Europea para recibir el Premio Nobel de la Paz, se desvanecerá rápidamente con la lectura, e incluso con una hojeada, del libro del historiador británico Keith Lowe que lleva por título Continente salvaje. Apareció a principios de año en inglés y ahora llega en traducción española (Galaxia Gutemberg), con una frase de arranque que no tiene desperdicio: “Imaginemos un mundo sin instituciones”. Así quedó Europa tras la victoria aliada en la Segunda Guerra Mundial, y así sobrevivió durante tres o cuatro años, en un interregno caótico y hobbesiano, justo antes de que empezara el alumbramiento de las instituciones europeas.

La victoria de los Aliados no fue el final de una pesadilla y el principio de una nueva etapa, sino que hubo un breve aunque peligroso periodo en el que el continente se sumió en el caos, con pillaje, vandalismo, guerras civiles y traslados y expulsiones de poblaciones en un paisaje de ciudades destruidas y de campos y bosques asolados. Faltaban entre 35 y 40 millones de personas, civiles y militares muertos en la guerra. Centenares de ciudades se hallaban en ruinas, con sus cinturones industriales arrasados y sus hinterlands agrícolas yermos. Según Lowe, “la historia de la posguerra no es por lo tanto una de reconstrucción y rehabilitación, sino de la caída en la anarquía”, en la que las venganzas políticas y personales están al orden del día y el odio ocupa un lugar central en las relaciones sociales.

La UE no fue ni siquiera la única institución nacida de las cenizas de la guerra con méritos en la recuperación de la paz y de las instituciones, aunque, a criterio del Parlamento noruego que otorga el premio, sí la que más lo merece. Tanto la Alianza Atlántica como el Consejo de Europa, ambos de 1949, son algo anteriores al impulso que condujo primero a la creación de la Comunidad Europea del Carbón y del Acero en 1950 y ya en 1957 al Tratado de Roma que instituyó la primera Comunidad Europea de seis miembros; y algo habrán hecho ambas para sacar al continente del salvajismo en que cayó postrado como resultado de la guerra. Pero, ciertamente, la institución más política y vinculada al ciudadano es la UE, que no apareció en sus actuales siglas hasta la entrada en vigor del Tratado de Maastricht en 1993.

De aquella época es el chiste atribuido a Henry Kissinger y desmentido por el propio exsecretario de Estado de que Europa no tenía un número de teléfono adonde llamar en caso de crisis. No lo resolvió Maastricht. Tampoco el reciente Tratado de Lisboa. Ahora, ante el actual overbooking de altos cargos, la UE no tiene ni siquiera alguien auténticamente autorizado para recibir el premio y pronunciar un discurso en su nombre en el que recordar el continente salvaje del que salimos y al que jamás debemos regresar.

Hay 8 Comentarios

Patty, el caso es que morimos de éxito. La gente está tan acostumbrada a esa seguridad y prestaciones sociales que ha olvidado pelear (de verdad) por esas mismas cosas. alLos lideres son un reflejo de esa actitud, pacata y conservadora, fundamentalmente miedosa. Se nos dice que no hay alternativa... y la verdad, politicamente hablando, no hay mucho. Ya no existen esquemas universales capaces de plantar cara de nuevo al capitalismo. Toca reflexionar a fondo... y hacer accion real. No basta la democracia, sino los hechos.

Soy latinoamericana y si reconozco que la UE representa el éxito del ser humano, encuanto sociedad, de utilizar su inteligencia para salir de los escombros después de la guerra mundial. En paz, la UE ha construido sociedades donde simples actos como caminar en la noche, ir a la universidad, al trabajo, pueden ser hechos sin tener miedo de ser secuestrados o muertos por el bandido de ocasion. Bravo! Lo que no me explico es como ese mismo continente, tan ordenado, tan democratico, tan desarrollado, perdió su brujula. No hay lideres competentes. Tienen politicos que se asemejan a nuestros necios. Hasta ahora no he leido algo que intente responder a la pregunta: que paso?

El científico noruego, Nobel, inventó la dinamita para acabar con las guerras, no la inventó para premiar a los guerreros disfrazados de santos. El científico Einstein se lamentó profundamente de haber contribuido a la invención del arma nuclear; nunca pensó que la usaran para matar en un minuto a casi 300.000 seres humanos (inocentes) con el pretexto de poner fin al conflicto bélico.
Desgraciadamente, esa es la ética del Homo Sapìen que se comporta peor que las carroñeras hienas.

Miguel Mora: Qué curioso que no dijeras nada de la asignación del premio al terrorista Arafat. Se te ve de que lado cojeas, majo.

Aprender las lecciones del hiperarmamentismo y sus "cabezas nucleares" es un imperativo...., por ello es necesario reconocer el derecho de naciones Islamicas a poseer su armamento nuclear , IRAN entre otros paises, tiene ese derecho ... o es q' solo el estado judioisraeli , constante violador de normas internacionales y agresor de pacifistas y de pueblos enteros , debe tener ese derecho de estar armado hasta los dientes?? No es ello un claro acto de oportunismo imperialista y de OTAN??

Pues yo creo que merece mucho más el Nóbel el que inventó la bomba atómica. Si los USA y la URSS no se liaron a la guerra directa fue por la potencia destructiva de esas armas, que disuade los enfrentamientos directos y desplaza las guerras, de forma limitada, a países periféricos. Esa entelequia duró un tiempo: todo se supeditó al enfrentamiento de la Guerra Fría y encima coincidió con una época de crecimiento económico jamás visto, con lo que la gente y las élites estaban relativamente contentas. Solo la caída del comunismo, con la demencia subsiguiente de los yankees rompió la ilusión, (tras quedar tocadilla tras los 70) pero en esta crisis, de la que la UE, que más bien es la UPE, o sea, Unión de los Plutócratas Europeos tiene una gran parte de culpa está amenazando con algo parecido a lo que precedió a la II Guerra Mundial. La Unión es una Idea platónica, un poco de crisis y cada uno se olvida de todo tipo de valores y barre para casa, y los que son inmensamente ricos siempre se llevan la parte del león.

Yo fui de los que se alegraron cuando el Premio Nobel de la Paz se le otorgó a Obama. Me parecía que era un respaldo a algo nuevo. Obama el Presidente de la esperanza. Y de las promesas. La esperanza de que alguien de su raza alcanzase la Presidencia de los E.E. U. U. ( Clinton había comentado antes de su elección “¿ pero si éste pertenece a aquellos que antes nos servían los cafés”?) Promesas de acabar con Guantánamo, con todos los Guantánamos. Ahí siguen. ¿ Hemos olvidado ya la captura – asesinato de Ben Laden? ¿ En aras de qué principio democrático se puede actuar así, invadiendo países, haciendo ejecuciones extrajudiciales, tirando el cadáver ( quién sabe ) al mar? etc.

Bueno, con la Comunidad Europea sucede algo parecido. ¡ Hombre, el Premio Nobel de la Paz, no parece muy prestigiado: Kissinger como ejemplo máximo! Pero el de este año está en la línea de Obama, animemos a unas Instituciones Europeas en las peores horas. Europa nació marcada por la prioridad de la economía ( Comunidad del Carbón y del Acero) y la economía sigue imperando. Un determinado enfoque económico al servicio de las clases pudientes.

La OTAN de los Balcanes, el Solana de los Balcanes ¿ esas son las Instituciones que nos salvan del salvajismo de la postguerra? Los Bancos no elegidos por los ciudadanos imponiéndonos la política que no queremos, los Presidentes de Gobiernos títeres, los muros- físicos también – que impiden que ciudadanos de otros continentes puedan disfrutar de nuestro desarrollo de nuestra paz (¿). ¿ Hay que premiarnos en algo?

El “salvajismo” de la postguerra atenuaba como consecuencia derivada de ella de forma lamentablemente, casi inevitable, el horror precedente al que nos había llevado el nazismo. Al que nos había llevado una importante depresión económica, el desconcierto de unos ciudadanos con poca conciencia política, asustados. Empiezan a aparecer algunas coincidencias tremendas.

¿ Echaba Kissinger de menos el “teléfono rojo”? Alguna ventaja tenía la guerra fría y los bloques. Hoy el interlocutor son los mercados la señora de servicio que responde a él es la Señora Merkel. Qué recoja ella el premio. Y obvie el discurso, lo tenemos archisabido.

Que duda cabe que las instituciones son una pieza clave en la salida del salvajismo, pero ello no obsta para su crítica cuando presentan sobrepeso en lo personal pero se muestran anoréxicas en lo funcional. Miedo me da que se independice todo quisqui, no tanto porque se independicen sino porque se integren en la UE y haya que ampliar la comisión a 50 comisarios, uno por estado, no por cumplir una función europea necesaria sino para atender una fútil ambición estatal.

Los comentarios de esta entrada están cerrados.

TrackBack

URL del Trackback para esta entrada:
https://www.typepad.com/services/trackback/6a00d8341bfb1653ef017ee4495887970d

Listed below are links to weblogs that reference Continente salvaje:

Sobre el autor

es periodista. Director adjunto y columnista de EL PAÍS. Tiene a su cargo la edición de Cataluña.

Eskup

Archivo

diciembre 2016

Lun. Mar. Mie. Jue. Vie. Sáb. Dom.
      1 2 3 4
5 6 7 8 9 10 11
12 13 14 15 16 17 18
19 20 21 22 23 24 25
26 27 28 29 30 31  

Mis libros

Cinc minuts abans de decidir

Cinc minuts abans de decidir

Enmig del vendaval independentista

Un llibre que explica, qüestiona i contextualitza com s’ha esdevingut, setmana a setmana, el canvi radical que els darrers quatre anys ha sotragat Catalunya. Des d’abans de la sentència del Tribunal Constitucional, fins avui, quan l’independentisme és en primer pla del debat polític i social.

L'any de la revolució

L'any de la revolució

Com els àrabs estan enderrocant els seus tirans

Crònica, anàlisi i atlas de les revoltes de la dignitat, que van conmocionar al món àrab durant 2011, amb referències i comentaris a tots els països on els joves van aixecar-se en protesta contra l'autoritarisme i les dictadures. Amb un nou epíleg per l'edició catalana.

El último que apague la luz

El último que apague la luz

Sobre la extinción del periodismo

Una reflexión sobre los últimos años de la industria de la prensa escrita, las dificultades para seguir haciendo periodismo de calidad y la indisoluble relación entre periodismo y democracia.

El año de la Revolución

El año de la Revolución

Cómo los árabes están derrocando a sus tiranos

Balance, atlas político y análisis de las causas de las revueltas de 2011, que han derrocado a cuatro dictadores, encendido enfrentamientos civiles y provocado reformas y convulsiones políticas en la entera geografía árabe.

¿AUN PODEMOS ENTENDERNOS?

¿Aun podemos entendernos?

Conversaciones sobre Cataluña, España y Europa
REIVINDICACION DE LA POLÍTICA

Reivindicación de la política

Veinte años de relaciones internacionales
La oca del señor Bush

La oca del señor Bush

Como la Casa Blanca ha destruido el orden internacional

Nube de tags

El País

EDICIONES EL PAIS, S.L. - Miguel Yuste 40 – 28037 – Madrid [España] | Aviso Legal