Lluis Bassets

Inversiones políticas

Por: | 04 de enero de 2013

Así como hay una inversión térmica, típica de ciertos momentos invernales, en que hace más frío en los valles que en las alturas, ahora el mundo parece introducirse en una inversión política en la que, generalizando, la derecha se ha hecho de izquierdas y la izquierda de derechas.

La portada de The Economist de esta semana ha captado con elocuencia gráfica lo que está sucediendo: al fondo la cúpula del capitolio, en primer plano Barack Obama caracterizado como un francés de postal turística (boina, baguette, camiseta a rayas) y John Boehner, el líder repoublicano de la Cámara de Representantes, como un bávaro con sus calzones de piel; y el título, America's European moment (el momento europeo de Estados Unidos).

El mismo día Philip Stephens en el FT señalaba que los partidos republicano de EE UU y conservador de Reino Unido se han convertido en formaciones ideológicas, mientras que los demócratas y los laboristas se están adscribiendo al pragmatismo, exactamente lo contrario de lo que se espera de derechas e izquierdas respectivamente. Si cruzamos ambas observaciones veremos que, efectivamente, EE UU se mueve en dirección del modelo europeo y Europa del modelo americano, tanto en políticas económicas como en la forma de negociar y decidir.

La inversión funciona también en dimensiones globales. No hay ahora mismo partido más conservador y derechista que el comunista chino, y si observamos las tendencias que contiene, veremos que los izquierdistas son los más conservadores y los liberales los que más se apuntan al cambio.

La socialdemocracia europea, o lo que queda de ella, es indiscutiblemente una fuerza conservadora, que pretende mantener el statu quo del Estado de bienestar y los derechos legítimamente adquiridos por las clases medias y bajas en el último siglo; mientras que los partidos derechistas se sienten rupturistas, insurreccionales incluso, como sucede con el Tea Party en Estados Unidos.

Estamos, pues, en una época trabucada, en la que necesariamente cuesta orientarse. Ahora mismo, en el mapa de la política hispánica, pocas cosas llaman tanto la atención como la Cataluña vasca enardecida por la perentoria exigencia de su soberanía y el Euskadi catalán y pragmático calculando con tranquilidad como mantener e incrementar su ya notable nivel de autogobierno.

Puede que sea una época nueva. Puede que se trate meramente, como en la naturaleza, de un fenómeno térmico invernal que terminará cuando llegue de nuevo el verano.

Hay 10 Comentarios

¿Puede un sistema económico morir de éxito?

En el siglo XX hubo una guerra entre capitalismo y comunismo. Y ganó el capitalismo. Desde entonces solo hay derecha. Es lógico que la derecha sea la "guardiana de las esencias" ideológicas y que la izquierda se dedique a gestionar algo en lo que en el fondo no cree. Pero la ideología liberal, cuya esencia es la ley del más fuerte, finalmente ha sido una trampa para Occidente. Paradójicamente a Occidente le convenía que medio mundo fuera comunista porque eso debilitaba a ese medio mundo. El éxito del liberalismo supone el fin de la hegemonía occidental.

Tal vez simplemente lo que ocurre es que el crash financiero ha dejado a la derecha liberal desorientada (el estado nacionalizándo bancos y compañías de seguros, e imprimiento dinero para acabar con la catástrofe en USA y en el Reino Unido; y con bastante éxito) mientras que la crisis ha dejado asombrada a la izquierda y no es capaz de encontrar su agenda socialdemócrata. Así que nadie parece saber qué pensar. Yo tampoco.

De todo lo que dice Lluís, lo que más perplejidad me produce es, lo de que los chinos sean ya de derechas. Él habla del “partido comunista chino” intentando dejar al pueblo fuera de la escena política nacional, para exonerarlo del pecado de sus líderes. Según la máxima que dice, el pueblo nunca es culpable de los actos de sus políticos, eximidos también del “Ignorantia juris non excusat” La democracia no es un régimen pernicioso si se usa como dios manda.Desenmascarados por la potente luz de la libertad occidental. En el caso chino la absolución viene con un doble aval por, y según la perspectiva occidental, la falta de libertad que impediría al pueblo expresarse con voluntad propia según, y aquí viene el problema de fondo ¿su propia ideología? Pero el pueblo chino es portador de su propia ideología, como sujeto activo. De la misma manera que el pueblo occidental y demócrata lo es de la suya. La democracia no es en si misma una ideología, sino un portador ideológico, como el comunismo en china (el partido comunista según Lluís), lo es también. Hasta el punto de haber transformado la sociedad china hasta hacerla de derechas y conservadora. Todo sin necesidad de pasar por la democracia, y solo auxiliado por su propia revolución industrial, el comunismo chino se ha hecho conservador y capitalista. Este cambio ideológico es aún mucho más sobresaliente que la propia transformación de la sociedad china. Cuando la retórica ideológica occidental critica la falta de libertad del gigante asiático, dado que el modelo no se adapta a nuestros patrones sagrados, no se habla del reguero de sangre y destrucción que occidente ha dejado tras de sí para alcanzar ese estado de gracia, que ideológicamente lo sitúa por encima de los demás, y siempre según la propia retórica occidental. Y a pesar de que los chinos no han tenido la trayectoria histórica que a nosotros nos acompaña, han llegado al mismo punto en el que nos encontramos, conservadores de derechas, lo único que honestamente podemos votar.

Pero hay una masa masiva, si tal cosa es posible, en busca de autor, cuyo poder todavía no tiene reflejo en el poder, y el día que lo encuentre algunos se van a tirar de los pelos. Esos que dicen que la democracia es la que hay, la que conocemos, y que desconfían de ese movimiento global de indignación, que por no responder a sus cánones tradicionales de injusta cordura, que por no aquilatarse a una orilla a otra, esos, digo, se sorprenderán cuando alguien consiga cuajar esos deseos. Y entonces veremos qué cara se les queda a los tradicionalistas de una y otra manga.

Lo que seguramente pasa es que ya no hay ni derechas ni izquierdas, ni conservadores ni cambiantes, sino unas veletas de aquí te espero, que tan pronto se mueven para un lado o para otro en función del bolsillo particular más que el general. Todo ambición, nada partición. Cada cual va a su bola y se es comunista o privatista según pinte mejor. Comunistas echados en brazos de capitalismo, capitalistas convertidos en marxistas. Todos hacen un paréntesis, que decía un indeseable de mucho robar y poco trabajar. Los primeros lo hacen para ganar más, los segundos para perder menos.

Imitando el argot de los argentinos.... estoy de acuerdo con vos che Bassets. En esta etapa del nuevo ciclo histórico el rayo de luz se mueve de este a oeste, y de oeste a este. Es decir, no sabemos si es un lobo o un pastor, un tigre o un leopardo, una boa o una víbora. Todos cojean del mismo pie, todos son carnívorros.

Para estamento conservador, el periodístico, es posible que sí vosotros despertáis, contando todo lo que sabéis, todo cambie. Tu lo sabes.

Es una mofa realmente lo que está pasando a niveles políticos. Pero ya saben, todo faraón quiere su pirámide, el poder corrompe y tarde o temprano volveremos a ver construir nuevas pirámides que no sirven para nada.

Es uno de los comentarios más audaces que he leído de Lluís. Apunta cuestiones inquietantes, ya es bastante. No se atreve a ir más allá, del vértigo que le da. Si el comunismo chino es el partido más derechista y conservador de hoy día, es que realmente el mundo está del revés. Muy notable, si fuera cierto, que los chinos ya sean de derechas. Las cosas cambian a una velocidad tal que la actualidad habrá quedado obsoleta mañana. Otra inversión, que ha pasado desapercibida para Lluís, entre las muchas que apunta, es el espíritu libertario de EE UU en Oriente Medio. Un país tradicionalmente bombardero, aficionado a promocionar dictaduras en Norteamérica, ha conseguido colocar sus bombas del lado humanitario. Los Hermanos Musulmanes son hoy los cheguevaras árabes, liderando la primavera, machacando dictadores sin compasión. Los guerrilleros de hoy disponen de teléfonos satélites, conectados con los cuartos oscuros de la CIA. Bajo el mecenazgo de Qatar, están dispuestos a dar su vida por la libertad del pueblo. El perfil del guerrillero es el de un brigadista internacional; “mercenario, salafista-yihadista, decapitadores y atacantes con coches bomba. Y los (pocos) jóvenes estadounidenses en el lugar son básicamente peones de alta tecnología en un juego escenificado por el rapaz club OTAN/CCG (la Organización del Tratado del Atlántico Norte y sus títeres árabes del Consejo de Cooperación del Golfo)” Pepe Escobar dixit. Es decir el mundo del revés. A pesar de todo lo que se dice, que no es poco, no advierto en la inversión termina un elemento de calidad que haga, aunque sea por momentos, posible cambiar el signo de los tiempos. Una verdadera revolución industrial que lo ponga todo del revés. Los chinos imponen su ley por acumulación. Un ejercicio propio de la física. La desorientación y el vértigo que producen los cambios y el destino incierto que nos espera, es la propia herida de un alma conservadora, que teme perder aquello que con tanto ahínco y esfuerzo consiguió en la vida. La bodega que conserva y añeja el espíritu, es el tiempo. Acumulando año tras año, destila y conserva la esencia que trasiega.

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es periodista. Director adjunto y columnista de EL PAÍS. Tiene a su cargo la edición de Cataluña.

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