Ayer se celebró el Día de la Bici. La cita podría tomarse como una especie de cierre a la Semana Europea de la Movilidad que tuvo lugar entre el 16 y el 22 de septiembre. Desplázate de forma eficiente: ¡Mejora tu movilidad!, era el lema de este año ya que estaba relacionado con la iniciativa europea 20/20/20, reducir en 2020 un 20% el consumo de energía primaria y las emisiones de gases de efecto Invernadero y, por otro lado, llegar al 20% de contribución de las energías renovables al mix energético. La cita fue un fracaso, por lo menos en España. No por el interés del público, que se lanzó a la calle, sino porque las buenas intenciones deben transformarse en acciones. Los objetivos y la lista de actividades, apoyadas por el Ministerio de Medio Ambiente, por ayuntamientos y urbanistas de diversa índole, compartieron actualidad con la reforma del Reglamento General de Circulación: el cambio en la legislación para dar más valor a la bicicleta no se iba a aprobar.
La Semana de la Movilidad era el mejor contexto para anunciar la reforma del RGC. Tras reuniones, debates y estudios, el cambio se había concretado en dos medidas. La primera tenía que ver con la velocidad; se pretendía reducir a 30 km/h la velocidad máxima en las calles de un solo carril de las ciudades para favorecer una circulación más segura. El otro cambio, y quizá más relevante, hablaba sobre el estatus de la bici. El código actual considera la bicicleta como un vehículo más en la ciudad. Y como tal, sus maniobras no están exentas de las normas vigentes a pesar de que su velocidad, su peso y su peligrosidad es mucho menor que las de los coches o las motos.
Con ese cambio se pretendía que los velocípedos tuvieran normas diferenciadas debido a sus notables singularidades y los beneficios que genera. Algunas de las modificaciones afectaban a las sanciones, que serían en su mayoría leves; además se permitía el uso de remolques y la circulación a contramano en algunas calles. Eso no pasará, todavía.
Parece que en su relación con los pedales, las autoridades y organismos públicos sufren de una cierta esquizofrenia. Por un lado apoyan la promoción y el uso de las bicis pero luego, de manera fehaciente, no legislan o articulan mecanismos necesarios para fomentar su uso o regularlo de una manera eficiente. Tanto la semana de la movilidad como el día de la bicicleta son eventos muy interesantes que al ser usados como meros soportes publicitarios pierden su esencia. Estas citas no pueden ser escaparate de políticas ideales o un photocall verde de personajes públicos. Deberían ser un lugar de reflexión, análisis y estudio de propuestas de movilidad reales así como un espacio en el que se explique a los ciudadanos por qué si la bici ofrece soluciones interesantes a los problemas urbanos del siglo XXI, se usa mayoritariamente para hacerse fotos. Hasta que no recuperen sentido, esas citas son meros símbolos. Mientras la bici no sea tomada en serio, todos los días son el día de la bicicleta.
Hay 24 Comentarios
Biciclista, tienes toda la razón. Es indignante ir en bici en Madrid. Parece que no haya solución posible. Yo ando siempre en bici, es lo más rápido, pero son contadas las personas que encuentro. Los carriles bici son de risa, de ningún sitio a ningún sitio van. Acaban de hacer uno de 1 metro en la calle García Noblejas, quitando un trozo a la acera...penoso. Espero que algún día los que mandan se den cuenta.
Publicado por: gabriel | 07/10/2011 14:21:30
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Sobre el blog
I love bicis se acerca a la realidad de la bici urbana, sinónimo de modernidad, responsabilidad ambiental y otro tipo de movilidad. Carriles bicis, políticas de desarrollo, alforjas para ir a la última o las luces más cool. Todo con ganas de reivindicar los pedales.
Sobre el autor
Pablo León es reportero y ciclista urbano. Escribe en El País desde 2009 y comenzó con la bici por las calles de Berlín, donde vivió varios años. Desde entonces, pedalea en cada ciudad por la que pasa. En 2010 arrancó este blog dedicado no solo a las bicicletas sino también a la movilidad y a los retos a los que se enfrentan las ciudades del futuro.
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