Europa para unas cosas; provincianismo para otras. El Ministerio de Interior anunció ayer, de forma intempestiva, que en la modificación del Reglamento General de Circulación va a incluir la obligatoriedad del uso del casco en vías urbanas. Este Gobierno, que sigue a rajatabla las medidas económicas impuestas por Europa, obvia la experiencia ciclista del Viejo Continente. “Esta actitud, que no cabe calificar de improvisación, constituye simplemente un engaño y una burla hacia las asociaciones que llevamos años preocupándonos por el fomento del uso de la bicicleta en condiciones de seguridad en el conjunto del Estado Español”, resume la Coordinadora en Defensa de la Bici (Conbici) su posición en un comunicado. Ningún país europeo obliga a los usuarios de la bici a llevar casco en las ciudades. Durante los últimos meses, varios representantes del colectivo ciclista se han reunido, concretamente en cinco ocasiones, con representantes políticos para relatar su experiencia real en las ciudades españolas. El Ministerio, en un acto que roza la socarronería, ha obviado esto y han preferido basarse en la experiencia de María Seguí, directora de la DGT, y del ministro de Interior, Jorge Fernández Díaz; ambos llegan cada día a su trabajo en coche oficial.