Lluis Bassets

Sobre el autor

es periodista. Director adjunto y columnista de EL PAÍS. Tiene a su cargo la edición de Cataluña.

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Mis libros

Cinc minuts abans de decidir

Cinc minuts abans de decidir

Enmig del vendaval independentista

Un llibre que explica, qüestiona i contextualitza com s’ha esdevingut, setmana a setmana, el canvi radical que els darrers quatre anys ha sotragat Catalunya. Des d’abans de la sentència del Tribunal Constitucional, fins avui, quan l’independentisme és en primer pla del debat polític i social.

L'any de la revolució

L'any de la revolució

Com els àrabs estan enderrocant els seus tirans

Crònica, anàlisi i atlas de les revoltes de la dignitat, que van conmocionar al món àrab durant 2011, amb referències i comentaris a tots els països on els joves van aixecar-se en protesta contra l'autoritarisme i les dictadures. Amb un nou epíleg per l'edició catalana.

El último que apague la luz

El último que apague la luz

Sobre la extinción del periodismo

Una reflexión sobre los últimos años de la industria de la prensa escrita, las dificultades para seguir haciendo periodismo de calidad y la indisoluble relación entre periodismo y democracia.

El año de la Revolución

El año de la Revolución

Cómo los árabes están derrocando a sus tiranos

Balance, atlas político y análisis de las causas de las revueltas de 2011, que han derrocado a cuatro dictadores, encendido enfrentamientos civiles y provocado reformas y convulsiones políticas en la entera geografía árabe.

¿AUN PODEMOS ENTENDERNOS?

¿Aun podemos entendernos?

Conversaciones sobre Cataluña, España y Europa
REIVINDICACION DE LA POLÍTICA

Reivindicación de la política

Veinte años de relaciones internacionales
La oca del señor Bush

La oca del señor Bush

Como la Casa Blanca ha destruido el orden internacional

Nube de tags

El mapa maldito de Oriente Próximo

Por: | 30 de mayo de 2016

No fue un tratado. Tampoco fue un compromiso formalizado en un documento rubricado por las dos partes. Se trata meramente de dos notas dirigidas por el secretario de Asuntos Exteriores británico, Edward Grey, a su homólogo francés, Paul Cambon, y un mapa coloreado. Pero vale como acuerdo, que fue comunicado a los gobiernos de Italia, Rusia y Japón, y muchos historiadores consideran como un tratado con efectos vinculantes que alcanzan hasta hoy mismo y al que se atribuyen casi todos los males que sufre la región.

Las dos notas llevan las fechas del 15 y del 16 de mayo de 1916, ahora acaba de cumplirse un siglo, pero su existencia no se conoció hasta noviembre de 1917, cuando vieron la luz gracias a Lev Trotsky, comisario de Asuntos Exteriores del gobierno soviético recién instalado tras la revolución bolchevique, que las dio a conocer a la prensa moscovita como denuncia del reparto secreto del mundo establecido por las potencias imperiales europeas a espaldas de las poblaciones afectadas, exactamente lo contrario al derecho de autodeterminación propugnado por los bolcheviques y por el presidente Woodrow Wilson.
Sykes

Ahora hace un siglo la guerra europea se hallaba en su tercer año. Estados Unidos todavía no había entrado en liza. Y Francia y Reino Unido querían reforzar su alianza con el reparto de los despojos del imperio otomano, específicamente en la región donde el legendario T. E. Lawrence estaba preparando la revuelta árabe contra la Sublime Puerta. Unos y otros tenían el ojo avizor a una materia prima que prometía mucho, el petróleo, con la idea de trazar una línea que abriera paso a un oleoducto desde las primeras explotaciones en Mosul hasta el Mediterráneo.

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Desfile de modelos

Por: | 26 de mayo de 2016

Hace cinco años, cuando se produjeron las revueltas árabes de 2011, la experiencia de Turquía permitía argumentar acerca de la compatibilidad entre islamismo político y democracia, gracias a Recep Tayyip Erdogan y su Partido de la Justicia y el Desarrollo (AKP). Desde que alcanzó el Gobierno por las urnas en 2002, había protagonizado una década prodigiosa de modernización, crecimiento económico, construcción de infraestructuras, apertura de negociaciones para ingresar en la UE e incluso sujeción del poder militar al poder civil. Era el modelo turco, en el que el islam parecía compatible con la democracia, las libertades y la economía de mercado y por supuesto la OTAN, y que algunos pretendieron imitar en los países que se sacudían de encima a las dictaduras militares como Egipto o Túnez.

Uno de estos partidos, el tunecino Ennahda (renacimiento en árabe), presidido por Rachid Ghannuchi, ha celebrado su congreso este pasado fin de semana precisamente para reafirmarse en su evolución democrática y constituirse como un partido político, democrático y civil, que deja para la mezquita la práctica religiosa y no quiere inmiscuirse en la vida privada. En los mismos días en que Ennahda reunía a sus militantes en Túnez, el AKP hacía lo propio en Ankara, en su caso para nombrar al nuevo primer ministro, Binari Yildirim, que sustituye a Ahmed Davutoglu, caído en desgracia ante Erdogan.

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Derribos Mas

Por: | 23 de mayo de 2016

Convergència es todavía el partido de los pujolistas. Por si los convergentes pretendían olvidarlo, el día en que se votaba su autodisolución, Josep Pujol, el tercero hijo del fundador, aparcó su Jaguar frente a la sede de CDC de Sant Gervasi y depositó su papeleta en el mismo momento en que lo hacía Helena Rakosnik, la esposa del ex presidente y actual líder del partido, Artur Mas, consiguiendo así una fotografía altamente simbólica de las dificultades con que se enfrenta la formación nacionalista para cambiar de piel e intentar a la vez mantener su espacio político.

Ahora la demolición a la que Mas se ha entregado con tanto fervor y dedicación alcanza de lleno a su partido. Recibió una herencia en el punto más álgido del poder convergente y está a punto de reducirla a la porción congrua, tras perder escaños a raudales, quedarse sin la alcaldía de Barcelona, destruir la coalición con Unió que tantos éxitos le había proporcionado, hacer dudosas contorsiones para coaligarse con Esquerra, y tirar ahora al niño con el agua sucia. No es extraño que la familia fundadora exprese bajo formas más o menos explícitas su resentimiento hacia un sucesor que fue escogido y designado para mantener el patrimonio en sus aledaños e incluso al alcance de los hijos del patriarca.

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La mirada perdida de Abdelaziz Buteflika

Por: | 19 de mayo de 2016

Manuel Valls se llevó el demérito con su tuit en el que aparecía sentado junto a un Abdelaziz Buteflika con la mirada fija y desencajada. Jean-Louis Debré, ex presidente del Consejo Constitucional francés, remató la faena con su libro Lo que no podía decir, en el que proporciona detalles de las dificultades expresivas del anciano presidente durante su entrevista del pasado diciembre. Sendos vídeos del ministro de Exteriores ruso, Sergei Lavrov, y del secretario general de Naciones Unidas, Ban Ki Moon, disponibles en youtube, ofrecen la misma imagen decrépita de un presidente incapaz de regir los destinos de su país, pero no han suscitado ni críticas ni debates.

La explicación es el prejuicio ampliamente compartido en la vecina Argelia: nada malo sucede en que no estén los franceses de por medio. Es imposible ocultar, desde la última campaña presidencial en la que ni siquiera participó, que Buteflika, sentado en su silla de ruedas, nunca se recuperará del ictus que sufrió hace tres años. Pero si su parálisis tiene carta de naturaleza pública es por culpa de Francia, un país con el que Argelia mantiene unas relaciones tan estrechas como difíciles y llenas de mutuos resentimientos y susceptibilidades, celos y complejos.

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Arabia Saudí sin petróleo

Por: | 16 de mayo de 2016

Sin petróleo no se entiende Arabia Saudí. No se entiende la creación y consolidación del reino y menos todavía la alianza histórica con EE UU (petróleo por protección), su papel determinante en la fijación de los precios mundiales y su peso geopolítico en Oriente Próximo. El presupuesto del Estado se nutre en un 80% de los ingresos del petróleo, que aporta un 45% del PIB y alcanza a un 90% de las exportaciones. Su subsuelo contiene las primeras reservas de crudo y es el segundo productor mundial detrás de Rusia.

Sin petróleo no sería el tercer país del mundo en gasto de defensa ni el primer cliente de la industria armamentística mundial. No podría sostener la guerra de Yemen, ayudar a los rebeldes sirios y proporcionar ayuda financiera al régimen del mariscal Al Sisi que tomó el poder en Egipto tras deponer al presidente Morsi.

Tampoco se habría producido el movimiento de reislamización que ha sufrido todo el mundo, desde Marruecos hasta Indonesia, al amparo de las madrasas y mezquitas sufragadas durante décadas con fondos saudíes. La guerra de Afganistán contra la Unión Soviética se financió en buena parte con dinero saudí. El terrorismo no se ha financiado, que se sepa, de las arcas del petróleo, pero sin reislamización y sin muyahidines afganos, es decir, sin petróleo no habría Bin Laden ni Al Qaeda. Tampoco sin la constructora de la familia Bin Laden, la primera del país desde los tiempos de Ibn Saud y la que ha reconstruido La Meca y sus lugares santos decenas de veces.

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La monarquía saudí ha jugado un papel decisivo en las primaveras árabes. Sobre todo, para evitar que se extendieran a su territorio y a los territorios árabes vecinos. En 2011 Riad intervino militarmente para reprimir las revueltas en el vecino Bahrein, de población chií, y tuvo sus propias revueltas en la región chiita próxima al golfo donde están los mayores campos petrolíferos. Resultado diferido de la represión de aquellas revueltas son las ejecuciones que acaba de realizar de cuatro opositores chiitas, incluido el clérigo Nimr al Nimr, a los que envolvió en un paquete con 44 terroristas de Al Qaeda, imputados por unos atentados de mitades de la pasada década, en la mayor matanza legal que efectúa la monarquía desde 1980, cuando decapitó en una mañana a 63 terroristas que habían tomado por las armas y ocupado la gran Mezquita de La Meca.

Los príncipes saudíes dominan el arte de la compensación. A la hora de distribuir las penas de muerte y a la hora de distribuir regalos y recompensas. La primavera árabe fue reprimida por las armas pero también ahogada en subvenciones, estas últimas distribuidas equitativamente entre la población con menos rentas y las todopoderosas entidades religiosas que alientan el rigorismo wahabita. La oleada de ejecuciones actual también es un mensaje dirigido a EE UU, en protesta por el acercamiento de Obama a Irán, y una compensación rigorista por adelantado a las profundas reformas económicas neoliberales que se preparan para reducir el déficit público, especialmente la salida a bolsa de la petrolera patrimonial Saudí Aramco, que se convertiría en la primera compañía cotizada del mundo. Arabia Saudí actúa con la espada al igual que el Estado Islámico pero comparte con occidente su amor por los negocios, el lujo y los rascacielos.

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La glaciación islámica. Mapa de Oriente Medio (6): Siria

Por: | 13 de mayo de 2016

Bachar el Asad tenía dos argumentos para pensar que las revueltas de 2011 no iban con él. A diferencia de lo que sucedía en otros países, ya se había producido en su favor la sucesión dinástica del autócrata que tanto indignaba a la calle árabe. Y también consideraba superada su idea de revolución, que era la islámica e iraní de 1979: según sus declaraciones de principios de 2011, estas revueltas eran una mera manipulación del imperialismo, el sionismo y los saudíes.

Sus profecías no se cumplieron y tuvo su ración inacabable de revueltas que se convirtieron en guerra civil y sectaria gracias a su salvaje actuación represiva. Así fue como superó largamente la dictadura de su padre, Hafed, utilizando armas químicas contra su propia población y haciéndose responsable de una de las mayores matanzas contemporáneas (un cuarto de millón de muertos, según Naciones Unidas). La evolución de las revueltas ha convertido a Siria en el punto de atracción de los mujaidines suníes de todo el mundo, dispuestos primero a combatir contra la dictadura y después a aceptar el envite de la guerra sunní contra los chiíes, bajo la bandera del califato terrorista.

La guerra siria ha dividido el país y ha situado una porción enorme, con ciudades como Rakka y Palmira, bajo control del Estado Islámico, en un territorio contiguo con el Irak sunní que también controla. La consolidación del EI surge de una doble oportunidad: la política sectaria del gobierno chií de Bagdad, que marginaba a la población sunní y la echaba en brazos del yihadismo, y la posibilidad de apelar a los musulmanes de todo el mundo para que acudan a una especie de tierra prometida donde hacer la hijra (emigración), practicar la yihad contra El Asad e incluso vivir bajo la autoridad política y religiosa de un califato, en conformidad con la sharía.

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Churchill entra en campaña

Por: | 12 de mayo de 2016

Churchill no lo haría. El inglés providencial no abandonaría a Europa en su momento más difícil. Al contrario, repetiría su gesto de 1940 cuando rechazó la negociación con Hitler y decidió seguir la guerra en solitario. "Solo puedo ofrecer sangre, sudor, esfuerzo y lágrimas", dijo en los Comunes. Fue su finest hour.


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La situación en que se encuentra Europa en nada se asemeja a aquella circunstancia trágica en los primeros compases de la Segunda Guerra Mundial. Si sirvieran los paralelismos, suscitados por la Gran Crisis y el ascenso de los populismos, la semejanza debería buscarse en la década anterior. A pesar del tiempo transcurrido y de las diferencias, el primer ministro británico, David Cameron, ha querido evocar aquel momento churchilliano en su alegato en favor de la permanencia del Reino Unido en la Unión Europea el lunes en el British Museum: "Cuando tomo asiento en el Cabinet Room, siempre pienso en las decisiones que se tomaron en esta habitación en tiempos de oscuridad". Ahí fue donde Churchill decidió rechazar las llamadas al apaciguamiento y la rendición: "Pienso en aquellos pocos que salvaron este país en la hora de un peligro mortal y que hicieron posible seguir la lucha y ayudar en la liberación de Europa".

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La glaciación islámica. Mapa de Oriente Medio (5): Yemen

Por: | 11 de mayo de 2016

La guerra civil es casi el estado natural de Yemen. Cabe contabilizar diez al menos desde la descolonización completa del país en 1967. En todas ellas Arabia Saudí está presente, incluso directamente como en la actual con sus soldados y bombardeos. Riad ha participado directamente en tres guerras civiles yemeníes desde la fundación de la monarquía. Es su patio trasero y a la vez un territorio irredento por parte de una casa real que aspiraba controlar la entera península arábiga. Nada temen más los Saud que la eventualidad de éxitos democráticos en repúblicas islámicas vecinas.

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La glaciación islámica. Mapa de Oriente Medio (4): Libia

Por: | 10 de mayo de 2016

A diferencia de Siria, Yemen e Irak, Libia es el único país árabe donde no hay guerra entre chiíes y suníes, sino entre facciones suníes, dos principalmente, una apoyada por Egipto y Emiratos Árabes Unidos, con la simpatías discretas de Arabia Saudí, y otra apoyada por los Hermanos Musulmanes, Qatar, Sudan y Turquía. En Libia ni siquiera puede hablarse de transición, puesto que nunca hubo un gobierno con el control del territorio. Ahora hay dos gobiernos, uno en Trípoli y otro en Tobruk, y el territorio en manos de tribus y facciones armadas, enzarzadas de nuevo en una guerra abierta desde 2014.

La experiencia libia es la más amarga para europeos y estadounidenses. De la guerra civil que derrocó a Gadafi en el verano de 2011 gracias al apoyo de los bombardeos aéreos de la OTAN surge la fórmula ya consagrada del liderazgo desde atrás de Obama (Leading from behind), pero también sale mal parado el prestigio de los europeos, David Cameron y Nicolas Sarkozy fundamentalmente, apóstoles de la intervención militar que luego se lavaron las manos a la hora de estabilizar el país.

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El País

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