Lluis Bassets

Kobane, ciudad mártir

Por: | 16 de octubre de 2014

Kobane nos proporciona la foto de un mito trágico, el de la ciudad mártir sacrificada y traicionada ante la indiferencia internacional. Las imágenes están tomadas desde unos altozanos en el lado turco de la línea fronteriza. En primer plano hay una hilera de blindados del ejército turco con sus cañones orientados hacia Siria, y en el fondo, la ciudad entera. Apenas se distingue el campo de minas de una milla de ancho que recorre la raya por el lado turco. Los turcos de la región fronteriza con Siria pueden ver desde estas colinas los bombardeos y enfrentamientos entre los combatientes del Estado Islámico con sus banderas negras y los milicianos kurdos de las Unidades de Protección del Pueblo.

Antes de la guerra, Kobane tenía 45.000 habitantes, kurdos casi todos. La superioridad militar de los guerreros del califato islamista es absoluta, mermada solo por la limitada capacidad de acierto de los bombardeos aéreos de la coalición organizada por Washington junto a cinco países árabes. Sin una intervención terrestre, que Estados Unidos no quiere hacer, y mucho menos en Siria, la ciudad y toda la región fronteriza que la circunda estarán pronto en manos del Estado Islámico. Solo Turquía, único país musulmán de la OTAN, podría frenar el avance de los terroristas califales, pero su Ejército prefiere retenerse a la espera de una derrota kurda a obtener una victoria rápida y la huida de los islamistas.

Es la repetición de un mito trágico que hemos visto otras veces en la historia, aunque nunca como en este caso con fotos, imágenes de televisión y acumulación de curiosos turcos en los miradores fronterizos. A escala mucho mayor, sucedió en Varsovia en 1944, cuando los patriotas polacos se levantaron contra los nazis en el momento en que el Ejército Rojo se acercaba a la capital polaca, pero Stalin ordenó esperar a que fueran derrotados por el Ejército de Hitler. De forma similar, 70 años después, el presidente turco Recep Tayyip Erdogan prefiere bombardear a los kurdos del PKK dentro de Turquía y dejar a los islamistas que terminen con las guerrillas kurdas dentro de Siria.

Esta es una guerra en la que combaten cara a cara dos proyectos de Estado. El de los kurdos que viven repartidos entre Turquía, Siria, Irán e Irak, donde cuentan con una administración regional ya con competencias muy parecidas a las de un Estado; y el de los radicales islamistas que quieren instalar un califato entre Siria e Irak bajo el nombre precisamente de Estado Islámico. En la pelea por el Kurdistán sirio se juega la posibilidad de utilizar la frontera turca para el contrabando imprescindible para la supervivencia del Estado Islámico.

Kobane no es solo un símbolo de la indiferencia internacional ante el martirio de una ciudad, sino también de la responsabilidad occidental en el destino trágico de dos países como Siria e Irak, sometidos al desmembramiento territorial, a la guerra civil a varias bandas y a la limpieza étnica y religiosa.

Hay 10 Comentarios

A la Casa Blanca además de a las dos Casas del Congreso.

NIXON: creo que llevas razón, los desastres de Obama en Medio Oriente llevarán a los republicanos a la Casa Blanca!

Erdogan ha jugado de forma mezquina en este conflicto. En realidad, todos. Todos tienen intereses inconfesables en uno u otro resultado de esta larga guerra en Siria. Y es una pena destrozar uno de los pocos estados que optaban por un laicismo contemporizador. Irónicamente, Irán, Irak y Hezbolá, han hecho más por pelear contra el ISIS que Israel, EEUU, Turquía, y los emiratos árabes. Todo un signo sobre quíenes realmente reconocen el peligro que supone el ISIS y el interés espurio que lo financia. Y mientras, Siria, laboratorio bélico de unos y otros intereses, totalmente desangrada. Me recuerda a Ucrania, cómo de fácil es que reviente un país, y meterlo en un marasmo incontrolable.

Que aprenda el mundo que no se puede confiar en la politica liberal norteamericana y seran republicanos quienes tomen el cargo el 2016 para reordenar el caos mundial de berry... otro Oroborus se nos viene encima.

Dice Ud don Lluis que solo una intervencion terrestre podria vencer al EI y desde luego con la presencia de tropas de EEUU que en esta ocasion no iran pues bastante fueron criticadas en la guerra de Vietnam , luego en las de Irak y e Afganistan.Pedimos que sean los gen darmes defensores de Occidente y luego cuando lo hacen a su manera y desde luego buscando sus intereses criticados y muy especialmente en Occidente. Basta de hipocresia si queremos que este a las duras habra que aceptar que este tambien a las maduras sacando redito de su intervencion y aclaro que no soy peo USA pero aunque me cuesta debo reconocer que asi veo la realidad cobarde de Europa
Jose Luis Espargebra Meco un español desde Buenos Aires


La praxis-cultural del hombre es una constante del Oroborus tragándose su propia cola


El articulo habla de “martirio” y “sacrificio” de vidas humanas a lo que la comunidad internacional permanece impávida frente al drama de los kurdos. Luego retoma el drama humano comparándolo con el hombre de los bigotitos, Hitler, y bigotazos, Stalin. El “martirio y sacrificio”, en realidad es fruto y praxis cultural del hombre para protegerse de “uno mismo” y de los “otros”. En esto se necesita una herramienta para ejercer guerras, descabezamientos y genocidios en general, como la misma mitología del Oroborus que se alimenta del credo ideológico que es lo Motivacional y Cultural en el sentido de identidad y pertenencia social del hombre. Con este bagaje cultural y motivacional, el hombre paga su peaje y derecho a vivir si ha de servir para algo o alguien en la tierra. Esta premisa nos arroja al prisma de su psicopatología enfermiza, porque a final de cuentas, el hombre es un experto en el artificio del engaño y de la autoeliminación de su misma especie, según, nos cuenta su ontología y recuentos epistemológicos al que echamos mano a diario para articular discursos como los que Lluis nos cuenta. De esta manera romantizamos el dolor y drama ajeno en la narrativa, le asignamos un “género literario”, drama, épica, epístolas, etc. lo que realidad, no es nada más que un recuento cínico de su propia arqueología de autodestrucción para renacer de nuevo tal como como lo hace el Oroborus. El actual desliendre del que somos testigos ahora en el medio oriente y áfrica corresponde a otra etapa propiamente de este acto sacrificial del que hablo y que se conoce en las ciencias sociales como lo de purgamiento de sangre, y de limpieza terrenal para que así el mismo acto “sacrificial” y “martiriológico” tome significado real para los que quedan con vida=es esto lo que conocemos como praxis cultural del Oroborus. Por eso es que la reconciliación de comunidades después de tanta muerte sacrificial es muy dura y traumática para la nación y el mundo entero; digamos que solo el tiempo puede traer un amalgamiento de nuevos crisoles y horizontes verdes entre los sufridos hasta que de nuevo surja y se repita otro quiebre social en alguna parte del planeta para continuidad y renacer del siguiente Oroborus. No hay escape en esto porque es el fatalismo del ser humano -si es que ha de evolucionar a niveles más altos entre las especies que habitan el universo.

Thiebault me lo ha quitado de la boca. Lo que une un enemigo que no lo separe un ideal.

¿Y los europeos no pueden hacer nada? Como siempre, o haciendo atrocidades o permitiéndolas. La Nato sin Usa no es nada, y Turquía, pues, es lo que es y Obi es bueno para hablar, pero fatídico para actuar. Es todo un Evo.

Por cierto; ¿Quién ha dicho que la vida y la política internacional son justas?

Entiendo la indignación del Sr. Bassets (y la comparto) pero no su sorpresa. Turquía lleva luchando contra los nacionalistas kurdos desde su fundación como estado moderno y, ya se sabe, el enemigo de mi enemigo no es mi enemigo.

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es periodista. Director adjunto y columnista de EL PAÍS. Tiene a su cargo la edición de Cataluña.

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